2. Su cumpleaños
2. Su cumpleaños
22 de septiembre
Quiero un lugar seguro, algo sin enigmas... Talvez un sitio en las estrellas.
¿Cansancio? No
¿Depresión? No, eso es complicado.
No sé con exactitud qué diablos me pasa, le diría choque a la realidad, pero me estrelle con ella mucho antes de darme cuenta.
Cumplir 18 debe ser un viaje, un cambio, dar una vuelta sin marcha atrás a la vida adulta. Aún cuando no te sientes preparado, y crees que el mundo se te vendrá encima.
Pase por todo eso antes de la hora, ese es el motivo de porque me siento como una hoja en blanco. Una que trató de escribir, borrar, corregir, y destacar con insistencia lo que más me haga feliz.
Más bien, lo que me haga sentir algo. Algo intenso, del tipo de cosas que vuelan tu mente.
Apague el reproductor de música, donde Love Black recién había terminado, abrí la puerta de mi habitación, y la volví a cerrar de un golpe. Esta es la segunda vez que lo hago, trato de guardar mis molestas ideas y salir de una vez.
No es de mis fechas favoritas, no me gusta la primavera, soy más del otoño, o los climas donde tu fiel y esencial acompañante es un abrigo. Donde puedes esconderte tras tela, y como dice mi hermano mayor, guardar algo de ti, detrás de tantas capas de pintura falsa como desees.
Medite antes de tomar el pomo, y está vez si salí al pasillo del tercer piso, en efecto, como imaginé, no había nadie. Solté un suspiro, entre melancólico y cansado, extraño ver a mi hermano mayor en cuanto me levanto, supongo que madurar es eso, aceptar que las personas son protagonistas de sus propias historias, y sólo personajes secundarios en las tuyas.
Apuesto a que el resto de mi familia esta abajo.
No quería pero terminé por bajar las escaleras de madera, junto con el pasamanos, y las barras que papá instalo después del nacimiento de Jay, que mamá tuvo que reforzar después de que yo rompiera dos de ellas.
Podía escuchar sus voces y aún me faltaba bajar un piso, podía escuchar a mamá sostener a Ginger, y el relevante olor de papá cocinando el desayuno.
—¡Pero si ahí está el cumpleañero más sarcástico de la historia, ¿Has visto pesado?!—. Pero déjame bajar las escaleras.
—Por dios Miller—. Odia que le diga Miller y no mamá.
—¡Oyee!—. Se quejo
—Solo responderé si te golpea hoy hijo, pero... mejor previene.
La primera en venir, corrijo, la primera en saltar hasta mi ha sido Ginger, está emocionada, creo que después de mamá es la más inquieta.
He sido invadido de besos y abrazos, a penas me acerque a la cocina. Incluso papá por poco y llora sabiendo que su segundo bebé ya tiene 18. Esta incluso peor que cuando se entero que había calificado en la universidad para estudiar teatro, y artes audiovisuales. Tardó casi la mitad de mi primer año en asimilarlo.
—¡Feliz cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños!—. Dijo una y otra vez la pequeña Ginger, bastante sonriente.
—Mi pequeño Adams está tan grande.... ¿Lo has visto cariño?—. Mamá siempre se pone un poco más cariñosa para el cumpleaños de cualquiera de nosotros.
No importa, ella es la único del cual soporto estas cosas.
Bueno, después también está la tía Claris, la tía Nora, La tía Aspen, Iris, y la novia de mi hermano.
—Esta igual de guapo que yo, ¡Mira come libros!—. Mi papá me abrazo, lucía realmente orgulloso.
Yo volteé los ojos como respuesta.
Vi las fotografías, sino fuera porque mi hermano tiene los ojos azules, y no yo, sería la reencarnación de ese hombre casi con exactitud, y no me quejo, papá era guapo, aún se conserva demasiado bien para su edad.
No admitiré nada de esto en voz alta.
—Me voy.
—¡Pero desayuna cariño!
—Lo haré con Kyle papá.
—¿Hoy presentas tu obra?—. No sé si eso de que ellos sean tan atentos, sea lo mejor o lo peor.
Me detuve y me obligué a sentarme junto a ella en la barra de la enorme cocina. Si me mudo a un departamento, ojala que si, igual vendré de vez en cuando a comer lo deliciosos postres de mamá, y la comida de papá.
—Mi presentación es después de la primer clase, dentro de una hora.
—Para ti.
Ginger me llevo la mitad de su postre, con ojos de ilusión completa, estoy seguro que lo ha metido en su boca, sino fuera porque esa chiquilla pelinegra es la más hermosa de la casa no hubiera fingido comerlo.
—No no Gin, tu hermano no quiere de tu pastel.
—¿No quieres?—. Preguntó a pequeña de 5 años.
—No, no.
Le susurré un "Gracias" a papá en cuando retiro el plato de color rosa de frente mío, y me sonrío cálidamente.
—¿Quieres que vayamos?
—No mamá—. Mi respuesta fue inmediata y sin rodeos.
—Pero...— papá me miró como siempre que quiere algo. —Nos vamos comportar.
—Si claro... Porque ahora que al fin logré ingresar a una universidad, quiero que sepan que mis padres son "Jayce Adams, el escritor más famoso del país" y "Enot Miller, la producto, y cineasta encargada de las películas de sus libros"—. Nótese el sarcasmo.
—Es justificable pesado—. Al menos mamá guarda un poco de cordura.
—A la siguiente no te salvas pequeño tonto—. Papá pellizco mi mejilla.
—¡Papi Abrazo! ¡Abrazo!—. Gracias a Ginger tengo tiempo de escapar.
Eso pensé, hasta que la señorita Miller me abrazo una vez más, y dejó un beso en mi cabeza antes de al fin dejarme ir. Sin estar realmente convencida, pero lo suficiente para darme unos minutos para irme o dejar a papá volver a intentarlo.
—Te amamos—. Lo último que vi era como empezaban a juguetear con Ginger, mientras aún me miraban.
—Joder, que los amo más.
Solo lo susurré.
Como si quisiera decirlo para mí primero.
(...)
—Sabia que estarías aquí—. No logré disimular del todo mi felicidad.
Una sonrisa diminuta se me escapó, por suerte no lo noto, sino lo tendría molestando un buen rato.
—¡Vamos, es el cumpleaños de mi hermanito no me lo pierdo por nada!
El castaño que está parado frente a mí, y me pasa por 5 centímetros es Jay Rhys Adams, tiene 22 y está en su último año de universidad, estudia leyes para ser abogado mientras también tiene una exposición anónima de pinturas. Él se parece más a mamá, sino fuera por sus ojos azul cerúleo, y la personalidad chillona, sería como su versión en un chico joven.
—Eres un idiota.
—Si, si ya lo sé.
Me abrazó por los hombros y me obligó a caminar, por suerte igual tendría que ir por ese camino.
—¿Has visto esta belleza?
—¿Nuevo auto?—. Recién le habían comprado uno. Lo sé porque el tío Marcus me dijo que lo acompañara a buscarlo. —¿Y el que los tíos te dieron? Adivino, ya le hiciste algo.
—¡Oye!—. Se quejó pero lo ignoré, Con Jay hay una frase que queda a la perfección, ser inteligente en la escuela, no es ser inteligente en la vida. —No le hice nada.
—Fingiré que te creo.
—Eres un idiota egocéntrico—. Si lo sé, me lo dicen cada martes.
Me guarde ese pensamiento, o estaríamos una hora más discutiendo.
Me miró de mala gana a lo que no le preste atención, traté de esperar hasta que recordara lo que recién estaba a punto de decir, pero le estaba tomando más tiempo de lo necesario.
—¿Qué decía?
—Que eres adoptado...
—Deja eso idiota.
—Cuando uses un insulto diferente lo haré—. Guardo silencio, yo ya le había ganado.
—¡El auto!—. Y aquí amigos, alguien que sino tuviera la cabeza puesta, la dejaría al lado de su cama todos los días. —El auto... Esta belleza es tuya.
Lo admito, está vez, me lleve una gran sorpresa. No esperaba más de mi familia, pero, esto es increíble.
—Felices 18—. Me abrazó contra mi voluntad, pero terminé cediendo.
Dando 3 palmadas y, sintiendo su colonia cara envolver mi ropa.
—Si, si. Esta increíble, pero tengo que pasar por Kyle—. Me apresuré a buscar las llaves en su abrigo pero no las encontré.
—Tu hermano mayor te llevará a la universidad—. Mencionó al mostrar lo que yo tanto buscaba frente a mis ojos.
—Déjate de estupideces Jay... Necesito presentar mi obra, y tú ir con Nadine.
—Es tu cumpleaños, además sabes que siempre tengo tiempo para ti—. Por dios, este chico es demasiado difícil.
Talvez porque me recuerda en exceso a papá.
—Por fisssss—. Rogó juntando las manos como niño pequeño y cerrando sus ojos.
—Solo será hoy Jay, esto no se repetirá—. Hable tosco, mientras recorrí el auto de color negro, para llegar hasta el asiento del copiloto.
—¡Agh! Mi hermanito es increíble—. Su sonrisa era satisfactoria, sus gestos siempre han sido dignos de capturar, lástima que Nadine ya me gano el modelo.
—Sino empiezas a conducir cambiare de opinión.
—¡Lo entiendo! ¡Dejaré de hablar!
Me centre en el lugar, en las calles de Riddle Stard, tan pronto como Jay empezó a conducir, en el modelo del auto, nada ni nada menos que Mercedes-Benz SL 500 de color negro, uno de los pocos existentes.
He recorrido este trayecto hace más de un año, antes también lo hacía para ir a visitar a la tía Nora, y al tío Lukas. Pero es diferente ahora, estoy tratando de encajar, destacar por mis propios medios como el chico a mi lado.
—¿8 lettres? Incluso le has agregado música—. No me quejo, después de todo Why don't se es mi banda favorita.
—He tenido un poco de tiempo, pensé que te gustaría—. Moría por cantar un poco de esa canción, pero no lo haría.
Solo lo hago cuando estoy solo, cuando siento que todo el mundo no me está juzgando ni por un segundo, y puedo ser yo mismo.
Sin ataduras, con libertad y sin el mínimo sufrimiento.
—Me agrada.... Así que, gracias Jay.
—No es nada—. Y si, acaba de ampliar su sonrisa, no sé cómo lo hace.
Quisiera poder expresarme así, o por lo menos una parte de cómo lo hace.
—¿Y tú exposición?—. La última vez vi un poco, él es bueno.
No sé porque insiste en estudiar leyes, y ser abogado. Sabe que si habla con papá y mamá, lo apoyarían sin preguntas, y sin dudarlo.
Suspiro borrando la expresión de felicidad. Dirá algo, algo que no quiere decir.
—Me han propuesto expandir la exposición.
Mierda, pero eso es impresionante.
—¿Lo harás?
Titubeó al intentar decir algo, justo ahora, según mi conocimiento sobre mi hermano mayor, está dudando. No tiene idea de que hacer, a veces que piense en todos menos en él, me irrita.
—Es complicado. Tendría que ir al lugar de la exposición, y armar 2 cuadros más.
—Cambiare mi pregunta porque le estás dando muchas vueltas...— lo interrumpí. —¿Quieres hacerlo? Porque si lo quieres ve a por ellos Jay, no vivas en la duda.
—Pero ¿Y si no les gusta?
—Crees que se arriesgarían en expandir algo que no les gusta... Eres increíble, y eres el único que falta por aceptarlo.
—Un día detendrás mi corazón...— ¿Han visto a un chico de 22 sonrojarse por algo halagador que le ha dicho su hermano pequeño? Yo si, todo el tiempo.
—Solo detente, Kyle entrará en el auto.
Desde la calle, detenidos a metros de la casa pude ver a la perfección a la tía Nora, su cabello rubio estaba corto, traía un vestido blanco de flores de colores, e insistía en llamarme para que bajara del auto.
—¡Ven aquí tonto! ¡Necesito felicitar a mi sobrino favorito!
—¡Oye!—. Jay bufó
—Volveré ¡Tengo la presentación de mi obra hoy! ¡Estaré para la cena!—. Parezco un completo idiota gritando, pero no se puede evitar.
—Más te vale, sino llamaré a tu madre.
—¡Lo sé!
—¡Kyle! ¡Sal de una maldita vez, Los chicos te están esperando!—. Sonreí cuando Kyle salió con Elayne en brazos y el tío Lukas detrás de él.
—¡Compórtate!—. Advirtió cuando su mamá sostuvo a Elayne.
—¡Lo haré! ¡Lo haré!—. El idiota carismático me dedico una sonrisa.
Lo vi en sus ojos verdes, planeaba hacer algo, lo conozco lo suficiente para predecir eso.
—¡Mi hermano de otra madre!—. Sentí el momento exacto en cuando se estrelló en contra mi cuerpo.
Me queje, había golpeado mi estómago y algo de mi cuerpo, abrir la puerta del auto sabiendo sus intenciones fue una estupidez de mi parte.
—Te daré tres segundo para quitarte, y ya van dos.
—Te amo Adams... Y feliz cumpleaños 18.
—Si si—. Revolví su cabello rubio y eso lo hizo sonreír. —Ya van 2 segundos.
—Aun así te amo.
—3.
Se apartó solo para pasar luego entre Jay y yo, llegando al asiento de atrás. Mientras yo bajaba el vidrio de la ventana para despedirme de los tíos.
—¿Nuevo auto?—. Preguntó alzando una ceja.
—Pero si tú también fuiste a la compra idiota—. Por alguna razón me siento traicionado.
—Lo sé. Tenemos buenos gustos, solo ve esta belleza.
—¿Y tú auto Kyle?—. Esta a punto de mentir lo sé. Por eso preguntó.
Lo mire desde el espejo retrovisor, siempre que está apunto de mentir aparta la mirada y mueve su cabello rubio.
Que es lo que acaba de hacer.
—Me lo quito mamá...
—¿Cómo mientes con tanta facilidad? La tía Nora dijo que ni siquiera le prestas atención.
—¿Cómo me conoces tanto?—. Ahora está desviando el tema.
—Son más de 18 años de aguantarte.
—Siento que solo soy su conductor privado.
—Te amamos Jay.
—No se de qué me hablas—. Aparte la mirada y le mostré el dedo del medio a Kyle.
—¡Jay, viste lo que hizo!
—Si, si. A veces no sé si tienen 18 o 9, Kyle Harris.
—La edad es mental—. Y tus escusas estúpidas.
—Esas escusas son de tontos—. Vaya mi hermano pensó lo mismo, solo que moderó sus palabras.
Cosa que yo no haría, le quita lo divertido.
—¿Por qué nos estás llevando?
—Me hago la misma pregunta—. Admití mirando directo al castaño.
—¿Qué no puedo llevar a mi hermano, y su mejor amigo a la universidad en su cumpleaños?
Giré en mi asiento, miré a Kyle quién ya se había acercado también, y luego de una mirada de "¿Y a este que le picó?" Respondimos al mismo tiempo.
—No.
—¡ey! Juro que está vez no necesito nada—. Kyle soltó una risita haciendo que Jay agregará algo más. —Tampoco rompí nada.
(...)
Una música suave, adormecedora entra en acción.
—"Las enemistades, suelen surgir de la nada, causan desastres cuanto pueden, y vuelven a lo que empezaron"—. La voz de Alex, el mejor narrador de la universidad entra a la obra.
Thiago el chico que escogí para el papel principal entra en la sala, sin actuar aún. Un chico complejo, piel oscura, cuerpo esbelto y llamativo, ojos café, una altura que sobrepasa la mía, y lo que me llevo a elegirlo, su sonrisa hipnotizante.
—En mi caso, la decisión nunca ha estado en mis manos. Errores del pasado, han viajado al presente, donde joderlo todo parece ser una elección que nadie nunca toma—. La voz gruesa, llena de sentimiento es lo que le da el toque.
Levantó la mano, y la voz del narrador omnisciente desaparece, entrando por primera vez, tanto físicamente, como totalmente mi protagonista.
—Soy Leo... Y tengo el poder de generar la guerra, o terminar con ella de una vez por todas.
Su voz, y tanto sus expresiones se vuelven melancólicas.
—Pero ¿A quién le importa? Mi vida en esta obra pronto llegará a su fin. Me parece molestó no tener el control sobre mi propia existencia.
El silencio invade el salón de obras teatrales. Donde hay más de 20 espectadores, por más que se prohibió entrar cuando la profesora revisara las propuestas.
—Mi familia antes vivía en la fantasía, en su propio lugar seguro donde la magia existía... Bueno, eso fue hasta que los hermanos Blavatsky decidieron que una mujer era más importante que su familia.
Ahora mi protagonista mostraba enojo, resentimiento. Se notaba en su tono de voz que cambió, en expresiones como su ceño fruncido, y las líneas en su frente.
—Como dos ignorantes fueron encantados por la bella joven de nombre Charlot, lo que no sabían era el origen de la mujer maravillosa. Una distintiva bruja, de una clase peligrosa.
En el público surgieron murmullos, estaban ansiosos, deseaban respuestas. Por otra parte la profesora Hope negaba con la cabeza un par de veces, era consciente de que la fantasía no estaba en los temas asignados.
Eso no me importa.
Creo mis propias opciones.
—Pero... Lo que era aún peor, ambos se habían enamorado de la misma mujer. Prefiriendo mil veces acabar con ella, que tomar la decisión de entregarla a uno solo.
—La tragedia empieza... de hecho creo que siempre existió. Pero, para estar completa una secuencia de muertes debería empezar ¿Cierto?
Thiago en su rostro mostró una sonrisa que encaja con Leo, estoy orgulloso de lo que hemos logrado, lo admito.
—Charlot muere, la dueña de los corazones Blavatsky muere, asesinada y sin explicaciones. Sin embargo alguien como ella no dejaría que su muerte fuera en vano, una maldición arrasa con incluso las siguientes generaciones de estos egoístas hermanos en el momento de su partida.
—Los hermanos que fueron cegados por su ego, sus ambiciones, lograron incluso permanecer de la peor forma en los recuerdos de las personas de su sangre que preferirían olvidarlos.
—Ahora viene la parte en donde aparezco yo. O muero, o la maldición arrasa la siguiente descendencia.
Thiago toma asiento en el escenario, dejando su ropa elegantes ensuciarse por el polvo, el silencio invade el lugar, y la última frase deja a todos entre sorprendidos y aterrados.
—No me importan ellos, ni uno solo. Pero "El suicidio siempre me ha parecido el más crudo y maravilloso de los destinos".
Sonrió, y eso parece emocionar por completo a Thiago.
Lo ha hecho demasiado bien.
(...)
La profesora Hope se ve impactada, aplaude una y otra vez mientras se acerca, provocando un eco en la sala donde las personas están desapareciendo, hasta que llega frente a mí.
Al principio guarda silencio, lo que me parece curioso, cuando todos han abandonado el teatro, frunce el ceño y se decide por hablar.
—¿Qué diablos acabo de ver Adams?—. Lo admito, me esperaba algo como esto.
Rompí las pocas reglas que ella había establecido.
—Mi guion señorita Hope—. La ironía con algunos maestros no funciona.
—No habló de eso...— me miró con decepción antes de seguir. —Adams, estoy segura que te esforzaste, que le has puesto el alma escribiendo un guion como este, pero no puedes clarificar si ni siquiera puedes seguir las reglas de la especialidad.
—Señorita Hope...
—Romance Adams, aquí dice romance—. Señaló el volante una y otra vez, lo leí, pero el tema no me convencía. —O me presentas un nuevo guion, y escenografía referente al género o no puedes calificar ¿Quedó claro?
—No entiendo eso señorita Hope. Nunca lo he experimentado—. Hacerse el tonto, a veces resulta con la señorita Hope.
—Pues ve afuera... A veces necesitamos vivir en carne propia para entender un sentimiento, una situación, o en tu caso un romance. No puedes vivir creyendo que porque no sabes sobre algo, quedarte en la ignorancia es la mejor opción. Espero mucho más que eso de ti.
—¿No puedo participar con alguno de mis guiones?—. Sus palabras han sido dignas de una persona que escribe guiones hace más de diez años.
Y saben mentir con facilidad, crear locuras de la nada es nuestra especialidad.
—Tienes hasta noviembre Adams.
—¡Maldición!
—Sin groserías Adams.
Carajo.
mariafranco811 te amo ❤️
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