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Un día más de tantos, tratando de sacar de mis condenados pensamientos las desaforadas ganas de salir corriendo hacia los brazos de JungKook. Si, Jungkook, mi mejor y único amigo de alma, casi hermanos, piel con piel o como quieran llamarlo.
No podría definir en qué momento exacto de mi vida, todo ese fraternal amor de prácticamente hermanos mutó a una necesidad excesiva. Cambiando mis ganas de darle un cálido abrazo reconfortante luego de un largo día de clases y entrenamiento por una enfermiza necesidad de aprisionarlo y aspirarlo a lo drogado.
Lo sé, estoy completamente desvariado... Pero es que para mi querella, Jungkook se ha convertido en el perfecto hombre para la devoción de las masas de cualquier género.
Alto, fuerte y robusto. Con atractiva musculatura en sus justas partes y ni hablar de sus muslos, o de sus brazos, o de su firme torso tallado por los mismos dioses, o su sonrisa de infarto... Pero lo que me trae peor, es su noble corazón.
Un gigante de acero con un gran corazón de pollo, le solía decir en nuestros fortuitos encuentros en donde siempre llegábamos tarde a cualquier evento. Ya sea porque debía ayudar a una abuelita a cruzar la calle, por ejemplo, o porque tenía la repentina necesidad de rescatar a los abandonados animalitos de la calle. Si habré acogido de tránsito a diversos de ellos batallando con mi progenitora porque en su casa no cabía ni un alfiler más o si no, lo tiraban a él a la calle dijo su madre.
Pero aún así, siguió pensando en el otro y en sus necesidades... Su eterna manía de ser el salvador de todos me llevo a una profunda admiración y a llenarme el pecho de orgullo al llevar con sumo honor la etiqueta de ser su mejor amigo.
Etiqueta que me pesa demasiado en este bendito momento. Porque dado a nuestros cambios de rutina a consecuencia de los propios giros de la vida, me vi forzado a estar más tiempo separado suyo. Y cuando finalmente lo veo, siento las inmensas ganas de fusionar nuestros labios mientras me resguardo en su fornido y cálido cuerpo.
Y no ayuda para nada el verlo relativamente poco, porque crece como un renegrido mantón la inmensa culpa de desearlo con todo lo que tengo y lo que soy.
Un simple hombre enamorado de otro hombre, y al cual los hilos del destino dictaminaron que injustamente sea solo mi amigo. Que patético ¿no?
Y ¡Ojo! Que no quiero perder para nada su amistad, solo que vendría bien reforzarla un poco más, según mi distorsionado cerebro y mi alocado corazón que late desaforado a lo galope de caballo cada vez que lo pienso.
Pero creo que el verdadero motivo de mi cortocircuito fue el haberme enterado de que le atraían mujeres y hombres en partes iguales. Porque en un momento dado creí que nunca tendría oportunidades, lo que siempre lo atrapaba revisando las profundidades de las fauces de diversas féminas con escasas mudas de ropas sobre sus partes.
Pero heme aquí... sentado y esperando a que salga de su última clase de bachillerato, aunque el sol raje la tierra y me sienta derretir bajo sus rayos. Y poder así, acompañarlo durante el largo camino a casa. Buscando la excusa perfecta para que crea que era de suma necesidad esperarlo.
Y por más milagroso que suene y para que esto suceda, he acomodado mi carga horaria universitaria de acuerdo a sus horarios. Dejando una materia para el trimestre que viene y así poder retirarme antes y pasar a buscarlo.
Observo la hora en mi reloj pulsera y me percato de que ya he pasado casi 40 minutos ansioso esperando, como un niño venera la llegada de un querido juguete... Y comparo ¡no porque quiera utilizarlo! Sino por la bendita sensación que me genera recordar el momento exacto en donde sus renegridos ojos se posan sobre los ocres míos. Regalándome la más hermosa sonrisa y por la cual pierdo, cada día, 60 minutos de mi vida con el único fin de tener la dicha de observarlo.
Entonces saco mi celular pasa revisar redes sociales. Últimamente me llegan, notificaciones de diversos eventos pero realmente no me interesa, pareciera que con cada una de ellas me alejo un poco mas del estremecimiento que me genera tenerlo caminar a mi lado mientras rozan nuestras manos.
Ávido observo nuevamente el reloj, y pareciera que se transforma en un maldito reloj de arena atascado cuando los minutos quedan tildados y mi ansiedad crece a pasos agigantados por la absoluta necesidad de verle.
Un par de caras conocidas de diversos alumnos se suceden frente a mis ojos hasta que por fin lo atisbo, y el corazón se me detiene en cuanto me regala la magnificencia de su más cálida sonrisa...
Completa e irremediablemente enamorado de JungKook me declaro, en cuanto lo observo caminar hacia mí lado sin dejar de expresarme la felicidad que le genero a través del anhelo que puedo ver en sus ojos.
—¡Viniste! —articula contento el sinónimo de mi felicidad absoluta.
—Por supuesto mocoso ¿No te dije que estaría cada día para acompañarte a casa y que no te pase nada? —anuncio sabiendo que mi mote cariñoso no le agrada para nada pero aún así me regala una cálida sonrisa.
—¡Ya deja de llamarme así! Y te recuerdo que de los dos, al que no le piden identificación al ingreso de un bar, es a mí. — Suelta con sorna.
—Eso es porque pareces un ropero y deben pensar que cuidas de mis espaldas... A parte, dejaré de llamarte así cuando tú me respetes y me llames hyung.
—Eso ni lo sueñes, ya te dije que eres como un tierno pollito que rezonga a cada rato, así que no me va a salir ni en mil años a tu lado —anuncia. Y de inmediato, siento el ardor de mis mejillas.
—Como que mil años es demasiado mocoso. ¿No te parece? —replico tratando de ocultar el creciente rubor de mi rostro y emprendiendo el retorno hacia su casa.
—Tu esperas por mí una hora cada día de tu vida, así que mil años no es mucho si los voy a pasar en tu grata compañía —manifiesta tomándome por sorpresa.
No pensé en ningún momento que se había dado cuenta de los minutos que llevo esperando por su salida, pero aún así, tomo coraje y le suelto.
—Es que la espera... vale la pena.
¡Haw! ¿No les pasa que respiran enamoradas cuando observan interacciones de este par?🥺
Gracias por leer, comentar y votar🥰
Los amito mucho♥️
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