Capítulo 34 .

Amelía.

*Una semana después*

Llevo días sin saber nada de Dylan, no responde mis mensaje ni mis llamadas, ha cancelado las salidas que hemos hecho con el team y me he sentido muy mal por lo sucedido. ¡¿Qué mierda pasaba por mi mente en ese momento?!. Pero no es momento para pensar en ello.

Mamá está con su celular sentada en el otro extremo del sofá de la sala y papá está por llegar en unos minutos. Estoy algo nerviosa porque pienso hablarles a mis padres sobre mi adopción y el hecho que quiero conocer a mis padres biológicos.

—¿Qué sucede cariño? —pregunta mamá notando mis nervios.

—Nada —sonrío levemente.

—¿Segura? —insiste.

—Si tranquila, no me sucede nada malo —digo dando una bofetada al aire. Brina se sienta frente a nosotras con la vista fijada en el celular. Todavía sigue algo molesta porque besé a Gino en casa de Dylan.

En cuestión de minutos la puerta se abre y ya sabemos que es papá quien ha llegado. Trae una camisa blanca de botones manga larga y unos pantalones negro, en su mano izquierda tiene su saco de terciopelo color azul marino y su cabello peinado para atrás como siempre.

Lo recibimos con un abrazo y un beso en la mejilla cada una en excepción mamá que le ha plantado un grande beso cargado de amor en la boca.

—¿Cómo la han pasado mientras no estuve? —pregunta mi padre sentándose junto a mi en el sofá.

—Bien... Se puede decir que bien —contesta brina y frunce el ceño.

—Yo he realizado unos cuantos proyectos en la empresa y también he conseguido un nuevo socio —comenta mi madre y todos nos quedamos mirándola esperando que nos diga quien es su nuevo socio —¿Conocen infinity market inc?

—¡¿La empresa del papá de Tomás?! —pregunta Brina sorprendida.

—¡Exacto!.

—¿Quién es Tomás? —pregunta mi padre con picardía y yo aguanto las ganas de reir.

—Es... Es mi...—tartamudea Brina sonrojada y mi padre suelta una pequeña carcajada.

—Venga cariño, se que es tu novio —dice y todos empezamos a reir menos Brina quién rie nerviosa.

Tomo aire un momento y decido de una vez habla. Vamos Amelía, es la hora.

—Les quería comentar algo aprovechando que estamos en familia. —digo.

—Si, habla cariño —dice mi madre con entusiasmo.

—Es sobre mis padres biológicos —digo y trago grueso en tanto mis padres comparten miradas —Quiero saber quienes son mis padres biológicos.

—Amelía sobre eso... —dice mi madre y toma mis manos —Sabíamos que este momento iba a llegar pero quiero que seas fuerte con lo que te vamos a decir ¿Vale? —asiento y ella prosigue —Tu madre biológica te regaló y nunca quiso que estuvieras en su vida por el hecho de que antes de que nacieras ella fue violada por su padrastro y luego llegastes tu —mis ojos se llenan de lágrimas pero las contengo y los de mi madre también.

—Ya han pasado casi veinte años desde ese entonces, tu madre biológica ya tiene su propia familia y tu padre que era el padrastro de ella está muerto —agrega mi padre y respiro profundo.

No llores Amelía, no llores... Por lo menos no ahora.

—No sé si sea lo adecuado pero debes saber que esa mujer es tu madrina —dice mi madre y me quedo completamente en shock.

—¿La mamá de Maritza? —pregunta Brina asombrada y mi cerebro no procesa la información.

—Eso significa que Maritza es mi....

—Hermana —completa Sabrina en un murmuro.

—Si, Maritza es tu hermana —asegura mi madre.

—¿Y si no me quería a mi en su vida por que accedió a ser mi madrina? —pregunto con un nudo en la garganta.

—Se arrepintió años después, pero ya te teníamos y teníamos a Brina. Eramos muy felices y ella notó eso, nunca fue capaz de arrebatarte de nuestras manos sabiendo que con ella jamás serías feliz así como lo eras con nosotros.

—Esto es increíble —dice Brina incrédula.

—Además antes de tenerte a ti ella tenía ya a Maritza recién nacida y luego se enteró que estaba embarazada de el infeliz de su padrastro —agrega mi padre y mis lágrimas descienden. Mamá me abraza en consolación y mi padre también y para finalmente Brina unirse a nosotros.

¡No, lo puedo creer! ¡Esto tiene que ser una broma!.

Maritza es mi hermana y mi madrina es mi madre biológica, pero lo que más me duele es que me siento asqueada conmigo misma por ser hija de un violador, que por suerte está muerto.