Rosas Azules
~N.O~
David no podía creer lo que estaba viendo ante él. Estaba en estado de shock, analizando la situación sin saber cómo reaccionar al no tener control sobre su cuerpo.
- ¿Por qué estás aquí en Lima, honey? - dijo Andrés con tono de burla-. ¿Acaso me estás siguiendo?
David lo miró con rabia en los ojos.
- Primero, no es tu problema lo que estoy haciendo aquí y, segundo, ¿te asusta que te esté siguiendo? Supongo que así viven los asesinos, con miedo, ¿no?
Andrés soltó una carcajada. - Claro, claro, no me estás siguiendo, pero trabajas para la empresa de mi padre, ¿no? - se burló -. Por favor, honey, aprende a mentir. Creo que no aprendiste nada de Ricardo.
- ¡No te atrevas a mencionar su nombre con tu asquerosa boca! - David empujó a Andrés, pero este no se inmutó.
- ¡Tú debiste estar conmigo cuando te lo propuse! - dijo Andrés en tono serio -. Yo sí te amo de verdad.
David soltó una risa sarcástica. -¿Qué me amas? Tú no conoces el significado de esa palabra. Un asesino como tú, no siente ese tipo de sentimientos y, en lo que a mí respecta, solo siento asco y desprecio hacia ti. Más temprano que tarde, obtendré las pruebas de que tú fuiste el asesino de Ricardo y no descansaré hasta verte hundido.
Andrés rió de nuevo. -La investigación no dio nada, estoy limpio de culpas - dijo, alzando las manos y acercándose a David.
- Aunque, en cierto modo, me alegro de que Ricardo haya muerto y que Kevin esté en coma - añadió con una sonrisa maliciosa.
Un puño de David se estrelló contra el rostro de Andrés. Los guardaespaldas de Andrés intervinieron de inmediato, sosteniéndolo por los hombros.
- ¡Suéltenme, imbéciles! - gritó David mientras forcejeaba -. Eres un hijo de puta, Andrés. Te juro que pagarás por todo, aunque se me vaya la vida en ello. ¡Suéltenme, hijos de perra!
Andrés se rió y, tomándolo del rostro, sonrió ladinamente. - Eso lo quiero ver, honey - dijo, besando su mejilla -. Eres tan bello cuando estás molesto.
Andrés se subió al auto, mientras ordenaba a sus guardaespaldas. - Déjenlo y vamos, se hace tarde.
Los guardaespaldas soltaron a David y subieron al auto. Antes de que se fueran, David pateó la puerta del vehículo, dejándole una abolladura.
- ¡Eso se va a descontar de tu sueldo, honey! - dijo Andrés en tono burlón mientras arrancaba el auto.
David, jadeando de impotencia, gritó al auto que se alejaba. - ¡Maldito hijo de puta! -Lágrimas de ira salieron de sus ojos-. Kevin, te necesito - dijo, con una mezcla de ira y dolor -. Haré que pagues, maldito.
Respirando profundamente para calmarse, se recordó a sí mismo lo que debía hacer. -Debo volver por Andrea y Sam -dijo, regresando al bar con paso firme.
*suena musica electronica*
Isadora miró a su alrededor, notando la ausencia de David. Oigan, ¿a dónde se fue David? -preguntó con curiosidad.
- No sé, salió diciendo que iba a resolver algo -respondió John mientras tomaba un shot de vodka.
Isadora frunció el ceño. - Qué raro es ese chico de verdad - dijo, tomando un sorbo de su bebida antes de introducir una pastilla de éxtasis en su boca. - ¿Quieres un poco, bebé? - le ofreció a John.
John la miró y sonrió. - ¿Sabes qué? A la mierda todo, dame. - Introdujo una pastilla de éxtasis en su boca y tomó otro shot de vodka - Que se joda Andrés y que se jodan todos - dijo el castaño tomando su trago.
Isadora gritó emocionada. - ¡Yeah! Así se habla, bebé.
En ese momento, Sam y Camilla se acercaron al grupo.
- Oigan, ¿y Carlos? - preguntó Camilla, mirando a su alrededor.
- ¿No estaba con tu amiga Sam? - dijo John, dirigiéndose a Samantha.
Sam se encogió de hombros mientras tomaba de su bebida. - Sí, creo. No sé - dijo sin mucho interés. - ¿David aún no vuelve? preguntó con preocupación-.
Isadora comenzó a bailar al ritmo de la música, ya sintiendo el efecto del éxtasis.
- Lo estamos esperando, pero tranquila, mamá gallina, ya volverá tu polluelo - dijo, riendo y Sam la miró con indiferencia, así que - Mientras tanto, nos divertimos. ¿Quieren un poco? - ofreció la rubia, mostrando más pastillas.
- ¡Claro! - respondió Camilla, introduciendo una pastilla de éxtasis en su boca. - ¿Y tú, Sam? ¿Quieres? - preguntó.
Sam lo dudó por un momento. - No lo sé, nunca lo he probado antes - dijo insegura.
John sonrió y pasó su brazo por el hombro de Samantha. - Tranquila, si es tu primera vez, solo prueba una. ¿Vale? Yo estaré aquí, la domino desde hace mucho - dijo, extendiéndole una de las pastillas.
Isadora gritó de alegría. - ¡Sí, bebé! Disfruta la noche, ¡woohoo! - seguia bailando en su sitio.
Sam respiró profundamente. - Bueno, vale, está bien - dijo, aceptando la pastilla y metiéndosela en la boca. - Es la primera vez que pruebo drogas - rió. - Si mi madre me viera, me mataría -.rió nuevamente.
Todos rieron ante su comentario.
- Ten, para que disfrutes más - dijo Camilla, dándole un shot de vodka que Sam bebió de un trago.
Samantha sintió cómo una corriente eléctrica recorría su cuerpo y su piel se erizaba. La música parecía invadir cada centimetro de su ser, y el roce de la piel de los demás se sentía ardiente. Bailaba con todos los sentidos agudizados por la droga, sintiéndose liberada y relajada al mismo tiempo. Las fricciones, la excitación y un shot tras otro hacían que Samantha viviera y disfrutara de la noche, olvidándose de su rol de mamá gallina hacia David.
John señaló hacia la puerta con una risa tonta. - Miren quién volvió -.
David entró con una sonrisa. - ¿De qué me perdí? - preguntó, curioso.
Isadora lo llamó, tambaleándose un poco. Bebé, ven, relájate con nosotros-dijo con un hipo, claramente bajo el efecto del alcohol y la droga.
David se rió al ver a la rubia. - Estás borracha, Isa. dijo notando su estado -. Y drogada rió de nuevo.
Sam se abalanzó sobre David. -Amor de mi vida, ¿dónde estabas? - pregunto bajo los efectos del extasis.
David la miró sorprendido. - ¿Qué? ¿Sam, tú también consumiste? - dijo, riendo -. Me desaparezco cinco minutos y ya te emborrachas y te drogas, y luego el perdido soy yo -.
John se acercó con una pastilla de éxtasis en la mano. - Déjala que se relaje y tú también relájate le dijo, ofreciéndosela a David -.
David sonrió. - Bueno, para eso es la noche, para disfrutarla - dijo, tomando la pastilla y metiéndosela en la boca.
Todos comenzaron a disfrutar del efecto de la droga junto con los tragos que iban y venían. Bailaban, reían y sentían cómo sus cuerpos parecían tener voluntad propia gracias al éxtasis y la música electrónica.
En medio de la euforia, Isadora tropezó y cayó al suelo, pero se levantó riendo.
- ¡Ups! ¡Creo que la gravedad me odia! - gritó, lo que provocó carcajadas en el grupo.
Sam, aún bajo el efecto del éxtasis, se acercó a David y lo miró con una sonrisa soñadora. - ¿Sabes? Siempre he pensado que eres increíble, incluso cuando eres un desastre - dijo, riendo.
David se unió a las risas. - Tú también eres increíble, Sam. Aunque deberíamos pensar en volver a la realidad en algún momento- cuestionó el rubio.
John, aún riendo, intervino. - Sí, pero no esta noche. Esta noche es para olvidar y disfrutar - dijo, levantando su vaso en un brindis.
La noche continuó con risas, bailes y momentos de desenfreno. Cada uno de ellos se dejó llevar por el momento, olvidando por un tiempo las tensiones y problemas que les esperaban más adelante .
* CASA DE CARLOS *
Carlos abrió la puerta con una sonrisa cálida. - Aquí vivo, bienvenida -dijo, invitando a Andrea a entrar.
Andrea dio un vistazo alrededor y asintió con aprobación. -Bonito lugar y muy ordenado -comentó mientras entraba-. Literalmente, muy ordenado para ser hombre.
Carlos rió suavemente mientras cerraba la puerta detrás de ella. -Me crié con una madre y tres hermanas. Tenía que ser ordenado o me castigaban. ¿Quieres un poco de vino? -preguntó, dirigiéndose hacia la cocina.
-Sí, claro -aceptó Andrea, observando con interés su entorno.
-Ponte cómoda -dijo Carlos mientras se dirigía a la cocina, de donde sacó una botella de vino de la licorera y dos copas.
Andrea se sentó en el sofá, sintiéndose extrañamente cómoda en el hogar de Carlos. -Sabes, me pareces un chico guapo y curioso -comentó, notando cómo Carlos se sonrojaba y sonreía tímidamente al regresar con las copas de vino.
Carlos le entregó una copa y se sentó a su lado. -Tú también eres una chica preciosa, Andrea. La verdad, la primera vez que te vi, tuve un sentimiento extraño en mi cuerpo. Era la primera vez que sentía algo así -confesó, un poco temeroso.
Andrea tomó un sorbo de vino y lo miró a los ojos. -Yo sentí lo mismo, Carlos. Hace mucho tiempo que no sentía algo así -dijo, saboreando el vino-. Pero no quiero que nos hagamos conclusiones apresuradas. Mejor vivamos el momento y, si se llega a formalizar algo, pues que pase, ¿vale? -añadió, tomando otro trago.
Carlos asintió, acercándose un poco más a ella. -Vale... Me gustas, Andrea, y me gustas de verdad. Si me dieras la oportunidad de ganarme tu corazón, me harías muy feliz -dijo, susurrando las últimas palabras.
Andrea sonrió, sintiendo una calidez especial en su corazón. -No lo pidas, solo gánatelo -respondió, mirándolo con ternura.
Carlos dejó las copas a un lado y tomó suavemente la mano de Andrea. -Quiero que esta noche sea especial para los dos. ¿Te gustaría salir al balcón? La vista es increíble -sugirió, deseando prolongar el momento.
Andrea asintió y juntos se dirigieron al balcón. La vista de la ciudad iluminada bajo el cielo estrellado era impresionante. Ambos se apoyaron en la barandilla, disfrutando de la tranquilidad de la noche.
-Sabes, siempre he pensado que las estrellas tienen algo mágico -dijo Andrea, rompiendo el silencio-. Nos hacen sentir pequeños, pero también nos recuerdan que hay algo más grande que nosotros.
Carlos la miró con admiración. -Es cierto. Y esta noche, bajo estas estrellas, todo parece perfecto. -Se volvió hacia ella, mirándola a los ojos-. Andrea, nunca había conocido a alguien como tú.
Andrea sintió un cosquilleo en el estómago. -Tampoco yo, Carlos. Esta noche es especial, y creo que podría ser el comienzo de algo hermoso.
Carlos sonrió y, sin pensarlo dos veces, se inclinó hacia ella. Sus labios se encontraron en un beso suave y dulce, lleno de promesas y esperanza. El mundo pareció detenerse mientras se sumergían en ese momento.
Cuando se separaron, ambos estaban sin aliento, pero con sonrisas en sus rostros.
-Esto es solo el comienzo -susurró Carlos.
-Sí, y estoy emocionada por ver a dónde nos lleva -respondió Andrea, abrazándolo.
La noche continuó con risas y conversaciones profundas. Compartieron historias, sueños y deseos, construyendo un puente de confianza y cariño. Y mientras las estrellas brillaban sobre ellos, Carlos y Andrea supieron que esa noche marcaba el inicio de algo muy especial.
Con el tiempo, la música suave y las luces tenues del apartamento crearon un ambiente aún más íntimo. Se sentaron juntos en el sofá, compartiendo risas y pequeños gestos de afecto.
-Carlos, gracias por esta noche. Ha sido increíble -dijo Andrea, apoyando la cabeza en su hombro.
Carlos la rodeó con su brazo, atrayéndola más cerca. -El placer ha sido mío, Andrea. Solo espero que haya muchas más noches como esta.
Andrea sonrió, sintiendo una paz y felicidad que no había experimentado en mucho tiempo. Sabía que había encontrado a alguien especial en Carlos, y estaba dispuesta a ver adónde los llevaría este nuevo camino.
Continuaron besándose cada vez más apasionadamente, dejándose envolver por un frenesí de deseo. Andrea deslizó una mano por la nuca de Carlos, profundizando el beso mientras sus dedos jugueteaban con los botones de su camisa. Carlos respondió bajando una mano por el costado de Andrea, acariciando su piel a través de la tela.
El mundo exterior desapareció por completo. Solo existían ellos dos, perdidos en la pasión del momento. Se besaban con una urgencia desesperada, como si temieran que el momento pudiera desvanecerse en cualquier instante.
Finalmente, se separaron lo suficiente como para respirar, sus frentes apoyadas una contra la otra. Sus respiraciones eran rápidas y entrecortadas, pero sus ojos brillaban con una intensidad innegable.
- Andrea... - susurró Carlos, su voz ronca por la emoción.
- Carlos... -respondió ella, mirándolo con deseo y ternura -. Esta noche es solo nuestra.
Con esas palabras, volvieron a besarse, más despacio pero con la misma intensidad. Cada toque y cada caricia eran una promesa de lo que estaba por venir, una noche llena de pasión y conexión profunda que ninguno de los dos olvidaría.
El beso comenzo lento y suave Carlos pasa su lengua por los labios de Andrea pidiendo autorizacion para entrar mientras esta le permite entrar y sus lenguas se encuentran una con la otra danzando juntas a la par. Subiendo la intensidad del beso ahora era un beso ardiente y excitante entre besos y jadeos tomando pequeños momentos de aire.
Andrea comienza a desatar los botones de la camisa de Carlos sin soltarse del beso, tira la camisa del chico y comienza a acariciar el cuerpo marcado de este, recorriendo su cuerpo con sus manos acariciando su abdomen, pecho y espalda.
Este se posa sobre la chica, haciendo que esta quede recostada sobre el sillon y poco a poco saca la blusa de Andrea quedando con su brazier, este comienza a dejar besos sobre el cuello de la pelinegro haciendo que esta suelte pequeños gemidos mientras acaricia la espalda de Carlos, este lentamente desabotona el brazier de la chica para acto seguido lanzarlo por cualquier lugar de la sala, quedando con sus senos a la vista del chico, este comienza a acariciarlos y pasa su lengua por uno de ellos lamiendo y succionando el pezón de Andrea, repitiendo el acto en ambos senos de la chica.
Mientras esta desabotona el pantalón de Carlos, entre gemidos de placer y excitacion por lo que estaba haciendo el moreno, este hace movimientos sacándose el pantalón sin dejar de besar y acariciar los senos a la pelinegro, quedando solo en bóxers mientras Andrea comienza a acariciar su miembro sintiendo su virilidad por encima del bóxer.
Frotando y haciendo friccion a su pene sobre la tela, sintiendo como se moja el boxer de carlos por el liquido preseminal y la excitacion del momento, mientras este quita lentamente el pantalon de la chica y entre besos ardientes introduce una mano dentro de la ropa interior de Andrea.
Y comienza a acariciar sus senos con la otra mano, su mano comenzaba a frotar la zona intima de Andrea haciendo que esta jadee y suelte gemidos placenteros los cuales excitaban aun mas al chico, introduciendo con pequeños movimientos circulares sus dedos en la vagina de Andrea creando friccion frotando su zona intima y haciendo que esta comience a mojarse de la excitación.
Comenzando a dejar pequeños besos sobre el abdomen de la chica recorriendo su cuerpo hasta llegar a su ropa interior la cual sujeta con sus dientes y retira lentamente mientras que al mismo tiempo saca su boxer liberando su miembro duro como piedra y mojado de excitación.
Andrea jadeó y enterró las manos en su cabello, tirando ligeramente mientras lo instaba a continuar. - Hazme tuya, Carlos... por favor.-gemia.
tira el boxer por la sala de la casa y con su lengua comienza a practicarle sexo oral a la chica, su lengua danzaba en movimientos circulares, arriba, abajo. Se introducía succionando la zona intima de Andrea jugando con su lengua y el clitoris de esta haciendo que el cuerpo de Andrea se retuerza de placer.
Arqueandose mientras suelta gemidos de placer, esta comienza a gemir con fuerza sujetando la cabeza del chico sobre su zona intima no queria que terminara pero acto seguido Andrea comienza a tomar el control de la situación y Carlos queda posado en el sofá.
Mientras esta comienza a masajear el pene del chico el cual para Andrea media entre 17-19cm masturbandolo, besándolo pasando su lengua por el tronco de su miembro haciendo que este de pequeños gemidos, frotaba y lamia el tronco del pene de Carlos hasta llegar a su glande y pasar su lengua por su glande sintiendo aquel líquido que lubricaba el pene del chico y lentamente lo introduce en su boca.
Haciendo que este arquee su cuerpo hacia atrás gimiendo de placer mientras esta hacia movimientos circulares succionando y masturbando el pene del chico mientras el la sujeta del cabello y la guia con su mano con los movimientos y haciendo leves movimientos pelvicos disfrutando del acto.
Andrea comienza a posarse sobre Carlos y lentamente introduce su pene dentro de su vagina sintiendo la virilidad del chico y al mismo tiempo este comienza a gemir, Andrea comienza a mover sus caderas suavemente en circulos y arriba y abajo.
Jadeos y gemidos de parte de ambos inundaban la sala, este se abalanza sobre la chica quedando recostado sobre ella y comienza a hacer movimientos pelvicos suaves mientras se besan lentamente hasta que va subiendo el nivel de las embestidas a punto salvaje y apasionado, gemidos y besos liberabán por la sala el placer, el tiempo pasaba y cambiaban de posiciones, poses abajo, arriba, de lado, de frente, boca abajo hasta que Carlos queda nuevamente recostado y Andrea arriba de el haciendo embestidas y gimiendo fuerte ambos seguian asi hasta que ambos gimieron fuerte y llegaron al climax del acto haciendo que Carlos se corra y Andrea se venga en squirt dejando mojado el pene y la pelvis de Carlos, quedando esta agotada recostada sobre el pecho de Carlos mientras este le acariciaba el cabello y besaba su frente...
- ¿Nos duchamos? - pregunto Carlos besando la frente de la chica.
- Sí y luego nos dormidos ¿vale? - dijo esta bostezando
- Vale, está bien -.
Se ducharon y se dispusieron a descansar de la apasionada y agitada noche... A la mañana siguiente carlos esta preparando el desayuno hasta que mira por la ventana de la cocina y ve un chico vendiendo Rosas Azules sin pensarlo dos veces cogio su billetera y salio a comprar las Rosas al volver a la casa se dirige a la cocina y en una bandeja acomoda el desayuno de ambos dos vasos de jugo de naranja, pan tostado con mantequilla, mermelada y huevos cocidos a la inglesa en y en un pequeño espacio coloco el pequeñl ramillete de Rosas Azules y se dirige al cuarto
- buenos dias bella durmiente - dijo el moreno depositando un dulce beso en la frente de Andrea esta se quejo un poco - jeje es hora de despertar
- Buenos dias - contesto la pelinegra entre bostezos y sonrió al notar la bendeja con las Rosas y el desayuno -¿como supiste que mis Rosas Favoritas son las Azules? - pregunta curiosa mientras sonrie y toma el ramo - me encantan gracias
- Solo una corazonada, ahora vamos a desayunar nos espera un largo día de trabajo - respondió Carlos sonriendo tomando una rebanada de pan
Ambos se dispusieron a disfrutar de la presencia del otro entre bromas chistes y besos vivian su momento que era solo único de ellos..
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro