~DAVID~

****** Nuestro dia estaba siendo maravilloso, habiamos pasado toda la mañana y parte de la tarde en nuestro picnic, comiendo golosinas, besándonos, jugueteando uno encima del otro en una guerra interminable de cosquillas.

hasta que decidí rendirme y recosté mi cabeza sobre el hombro de Ricardo mientras mirabamos el atardecer hermoso que nos daba la vista de "Parque del Este" de la ciudad de CARACAS, junto con la caida del sol sobre el horizonte pintaba el cielo de un naranja rojizo.

Habíamos venido a la capital de paseo, para alejarnos de nuestra ciudad y tener algo mas de privacidad.

Estar con Ricardo era simplemente perfecto, demasiado perfecto para ser verdad, espero nunca terminen estos momentos.

— Que bello el atardecer verdad? — pregunté mientras miraba la puesta de sol con mi cabeza recargada sobre su hombro.

— No tanto como tu... Pero sí — dijo Ricardo mientras me dejaba un calido beso sobre la frente, solo logre soltar una pequeña carcajada por su comentario.

— Este es nuestro lugar mágico, no podría estar más agradecido con la vida solo mira el sol y su reflejo en el hermoso lago frente a nosotros y mi mejor compañía tu, sabes. Sí algún día llego a faltar quiero que seas muy  feliz y que traigas acá a la persona que te haga feliz y le cuentes que este era nuestro lugar especial, te amo y siempre te amaré — Iba a seguir hablando hasta que lo interrumpí, no entendía el porque de repente deciat esas cosas y me estaba incomodando.

— Ricardo. Basta, que pasa porque dices eso... No sigas me siento incómodo, siento como si te estuvieras despidiendo...además sabes que no te cambiaría por nadie y sabes que también te amo  — dije mientras sentía un escalofrío recorriendo mi cuerpo, en un acto seguido me tomo el rostro mirandome a los ojos y dejo un cálido beso sobre mis labios hasta estar separados a centimetros su rostro del mio.

— No es una despedida tontito, si quiero que me prometas si algun momento llego a faltar, dona mi corazón... Quiero que rehagas tu vida y vuelvas a enamorarte, nuestro amor nunca morirá, siempre habra una señal, una lluvia inesperada, una canción y un baile que hará que nos volvamos a unir y sabrás que soy yo ¿ has oído la historia del hilo rojo.?— dijo acariciando mi mejilla.

— Esa donde dos personas que se aman se atan un hilo rojo en la muñeca y prometen amarse y reencontrarse en su siguiente vida? Creo que si, pero Prometeme que nunca te iras de mi lado — respondí con la mirada baja

— Te lo prometo... Ahora prometeme tu que harás lo que te pedí y con este hilo rojo que tengo acá — me dijo alzando mi mirada y dejándome un corto y calido beso en mis labios, mientras sacaba un rollito de hilo color rojo del bolsillo de su pantalón — prometeremos amarnos esta y encontrarnos en nuestra siguiente vida, prometo encontrarte en nuestra siguiente vida, así como "Te Encontré" en esta.

— Te lo prometo, te amo— ...

Estuvimos abrazados besándonos, jugueteando y bromeando hasta que termino la puesta de sol y emprendimos camino a la casa

— Amor esperame acá entrare al super a comprar un helado — Le dije mientras le daba un besito corto y me dirigía hacia la tienda..

— Vale amor — Este asintió con una sonrisa..

Entre al super pedi mi helado, lo pague y en lo que iba saliendo de la tienda con el helado en la mano visualizo a lo lejos a Ricardo discutiendo con un chico, cuyo rostro estaba cubierto y lo ultimo que divise me dejo totalmente en shock. Al ver como aquel chico sacaba un arma y le disparaba a Ricardo, haciendo que este cayera al suelo brotando sangre su pecho. Mi se vista se puso nublada y mi cuerpo tembloroso, no entendía nada... ******

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Me desperté con un grito y la respiracion agitada, mi frente brotaba gotas de sudor y mis mejillas ardian al igual que mis ojos, los cuales se volvían borrosos por las lagrimas que salian de ellos sin permiso.

Estos ultimos años eh estado teniendo el mismo sueño recurrente sobre la muerte de Ricardo y aunque cumplí mi promesa la policia nunca dio con el asesino y el caso aun sigue en investigación.

El brillo de mi celular me saco de mi ensimismamiento, al ver quien me llamaba conteste de inmediato la video llamada, eran mis mejores amigos Felipe y Maria.

~VIDEOLLAMADA DE WHATSAPP~

María: Hola bombóncito, ¿como has estado?.

Felipe: ¿Que mas bro, como vas que tal van las cosas en Lima?

David: Pues, la verdad nada de otro mundo. La empresa del papá de Andres, es de mucha seguridad no he podido investigar nada aún.

Maria: Bueno en cuanto acá, tu papa y la Sra Martha la mamá de Kevin consiguieron información de que la placa del coche que atropello a Kevin, es de origen peruano con permiso de tránsito internacional.

Felipe: De Lima específicamente y debe ser alguien de mucho dinero, porque esos permisos son carisimos.

Maria: Mmm, si asi mismo es un auto de Lima, pero era alquilado asi qué estamos en nada.

David: Estamos otra vez en el principio, sin pruebas y sin sospechoso.

Maria: Exactamente bombóncito, lo siento pero seguiremos investigando.

David: Y kevin ¿Como está,aún no despierta?.

Felipe: No bro, aún nada. El medico aún tampoco da señales de que vaya a hacerlo, pero tenemos fé de que sí despertará, por cierto planeas volver al espectáculo? En NGW, Josue se retiró ya hace un mes y dejó vacante el título.

Maria: Sí y todo el roaster de luchadores están insoportables y prepotentes.

David: Si planeo hacerlo una vez que resuelva todo, incluido el caso de kevin, no quiero quedarme sin respuestas como paso con Ricardo.

Felipe: Admiro en la persona fuerte que te has vuelto bro, sigue así.

David: He aprendido a ser frío y calculador, a utilizar todo a mi conveniencia.

Maria: Así se habla bombóncito, bueno los dejo, porque tengo cosas que atender.

Felipe: Igual yo chicos cuídense.

David: Cuídense chicos los quiero mucho.

Felipe-Maria: Y nosotros a ti.

~FIN DE LA VIDEOLLAMADA DE WHATSAPP~.

Felipe y María siempre han estado conmigo en las buenas y malas, son las unicas personas en las que confio plenamente y las que conocen a mi verdadero yo y no esta coraza que cree para que nadie me lastime, visualice la hora en mi celular, 09:30pm revisé mi WhatsApp y vi un mensaje de Isadora.

**~CHAT DE WHATSAPP ~**

Isadora: Hola guapo ¿si asistirán a la disco?. 三三ᕕ( ᐛ )ᕗ  √/

David: Hola disculpa por no responder antes, pero sí. si iremos. ¯\_(ツ)_/¯ √/

Isadora: No te preocupes, nos vemos allá. (づ￣ ³￣)づ √/

David: Vale nos vemos. ಠ_ಠ √/

~FIN DEL CHAT POR WHATSAPP~

La reunión sería en el Bar Privilege Club, por lo que he escuchado es un Bar Prestigioso y Costoso, donde asisten chicos Reality de LIMA y personas adinerada.

El local queda en el bulevar del Malecón de la playa, una zona de puras discotecas, una al costado de la otra, así que me predispuse a seleccionar mi outfit para la noche.

Una vez preparado coji mi motocicleta y salí en búsqueda de Samantha, ya que iríamos juntos a la discoteca a vernos con los chicos.

~Aeropuerto de Lima~
 
~JOSUÉ~

El vuelo había sido largo y agotador, pero finalmente había llegado a mí destino. Después de recoger las maletas en el aeropuerto, me dispuse a encontrar un taxi, que me llevara al condominio donde alquilaría una habitación. Había decidido dejar atrás los problemas que había enfrentado en Venezuela y empezar de nuevo en este nuevo país.

Mientras el taxi se abría paso por las congestionadas calles de la ciudad, reflexionaba sobre los cambios que había experimentado en los últimos años. Recordaba cómo había sido un adolescente impulsivo e inmaduro, cómo había lastimado a quiénes me rodeaban y cómo se había enamorado perdidamente de alguien que solo me utilizaba.

Aunque sabía que yo mismo había sido el culpable de mis propios errores, no podía evitar que los sentimientos por ese alguien, Kevin, persistieran en su corazón, incluso cuando había aceptado que lo dejaría ser feliz y lo viera con otro, David.

El repentino frenazo del taxi me sacó de sus pensamientos. Un motorizado había pasado frente al vehículo a toda velocidad, obligando al taxista a detenerse bruscamente.

sentí cómo la adrenalina inundaba mi cuerpo, pero cuando miré por la ventana, vi a un joven rubio con ojos turquesa que me resultaba extrañamente familiar. Sacudí la cabeza, atribuyendo la visión a la fatiga del viaje.

Finalmente, llegamos al condominio. Con ayuda del taxista  bajé mis maletas y me dirigí a la recepción, donde fuí recibido por John, el chico con el que compartiría departamento.

Al verlo, Josué quedé sorprendido por lo atractivo que era: alto, con un estilo casual pero elegante, y unos ojos grises que parecían mirarlo directamente al alma.

— Mucho gusto, soy John. ¿Tú eres José? — preguntó  con una sonrisa amable, extendiendo la mano hacia mí.

asentí, sintiendo cómo mí corazón latía más rápido al contacto con la mano de John.

— Sí, soy Josué — respondí, tratando de ocultar la turbación que sentía.

John me miraba con una expresión curiosa, lo cual me hacía sentir intimidado por la mirada del castaño.

— ¿Te parece si entramos al departamento? — sugirió, con un tono de voz que no pude evitar interpretar como un tanto coqueto.

asentí nuevamente con la cabeza, sintiendo que el rubor subía por mis mejillas.

— Sí, claro — respondí, siguiendo a John hacia el ascensor.

A medida que subíamos por el ascensor, no podía sacarme de la cabeza la sensación de que algo había en nuestro ambiente.

Sentía que había un tipo de  conexión inexplicable entre John y yo, una chispa que parecía arder cada vez que me miraba.

Y aunque intentaba ignorar esos sentimientos, sabía que este nuevo comienzo en mi vida podría traer consigo algo más que un simple amistad.

El ascensor se deslizaba suavemente hacia arriba, pero en mi  interior, un torbellino de emociones me tenía atrapado. Mientras observaba a John de reojo, me preguntaba si estaba interpretando mal las señales o si, de hecho, habrá algo más entre nosotros.

John, por su parte, parecía estar completamente relajado, con una sonrisa juguetona bailando en sus labios. Había algo en su mirada que  no podía descifrar del todo, pero que me intrigaba profundamente.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, salimos y nos dirigimos hacia el departamento que compartiríamos. Mientras caminábamos  por el pasillo, me esforzaba por encontrar las palabras adecuadas para romper el tenso silencio que se había instalado entre nosotros, y vaya que si me esforcé.

— ¿Así que... cuéntame más sobre ti? — pregunté, intentando romper el hielo.

John me lanzó una mirada divertida. — Bueno, ¿qué quieres saber? — respondió, con una sonrisa traviesa.

Por mi parte me sentí momentáneamente desconcertado por la respuesta de John, pero luego decidí seguir adelante para no quedar en vergüenza. — ¿Cómo terminaste aquí? Quiero decir, en este departamento — pregunté, tratando de mantener la conversación ligera.

John encogió ligeramente los hombros — Oh, simplemente necesitaba un lugar para quedarme mientras trabajo y estudio en la escuela de arte.Este lugar parecía una buena opción — explicó.

Lo miré con determinación escuchando cada una de sus palabras, pero mi mente seguía dando vueltas. Había algo en la forma en que John me miraba, en la manera en que se acercaba un poco más de lo necesario cuando hablaba, que me llenaba de esperanza y temor al mismo tiempo, temor a ilusionarme cuando apenas acabo de conocer a este chico, así que me daré tiempo de conocerlo primero, para no hacerme falsas esperanzas.

Finalmente, llegamos al departamento y John abrió la puerta. entré detrás de él, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo en el fondo de su estómago. Este nuevo comienzo en mi vida prometía ser emocionante, pero también incierto.

Dentro del departamento, me dedique a observar mi nuevo hogar con curiosidad. Las paredes estaban pintadas en tonos neutros y la decoración era sencilla pero acogedora. Podía ver las otras puertas cerradas, imaginando quiénes serían mis futuros compañeros de departamento, afortunadamente John me aclaró que solo seríamos el y yo. Ya que sus otros compañeros estaban fuera del país, cosa que me tranquilizó un poco. Pero luego me ruborice al recordar un detalle, compartiremos habitación.

John me guió hacia la habitación que compartiríamos, y me sentí aliviado al ver que era espaciosa y luminosa. Mientras dejaba mis maletas en un rincón, mi mente seguía dando vueltas, tratando de procesar todo lo que había experimentado desde mi llegada.

John se sentó en la cama, mirándome con esa encantadora sonrisa. — Espero que te sientas cómodo aquí — dijo, rompiendo el silencio.

Asentí, devolviendo la sonrisa de John. — Gracias. Estoy seguro de que me adaptaré rápidamente — respondí, tratando de ocultar los nervios que sentía en mi interior.

Durante el resto de la tarde, comenzamos a conocernos mejor. Pasamos tiempo juntos, compartiendo historias y risas, y descubriendo más cosas en común de lo que habíamos imaginado.

sentía que cada vez me atraía más  la personalidad encantadora de John, pero no sabía si sus sentimientos fueran a ser luego correspondidos.

Finalizando la tarde, mientras estábamos viendo una película juntos en el sofá, no pude contenerme más. Miré a John con determinación y abrí la boca para hablar, pero antes de que pudiera decir algo, el teléfono de John sonó, interrumpiendo el momento.

John miró la pantalla y frunció el ceño antes de contestar la llamada. La conversación fue breve, pero  pude ver la preocupación en los ojos de John mientras hablaba. Cuando colgó, John suspiró y se pasó la mano por el cabello.

— ¿Estás bien? — pregunté, preocupado.

John asintió, forzando una sonrisa. — Sí, solo algunas preocupaciones personales. Nada de qué preocuparse — respondió, pero  noté la tensión en su voz.

La noche cayó sobre nosotros mientras seguíamos viendo la película, pero no podía quitarme de la cabeza la preocupación por John. Había algo en su mirada que me decía que había más en la historia de lo que estaba dispuesto a contar.

A medida que la noche avanzaba, decidí que necesitaba saber la verdad. Me acerqué a John y tomé su mano con suavidad, buscando su mirada con determinación.

— John, sé que algo te está molestando. Y quiero que sepas que puedes confiar en mí — dije con sinceridad.

Los ojos de John se llenaron de sorpresa y gratitud mientras me  miraba. Por un momento, pareció como si estuviera a punto de abrirse y contarme todo, pero luego se detuvo y sacudió la cabeza con una sonrisa triste.

— Gracias, Josué. Realmente aprecio tu preocupación. Pero hay cosas que simplemente no puedo contar — respondió en voz baja.

Sentí un nudo en la garganta al ver la expresión de John, no se por que pero lo sentí, decidí no presionarlo más. En cambio, me limite a sostener su mano con fuerza, prometiéndole con mi silencio que estaría allí para él, pase lo que pase.