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77. ¿SERÁ POSIBLE?.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Génesis 40
16 Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza.

17 En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.

18 Entonces respondió José, y dijo: Ésta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son.

19 Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.


Me veo por última vez en el espejo y al sentirme satisfecho con mi semblante sonrió complacido.

—¿Listo para echarte la soga al cuello? —pregunta Fabricio.

Yo asiento feliz.

Los J5 me miran como si fuera a morir excepto J1 y J4.

Salgo de la habitación y me subo a la limusina rumbo al lugar en donde la boda se va a realizar.

Minutos después.

Desciendo del auto y todos los invitados irrumpen en grandes aplausos.

Puedo ver los autos de los J5 los cuales han llegado en orden con su respectiva pareja.

Me concentro en la pareja de Erick, es la hermana Ema con la cual está orando para casarse.

—¡Ya llegó el novio!, ¡Ya llegó el novio! —gritan algunas chicas.

Saludo con la mano y me aproximó a entrar, mis padres me dan la bienvenida.

En eso llega el joven asistente que me ha estado ayudando en cuanto a los preparativos de la boda.

—acompañeme por favor —me pide.

Lo sigo y el me comienza a enseñar paso a paso todos los preparativos con los cuales Linda está encantada.

La torta es perfecta, conforme al diseño que Linda pidió.

Los vestidos y peinados de las damas de la calle son excelentes.

El salón está con la decoración que Linda prefirió.

Después de ver todo ya estaba listo esperando a mi amada novia.

La entrada de ella no iba a ser como las entradas de las otras novias, lo de ella es un caso muy especial.

El predicador comenzó a hablar saludando a todos y anunciando el inicio de la boda.

—ahora todos estamos a la expectativa de la llegada de la novia —dice el predicador —por favor denle un fuerte aplauso para darle la bienvenida.

Todos comenzamos a aplaudir mientras se comienza a escuchar la canción de la marcha nupcial.

Levanto mi mirada a lo alto y ahí la puedo observar, ella viene luciendo un hermoso vestido, aquel vestido que aún no sé su procedencia pero que fue el único que le gustó y no les voy a negar que le queda hermoso.

Viene desde el segundo piso y con ayuda de la dama de honor comienza a bajar las escaleras.

Apenas nuestras miradas se conectan, ella me da una hermosa sonrisa, la cual solo duró unos cuantos segundos.

Aquella sonrisa desapareció y su rostro palideció por completo.

Su cuerpo se desvaneció cayendo al suelo y rodando por las escaleras.

Corrí hacia ella.

La tome en mis brazos y pude ver una gran mancha de sangre en su vestido.

Su pecho ha sido perforado por una bala.

Todo paso tan rápido que no supe cómo fue.

—¡Linda!, ¡Linda! —la llamo con desesperación sintiendo como mi traje se empapa de sangre.

Ella abre sus ojos con debilidad y me da una débil sonrisa.

—¡¡Llamen a una ambulancia!! —pido con urgencia al ver que está perdiendo mucha sangre.

Intento levantarla en mis brazos.

—no, —me detiene —no lo hagas por favor —dice con dificultad —dejame ser feliz los últimos segundos.

—¡Noooo! —grito con desesperación y angustia.

Ella levanta su brazo y con su delicada mano toca mi mejilla.

—te...te a...amo —es lo último que dice.

Su brazo cae al suelo y sus ojos se cierran.

—¡Noooo! —grito aferrándome a su cuerpo sin vida.

Es ahí cuando veo a alguien de manera borrosa debido a lo mucho que he llorado.

Es un hombre.

El escolta favorito de Linda.

Viene luciendo un traje negro y en su mano izquierda trae un arma.

—lo siento Linda —le dice al cuerpo sin vida de ella —pero si no eras para mí, no eras para nadie.

No sé que hacer es tanto el dolor que estoy sintiendo en este momento que ya no me importa nada, no puedo pensar con claridad solo sé que me he cegado totalmente de la ira.

Quiero...

Mis oídos comienzan a pitar de manera tan fuerte que ya no puedo oír y...

—¡¡Papi, papi!! —escucho la voz de Elizabeth a lo lejos.

Finalmente abro los ojos y me doy cuenta de que todo ha sido una terrible pesadilla la cual se veía muy realista.

—¿Estás bien? —pregunta Elizabeth preocupada.

—si cariño —respondo —o al menos eso creo.

Paso mis manos por mi rostro y me doy cuenta de que estoy empapado en sudor.

—estabas gritando mientras dormías —me dice —decías que no y llamabas a mi madre.

—es que tuve una pesadilla —contesto.

—mi madre siempre me da un vaso de agua cuando tengo sueños feos para que me calme, ¿Quieres uno?.

Yo niego con la cabeza.

—entonces me iré a mi cama —dice despidiéndose.

Después de que ella se va, me levanté busque ropa en el closet y fui por una ducha.

Mientras el agua caía sobre mi cuerpo llevándose todo residuo de sudor, no podía dejar de pensar en aquel horrible sueño.

«¿Será que ese escolta se atrevería a hacer algo así?».

«Imposible».

«Pero a leguas se nota que está enamorado de ella».

Minutos después.

Luego de estar cambiado me arrodilló a orar y le presento a Dios ese sueño pidiéndole que tenga de mi misericordia y que jamás algo así llegue a pasar.

Horas después.

—Dios lo bendiga pastor —saludo mientras me terminó de poner la corbata.

—amén hermano Deimond, —responde él —¿A qué se debe el honor de su llamada? —pregunta.

—quería pedirle permiso para ver a Linda, necesito hablar con ella, ya falta poco para la boda y necesito saber cómo va con los arreglos, no quiero sorpresas al final.

Solo se oye silencio en la llamada.

Espero con calma mientras peino mi cabello con los dedos mirando mi reflejo en el espejo.

—esta bien —responde al final —pero asegúrese de estar en compañía de otras personas y no se olvide de guardar las distancias con ella, no quiero nada de mal testimonio.

«¡Yes!».

Una sonrisa triunfante aparece en mis labios al saber que me salí con la mía.

—como usted diga pastor.

Él se despide y corta la llamada.

Tomo un frasco de perfume de los muchos que tengo y roseo en el aire, luego paso por ahí quedando impregnado de él.

La habitación también queda llena de perfume.

—¿Que es lo que huele tan rico? —pregunta Elizabeth entrando a mi habitación mientras suspira con los ojos cerrados.

—uno de mis perfumes —respondo mientras miro la relojería que tengo y escojo un reloj que combine con mi atuendo.

Mi pequeña se acerca y contempla mis hermosos relojes, estira la mano para coger uno.

—¡No! —la detengo.

Ella me mira.

—son como las niñas de mis ojos después de Dios, Linda, tu y mis padres. —le explico.

—okey —dice retirando su mano.

Lo bueno de Elizabeth es que es muy entendida.

La amo.

—¿Cómo me veo? —pregunto terminando de ponerme el reloj.

Ella me mira de pies a cabeza.

—uumm... —pone su mano en el mentón pensando.

—¿Y bien? —vuelvo a preguntar levantando una ceja.

—te ves muuuuy guapo —dice al final. —aunque no tanto como yo.

Sonrió ante sus palabras.

—me preguntó a quien le aprendiste lo de presumida.

—no es presumir —dice alzando ambas cejas —es la verdad, o si no, pregúntale a Fabricio.

«Lo sabía».

Ayer él estuvo aquí y ya me contagió a mi hija.

Salimos de la habitación y desayunamos la comida favorita de Elizabeth antes de irnos a ver la mujer más hermosa del mundo.

Mi amada Linda.

Minutos después.

Salimos del apartamento y nos dirigimos al parqueadero en busca de mi coche.

De camino al ascensor nos encontramos con Erick.

—Dios te bendiga hermano —me saluda —supongo que vine a mala hora.

—amén, —respondo su saludo mientras entramos al ascensor —supones bien.

El baja su mirada hacia Elizabeth, yo marco el número uno hacia él primer piso.

—hola nena —la saluda.

—hola J4 —responde ella.

—mi nombre es Erick —le aclara él.

—y mi nombre no es nena —contesta ella.

«¡Esa es mi bebé!».

Nunca se deja de nadie.

—ya que viniste a verme, ven conmigo a ver a Linda y así no pierdes el viaje —digo rompiendo el silencio tan incómodo que se formó entre él y Elizabeth.

—okey —dice soltando un suspiro sin mucho ánimo.

Por lo visto no está de buen ánimo, según su cara algo malo le está pasando.

Pero ahora no tengo tiempo para escucharlo.

Media hora después.

Vamos llegando a la mansión de Linda, estamos en mi auto, Elizabeth canta una canción infantil en los puestos traseros, mientras Erick mira por la ventana en silencio.

A mí mente viene el sueño que tuve, en aquel sueño la pareja de Erick era Ema, su futura prometida.

—¿Cuál va a ser tu pareja en la corte de la boda? —le preguntó sin dejar de mirar la carretera.

Erick deja de ver por la ventana y gira su rostro hacia mi.

—¿No es obvio? —pregunta.

—no, no lo es.

—por supuesto que con Ema —responde al final.

«Tal y como lo ví en mi sueño».

«Pero bueno, solo es una coincidencia».

—¿Sabes cuál será la pareja de Fabricio? —pregunto.

—creo que es la chica con la que está grabando la película —responde.

Es ahí donde me comienzo a preocupar, en mi sueño esa era su pareja y yo ni siquiera lo sabía en la realidad.

—¿Que me dices de Jason? —pregunto fingiendo normalidad.

—Jason va hacer pareja con la rubia.

—¡No puede ser! —exclamo —todo está saliendo igual.

—¿A qué te refieres? —pregunta confundido.

—nada, no es nada.

Me pongo los audífonos y marco el número de mi asistente.

—muy buenos días —saluda contestando —¿Desea algo?.

—quiero que me mandes fotos de todos los preparativos para la boda —respondo.

Miro los preparativos de la boda y a la vez conduzco y simplemente no puedo creer lo que veo, todo va de acorde con mi pesadilla.

Lo único que me falta es que él vestido de Linda también sea igual.


Fin de la narración.


Estoy acostada en una maca mientras veo a las chicas de la corte de honor las cuales están teniendo un pequeño altercado.

—yo pienso que deberíamos dar un medio giro a la hora de darle la bienvenida a la novia —opina la pareja de Fabricio.

Es una chica famosa que se cree la última Coca-Cola.

—no estoy de acuerdo, —habla Ema la futura prometida de Erick. —yo pienso que no deberíamos hacer eso porque es como si fuera un baile.

Yo rio sin prestarles mucha atención, ya he trabajado mucho en mi boda así que la entrada de las chicas de la corte se las dejo a ellas.

Por cierto desde que llegaron a ensayar no se han llevado para nada bien ese par.

—okey —dice la pareja de Fabricio mientras se arregla el cabello —si no estás de acuerdo, entonces vamos a votación —mira a todas las demás chicas —alce la mano las que están de acuerdo con mi propuesta.

Varias manos se ponen en alto.

—ahora alcen la mano las que no están de acuerdo con eso —habla Ema.

Definitivamente está vez las manos son más poquitas.

—creo que hablare con él pastor —dice Ema al ver que ha perdido.

Hubieran visto la cara de enfado de Ema, Gracia y yo mientras tanto miramos todo aparte de la discusión.

—afortunadamente yo no pertenezco a la corte —dice Gracia aliviada.

—eso es bueno —le digo.

Dejó de prestarle atención a las chicas y me pongo a hablar con Gracia, que se pongan de acuerdo como puedan.

Siempre y cuando no se agarren del caballo todo está bien.

—todo me imaginé, —comenta Gracia mientras mira a Ema en revolución —menos que Erick se fuera a casar antes que J3.

—yo si me lo esperaba —le digo —con J3 ninguna mujer tiene esperanzas.

—aún asi Erick está violando las reglas de los J5 —dice Gracia aquí entre nos —el siguiente después de Deimond es J3.

—pero eso era antes —le digo —ahora no creo que Jak se interponga en su camino.

Lo que no me termina de cuadrar es que se suponía que a él le gustaba Jiseth, supongo que estaba equivocada.

Además Jiseth jamás le prestó atención, supongo que se canso de rogarle o de esperarla.

En ese momento alguien llega al salón.

Es nada más y nada menos que Erick.

—hablando del rey de Roma y el que se asoma —comento.

Inmediatamente Ema lo ve, corre a él.

—¡Erick! —exclama dándole un leve abrazo al cual él no corresponde —¡Que bueno que llegaste! —sonrie ampliamente.

—Dios te bendiga —le dice él con su particular sonrisa.

Yo mientras tanto me dedico a contemplar la escena.

Digamos que ellos hacen bonita pareja.

Mientras que ellos se saludan yo volteo a ver disimuladamente a la hermana Jiseth.

Ella los mira y puedo ver su rostro un poco decaído.


No sé si es mi impresión o si es que de verdad la pobre está sufriendo.

Gracia me jala del brazo haciendo que deje de mirarla.

—¿Que? —pregunto.

—mira quien llegó —me dice.

Volteo a ver y es Deimond acompañado de mi princesa.

«¡Oh por Dios!».

«Este chico como siempre luce muy guapo».

Siempre logra sacarme un suspiro.

«Y pensar que muy pronto seré su esposa».

Apenas nuestras miradas se encuentran él sonríe complacido y es imposible que yo no lo haga.

—aqui vamos otra vez —susurra Gracia mirándonos.

—¡Por fin llegó alguien cuerdo! —habla la pareja de Fabricio.

En eso todos los J5 hacen su entrada triunfal.

Hubieran visto como esas chicas se escaparon de desmayar, excepto Emily, Gracia, Jiseth y yo.

Todas corren a saludar a sus respectivas parejas.

Después de eso Ema y la otra chica exponen sus opiniones acerca de la entrada en la corte y todas esas cosas.

—¿Que opina hermano Deimond? —pregunta Ema.

—yo opino que hay que cambiar de parejas —responde él dejándonos a todos sorprendidos.

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