_ Teme, hay que volarnos la primera hora - sonrió zorrunamente - Tengo un plan muy divertido.

_ Dobe - se paró firme y autoritariamente - Es química. Y apestas en química.

_ Vamos, Sasuke, te prometo que estudiaré mucho - rogó a su autoproclamado tutor.

_ No.

_ Por favor - hizo ojitos de cachorrito mojado.

_ No.

_ Pero... - comenzó.

_ Que no - lo interrumpió.

_ ...

Al final, Sasuke terminó accediendo, ya tenía lo que quería; que el usuratonkachi le rogara terriblemente hasta desvivirse.

Seh.

|Más tarde|

Estúpido dobe, nada hacía bien.

_ "Vamos a volarnos la primera hora, Sasuke" - arremedó el azabache.

_ Tsk, ya te dije que lo siento, teme - hizo un puchero.

_ No te vuelvo a hacer caso, usuratonkachi - resopló.

El rubio infló sus cachetes, esperando ablandar el alma del Uchiha, Sasuke lo miró y le dijo...

_ Te ves patético - murmuró el Uchiha.

Básicamente, nada más estaban ahí sentados en la banca del patio sin hacer nada, muriéndose de aburrimiento.

Hasta los alumnos estarían aunque sea un poco menos aburridos.

Sip; mierda de vida.

[...]

Gaara se encontraba en el hotel, decidiendo lo que iba a hacer esa noche pero... ya no había vuelta atrás.
Ya no podía arrepentirse de las decisiones tomadas hace apenas unas horas.

Hoy lo vería, aunque fuera de lejos, tenía que verlo, tenía que ver a su Naruto.

Aunque sabía que cuando Temari y Kankuro se enteraran de que se había escapado a Konoha, lo buscarían hasta por debajo de las piedras, aunque fuera sólo para ver al rubio, ni siquiera se quedaría a dormir, se iría inmediatamente.

[...]

Después de unas horas de clases aburridas, que pasó con una bolsa de hielo en su ojo morado (cortesía de Sasuke), Naruto se dirigió a su casa y se dejó caer en su cama.

Ero-sennin no estaba, así que decidió salir a beber algo, no estaba de humor cómo para hacer otra cosa, para ser sinceros.

Llegó al bar, se sentó, ordenó unos tragos y fue lo último que recordó.

[...]

Gaara finalmente se había rendido, no había encontrado a Naruto, fue a cualquier lugar conocido, pero fue en vano, pasó por un bar y escuchó de casualidad la conversación de dos chicas.

_ Pobre rubio, tomó demasiado - le dijo a su amiga.

_ Sí, tal vez es un mal de amores, aunque no es posible, digo el chico tiene unos hermosos ojos color azul, azul zafiro, y esas graciosas y tiernas marquitas en las mejillas le dan un aspecto salvaje - sonrió - Me gustaría tener aunque sea una noche con él.

_ ¡Camila! - gritó su amiga escandalizada y rió - Ya vámonos.

Y las chicas se fueron.

Pero Gaara se quedó, entró al bar y allí vio a su adoración, ahogándose en alcohol.

No tenía forma de dejarlo en la casa del rubio, sin que se diera cuenta su padrino y el plan era pasar desapercibido, así que lo llevó a su habitación en el hotel.

Fue algo difícil el camino, pues el rubio estaba medio inconsciente pero finalmente llegó.

Lo acostó en su cama, y se recostó a su lado, dispuesto a dormir una vez más a su lado, sólo una vez más, se recostó en el hombro de rubio y pasó su brazo por encima de éste, abrazándolo.

Sintió como Naruto se acomodaba a su lado y entonces sintió cómo éste pasaba su mano por su espalda baja, provocando que Gaara sintiera un escalofrío recorrerle toda la columna.

Se apegó aún más al rubio, en busca de más contacto.

_ Gaara - susurró Naruto - Te amo.

Gaara, junto con esas palabras, sintió otra caricia, ésta vez en su muslo.

Gaara se separó, pero no para alejarse, sino para obtener algo más.

De un momento a otro, ambos chicos se encontraban besándose apasionada y salvajemente, Gaara se encargó de quitar el obstáculo que había entre ellos dos; la ropa.

Siguieron besándose y restregándose el uno contra el otro, ya desnudos.

Naruto, aún siendo preso del alcohol y la inconsciencia, metió un dedo en la entrada de Gaara, haciendo que éste arqueara la espalda.

_ Hum, Naruto... - suspiró al sentir otro dedo abriéndose paso en su interior. Las embestidas empezaron a acostumbrarlo a la sensación y cuando estuvo listo, Naruto lo volteó, quedando sobre él y lo embistió.

_ ¡Ah! - gimió el pelirrojo al sentir al rubio en lo más profundo de su ser.

Entre gemidos, jadeos y suspiros, se escuchaba el sonido obsceno que provocaba aquella acción húmeda y caliente.

Naruto sintió como Gaara apretaba su entrada a voluntad para darle más placer y lo embistió con más velocidad.

_ ¡Ah, Naruto! ¡Ya casi! - gritó el joven.
Gaara finalmente se corrió, gritando el nombre de Naruto, gracias a ésta acción, Naruto no pudo evitar llegar a su fin también.

Trataron lentamente de controlar sus agitadas respiraciones.

Gaara, aunque deseara con todo su ser que Naruto recordara esto, sabía que era mejor que lo olvidara, no quería lastimarlo más, no era justo para Naruto.

Con ese pensamiento y todo el dolor del mundo, Gaara comenzó a vestirse, le dio un último beso de despedida al rubio y se fue de aquel hotel.

|Al día siguiente|

Naruto tenía un horrible dolor de cabeza, no recordaba ni madres.

Y por alguna razón, se encontraba en un hotel.

Se dio una ducha ahí mismo y empezó a recordar fragmentos de lo sucedido.

Salió corriendo del hotel a buscar a Gaara.

Pero poco después se rindió. Era obvio que el pelirrojo se había marchado desde hace mucho.

Con el corazón en la mano, se fue directamente a su casa.

No quería ir a la escuela ese día.

[...]

Sasuke tenía el ceño más fruncido de lo normal. ¿La razón? El dobe no había ido, y por lo tanto, se había aburrido en grandes y asquerosas cantidades.

Claro que, hubieron varias personas que trataron de hablarle, como una pelirrosa que se la pasaba elogiándolo o una pelirroja que se la pasaba de ofrecida.

Su día, sintetizándolo, fue pura basura.

Y ahora iría a matar al rubio por haberlo dejado.

Naruto días antes le había dado una copia de la llave, pues siempre que habían proyectos en parejas, los ponían a ambos.

Abrió la puerta de la casa y se encaminó hacia la habitación del rubio, abrió la puerta y se encontró con el muy perezoso acostado en su cama con una cara de depresión total.

_ Sasuke - murmuró con pesadez.

_ Dobe, dímelo - no había que ser Einstein para saber que le pasaba algo grave.

Y así fue, Naruto le contó todo. Y se ganó un puñetazo en la cara.

Aún así, Sasuke lo apoyó.

_ Eres un inútil - si a eso se le llama apoyo...

_ Ya sé - respondió.

_ Eres patético.

_ También lo sé - comenzaba a molestarse.

_ Y eres mi amigo. Así que no quiero volver a verte de esta manera - eso dejó a Naruro muy sorprendido - Tu ex es un imbécil, un imbécil porque ha dejado ir a una persona muy valiosa que nunca encontrara en este mundo, no vale la pena estarse lamentando por alguien así - lo miró furioso - Haz uso de tu única neurona y no dejes que se muera cometiendo la estupidez de caer de nuevo ante él para ser su perro faldero. Ahora, si me disculpas - se dirigió a la puerta - Ya tengo que irme a casa, mi papá odia que llegue tarde y más te vale ir a la escuela mañana o te reviento - y con esa última frase, se fue mientras Naruto lo veía y escuchaba ensimismado.

_ He, en serio es un teme - sonrió con melancolía.

Sasuke tenía razón, ya era hora de sepultar el pasado y seguir caminando, nunca olvidaría esos momentos especiales que había pasado con Gaara, pero tampoco podía quedarse estancado en ellos.

Si Naruto ya había salvado a Sasuke anteriormente, no cabía ni la más mínima duda de que Sasuke había  hecho lo mismo por él.

Sasuke en serio era una persona interesante y rara... pero así lo quería y no lo cambiaría por nada.

Poco a poco, se empezó a olvidar de Gaara y de los sentimientos ya perdidos.

¡NO ME ARREPIENTO! -se aleja corriendo por su puta vida-