Capítulo 5
Salgo de la farmacia, dejando pasar a una señora con bastón antes de agradecer al señor que me atendió.
Le tomo foto al bote de pastillas que Silas me pidió comprar para su creciente alergia antes de guardar el bote en mi bolsillo.
Camino hacia mi auto, pero me detengo al reconocer a la chica al otro lado de la calle.
Sophia Young sale de una librería con una bolsa llena de libros, se queda un rato viendo la vitrina, saca su celular de la bolsa, tomándole foto a algunos libros que muestran. Para guardarlos para su siguiente compra.
Muevo las llaves de mi caro en mis manos, indeciso si sería buena idea acercarme.
No hemos hablado más que en clase, donde ella copia todo lo que el profesor dice mientras yo me limito a verla mientras lo hace.
Y aunque en algunas clases el sueño sí me gana, la mayoría de los días logro descubrir un poco más sobre sus expresiones. Como cuando arruga la nariz cuando no entiende algo o como cuando tapa su risa con sus dedos cuando algún alumno hace un comentario gracioso.
La pelinegra se comporta igual de tranquila cuando está con Asher, Oli y Luna, ningún indicio que pueda estar interesada en el gobernador para nada.
Pero lo está, porque le dije a Silas que aceptara el trabajo y cuando lo hizo una gran suma de dinero apareció en nuestra cuenta.
Me acerco a ella. Viendo su pequeño vestido negro que deja sus piernas expuestas y su camiseta que cubre sus brazos.
—No te creí amante de la ciencia ficción.—mi voz la sobresalta.
Me voltea a ver y molestia brilla en sus ojos.
Sonrío, amando más de lo que debería al ser el único que recibe ese tipo de miradas. Claramente, no hay molestia para Asher.
—Déjame adivinar... ¿creías que solo leía romance?—subo mi mano, subiendo hacia su hombro, liberando el peso de su maleta de ella, tomando su bolso lleno de libros y empezando a caminar con ella al lado.
—Mmm.—digo pensando en lo poco que conozco de ella y en todos los secretos que estoy seguro, oculta.—Pensaba que eras más alguien que le gustan los misterios.—muevo mis ojos a los suyos, tratando de encontrar cualquier reacción que quiera darme
Ella se queda callada un segundo, luego se encoge de hombros.
—No me gustan los secretos.—paro ante sus palabras, con algunas en mi boca, pidiéndome que diga.
Pero no lo hago, no solo por qué no puedo hablar sobre mis clientes, sino porque un quiero averiguar porque ella necesitaría ser una.
—¿Cuál es tu libro favorito?—sus ojos se abren con impresión.
—¿Por qué la pegunta?—me mira con sus ojos entrecerrados, como si le hubiera hecho una pregunta con trampa.
Me congojo de hombros.
—Para leerlo Young, ¿para qué más?—camino otra vez, esperando que ella me siga.
—¿Lees?—me giro para verla, levanta la vista, juntando nuestros ojos. Veo incredulidad en sus ojos.
—A veces lo hago.—digo quitándole importancia, queriendo ver los libros que están dentro de su bolsa, pero no queriendo incomodarla.
La chica para y yo me detengo también. Me mira unos segundos, sus verdes ojos evaluándome.
—Bien, te traeré algunos de mis libros favoritos, pero no aceptaré ninguna crítica sobre los géneros de ellos o sobre cualquier cosa que pase dentro.—dice cruzando sus brazos sobre su pecho, yo sonrío.
—Me parece bien Young.—sus ojos se achican un poco al escuchar su apellido de mis labios, lo que me hace sonreír más.
Aparto mis ojos de mi ordenador cuando recibo un mensaje.
Chisto la lengua al ver el cambio de planes en el chat. Asher ha insistido que la reunión sea en su casa, lo que significa que no seremos solo los cinco, sino que el castaño va a invitar a muchas más personas.
Dejo caer mi cabeza hacia atrás, tratando de sacarme el sueño, destensando mis brazos y mis piernas por las largas horas trabajando.
Mi celular vibra una vez más, esta vez hago una mueca al ver el mensaje del secretario de mi padre.
Pienso en la última vez que hablé con papá y me sorprendo cuando me doy cuenta de que fue el día que decidí mudarme a esta ciudad.
La boda con Isabelle fue hace un par de semanas, pero aún no logro tener el valor de llamarlo para disculparme por mi ausencia. Y aunque el secretario de papá me dijo que él entendía, aun así no me sienta bien no haberlo felicitado.
Me levanto de la silla, cerrando mi computadora antes de dirigirme a mi baño para arreglarme.
La verdad, ahora que lo pienso, no me vendría nada mal un par de copas.
La casa de Asher está tan llena como me imaginé que estaría.
Veo la botella de tequila que saqué de la colección de papá abriéndola en la cocina y sirviéndome un shot.
Suspiro viendo el líquido antes de tomarlo, haciendo una leve mueca por el fuerte sabor.
Escucho la voz de Luna en la entrada, así que agarro dos vasos de shots y camino hacía su voz.
Hago una leve mueca cuando veo el cabello rojo de Luna alejándose con Oli hacia la terraza. Giro hacia la pelinegra viendo que lleva la misma ropa desde la mañana.
¿No tiene calor con el suéter?
—Eres preciosa Soph, no importa lo que uses.—las palabras que salen de la boca de Asher me hace girar los ojos.
El chico empezó a tomar horas atrás, realmente es admirable como está parado frente a la chica sin caerse.
—No lo escuches, tiende a mentir cuando está ebrio.—Sophia se sobresalta ante mi voz, me río ante ello y mi sonrisa se queda en mis labios al ver su mirada hacia mí.
Esos ojos verdes con la misma molestia a la que empiezo a acostumbrarme.
Ash se queja ante mis palabras, pero balbucea algo incomprensible, tratando de defenderse, tratando de explicarle a Sophia que sus palabras son reales.
Porque lo son, Sophia podría usar un maldito saco de papas y aún verse preciosa.
Porque ella es jodidamente preciosa.
Suspiro, recostándome en la pared detrás de mí, un poco sorprendido por mis pensamientos, veo la botella aún en mis labios y me pregunto si es tan fuerte como sabe, si el único shot ya está subiendo a mi cabeza. La dejo en la mesa de vidrio volviendo mis ojos a la pelinegra que se ha quedado mirándome.
—¿Quieres?—mi voz suena apagada, cansada.
Medio sabiendo que ella no aceptaría, porque usualmente toma bebidas dulces, no alcohol puro.
—¿Cuál es el precio?—levanto una ceja, sorprendido que no haya salido una negativa directa.
Asher saluda a unas personas que acaban de entrar, besa su mejilla y se va con ellos un segundo, pero Sophia no aparta sus ojos de mí.
Como si hubiera olvidado a Asher por completo.
Sonrío de lado.
—¿Por qué tendría que haber un precio?—bajo mi mirada, sirviendo líquido en los dos vasitos, viendo de reojo como Sophia se acerca a mí.
—¿Ian Hill dando algo gratis? No me lo creo.—la miro, curiosidad y diversión brillan en sus ojos.
Está relajada, más relajada ante mi presencia que cuando está en clase tratando de concentrarse.
Su largo cabello se mueve un poco por la brisa de las puertas abiertas y me arrepiento a medias de no haber traído nada más que una camiseta para cubrirme de los escalofríos de mi cuerpo.
—Puede que hoy este de buen humor.—digo, ofreciéndole un shot sin desconectar nuestras miradas.
Sophia me mira sorprendida, muerde un poco su labio inferior, aún indecisa si tomar el shot y lo que sea que cree que estoy ofreciéndole aparte de eso.
¿Una tregua? Realmente me gusta molestarla en clase, así que yo no le ofrecería eso.
Sophia agarra el chupito, pero antes que pueda inclinarlo sobre sus labios, entrelazo nuestros brazos, acercando mi cuerpo con el suyo tan rápido que apenas puede reaccionar.
Levanto una ceja a modo de invitación, esperando que entienda que quiero que tomemos juntos.
La pequeña sonrisa divertida sale de sus labios, asiente levemente y ambos tomamos.
Sophia se aparta de mí cuando siente unas manos en sus caderas, deja salir un suspiro aliviada cuando se da cuenta de que es Asher.
Me aparto más de ellos, mi celular vibra en mi bolsillo. Maldigo, dejando la botella y el vaso sobre la mesa.
Me alejo por el pasillo viendo el nombre de mi padre en la pantalla.
Dudo antes de contestar, pero dudo tanto que la llamada muere luego de un par de minutos.
Suspiro, entrando al chat, escribiéndole a mi padre que no estoy en casa, pero lo llamaré en la mañana.
Su rápida respuesta me dice que estaba a punto de llamarme nuevamente.
Regreso adonde Asher y Sophia estaban, sorprendiéndome al ver sus labios pegados. Mi boca se abre, mi mano se mueve hacia la botella de tequila, queriendo agarrarla y largarme de ahí, pero mi mano se mueve más bajo de lo previsto, la botella cae al piso quebrándose en el piso.
Ambos se separan, Sophia asustada y Asher... Bueno, realmente es admirable como sigue parado.
Sonrío apenado queriendo disculparme con ellos, pero la mirada furiosa de Sophia flaquea al ver su bolso completamente mojado.
Sophia me empuja molesta antes de caminar hacia el baño donde Asher le indica.
Es hasta que Sophia se pierde que Asher parece notar el desastre de la botella. El chico se agacha para recoger los pedazos de vidrio. Me acerco a él, antes que pueda cortarse y lo alejo del desastre.
—Ve al jardín Asher, yo resolveré esto.—lo empujo un poco, guiándolo hacia la parte de atrás de la casa.
Asher se ríe, no objeta antes de acercarse a un grupo de chicos y chicas y empezar a charlar animadamente.
Suspiro girando ante el desastre, veo que una señora de limpieza ya está solucionándolo.
Froto mis ojos acercándome a ella, ayudando todo lo que me permite antes de subir las gradas buscando a Sophia.
Me acerco a todos los malditos baños que recuerdo de las pocas veces que he venido a casa de Asher hasta que lego al último, la luz está encendida, espero del otro lado del pasillo, sin parecer un completo acosador, en dado caso no es Sophia la persona dentro.
Casi suspiro de alivio cuando es ella que sale, casi me río de mí mismo al sentir tremendo alivio.
Sus cejas se levantan, sin sorprenderse realmente que la haya encontrado.
—¿Vienes a tirarme el resto de la botella?—me río antes sus palabras completamente seguro que está bromeando conmigo.
Me separo de la pared, estabilizándome un poco con esta antes de acercarme a ella.
La pelinegra levanta su vista, teniendo zapatos con plataforma pero aun siendo mucho más pequeña que yo.
—De hecho vine a disculparme.—le digo, su boca se abre con sorpresa, como si quisiera rebatir mis palabras por acto de reflejo, ladeo la cabeza, pensando si sus palabras sobre tirarle el resto de la botella no fue una broma después de todo.—¿Qué imagen tienes de mí como para que no me creas capaz de disculparme?
—¿Estás diciéndome que tirar la botella justo en ese momento no fue apropósito?—Sophia se cruza de brazos.
Parpadeo ante sus palabras, mi mente va a su pequeño beso, a mi único pensamiento de alejarme para dejarlos tranquilos, pero su ceja alzada me hace fruncir el ceño.
¿Por qué alguien haría algo así a propósito? Con lo viejo que era el tequila.
Casi me rio antes ese pensamiento, casi, si no creería que sus palabras fueran lo más ridículo que he escuchado jamás.
—¿Crees que estoy celoso de Asher?—no puedo evitar burlarme.
Estar celoso de Asher jamás se me hubiera pasado por la mente.
Sophia es preciosa, nadie puede negarlo, pero ¿celos? Mmm, creo que no he analizado bien mis sentimientos como para siquiera considerarlo.
Su sonrisa crece, frunzo el ceño una vez más, estando alerta, sin estar del todo lucido como para poder interpretar sus reacciones como siempre.
—Creo que estás celoso de mí.—parpadeo confundido.
Abro mi boca con indignación, indignación que casi desaparece al escuchar su carcajada.
Mi sorpresa ante sus palabras y su risa hace que la chica se ría más.
Retengo una risa de mi parte, entendiendo ahora que la chica está jugando conmigo.
—¿Crees que soy gay?—su mano va a sus labios, sonrío al notar que trata de ocultar su risa, tengo que aguantarme con todas mis fuerzas para no levantar la mía para quitar la suya de sus labios.
—Pensaba más bisexual que otra cosa, pero puedes ser lo que quieras.—me deleito con su risa, pero esta vez ruedo los ojos, con una sonrisa aún en mis labios.
—Muy graciosa.—sus mejillas se encienden, noto como se siente orgullosa de su pequeña broma.
Sonrío al recordar uno de los libros que me prestó. No puede no sorprenderme cuando me di cuenta de que los protagonistas masculinos de hecho estaban enamorados mutuamente. No fue un mal libro, debo admitirlo, pero su cometario de que no acepta críticas por los géneros que leí era porque creía que algo así me haría juzgarla de algún modo.
Abro mi boca para disculparme una vez más, pero la chica recibe un mensaje. Me acerco a ella, casi apoyando mi mentón en su hombro, viendo el muy mal escrito, mensaje de Asher.
Impresionante como puede escribir aún.
Camino por los pasillos, buscando en mi mente el camino más rápido para llevarla adonde Asher pide.
Antes de cruzar a la derecha veo como unos chicos llevan casi arrastrado a Asher.
Suspiro.
—Puedes ir por ahí, el jardín está bajando las escaleras.—le digo sin esperar a ver si asiente, camino hacia los chicos.
Palmeo sus espaldas, agradeciéndoles antes de poner el brazo de Asher por mi hombro, caminando con él hasta su habitación.
Dejo al castaño en su cama, asegurándome de que quede de lado para que no le pase nada, en dado caso necesita vomitar.
Lo escucho balbucear y me río un poco ante sus palabras.
Antes de salir del cuarto me detengo, escuchado claramente sus palabras.
—Me gustas Soph, me gustas, me gustas, me gustas.
Sophia's Outfit (de la primera parte del cap)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro