Capítulo 2
Salgo de la oficina de mi padre, quedándome parado viendo el gran edificio lleno de ventanas frente a mí.
Miro mis manos, el folder con la estúpida revista de chismes que tomé de las manos de una señora esta mañana al salir del gimnasio fue remplazado por un folder mucho más grande, con papeles totalmente diferentes.
Suspiro entrando a mi auto, viendo el folder informativo de la universidad en la ciudad vecina.
Ante la confesión de mi padre me he quedado sin palabras, todo mi enojo y todo lo que planeaba decirle se esfumó de mi mente al ver la sinceridad en sus ojos. Porque por muy enojado que yo pudiera estar con él por haberse enamorado de la hermana de su difunta esposa, el enojo que se tiene a sí mismo es más grande. Y esa sería su carga.
Y, aunque mi padre nunca me ha mencionado sobre su conocimiento sobre mis planes con mi madre sé bien que lo sabe. Porque, cuando la noticia que mi madre había decidido quitarse la vida llegó a mi, mi cuerpo dejó de funcionar. Horas, días, meses, todo quedó en el olvido y cuando finalmente logré reconectarme con mi vida todo lo que había planeado había quedado arreglado.
Las enfermeras contratadas habían sido contratadas en grandes hospitales, la casa que había comprado en nombre de mi madre había quedado a mi nombre y todo lo demás había sido arreglado por la firma de mi padre.
Dejándome a mi tiempo para sanar.
Cuando menos me di cuenta terminé el colegio y sin presión de nadie, jamás empecé la universidad porque aún no le había encontrado sentido en nada. Pero al parecer esa etapa ha finalizado.
Mi padre ya no dejará que deje mi futuro a la suerte.
Veo la carta de aceptación, el horario seleccionado y las indicaciones para el primer día de clases que esta a solo uno par de meses.
Manejo a casa dispuesto a sacar todo lo que puedo después de pagar el boleto sin fecha de regreso.
Cierro la puerta de mi auto mirando la casa delante de mí, una pequeña sonrisa sale de mis labios al ver al rubio chico bajando las exageradamente largas escaleras de su entrada.
—¡Y yo que creía que no volvería a ver al famoso Ian Hill!— Oli se acerca a mí, abrazándome, palmeando mi espalda con sus manos.
Le regreso el abrazo, aliviando de encontrarme exactamente como lo recordaba.
—Es bueno verte.—le digo cuando nos separamos, su sonrisa llega hasta sus ojos como cuando era un pequeño y le daban su postre favorito.
—Digo lo mismo.—palmea mi hombro una vez más.—Entremos, tenemos mucho de que hablar.—asiento, siguiéndolo dentro.
Oliver Morgan es el hijo del gobernador de esta ciudad, su padre lo ha sido desde que ambos tenemos memoria, pero cuando ambos teníamos cinco años la situación de la ciudad era medio delicada así que el padre de Oli lo mandó a él y a su madre a la ciudad vecina mientras las cosas se calmaran un poco.
Mi madre y su madre se conocieron en la primera reunión para el kinder, Oli y yo fuimos amigos hasta que ambos cumplimos once y Oli regresó con su madre aquí.
El contacto siguió y nunca terminó, siendo Oli el único amigo que supo todo sobre la situación de mi madre, el único que no dudó en viajar hacia mí para estar conmigo en el funeral, el único que no juzgaría la decisión de mi padre al querer casarse con mi tía o que al menos comprendería mis sentimientos mezclados ante este detalle.
Sonrío ante la pequeña pelirroja frente a mí, Oliver luego de entrar a casa pidió comida, pidió que dejara mis maletas en una de las habitaciones y prácticamente me amenazó con que me tendría que quedar con él al menos una semana antes que él me ayudara a ordenar la casa que mi padre tiene aquí, pero que muy pocas veces visita.
Oli ha escuchado todo sobre mi conversación con mi padre, asintiendo solo cuando creía necesario, dándome su opinión al final, como siempre que compartimos entre nosotros. Luego, cuando la conversación fue a su vida su sonrisa creció tanto que creí que sus ojos desaparece por completo. Me empezó a hablar de Luna, la pelirroja que ha estado hablándome sin parar desde que llegó.
Me habló de como se conocieron, de como está seguro que se casará con ella sin importar que su padre no lo aceptara. Lo que fue sorpresa, siendo Oli el primero en la línea de fans de su padre.
Al conocerla entendí que Oli tiene razón, la pelirroja enamoraría a cualquiera con su brillante personalidad. La chica desborda bondad y alegría. Como si fuera un hada viajando por el mundo.
Le sonrío a Oli, el rubio me regresa la sonrisa feliz de tenernos a los dos en su casa.
Me pongo una chaqueta negra encima de mi suéter, maldiciendo un poco por lo helado del día antes de amarrar la cintas de mis zapatos blancos. Salgo de mi cuarto caminando hacia al jardín siguiendo la voz de Oli. Me acerco a él y aun chico castaño que está asintiendo a algo que Oli le dice.
Cuando escuchan mis pasos se voltea a verme.
—¡Ian!—Oli se acerca a mí, el castaño haciendo lo mismo.—Asher, él es Ian, Ian, él es Asher va a nuestra misma universidad, estudia leyes y es el futuro rey de Escocia.—regreso el saludo de Asher, pero mi ceja se levanta ante las palabras de Oli.
Asher se ríe por lo bajo.
—No lo soy, a Oli le gusta decirlo, mi padre es el séptimo y último hijo del actual rey de Escocia, mi subida al trono es casi tan imposible como que el padre de Oli deje de ser gobernador.
Me río ante ello y Oli rueda los ojos.
No es mentira para nadie que Oli desde pequeño se ha preparado para algún día proponerse como gobernador, pero tampoco es mentira para nadie que el gobernador no tiene intención de irse a ningún lado, siendo el gobernador que más ha durado en la ciudad.
Pasamos los dos meses antes del primer día de clases saliendo.
Ash, Luna y Oli me ayudan una semana después a dejar mis cosas en la casa de mi padre. Pasamos un día entero quitándole el plástico a todos los muebles, desempolvando todos los cuadros y ordenando la vacía cocina con comida suficiente para un mes.
Asher me cuenta más sobre la complicada situación que su padre tiene con sus tíos que siguen en Escocia, me cuenta lo sorprendente que fue cuando su padre le dijo que venían de la realeza.
Luna una vez le preguntó si estaría interesado en el puesto de rey, Asher tras pensársela un poco dijo que él no sería bueno para eso a pesar de que siempre le interesaron las leyes.
Eso y que no le gustaría la idea de tener a siete tíos y algunos primos muertos para que él sea rey.
Me acomodo en el sofá, sonriendo un poco al ver a Oli y Luna acostados en el otro sofá viendo la televisión, viendo como Asher trata de ganar la carrera contra Oli en el videojuego. Suspiro, sintiéndome sorprendentemente en casa después de tanto tiempo.
Ian's Outfit
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