Capítulo 15
Parqueo mi auto justo enfrente, le entrego mis llaves a un señor con traje antes de tomar la mano de Sophia, guiándola dentro del lugar, empujando un poco a las personas que se han aglomerado fuera.
Sigo con la mirada el cabello rojizo de Luna, tratando de no perder su rastro. Volteo a ver a la pelinegra de vez en cuando, asegurándome que no se pierda entre la multitud a pesar de que no suelto su mano.
Maldigo al notar a Asher en la mesa, Luna y Oli también lo notan.
Todos volteamos a ver a Sophia que aún no se ha dado cuenta de que el chico castaño ha empezado con las bebidas y que posiblemente no hayan sido pocas.
Sophia es lo suficientemente educada para no decir nada cuando lo nota, pero aflicción viaja en sus ojos cuando la ayudamos a sentarse lo más lejos posible de Asher, después que el haya tomado su rostro bruscamente, asustándola un poco.
Luna se lleva a Sophia a la pista de baile, donde empiezan a bailar con algunas amigas del departamento de Luna que habían aceptado su invitación.
Levanto mi mano esperando que un mesero se acerque para poder pedirle más bebidas para Oli y para mí.
Oli palmea la cabeza del castaño, que balbucea algunas palabras incomprensible.
—Ash, toma agua.—le entrego una botella al rubio ya abierto, Oli trata de hacer que Asher beba, pero este aparta la botella con fuerza, esta cae en el piso, asustando a unas chicas de la mesa de al lado.
Oli se para, disculpándose con ellas, pidiendo a los meseros que lo ayuden a arreglar el desastre.
Suspiro mirando a Asher, palmeo su chaqueta tratando de encontrar su celular para pedir que su chofer venga por él.
No está en condiciones para seguir aquí.
La cabeza de Asher se levanta, sus ojos más claros que nunca, como si todo el alcohol se hubiera ido de su cuerpo por completo cuando realiza que está a mi lado.
Veo molestia y tristeza en sus ojos, su boca se abre, pero las palabras no salen por unos segundo.
—Te gusta Sophia.—no es una pregunta.
Miro sus ojos, una pequeña sonrisa aparece en mis labios.
—Necesitas tomar agua Asher.—digo queriendo pararme para conseguir agua, pero el chico me sujeta, sus ojos se llenan de furia por querer irme en media conversación.
—Sé que sí, todos los saben, Oli y Luna son lo suficientemente educados para no meterse por qué saben que lo negarás, pero...—un hipo hace que sus palabras se corten.—Sé que te ha gustado desde hace mucho tiempo, la pregunta es ¿por qué no has hecho nada al respecto?
Mi ceño se frunce, tratando de entender sus palabras, pero, siendo consciente que tal vez el castaño no recuerde nada, mañana decido irme con la verdad.
—A ti te gusta Ash, y aunque ella no ha sido del todo clara contigo, algo tiene que gustarle de ti para seguir contigo.—su ceño se frunce, mirando mis labios, tratando de entender mis palabras.
Unos segundos después niega su cabeza.
—Creo que Sophia se arrepiente de agarrar al chico incorrecto ese día.
Mi cuerpo se tensa sorprendido ante la idea que Asher sepa algo sobre Sophia, que sospeche que ella nos conocía lo suficiente antes de siquiera vernos el primer día.
Fue una apuesta, con la información que recaudó de cada uno de grupo, saber a cuál acercarse.
Por su escaso contacto con su hermano sé bien que él no era la primera persona a la que acercarse.
Por algún motivo que aún no logro entender, Sophia decidió que Asher era la persona ideal para acercarse primero, tal vez creía que el chico lograría que ella entrara al grupo mucho más fácil que si se acercaba a mí.
Por qué claro, estoy seguro de que yo no hubiera hecho más que decirle que cayó en una estafa tonta y que siguiera por el pasillo para buscar la recepción para que le den un tour del campus.
Miro a Asher, preguntando si él ha pensado en todo esto.
Pero cuando sus ojos empiezan a cerrarse y su boca vuelve a balbucear, estoy más aliviado que molesto al pensar que tal vez él no sabe nada.
Volteo a la pista de baile, viendo como Luna y Sophia bailan animadamente, sus sonrisas hacen brillar la pista.
—¡Pero no pude despedirme bien de Sophia!—las manos de Asher salen del auto, tratando de salir, pero la mano de Oli lo empujan de nuevo hacia dentro.
Oli se despide con una pequeña mueca antes de perderse dentro del auto.
Luna resopla, molesta. La pelirroja intercambia algunas palabras con la pelinegra, los ojos de Luna pasan de disculpa a travesura en dos segundos.
A pesar de que estoy a unos pasos de distancia, escucho la risa de Sophia por lo que sea que la pelirroja le ha dicho antes de abrazarla, despedirse de mí y entrar al carro, alejándose de la llena calle.
—¿Estás cansada?—me acerco a ella, viendo como un pequeño escalofrío cubre su cuerpo.
La noche está más fría de lo normal por la brisa que sopla, pero sé que es mejor no decir nada.
Un mechón de cabello le tapa el rostro y aunque sé que no le gusta su cabello, detrás de su oreja, se lo muevo.
La pelinegra niega con la cabeza sin apartar sus ojos de los míos.
— Ven.—extiendo mi mano sonriendo cuando agarra mi mano y me deja guiarla por la calle.
Miro las luces de la calle a mi lado, la gente cantando, la gente feliz y siento una pesadez en el cuerpo.
Cuando mi padre vio que el mejor camino para evitar un escándalo, luego del anuncio de su boda, era darme el folder de la universidad, pensé que iba a ser una buena idea, concentrarme en algo que más que no fuera en mi tía arruinando todo a su paso.
Pensar en ese día en la oficina de mi padre, en el futuro abierto delante de mí, no pensé en nada como esto.
No pensé que me contraría con una chica con secretos, la hermana de mi mejor amigo y la hija de una persona que pretende ser alguien que no es.
Y creo que es por el cansancio, por la incertidumbre de no saber qué hacer con todas mis preguntas y por mis constantes pensamientos sobre la pelinegra que se deja guiar por mí, que decido que esta noche, solo esta noche, dejaré todo al lado.
Detengo lentamente mis pasos sonriendo al ver la tienda brillante delante de mí.
Me giro hacia ella, deleitándome con su asombro.
Camino aún con su mano agarrada por la tienda de joyas, llena de espejos y luces, saludo a la dueña de la tienda, sonriéndome mientras humo sale de su boca.
Sophia mira todo a su alrededor con ojos brillantes, queriendo ver todo a su alrededor.
La guio escaleras arriba, sintiendo bajo mis pies el rebote de la música que esta atrapada detrás de las cortinas negras hasta arriba de las escaleras.
—¿Lista?—pregunto, sin poder contener mi emoción, emoción que se le contagiará en nada.
La sonrisa de ella me hace flaquear unos segundos, pero, reteniendo la respiración, levanto mi mano viendo como sus ojos se abren al ver lo que hay detrás.
La discoteca escondida está tal como siempre ha estado desde el primer día que la encontré por de pura casualidad.
El lugar perfecto para perderse cuando más lo necesitas, lugar para dejar todo atrás de las negras cortinas, el lugar para poder gritar todo lo que sientes y sentirte libre por ello.
Mi pecho se llena de aire cuando veo como la sonrisa de la pelinegra a mi lado crece, Sophia mira a la gente que bailan, la falta de muebles y los grandes parlantes inundan el lugar con música.
Empiezo a caminar, aun con el calor de su mano sobre la mía, mi giro ante ella, caminando de espaldas sin poder apartar mis ojos de ella.
Mi sonrisa crece en mis labios al ver su negro cabello brillando con las luces, sus ojos curiosos y asombrados y su sonrisa.
La hago girar, sin poder evitar acercar su cuerpo al mío.
Bajo mi mano libre hacia su mano, subiendola hasta que ambas se ponen sobre la parte de atrás de mi cuello.
Acerco su cuerpo más, poniendo una de mis manos en su cintura.
Pongo mi frente contra la suya, cerrando los ojos mientras nuestros cuerpos se mueven con la música.
Trato de respirar, sin querer abrir los ojos y ver que todo esto no es más que un sueño.
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