Capítulo 9 No te creo.
Los kim recibieron a Jung Kook en su casa, no podían negarle la entrada, Ji Min era su esposo y debían arreglar sus problemas.
─Jin, por favor llama a Minie.
─Pero Nam, Ji Min no quiere verlo.
-Entonces, yo subiré a hablar con él─Volteo a ver a Jung kook─Por favor espera aquí, mientas hablo con Minie, Jin acompáñalo amor.
Jin se sentó molesto de la tarea impuesta por su esposo.
─ Bueno, pues es lamentable la situación, pero hay algo que debo decirte, Nam ve a Ji Min como otro hijo, asi que nos tiene a Nam y a mi.
─¿Desde cuándo lo proteges como si fueras su Omma Jin? Nunca fuiste muy amoroso con él.
─Admito que tienes razón, soy muy celoso de todo lo que tenga que ver con Nam, incluso sentía celos del cariño que le tiene. Pero no sabes cómo me sentí y como me partió el corazón verlo en la estación con el alma rota y si antes no fui amoroso ahora cambiaré. Pero mejor nos quedamos en silencio o pelearemos también nosotros. Somos familia por tu hermano que es un sol hermoso y no quiero que esto crezca más. Así que te repito no está solo.
Mientras tanto en la recamara que había sido de Ji Min cuando estudiaba, Namjoon trataba de convencerlo que viera a su esposo.
─Tarde o temprano tienes que escucharlo Ji Min. Es tu decisión si ahora lo ves o si necesitas tiempo.
─Está bien lo veré pero no quiero estar solo con él.
Jung kook se estaba desesperando, aunque solo habían pasado 10 minutos la espera se le hacía eterna.
Por fin vio a Ji Min, estaba ojeroso y con los ojos muy hinchados. Se quiso acercar para abrazarlo y el se hizo para atrás.
─¿Dónde podemos hablar?
─Quiero que estén presentes Jin y Nam.
─Esto es privado.
─Así lo quiere Ji Min y si quieres hablar nos quedamos.
─Pues si no hay remedio
Se sentaron los Kim a cada lado de Ji Min y Jung Kook se sentó enfrente de ellos.
─Quiero disculparme Ji Min, fui un grosero, no debí decirte esas cosas, pero ya estoy cansado, cada mes sufres y me haces sufrir por un niño que no llega.
Ji Min comenzó a llorar, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
─Que cruel eres.
─No soy cruel, entiende que te amo, pero nuestra vida se centró en tus días fértiles, ya no tenemos nada más que ese maldito calendario, el baño está lleno de pruebas de embarazo, tu solo vives en citas médicas, en inyecciones y tratamientos para tener ese hijo. Yo no te importo.
─Tienes razón, no tenemos nada más, tu solo vives para tu bufete, nunca me preguntaste como me sentía cada vez que esa prueba era negativa, te enojabas que lloraba y por eso opte por encerrarme en el baño. Me sentía solo y tú nunca estabas para confortarme.
─Podemos hacer un esfuerzo, tomar un crucero, ir a acampar, lo que solíamos hacer antes de que te obsesionaras por un hijo.
─¿Ya te escuchaste? Hacer un esfuerzo ¡Por Dios! estar juntos no debería ser algo forzoso. Pensaba que te amaba, por eso te fui a buscar y me humille para suplicar tu perdón, por otra oportunidad, quería dejar mis sueños de un hijo, pero tú lo arruinaste cuando me creíste capaz de solo usarte como un depósito de semen. Tú eras más que eso, porque te amo quería darte ese regalo maravilloso, yo necesitaba tener la familia sanguínea que nunca he tenido.
Los kim abrazaron a Ji Min.
─¿Podemos intentarlo?
─No.
Los tres voltearon a ver a Ji Min asombrados.
─¿Escuche bien, dijiste que no?
─Si Jeon Jung kook, escuchaste bien ─le dijo mientras se paraba tomando fuerzas para decirle convencido. ─No quiero seguir casado con alguien tan insensible, que se atrevió a dañarme solo por ver una tonta nota en mi agenda. Acabábamos de hacer el amor o por lo menos yo puse toda mi alma; Pero tenías razón cuando dijiste que el amor se había acabado. No solo me dañaste con tus palabras, me empujaste y me lastime, perdí la confianza en ti, en tu amor, te tengo miedo.
─También te hice el amor, lo siento por empujarte pero tú arañaste mi cara ─Señalo su mejilla marcada por las uñas de Ji Min.
─Lo sé y me arrepiento, que no ves que nos dañamos mutuamente.
─Te amo.
─No te creo, quiero el divorcio. Te dejo en libertad...
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