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Las clases terminaron y el rubio se dirigía a su apartamento con un pan en su boca y unos papeles en su mano, feliz como solía estarlo
Su sonrisa se hizo más larga cuando vió a Sakura que estaba en dificultades para abrir la primera puerta del edificio con sus grandes libros
El de ojos azules se acercó y abrió la puerta sorprendiendo a la mujer
—¡Naruto!— soltó y así se le cayó de las manos uno de sus libros
—Sakura— exclamó tomando el libro que se le cayó —¿Te ayudó?— preguntó pero antes que la chica contestará ya había tomado varios de sus libros
—¿Gracias?— ironizó confundida
—No hay de qué— contestó con una sonrisa que sus ojos se convirtieran en dos rasgos solamente
La de ojos color jade sonrió, no había muchos caballeros últimamente
—¿Para que son todos estos libros? Sakura— preguntó leyendo la portada de uno mientras subía las escaleras y por suerte había terminado su pan
—Un examen, de por sí faltó hoy y nos dijo que tendríamos examen mañana— enojada le contestó
—Seguro Sakura es muy inteligente y no necesitará leer mucho ¿No?— halagó el de ordes azules
—Siii— alargó la "i" por un rato
Era inteligente pero esa materia era un dolor de cabeza para ella, tenía que estudiar bastante
La Haruno abrió la puerta de su departamento y sin darse cuenta el Uzumaki había entrado a este como si de su casa se tratase
El rubio de ojos azules dejó las libros en la mesa del comedor de Sakura y comenzó a ver por todos lados
Estaba inspeccionando, por decirlo de otra manera el lugar hasta sus fotos
Sakura aclaró su garganta y el Uzumaki lo miró
—¿Te molesto?— cuestionó el de piel morena
—No, que va— dijo sarcásticamente
—Que bien— contestó sin entender el sarcasmo
La oji-jade se dió por vencido ese chico no entendía las indirectas pero fue amable con ella, no era tan malagradecida
—¿Te gustaría algo para tomar?— ofreció tratando de ser lo más amable que podía
—¿Tienes té?— cuestionó con una enorme sonrisa
—Creo que sí— contestó y abrió su gabinete
Vió una pequeña caja de té en lo más alto y cuando iba a tomar una silla para subirse el Uzumaki se acercó a ella
El rubio se colocó atrás de ella peligrosamente y bajó la caja rápidamente
—Toma, Sakura— dijo al entregarle lo que había alcanzado
Ella se lo quito enojada y un poco sonrojada por la cercanía
—Es de mala educación sorprender por la espalda a las personas— regañó hirviendo agua
—Lo siento, lo siento, en serio Sakura, no lo sabía— se disculpó haciendo reverencias repetidamente
Sakura soltó una pequeña sonrisa, le inspiraba un poco de ternura a veces, se notaba que era una persona cálida
—Solo no lo hagas de nuevo— pronunció preparando las tazas para cuando el agua estuviera lista
Naruto estaba feliz, no estaba siendo ignorado por ella y hasta ahora podía tener una conversación, era perfecto, solo esperaba que su compañero de departamento tardará un poco más en la universidad para que todo fuera más perfecto
—¿Un hombre que le gusta el té?— preguntó extrañada la Haruno, no quería ser mala anfitriona
—Viví un año en Turquía y en ese lugar es café, agua o té, me acostumbré— contestó
—¿A Sasuke-kun también le gusta el té?— preguntó mientras se sentaba en su sala
El Uzumaki rodó sus ojos, siempre todos le preguntaban las cosas que le gustaban a su casi hermano y eso llegaba a cansarse pero Sakura era diferente, era la chica que le gustaba
—No, prefiere el café americano negro— negó mirando el agua que se estaba en el calentador
—Yo también— contestó con un brillo en sus ojos
—Genial— ironízo el oji-azul pero ante la sonrisa de ella solo podía sonreír
Le hacía feliz verla de ese modo aunque el contenido del mensaje no le gustaba
—¿Desde cuándo conoces a Sasuke-kun?— interrogó la Haruno
—Desde los siete años, íbamos en la misma escuela— respondió más repuesto al menos ahora estaba en ella
—¿Amigos de toda la vida?—
—Se podría decir— contestó y rascó su cabeza con una sonrisa
La de cabellos rosas solo atinó a sonreír, esa alegría no se la había visto a nadie en su vida y era reconfortante
Los dos hablaron, más cosas del Uchiha que el Uzumaki hubiera querido pero eso no quitaba su alegría
Después de indirectas y más indirectas, Naruto se fue porque esa noche tenía que hacer la cena y no por las indirectas en sí
El rubio al entrar a su casa vió al Uchiha cocinar
—¡A mí me tocaba!— reclamó el de piel morena
—Si te esperaba más me iba a morir de hambre— contestó el de cabello azabache
—Lo hubieras hecho— susurró enojado haciendo un puchero
—Tengo un sartén con aceite caliente en mis manos, Naruto— amenazó siguiendo con la actividad —¿Donde estabas?—
—En la casa de Sakura, tomamos un té— contestó esbozando una sonrisa
—Estas haciendo méritos ¿No?— preguntó mirando a su compañero
El rubio tenía un color carmesí en sus pómulos y sudo un poco
—¿Demasiado obvio?— nervioso el rubio cuestionó
El Uchiha bajó su mirada y sonrió, el oji-azul sabía que eso era un sí
—Llevas poco de conocerla, Naruto ¿Cómo te puede gustar?— interrogó Sasuke
—No lo sé, no digo que este enamorado de ella pero creo firmemente que Sakura me gustará más con el tiempo— explicó el rubio ayudando al Uchiha acomodando la mesa
Y así fue con el tiempo, a pesar de que la peli-rosa a veces era muy cruel con él, sus sentimientos nunca desaparecieron, en realidad todo lo contrario aumentaron
Naruto se dió cuenta del carácter amable y caritativo detrás de esa la agresividad de Sakura y Sakura entendió que detrás de ese tonto había alguien bueno y amable aparte de alegre
En dos meses después se volvieron amigos aunque las pláticas con respecto a Sasuke seguían y el hecho que a veces lo ignoraba por el Uchiha
N/a: Ya empezaré la historia que quería relatar... despúes del relleno
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