Capítulo 8
Luego de su berrinche le di algo de espacio, en algunos minutos ya me había aburrido así que fui a la playa, esté flotaba y nadaba por ratos, se me antojaba ir pero el sol estaba en su punto máximo. Si lo hacía debía beber más sangre de la que sería soportable para el.
Lo veía nadar como si nada mientras me encontraba sentada en la arena. Tan bien que estaba visitando Europa, cogiendome a los europeos que se me cruzaban, alimentándome de uno distinto cada día.
¿Que clase de idiota se negaría a una vida de inmortalidad?
La clase de idiota a la que estoy atada justo ahora.
Fui por un segundo al cuarto de hotel, tomé mi teléfono y regresé, debía prescindir de mi poder por el imbecil y este se hace del rogar.
Al encenderlo noté que mi hermanito se dignó a contestarme, idiota.
Lo llamé
-¿Si?- dijo tras la línea y enfurecí.
-¿Sabes a quien me enviaste a cuidar?¿que mierda se te pasó por la cabeza al pedirme beber de él?
-No estoy para tus cosas Jessica- maldito idiota. -¿Quien es si se puede saber? Porque para mí es solo el empleado de seguridad de un hotel.
-Y para mí es el puto apocalipsis- Bueno exageré un poco, aunque si no acepta el ritual lo será. -Es un puto Van Helsing
-¿Quien?- ahh maldito
-El presidente- dije mirando al idiota que continuaba nadando. -No tengo tiempo para esto, habla con mamá y ven aquí y arregla la puta mierda en la que me metiste.- dije de mala gana.
Mi madre se lleva bien con Jungkook, esta es bastante sabia y ha ayudado a nuestro padre a recuperar los contactos que perdió a lo largo de su unión con la madre de Jungkook.
Cerré la llamada y volví mi vista al mar, me recosté en la sombra donde estaba y cerré los ojos tratando de nivelar mi enojo.
-Debo ver a alguien- escuché una voz a mi lado, aún así no abrí los ojos.
-¿Y?
-Consideraré tu historia si me llevas allá.
-Y escapas- escupí con obviedad
-No lo haré, quieres que confíe en ti. Hazlo conmigo.
-Bien- tomé asiento. -Me cambiaré, mi nos vamos, estoy puto harta de estar aquí metida. Préstame tu brazo.- No lo hice porque creía en el de pronto, sino porque quería probar que tan confiable sería.
Mordí cuando estuve de pie, y reí. No se si al idiota en si no le dolía o solo quería creerse más macho.
Me vestí luego de haberme bañado, este lo hizo luego de mi.
-¿Donde quieres ir? No digas Seul porque no iras allá
- Japón, mi tía está en un sanatorio allá.- Mierda.
-¿Tienes parientes vivos?- pregunté tratando de sonar sin mucho interés. Mi madre me pidió investigarlo, debía buscar la página que me ayudó a hackear la vez pasada.
-Solo la tengo a ella, era la esposa de mi tío.- ese hecho me hizo sentir alivio.
-Si no es de sangre porque tanto alboroto- debía estar segura
-Porque es lo único que tengo- bien, no quedan más Van Helsing por ahí.
-¿Y un hijo?,¿no tienes uno?
-¿Y eso te importa porque?- ahh idiota
-Vamos
Este me dio la dirección y en segundos estábamos allá.
Aparecimos dentro de un sanatorio mental, pobre viejita. -¿Puedes esperar fuera?, no le gustan los desconocidos.
Era solo una puerta así que asentí, tomé asiento -Cuando salgas reconsideraras mi propuesta.
-Lo haré- me mantuve tras la puerta pero luego noté algo que llamó mi atención.
Se escuchaban niños jugar, al parecer los aceptaban también. Caminé por el pasillo y en efecto, habían unos 10 niños jugando en el patio.
Parecía más un orfanato que un sanatorio, regresé mis pasos y tomé asiento en el mismo lugar.
Luego de unos 5 minutos mi hermano llamó.
-¿Donde estás?- dijo apenas tomé el teléfono.
-¿Ya estás al tanto de en lo que me metiste?
-No estoy para sus platicas pasivo-agresivas Jessica, dime dónde estás.
-En Japón, y me importa una mierda para lo que estés. Perderé mi poder por tu maldita culpa.
-¿Y yo te dije que te lo tirarás?
-¿Y piensas que porque me lo cogí pasó esto?, fue por tu maldita culpa, por pedirme vigilarlo, ahora tengo que convencer al idiota de unirse a mí para salir del lió en el que el imbecil de mi hermano me metió.
-Lo siento ¿si?
-¿Te aplaudo ahora?, si él supiera quien es estaría muerta justo ahora y piensas que con disculparte está solucionado. Te llamaré cuando lo convenza, debes hacer el puto ritual.- cerré la llamada.
Estaba furiosa, ¿como mierda viviría sin mi poder?
Lo peor de todo es que su ligaba mi alma a la suya mi deseo sexual solo sería dirigido a él durante los primeros meses, la monogamia no es lo mío.
¡Mierda!
-Vamos- dijo esté saliendo de donde estaba. Lo miré mal, ¿me creé su taxista?
Caminamos fuera de donde estábamos en silencio -¿Ya aceptaras la conversión?
-Dije que lo consideraría. Quiero saber que ganas tu con eso.
-No tiene que importarte, digamos que me encapriché contigo. Te ayudaré con tu venganza para que te concentres en mi.
-No soy ningún mandilón.- no, eres un idiota prepotente de mierda -Deja de insultarme en tu cabeza, soy tu fuente de alimento.
Lo miré mal.
-¿Como me convertirás si dijiste que no se podía?¿mentiste no es así?
-No confiaba en ti y parecías muy interesado en saber sobre el tema. Luego de saber lo de tu hermana supe porque. Y si me permites opinar..- me cortó
-No lo hago- dijo tajante. -¿Quieres convertirme y usarme para no se que mierda?, ok. Primero prueba que puedes hallarlo y te creo.
-¿Eres estupido?- lo había tomado su brazo y estábamos nuevamente en la isla. -Primero deberías estar listo para atacarlo, cosa que no creo sea correcto. El no podía convertirla. Su muerte no fue su culpa.
-¿Revivirá por eso?- suspiró -Se hará a mi manera o no se hará.- dijo por último para adentrarse a la cabaña.
¿Y si mejor lo mato?
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