No quería regresar, pero aún así debía hacerlo, debían ser al menos las 11 de la mañana en la isla que lo había dejado, debía llevarle de comer.

Alimentarme también, he usado mucho mi poder esta madrugada.

Tomé las bolsas con comida, suficientes para el día, quizás debería dejarlo allá y encerrarme en otro sitio mientras Jungkook me responde, sin lugar a dudas eso debería hacer.

Cuando el camino estuvo despejado aparecí en la arena, la fuerte brisa me golpeó al instante, me adentré a la cabaña y este estaba sentado mirando hacia la puerta.

No dijo nada y yo tampoco lo hice.

Dejé las bolsas en la pequeña mesa y tomé algo de ropa para darme un baño y cambiarme, cuando lavé y sequé mi cuerpo no tardé en colocarme mi ropa, ni siquiera salí del baño, me transporté desde ahí luego de quitar el cerrojo de la puerta, nunca había hecho eso, se supone que quien debe de temerme es él y aquí estaba yo evitándolo.

Pude haber muerto

Pudo haberme matado

¿Sabrá el el poder que tiene el linaje del que desciende?

Quizás pasaron de generación en generación la información sobre cómo erradicarnos y quizás Joan tenga alguna respuesta, si lograra localizarlo.

Antes debía saber algo de a quien vigilaba, así que me encontraba frente a un computador, tecleé su nombre y no apareció nada, luego me adentré en una página que por un costo podrían darte información sobre cualquier persona, 2 horas después me enviaron un correo con lo que consiguieron.

Jung Hoseok, decía como título y prácticamente reí, que infantil, el hacker debe ser algún chico de 13 años.

Tenía una hermana, una hermana gemela que falleció hace 2 años, no tenía familiares con vida, los había criado su abuela y falleció cuando estaban en la adolescencia.

Los lugares que frecuentaba, entre ellos el bar donde lo encontré y una iglesia abandonada.

Cada martes a las 10 de la noche salía de su departamento a pasear de ser su día libre, ahí entendí el porque tardaron tanto en enviarme la información, no solo eran registros sino también revisaron cámaras de seguridad para saber dónde y a qué hora estaba.

También decía que no se le había visto en su casa pero si iba a trabajar cada día, ese debía ser mi hermano.

Faltaban dos días para que llegara el tan aclamado martes, por lo que debía esperar para ir al lugar.

Imprimí todo y lo llevé conmigo, no sin antes borrar los datos de navegación.

Tomé mi teléfono y marqué a uno de mis amigos.

-Hola preciosa- escuché apenas tomó la llamada.

-Hola Taeyan ¿qué tal todo?

-Bien, ¿vienes para acá?- lo escuchaba entusiasmado.

-De hecho si, necesito información

-¿Información?, ¿así le diremos ahora a nuestros encuentros?- bromeó y me hizo reír.

-De hecho no, de verdad si necesito ayuda con algo. ¿Me envías tu ubicación?- seguido de su afirmativa cerró la llamada y antes de algo mi teléfono recibió el mensaje, fui con el de inmediato luego de dejar los documentos en mi cuarto de hotel en Italia.

-Parece grave- dijo apenas me vio -¿Has estado alimentándote bien?- de hecho no, estaba algo débil. Negué -Traeré algo de sangre para ti- negué, solo me apetecía la de el.

-Solo quiero tu ayuda para encontrar a alguien.

-Claro

-Joan Salem- pronuncié su nombre, y me miró extrañado

-¿No sabes lo que le pasó?- no me puto entero de nada, es un hecho, negué  -Hace 1 año y medio se le vio por última vez.- dijo y rodé los ojos.

-Pensaba que había exterminado todo un pueblo o algo, él perderse no es algo raro o de extrañar en nuestra raza.

-Lo es si antes de irte dices que buscaras la forma de morir- abrí mucho los ojos, de todos los inmortales que alguna vez conocí Joan Salem era el más feliz con su inmortalidad.

-¿Que le pasó?

-Se enamoró, se enamoró de una humana.

-Mierda

-Si, mierda- tomó asiento en otro lugar, se veía algo incómodo.  -Su madre vino un par de veces aquí para tratar de encontrarlo, pero fue inútil, no hay ningún registro y tampoco a dejado alguna pista de donde está.

-¿Pero se fue con la chica?- negó

-Ella murió y el planea correr con la misma suerte.

-¡Mierda!, si la amaba- asintió dándome la razón. -¿Tienes su nombre?, el de la chica.

-Yiwon, eso dijo a su madre antes de irse.

Poco después me despedí y regresé a Italia donde había dejado los documentos, ahí entendí porque me sonaba tanto el nombre, era ella.

Tiene que ser ella y supongo que de ahí viene el rencor de Hoseok hacia el, ella se había suicidado, debía descubrir la razón aunque no hay que ser un genio para saber que quizás fue por el, un rechazo suyo o por haberse sabido presa por el.

Quizás el la dañó, quizás no fue suicidio.

Traté de hablar con mi hermano y en efecto, el maldito no respondía, dejé de insistir porque según dijo mi madre este estaba ayudando a Seokjin con el embrollo en el que estaba, me estaba enterando de demasiadas cosas a la vez, aislarme de los vampiros me había hecho bien estos años, pero ahora estaba en un limbo de desconocimiento.

Me di un baño y cambié de ropa, debía ir a alimentarme, de lo contrario me debilitaría aún más.

Aparecí en la isla con las bolsas que había comprado era más de media noche, luego recordé que le había traído comida ese día, pero la verdad es que no tengo cabeza para algo más que descubrir este embrollo, y golpear a mi hermano por meterme en el.

Me adentré a la cabaña y lo encontré mirando en mi dirección.

Me recorrió con la mirada pero no de la forma que se permitía hacerlo en ocaciones, sino de una manera extraña. -¿Más comida?- inquirió

Ni yo sabía donde tenía la cabeza al traer tanta si ya le había traído.

-Dale a tus amigos los peces- dije sin más y me adentré al baño para colocarme un pijama, debía dormir.

Olvidaba algo pero no sabía que.

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