Ese desapego, esa manera tan brusca en la que me evita y me trata, se ha convertido en mi adicción.

Lo quiero para mi

Quiero que sea mío, verlo suplicarme como yo lo hago con el.

No soporto que me ignoren y más que eso no soporto que me rechacen.

"Bella pero no buena en el arte de seducción"

Maldito imbecil

Y lo peor de todo que que a pesar de haberlo tomado toda la noche no me cansé de él, de su juego de poderío y egocentrismo, de su frialdad y de lo reacio que es a mi.

Muy por el contrario, lo deseo aún más, algo debe hacerme hecho desearlo aún más luego de probar su sangre, algo debe haber mal con el, o conmigo.

Y quedó claro cuando al dejarlo dormido pasadas las 4 de la madrugada fui a un bar, y en efecto ninguno me atrajo.

Debía saber qué pasaba.

Tomé mi teléfono, debía hablar con mamá.

Dejé un mensaje pidiendo comunicarse urgente, el poder de mi madre era de fuego, podía incinerar cualquier cosa con solo desearlo, las criaturas le temen.

Cuando me hubo respondido con su ubicación fui allá, eran las 3 de la tarde donde estaba.

-Madre- le dediqué un abrazo cual devolvió.

Mi madre era una de las vampirezas nacidas con más años en el mundo, también fue una de las que ayudó a erradicar a los Van Helsing, asegurando así que nuestra raza sea verdaderamente inmortal.

-¿Pasó algo?

-¿Dices que solo llamo si algo pasa?- bromeé y asintió, la verdad es que si. -Hay un hombre.

-¿Hombre?¿te acuestas con un humano?- asentí para no darle muchos detalles. -¿Lo amas?- ¡por la sangre, no!

-No madre, solo lo deseo, mucho

-Acuéstate con el

-Ya lo hice

-Bebe su sangre

-También y también bebí de él mientras teníamos sexo

-¿Y dices que no lo amas?

-¡No!

-Tráeme algo de su sangre

-Aún tengo en mi cuerpo, toma de ella- mi madre acercó su boca a mi muñeca y tomó, solo un poco, luego abrió mucho los ojos.

-¿Donde mierda encontraste a ese hombre?

-En la calle. ¿Dime quien putas es? Jungkook no me cree nada.

-¿El se acercó a ti?- su rostro mostraba desconcierto, algo malo pasaba.

-No, yo lo perseguí

-Debes matarlo

-No- la ira se había apoderado de mi, mi mano estaba sobre el cuello en mi madre. La alejé como si quemara sorprendida por mi reacción, la amo y a él ni lo conozco.

-Ya es tarde por lo que veo

-Madre dime quien es.

-Un Van Helsing

-Están muertos- negó

-Al parecer no- suspiró y caminó por la amplia habitación. -Había uno, uno que no logramos matar, uno de ellos se había unido con un hada, ella murió pero antes dio a luz, no sabemos que fue y tampoco si vivió, pero si esa sangre está en ese hombre es porque si vivió. Logramos matar a su padre, pero nunca dijo si los humanos o las hadas se hicieron cargo de lo que sea que había nacido de esa unión.

-¿Dices que es un Van Helsing?- asintió -¿Y lo dices tan campante?, me va a matar su sangre.- negó

-Ellos tenían poder en ella, si es cierto que un Van Helsing podía envenenar a un vampíro pero con él no es el caso. Ellos poseían un lugar, lo quemamos, tenían unas flores sembradas y las extinguimos, las consumían y con ella su sangre nos envenenaba, si no la tienen en su sistema solo crea esa adicción en el vampíro que los hace desearlos, así como a ti.

-No entiendo madre- era cierto, apenas podía escucharla.

-No estás en peligro, solo...

-¿Solo que madre?

-Debes convertirlo

-No, ¿estás loca?, acabas de decirme que lo mate y ahora que lo convierta, no renunciaré a mi poder por el, ni siquiera lo amo.

-Cuando él muera la pena te consumirá. Ya no puedes beber de nadie más ¿no es así?

-No lo he intentado

-No podrás a menos antes de tenerlo como tu pareja, su sangre es más dulce que las demás- asentí a pesar de que no fue pregunta. -Haces su voluntad

-Eso no tiene nada que ver

-Lo tiene- me cortó -Estás sumisa a él y contra los demás si es para protegerlo. Debes convertirlo y hacerlo tú compañero, de lo contrario debilitarás por no consumir.

-Madre, ¿sabes lo que estás diciendo?

-Lo se pequeña, ¿tiene parientes?, bebemos marcarlos para que ningún otro vampíro se acerque a ellos de ser así. O matarlos.

-¿Y el?

-Conviértelo lo antes posible, llama a Jungkook

-No entiendes

-¿Que cosa?

-Se negará

-¿Quien va a negarse a una eternidad?, debes seducirlo, convencerlo y hacerlo antes de que se arrepienta. Busca alguna debilidad con la que puedas doblegarlo de ser así. ¿Quieres que mami te ayude?- asentí

-Por favor, no se que hacer. ¡Voy a matar a Jungkook!

-¿El hizo esto?

-Me dijo que lo cuidara

-¿Y que te acostaras con el?

-No, pero me dijo que me alimentara de él, es su culpa- me abracé a ella.

-Ahora él te ayudará, te lo debe.- claro que si, maldito Jungkook. -Hazlo pronto amor.- asentí

-¿Y papá?

-Está con los Kim, tratando de arreglar en embrollo de Seokjin

-¿Que hizo?

-Convirtió una bruja, los aquelarres se molestaron, la quieren de vuelta.

-Habrá guerra- afirmé

-Seokjin no la dejará así que si, y estamos en deuda con ellos

-Se involucrarán- afirmé

-Tu hermano ya está involucrado, tu padre y los padres de Namjoon, también los Baek y los Park, se supone que debía ir con los Kang hace media hora.

-Lamento retrasarte- negó

-Llama a tu hermano- dijo luego de despedirse, estaba atónita.

¡Mierda!

Debía desistir de mi don para convertir a un idiota prepotente que apenas he visto, ¡maldito Jungkook y sus favores!

Llamé a su número y no contestó el imbecil.

Ahh

Estaba furiosa, no quería ir allá, no quería ver la cara del imbecil que me puso en esta situación, ni del imbecil que me hizo adicta a el.

Una puta vampiresa adicta a un puto humano, maldita sea.

Debí haberlo sabido cuando el solo verlo me hizo desearlo más que cualquier otro. ¡Mierda!

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