Hacia media hora habíamos llegado a la isla, me quedé fuera para darle privacidad luego de asegurarme de que en efecto solo hablarían.

Mi acompañante estaba tenso pero parecía querer escuchar cuando llegamos.

Miraba las olas golpear la playa y cuando la puerta se abrió llevé mi vista a esta. -¿Crees que puedas conseguir la flor?

-Y regresa el burro al trigal- me recosté sobre la arena de manera cansada.

-¡El quiere!, pregúntale.- excelente, ahora tengo un hijo.

-Espera aquí- ordené y me adentré a la cabaña, cerré tras mi entrada y me acerqué al sillón donde estaba recostado, prácticamente tirado.

-Yo se lo pedí- aclaró sin siquiera esperar a mi pregunta.

-¿Estas seguro de ello?

-Lo estoy, la amo- guardó silencio unos minutos -Ahora que estás con él debes saber lo que se siente, ese miedo de perder lo que amas, tienes suerte de que tu si puedes convertirlo.- sonrió de manera triste. Pensé en corregirlo sobre el hecho de este creer que lo amo pero no lo hice, en realidad no tenía que explicar que básicamente era cuestión de supervivencia.

-Supiste todo este tiempo de la existencia de la sangre Van Helsing y aún así no lo informaste a los mayores.

-¿Para que?¿para que los cazaran como hicieron con los anteriores?, no merecían morir quemados con sus campos de flores y lo sabes. Se que no estuviste ahí, pero fue la cosa más horrible que se podía presenciar, bebés se quemaron en el fuego. Si ahora tienes a tu pareja es porque las Hadas protegieron a una de las suyas y a su bebé.

-Eso es otra cosa que no entiendo.- me miró atento. -Las hadas no tienen.. es decir ellas, ya sabes. Son amigas ya sean hombre o mujer.

-Cuando están en su cuerpo natural es cierto que no tienen órganos reproductores en base a su género, pero sabes que tienen la facultad de cambiar a humanos, camuflarse- asentí -Supongo que eso responde a tu pregunta.

Conversamos un rato más, por los viejos tiempos, y cuando recibí una notificación de mi hermano avisando que había protegido la casa de Seokjin aproveché para pedirle saber donde guardó la sangre de Hoseok, esa que aseguró guardar y que contenía la orquídea de sangre en ella.

-Regreso más tarde

-¿Vas por la flor?- negué

-Iré por la sangre que te extrajiste- asintió

-¿Que harás con ella?- dijo mi hermano apenas aparecí frente a él en la playa, era cálida, tropical.

-Ayudar a un amigo- zanjé -¿Como vas dándole la información a tu novia?, sobre su amiga.- aclaré

-Aún no le digo, será más tarde. Estará molesta.

-La debes amar mucho si te presentas frente a ella en tu forma normal.- dije, pues cuando fui a su cuarto a darle la noticia sobre la blanca él estaba en su forma natural, lo ví reír.

-Lo hago

-Me alegra

-¿Cuando haremos la conversación del Van Helsing?

-Primero deberías atender tu asuntos, quien sabe si luego de que tu humana se entere de todo no quiera que ligues su alma a la tuya.

Este hará un juramento de sangre, básicamente combinará ambas sangres en un recipiente y la hará beberlo, como un pacto, y entre otras cosas eso ligará su alma a la suya y por ende le dará su inmortalidad, lo malo es que el amor que sienten se intensifica aún más y esta debe renunciar a su facultad de ser madre, aunque obtendrá un don por parte de mi hermano, así que no es tan malo.

Yo por el contrario perderé el mío y este la posibilidad de engendrar ya que en la conversión deberé beber toda su sangre para que funcione, en otras palabras matarlo antes de que esté tome la vida vampira, pero eso él no necesita saberlo.

-Ella no se irá, descuida.- asentí -Iré a la casa de Seokjin luego de contarle, te mantienes en contacto y vienes después de mi, solo debemos localizar a Yoongi que no se donde mierda esta metido e irnos a las islas virgenes.

-¿Con los Kim?- negó

-Ya los Kim no ocupan esa casa pero como es más amplia nos la cedieron. Tampoco podemos buscar un lugar muy poco poblado, somos muchos vampiros y necesitamos sangre.

-Habla por ustedes, el idiota y yo duraremos un mes dormidos.

-El idiota tendrá sed cuando despierte- cierto.

-Me voy, suerte con tu pelinegra sexy.

Cuando regresé a la isla ya estaba anochecido, Hoseok permanecía tras la puerta en la misma posición en que estaba cuando me fui.

Le pedí que sacara a Joan y cuando estuvo fuera le ayudé a sentarse sobre la arena, le entregué la sangre y me despedí.

-Debemos irnos, no es algo que quiera ver- dije tomando la mano de mi compañero y saliendo de la isla.

Parecimos dentro de mi hotel y me lancé sobre la cama, había sido un día muy agotador, más bien días.

-Debimos enterrarlo o algo

-Se evaporará, como polvo- dije acomodándome mejor. -Pide algo de comer, dormiré.

-¿Y si me escapo?- alcé una ceja.

-Te capo.

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