— Boss... Tengo hambre —Habló Sans. Hermano de Papyrus, o el Temible Papyrus, miembro de la guardia real. asesino de miles—. P-podr... ¿Podría comer algo?

Decidió ignorar las palabras de Sans, o como le llamaba, su perro.

Sabía... Bueno, creía saber cuidar a su estúpida mascota que, lamentablemente, según tú, era tu hermano... O almenos mantenerlo con vida. Algo bastante hipócrita viniendo de alguien que supuestamente guarda nobleza en su corazón. Asgore escupiría sobre su insignia de la Guardia Real.

— Jefe... No he comido hace dos días, ¿Almenos podría soltarme para ir a buscar algo al basurero?

— Callate, imbécil —Dijo arrojando un pedazo de pan en dirección a Sans con muy mala gana.

Vio como tomaba aquel miserable trozo de pan y lo comía con cierta dificultad, hace dos días le habías encontrado en el sótano intentando alcanzar su chaqueta... Y aquello te había enfadado a tal punto de hacerlo gemir gracias a tus golpizas duras y sin piedad alguna contra él.

— Muchas g-gracias, Jefe —Dijo con esa típica sonrisa en su cara, esa que odiaba pero, a la vez y en secreto, admiraba.

Pero, en aquel momento... Algo de diferente había en cerca de su boca, una grieta se hacía visible al lado de su sonrisa tierna... Y todo por su culpa... Él le había golpeado.

«Era la primera vez en años que sentía remordimiento por algo»

«Era la primera vez que se arrepentía de hacerle algo»

«Es la primera vez que te arrepientes de hacerle algo»