Los enfermos planes del hermano menor de Sans seguían en pie.

Fuera de casa, para Sans...
Eran golpes, insultos, peleas. En una ocasión estuvo a punto de morir, pero él ganó.

Dentro de casa...
Papyrus le dejaba subirse al sofá. Comer en la mesa y le hacia suyo de una manera menos dolorosa... ¿Qué pasaba aquí?

— ¿Por qué tienes un hueso roto si Alphys te curó? —Preguntó Paps.

Él sabía la respuesta, pero su alta locura le hacía sentir más seguro... Logrando que sus mentiras fueran horriblemente creíbles.

— Tuve una pelea... Últimamente los idiotas de afuera andan más hijos de puta que cuando el príncipe Asriel murió. —Dijo Sans mientras se acomodaba en el piso.

— Ya veo... Mañana me dirás quienes te golpearon y después vamos a ir donde Alphys para curar tu brazo. ¿Vale?

— ¿E-es en serio? Jefe... Muchas gracias...

Si el tan solo hecho de engañar a alguien es malo... Engañar a tu hermano, a la persona que "amas"

¿Qué es?

Al otro día, una batalla se formó en Snowdin.

Papyrus vs. sus "amigos"

Todos desconocían la existencia de una relación entre el Gran Papyrus y esos matones. Todos desconocían el acuerdo que había entre ellos y era de esperar. Papyrus era bastante discreto.

La pelea terminó con la huida de los matones y el fin del bucle que decía "¡Pelea!"

— G-gracias, Jefe... ¿Se encuentra bien?

— Sí —Gruñó—.  Ahora vamos con Alphys antes de que se forme otra pelea.

(...)

— Vaya... A mi me suena a amor tus palabras... No a A.M.O.R —Dijo Alphys mientras curaba a Sans.

— Cállate...

Papyrus sonrió. Sus planes iban a la perfección...

¿Seguirán así?

Pero nuevamente el pintor apareció y le arrojó un papel.

Papyrus cogió el papel de mala gana y lo leyó.

¿TE ARREPIENTES DE LO QUE LO HAS FORZADO?