5 días habían pasado desde aquel "accidente" y todo había cambiado.

Posesivo.
Cascarrabias.
Entrometido.
Y hasta con una pinta de locura bastante avanzada.

Así era Papyrus ahora.

¿De verdad unas palabras pueden cambiar tanto a alguien?

— Toma, pequeño imbécil —Habló Papyrus arrojandole una manta a Sans.

— ¿Y e-esto, jefe? —Dijo San tembloroso,  tomándola con cuidado y escondiéndose en ella.

La verdad era que Sans estaba notoriamente sonrojado, lo que complacia a Paps, y no entendía por qué.

Quizá era que hace años no sentía que su hermano menor se preocupaba por él...

¿De verdad será preocupación?

— Tengo que salir a resolver unos asuntos y te quedarás solo. No creo que vuelva hasta mañana así que, si quieres, puedes ver TV.

Y con el fin de esas palabras y el ruido de la puerta cerrar, se marcó el silencio en esa casa que había sido testigo de violaciones, golpes e incluso muertes de monstruos comunes.

La peor parte de esta loca historia es que Sans está cayendo en el juego de Papyrus...

¿Hay forma de impedir que eta mierda siga?

Claro que sí.

Pero sería cambiar el destino. Sería cambiar los 3 tristes finales que me esperan a nuestro pequeño iluso de un colmillo dorado que se llama Sans.

-Partida guardada-

Volviendo al tema... ¿Qué asuntos tendrá Papyrus?

— Quiero que lo molesten hasta que corra a mis brazos —Le dijo Paps a un grupo de monstruos.

— ¿Y con que fin va esta mierda, Paps? —Preguntó el que parecía ser el jefe de aquella pandilla, Papyrus hizo una mueca de disgusto.

— Eso no te incumbe, solo hagan lo que digo y les daré lo que quieren.

Dicho esto, Papyrus se retiró para ir donde MTT, sí, con ese robot molestoso.

(...)

Tras unos largos y fríos minutos caminando, empezó a sentir la incómoda sensación de ser vigilado.

Y estaba en lo cierto. Aquel pintor de baja estatura, ya cansado de observarlo, se levantó de su lugar, tomó una libreta y escribió algo.

— Ojala ya pares... —Susurró para sí mismo lanzando el papel en dirección a Papyrus.

— ¿Otra de éstas mierdas? —Dijo mirando en dirección a el lugar de donde el papel había sido lanzado. El pintor ya no estaba—. Ugh, vaya mierda.

Finalmente dio un suspiro y leyó el papel.

¿TE ARREPIENTES DE TUS RECIENTES ACCIONES?