— Estará bien en un par de horas, no te preocupes —Dijo Alphys entrando a la habitación de Sans.— Espera aquí, necesito hablar con Sans.

Papyrus se sentó de muy mala gana y al cabo de unos minutos la horrible sensación de la impaciencia le ganó.

— Ugh... ¿Qué tanto hablarán? —Dijo acercándose a la puerta, grave error.

¿Han escuchado o leído eso de... La curiosidad mató al gato?

Pues digamos que la cordura de este Paps es un lindo gatito... Que está a punto de morir.

— ¡¡JURARÍA QUE TE GUSTABA TU HERMANO!! —Dijo Alphys algo sorprendida, intentado hablar bajo, pero igual su tono era alto.

— No, estúpido reptil loco. Soy un perro y los perros no amamos... Solo obedecemos.

— ¿Entonces no le amas...? —Aquella esperanza de yaoi que tenia Alphys, había desaparecido.

— Hace mucho tiempo que dejé de amar, heh

Se podría decir... Que el gatito, al escuchar eso, había muerto.

Papyrus se volvió a sentar llevándose las manos a la cabeza.

— Haré que me ames...

Mientras él reía por lo bajo, aquel pintor llegó con un esqueleto algo glitcheado, su cara de insatisfacción por estar ahí se notaba a kilómetros, la del pintor aún más.

El otro esqueleto del lado del pintor tomó un lápiz y escribió algo arrojándoselo a Papyrus.

— ¿Y ahora qué?

Ambos Sans se fueron por un portal al momento de que el papel fue recogido.

¿TE ARREPIENTES DE TUS DESEOS?

Una risa maniática comenzó y el papel cayó sin más.

¿...Es un no?