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Capítulo 11

¿Donde estoy? Todo a mi alrededor estaba en completa oscuridad y no había ninguna clase de sonido que me indicara algo, pero aun así la tranquilidad me inundaba. No sentía mi cuerpo pero sabia que estaba, que existía, intente moverme pero la cabeza comenzo a dolerme y un leve mareo acompaño esto. ¿Dios, que es esto? Trata de buscar respuestas en mis recuerdo, pero había un hueco en mi memoria, algo paso entre que desperté y acabe aquí, porque yo desperté, lo hice…

Poco a poco comenzaba a ver cosas a mi alrededor, colores opacos y neutros como el gris y negro aparecieron primero, luego tonalidades azules, pero en si nada tenia forma. De repente aquellas manchas se fueron solidificando y paulatinamente comencé a distinguir sillas, mesas, paredes, rejas, ¿dónde mierda estaba? Y como si el universo quisiera decirme que me callara y observara, una persona se hizo presente en medio de todas esas cosas… era yo, o mas bien un yo adulto, no estoy muy segura del como pero sabia que así era. Me enfoque por unos minutos en mi tomando asiento frente a una de las meses de esa sala, estaba vestida de manera casual con un jean negro y una sudadera blanca , mi cabello estaba suelto y llegaba a mis hombros (wow, nunca pensé en tenerlo así de corto), usaba lentes y al mirar mas de cerca su cara note las ojeras muy marcadas que delataban el cansancio que sentía.

Me veia realmente mal.

Trate nuevamente de concentrarme en mi entorno y así descubrir donde estaba, pero mi cerebro parecía estar hecho puré, sin dejar de lado que cada vez que quería pensar en algo sentía una puntada de dolor en la cabeza. Deje de intentar descifrar lo que veía y simplemente espere a que las respuestas aparecieran y ahi fue cuando vi entrar a un policía al salon acompañado de un chico alto y fornido en un enterizo naranja y con un numero en su pecho. Un preso. Este tomo asiento frente a mi yo aduto y esta le sonrio

 —¡Hola Yuu! —exclamo alegre aquel sujeto calvo —. Me alegro tanto de verte, este lugar es aburrido —su voz me parecía familiar.

Era Watanabe.

—Bueno tampoco podías esperar mucho de la cárcel — ella se rio pero era notorio que no estaba feliz —. Aunque pense que tenias actividades para pasar el rato, ¿no me dijiste la vez pasada que jugaban mucho a las cartas?

—Si, pero varios de aquí son estafadores y solo quieren jugar si apostamos, me niego a perder mis cigarrillos por matar el rato.

La chica nuevamente se rio, al mismo tiempo que tomaba la mochica que estaba en el espaldar de su silla y la abria para buscar algo. —Hablando de eso, te traje algunos —saco unas cuantas cajas de cigarrillos y seguido un tupper que al abrirlo frente a mi amigo note que traia una porcion de torta —. También te traje esto, lo hice yo.

Watanabe sonrió con nostalgia y los ojos se le cristalizaron al ver la torta.

—Veo que este año le llevaste torta a su tumba.

—Si, fui en nombre de los dos, le deje una cerveza también —aquí Watanabe comenzó a llorar en silencio y pude notar que mi yo adulto también, pero manteniendo una sonrisa, como si esto aminorara el dolor que esta sintiendo—. Pensar que estaría cumpliendo 26 años.

¿Quién?

—De estar aquí seguramente lo tendría puteandome por hacerlo venir el dia de su cumpleaños, porque se que el vendría para compartir este día juntos.

—No creo que Yuta te puteara por eso, probablemente lo haría por el hecho de que estas aquí por intentar matar a alguien, creo que en cada oportunidad que tuviera te recalcaría lo estúpido que eres —mas lagrimas brotaban por su cara y la sonrisa ya no estaba. Ninguno de los dos se miraba, solo observaban el tupper.

Yuta estaba muerto. Yuta murió. Sentía mi cara mojada pero no podía verme o tocarme, estaba observando todo pero a la vez no estaba, no podía mover mas que la cabeza para mirar a mi alrededor. Las dos personas que tenia en frente estaban sumergidas en la tristeza, no tenia que ser muy lista para notarlo.

—A veces me arrepiento tanto de lo que paso ese día, si yo no hubiera impulsado esa pelea…

—Ya no vale la pena que te culpes, además fue decisión de él acompañarte —ella estiro su mano y tomo la de el para apretarla, esto hizo que sonriera.

Luego el silencio se hizo presente entre los dos hasta que Isamu hablo.

—Yuuki, no vengas mas a verme —su tono era firme, pero su comportamiento indicaba que no estaba tan seguro de su petición, su mirada estaba clavada en las manos de ella que rodeaban las suya mientras lloraba —Ayer recibí una visita de Hanma en nombre de Kisaki.

Mire la reacción de mi yo adulta y note como su miraba se iba tiñendo de enojo.

—El tiene la culpa de que estés aquí y tu…

—Ya lo se —la corto en seco para proseguir—. Pero no podía no recibirlo, Yuuki eres todo lo que me queda, mi familia no me habla y la única persona que realmente piensa en mi eres tu, si Kisaki sabe esto temo que te haga daño, no vengas…

La imagen se desvaneció de repente, dando lugar a otra que no tardo mas que segundos en formarse a diferencia de la primera. Esto me dejo aturdida, por lo que cuando logre centrarme en lo que tenia al frente no entendía nada. En esta oportunidad veía una habitación enorme y lujosa, toda decorada en tonalidades rojizas y con varios detalles en dorado, en medio había una mesa redonda con varios platos de comida y varios hombres de traje sentados alrededor de ella. Mire uno por uno a los presente y algunas caras se me hicieron familiares, pero la que mas me sorprendió fue la de ellos: Inui y Kokonoi.

Se notaba que habían crecido, pero no habían cambiando tanto. Inui llevaba el pelo muy corto y su semblante seguía siendo despreocupado, miraba a alguien mientras mencionaba algo sobre dinero (¿Por qué esto no me sorprende?). Por otro lado Kokonoi estaba sentado a su lado con esa actitud altiva que siempre lo caracterizo, tenia el mismo peinado de siempre, rapado por un lado y largo por el otro, pero tenia algunas mechas rubias en el que contrastaban con su negro azabache. El y otro chico de pelo negro eran los únicos que no iban de traje, aunque Hajime si estaba bien vestido.

En eso que yo los miraba comenzó una disputa entre un sujeto que decía ser tonto e Inui, que no tardo en ponerse de pie y amenazar a dicha persona. Por lo que veo el no cambio en nada su forma de ser, mas bien sigue igual de agresivo. Trate de seguirle el hilo a la disputa pero no era muy importante, lo que si entendí era que estaban aquí por los Black Dragon, parece que ahora trabajaban con la Touman, o eso deduje al escuchar que faltaba que viniera Mikey, el líder de Touman.

Me hubiera gustado saber mas pero inmediatamente la imagen se desvaneció y rápidamente apareció otra. Los dolores de cabeza comenzaron a ser insoportables y sentía calor en todo el cuerpo, aun así me concentre en la escena que tenia frente mío.

Nuevamente me vi a mi misma dándome la espalda y llorando frente a una tumba, intente moverme para ver mejor mi cara y con mucho esfuerzo lo logre, lo mas extraño es que sentí como si flotara para cambiar de lugar. Estaba toda vestida de negro y nuevamente el cabello lo llevaba suelto, estaba mas largo a comparación de la primer escena que presencia. Estaba llorando sola en silencio, no pude leer de quien era la tumba ya que las letras en ella me eran borrosas. De la nada vi a un chico alto con el pelo recogido en un moño acercándose a mi yo adulto y lo reconocí casi de inmediato, era Yasu, era impresionante el parecido que teníamos los dos.

—Estoy bien, solo… necesito unos minutos mas —menciono ella sin mirar a su hermano que se había arrodillado a su lado.

—No vale la pena que le llores, dejo de hablarte hace años y tu le lloras como si hubieran sido amigos toda la vida —su tono denotaba enojo pero luego debuna pausa hablo mas tranquilo, mas suave—. Te esperare en el auto — se fue sin decir mas nada y nuevamente me vi a mi misma sola.

¿De quien era la tumba?

—Tanto tiempo sin verte Yuuki —dijo alguien a mi espalda, mi yo adulto se giro en mi direccion y yo me di vuelta para ver al recién llegado acercándose a ella.

Era Kokonoi, también vestido totalmente de negro y con el cabello atado en una coleta baja. Mi yo adulto no le contesto, solo volvió su cabeza para mirar nuevamente la lapida frente suyo dejando en claro que no quería hablar con él, aunque no pareció importarle, se acerco a ella y se sentó a su lado. Luego de uno de minutos en silencio saco un pañuelo de su bolsillo y se lo extendió a ella,

—Nunca me a gustado verte llorar, incluso ahora me pone mal.

—¿Qué mas puedo hacer? Primero Yuta, ahora Inui —la voz se le quebró al decir esto ultimo y le tomo un tiempo retomar las palabras—. Watanabe esta preso y tu…—dejo la frase colgando y bajo su rostro al suelo.

—¿Yo que? —pregunto Koko al tiempo que tomaba el rostro de ella y secaba el mismo las lagrimas. Su rostro no decía mucho, estaba inexpresivo.

Hice otro esfuerzo y me moví para quedar detrás de la tumba y frente a ellos (genial ahora puedo moverme) y asi no solo escucharlos mejor si no también verlos.

—Me sorprendió mucho tu mensaje —dijo ella de repente haciendo que el se detuviera, pero jamás soltara su rostro.

—Sabia que Inui seguía en contacto contigo, pensé que querrías despedirte de él —una media sonriso apareció en su rostro, pero lo mas notable fue la tristeza en su rostro.

Inui había muerto…

El silencio volvió a hacerse presente y ellos dos simplemente se miraban, Koko no intento seguir secando las lagrimas que caían de los ojos de ella en su lugar acaricio su pómulo lentamente, llevándose algunas lagrimas con su dedo. Ella no emitió reacción alguna, parecía totalmente apagad y distante a todo lo que estaba pasando.

—Yo también considere el volverte a hablar, pero temí que fuera arriesgado, lo que hacia Inui ya era arriesgado —nuevamente sonrió —Te extrañe mucho.

Vi como ella alejo el rostro de su tacto y se levanto de un impulso para mirarlo una ultima vez con rabia y retirarse del lugar, dejandolo solo.

—Lamento mucho todo esto, lo de Watanabe, lo de Inui, lo siento —nadie escucho aquellas palabras excepto yo.

Kokonoi comenzó a llorar y se disculpo una y otra vez con Inui.

Una vez mas todo se desvaneció pero en lugar de aparecer una escena nueva fui rodeada por la misma oscuridad del principio y voces de todos lados comenzaron a hacer acto de presencia, al principio no entendía nada pero luego todo fue claro para mi.

—Yuuki deberías hacer algo de tu vida—era Aome.

—Trabajar en la tintorería es hacer algo de mi vida

—Mira, no critico mi trabajo pero ¿en serio quieres hacer esto el resto de tu vida? —parecia preocupada —siento que todo esto es culpa de lo que paso con Yuta y…

—Lo que le paso a el no tiene la culpa, simplemente —era yo, hice una pausa—. No tiene nada de malo hacerme cargo de esto

—¿Por qué no admites que no estas bien? —era Yasu —Desde que Yuta murio no estas bien y ver a Watanabe tampoco, ni hablar de lo que pasa con Mitsuki —estaba enojado, pero en lo unico que podía pensar era en qué le paso a Mitsuki.

—Lo de Mitsuki es mi culpa, creo que me tomo de ejemplo…

—Si, lastima que en el tema de forma parte de una pandilla —mierda —.Pero no voy a culparte porque bastante tienes contigo misma, yo simplemente quiero que estés bien Yuuki —la voz se le quebró, creo que estaba llorando.

—Yo tengo miedo de que cruces la línea —era Aome.

—Traquilos, no lo volveré a hacer.

“No lo volverle a hacer” ¿Que cosa? ¿Que es cruzar la línea? ¿Que mierda es esto?

Mas voces comenzaron a escucharse y no lograba distinguir mas que palabras sueltas que no tenían sentido, había mucho ruido y se hacia cada vez mas fuerte, quería que se callaran e intente taparme lo oídos pero fue inútil. De repente tenia ganas de vomitar y la cabeza me dolía… ¿Qué fue todo esto? no entendía nada.

Despierta

Pero si se supone que estoy despierta, yo se que lo hice, que abrí mis ojos.

Despierta.

El aire comenzó a faltarme y entre en pánico, quería respirar y no podía, el pecho me dolía y los pulmones me ardían, alguien estaba presionando mi cuerpo, sentía la presión en el pecho.

¡ Despierta!

Abrí mis ojos y me incorpore rápidamente tomando grandes bocanadas de aire, estaba bañada en sudor y totalmente perdida. Toque mi cuerpo, la cama y mire a mi alrededor pero no había nadie mas que Akane que me miraba con preocupación.

—¿Yuuki estas bien?

Asentí sin razonar mucho lo que me había preguntado, intente salir de la cama e ir al baño, pero al pararme mis piernas flaquearon y acabe chocando contra el suelo.

—¡Yuuki! —no podia verla ya que estaba todo oscuro.

—Tranquila, estoy bien— tuve que esforzarme para hablar, tanto para que mi voz saliera como para que se formara la frase en mi cabeza —Necesito, necesito… necesito unos minutos.

Si lo que vi es real, todo se esta por ir a la mierda.

Tienes que hacer algo.

Tengo que hacer algo, tengo que hacer algo, tengo…

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