—Yuuki, ¿hay algo de lo que te arrepientas?

Al escuchar esa pregunta mi mano se detuvo y aquello en lo que estaba trabajando paso a no ser tan importante. Estaba sorprendida ya que ella llevaba dos horas sin decir palabra alguna (que de por si es raro porque suele ser parlanchina) y no me esperaba que hablara, menos que me preguntara eso.

Trate de pensar en una respuesta pero mi mente estaba blanco, no sabia que contestarle, nunca lo había considerado. 

—Tengo 13 años, dudo que a esta edad alguien tenga cosas de las cuales arrepentirse —dije luego de unos minutos sin sacar la vista de la hoja que tenia sobre mi escritorio. Llevaba mas de tres horas intentando terminar un dibujo, pero la inspiración me había abandonado y comenzaba a frustrarme.

—Tu no actúas como una chica de 13 años, por lo menos no todo el tiempo.

¿Qué buscaba con eso? ¿Por qué de repente tenia tanto interés en ese tema? Me di la vuelta con intención de observarla mejor y tratar de descifrar el porque de aquella pregunta, ella siempre era un libro abierto pero en esta ocasión me estaba contando entenderla. Enfoque mi mirada en ella, se encontraba sentada en mi cama con las piernas cruzadas y la vista fija hacia la única ventana de mi pequeña habitación. El sol estaba descendiendo y la luz del atardecer inundaba el lugar haciendo que sus ojos verdosos se iluminaran, así como su cabello de un tono rubio un tanto amarillento. Se veía hermosa. Todo en ella era hermoso, siempre fue así y mentiría si dijera que en algún momento no sentí un poco de envidia.

—¿Porque tanto interés en eso? —cuestione con una leve sonrisa.

Tenia mucha curiosidad, pero a la ves tenia esta extraña sensación en mi pecho que solo anunciaba que algo malo pasaría. 

—Hoy descubrí algo —su tono al hablar dio escalofríos, aunque esto era bastante normal cuando estoy cerca de ella —. Maja, siempre pensé que me ignoraba cuando estaba contigo, pero la realidad es que no puede verme, ¿verdad?

En ese momento ella giro su rostro y nuestras miradas se conectaron, note la tristeza en su mirada, asi como el esfuerzo que estaba haciendo para no llorar. Asentí sin decir nada, pues quería saber que mas estaba pensando.

—Yuuki, ¿por qué nunca me dijiste que yo estaba muerta? —aquello me dolió, recordar ese hecho seguía afectándome.

—Por miedo a que te hiciera daño —conteste en voz baja.

—No lo entiendo.

—Hay muchas cosas que no puedo decirte —dije mientras me aleja de mi escritorio y tomaba asiento a su lado en la cama—, cosas que poco a poco iras recordando a su tiempo, si yo interfiero… 

—¿Que me pase? —pregunto de manera brusca sin dejarme terminar lo que le estaba diciendo. 

Observe como sus ojos comenzaban a cristalizarse y nuevamente me dolió el pecho, aunque en esta ocasión solo significó lo mucho que me afectó verla así. Pese a todo esto sabia que tenia que decir la verdad, lo mejor era ser directa incluso siendo consciente que seria duro para ella.

—No encontrarás la paz y tampoco podrás irte.

Efectivamente no lo tomo bien, las lagrimas comenzaron a brotar de su rostro y no había nada que pudiera hacer. Por primera vez en tres años vi llorar a mi amiga, aquella que en vida me ayudo a superar muchas cosas ya ser mas fuerte. Durante tres años su alma estuvo a mi lado, sin recordar nada de su vida previa a la muerte, incluyéndome, pero aun así tratándome como siempre. Se supone que esto incluso deberia tomarlo como algo bueno, pero cada vez que la veo no puedo evitar querer llorar, hasta el dia de hoy hay veces que no puedo controlarlo y debo alejarme. 

El tenerla siempre aquí no me deja superar su muerte, no deja que siga adelante y acepte sin pena la razón por la cual está aquí. 

Le explique muy brevemente la situación, pues era el momento correcto. Las almas como las de ella, que tienen algo pendiente que les impide partir en paz, permanecen indeterminadamente en el limbo, un punto entre la vida y la muerte que solo es visible para las personas como mis hermanos y yo. Se supone que mientras ellos permanezcan ahí, poco a poco, según su espíritu sea capas de soportar, comenzaran a recordar su vida hasta dar con la razón por la cual no pueden partir. Durante todo ese proceso nadie debe interferir, no puede darse ninguna tipo de información sobre su vida o el alma quedara corrompida y nunca hallaría la paz, convirtiéndose en un alma en pena eternamente. 

Yo no quería que esto pasara, jamás, e iba a hacer todo lo que estuviera en mi alcance para evitarlo. Claro que esto no se lo dije, no era necesario. Luego de explicar todo sentí la necesidad de marcharme, no quería verla pero tampoco quería dejarla sola en ese estado. 

De repente ella sonrió, en medio de las lagrimas que caían por sus mejillas la vi sonreír y no hice otra cosa que imitarla, incluso si por dentro lo único que quisiera hacer es llorar. 

—Me pregunto que es lo que me esta impidiendo descansar en paz, ¿será un pecado? —mantuve mi sonrisa y creo que a ella esto la ayudo para calmarse, aunque no entienda porque. 

—No lo se, todas las almas son diferentes en cuanto a sus motivos.

Volvió a mirar hacia la ventana sin que su sonrisa abandonara su rostro.

—Estoy muerta —aunch —desde ayer que no puedo parar de pensar en esto, incluso me di cuenta que hay mucho de mi vida que no recuerdo —limpio su rostro de toda lagrima que derramo anteriormente. —Sin embargo tengo esta sensación de que hay algo que hice mal, que tengo que arreglar, algo de lo que me arrepiento… pero no se que ¿será esto lo que me impide irme?

El silencio invadió el lugar despues de sus palabras, ambas estábamos sumidas en nuestros pensamientos, o por lo menos yo lo estaba. Esto era el inicio, con el tiempo recordaría mas cosas, a su hermano, a Koko, a mi, deberia alegrarme pero no era el único sentimiento que tenia. Ella es mi amiga, lo fue en vida y lo siguió siendo en la otra vida, si ella sigue recordando cosas pronto descubrirá como irse y la perderé otra vez, no quiero esto.

Que egoísta que soy.

Pero esto también significaba bibliotecame de la culpa que me genera el guardar este secreto de aquellos que también la quisieron, les estoy quitando la posibilidad de hablar con ella, pero también es por el bien de ella, el hablar con ellos quizás la corrompe… no me entiendo, no se que es lo correcto. No importa que elija, implica un riesgo y esto no me agrada.

¿Por qué tenia que empezar a recordar?

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Holis! primero que nada gracias por acompañarme en esta pequeña historia, me emociona mucho iniciar este nuevo proyecto, especialmente porque amo mucho este personaje de Tokyo Revengers y no encontre muchos fic que fueran de mi estilo.
En fin, espero poder leerlos a todos, sobre sus opiniones de la historia o consejos para mejorar :D, no suelo dejar mensajes al final de los capitulos pero queria saludarlos aunque sea una vez. Seguramente vuelva a dejar un mensaje cuando publique el ultimo capítulo asi que los veo al final!

-Dedico esta historia a todas aquellas personas cuyo nombre aparece como error en Word :D