Prólogo

El embarazo fue normal, controles al día, comidas sanas... Algunas pérdidas en los primeros meses, pero no es algo para alarmarse, unos óvulos recetados y reposo pueden solucionar todo. Eso dicen. Quizás lo extraño en algunos casos es llorar por todo y con el tiempo te das cuenta que eso era por nada, al menos nada que hoy en día valiera la pena. Un padre ausente, duele, duele hondo, pero también pueden doler otros motivos.

Todo sangra hasta que ya no queda nada más que doler, después todo pasa... Continúa el cauce del río de lágrimas, hasta que no hay más humedad en el fondo.

La mamá de Pupi sufrió bastante, seguramente no ha sido la única, pero eso no es un motivo que pueda indicar la causa del TEA. Por lo tanto, no debe sentirse culpable. Si la causa es genética o ambiental, eso ya no importa.

Tiró la carga innecesaria que sostenía porque ahora es sostén de alguien y ese alguien la necesita entera, en pie, en lo alto. Y ella necesitaba aceptar la realidad, porque no hacerlo la detiene, le dúplica el trabajo y eso no es lo que quiere, tampoco lo que necesita.

Ahora se embarca en este viaje, en el cual no es guía. Pero trata de que la vida sea más simple, más fácil y no más difícil, saliendo del círculo depresivo para comenzar a caminar recto y disfrutar de su niño, sin dejar que la sociedad los aplaste.