#5
-Esta deliciosa la comida- dijo Candelaria- tu cocinaste todo?- le pregunto a mi, daddy.
-No..- respondí por mi padre- Martha, lo preparo, es nuestra ayudante- dije, y intente sonreí, pero me salió una mueca.
-Ohh, tienen sirvienta- dijo la tipa, y yo frunci el ceño.
-Ella no es nuestra sirvienta, la consideramos como de la familia. Te pido que la respetes- le dije entre dientes. Mi padre gruño.
-No le hables así a Candelaria- me reprendió mi padre.
AHORA LA MALA SOY YO!!
-No te preocupes Aldo, es normal en los jóvenes que no tienen amigos, tratar a la servidumbre como igual- dijo como si nada y yo me puse roja de la ira. Como se le ocurre a mi padre, traer a semejante golfa a la casa.
Mire a mi padre con la típica mirada "DE DONDE SACASTE A ESTA ZORRA QUE SÓLO VA POR TU DINERO" siempre la misma mirada de decepción por que el se merece a alguien mejor.
Mi padre se tenso. No le gustaba mi mirada y a mi no me agradaba mirarlo así, pero lo quiero mucho como para que el arruine su vida.
Desde pequeña soy consciente de nuestra posición económica. Mi padre tiene su propia empresa de Modelaje. Y mi madre es una juez. Tenemos mucho dinero. Y desde que mis padres se separaron, son los solteros más codiciados por su cuenta bancaria.
-Disculpen, pero no me apetece quedarme a cenar- mire a Candelaria, con asco- se me quito el apetito- dije para después subir a mi habitación.
No iva a seguir aguantando pendejadas.
Me senté en mi tocador y empecé a sepillar mi cabello. Me quite el maquillaje y me unte crema humectante. Una de las cosas más valiosas que tengo son mi espejo de mano y mi rostro. Trató de cuidarme lo mejor posible para no tener la piel grasa y que no me salga acné.
-Toc, Toc-
Golpearon mi puerta pero estaba por quedarme dormida así que ignore el ruido y me dormí.
Pude escuchar como mi padre suspiraba del otro lado de la puerta y sus pasos de alejaban, deseguro a su habitación.
..En la mañana..
-Princesa, no piensas hablarme..- dijo mi padre. Yo sólo resople y deje mi desayuno a un lado.
-Estoy muy decepcionada de ti, Aldo Juan Quebrada- le dije a mi progenitor. El agachó la mirada, cuando digo su nombre completo, sabe que es mejor esperar a que me calme.
Después de desayunar en un silencio incómodo, mi padre me lleva a la escuela.
-Que tengas un lindo día, prince..- no dejo terminar a mi padre, por que salgo del coche y entró al Instituto.
-Traes mala cara- dice mi amiga.
-Mejor déjalo estar- digo y me concentro en la mierda de clase.
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