Capitulo 3
Black
Mi hermano es un idiota, aunque es buen idiota y le encanta hablar de temas tontos.
Uno de ellos es el amor. La palabra que resuena con promesas y sueños magníficos a una vida de color rosa, pero para mí, solo es un eco lejano de un tiempo pasado, en pocas palabras un fraude de telenovela. He caminado por los senderos de la ilusión romántica más veces de las que pensaría, se que las promesas son frágiles y los sueños pueden desvanecerse en la oscuridad rápidamente.
Lo peor era que simplemente era rechazo por parte de la sociedad, recuerdo ese momento de mi vida, que prefiero mantener cerrado bajo llave. Creyendo en la sinceridad de cada palabra susurrada y en la solidez de cada promesa compartida. Pero las mareas cambian, y lo que una vez fue un faro de esperanza se apagó en la tormenta.
Era tonto pensar que le interese sin saber que tenía novio, pero "Hay veces que el corazón se paraliza por el miedo".
El sol apenas empezaba a asomarse sobre el horizonte cuando Tailer y yo nos dirigimos hacia la Universidad Helion. Todavía no era nuestro primer día, era como tal la "clase muestra", aunque la emoción vibraba en el aire. Tailer para ser más específico con su habitual entusiasmo, no dejaba de hacer planes para el futuro, a veces pienso.
¿Por qué soy hermano de este tipo?
— ¡Black, imagina todas las cosas increíbles que vamos a aprender en la universidad! Estoy ansioso por la mecatrónica y los autos que manejan.
Su emoción era contagiosa. Aunque no compartía su mismo nivel de entusiasmo por los motores y las máquinas, me alegraba verlo tan emocionado por lo que le apasionaba.
Bueno, me tocó este hermano, podría ser peor.
Caminamos por los pasillos, siguiendo el flujo de estudiantes que se dirigían a sus primeras muestras de eventos. El campus estaba lleno de energía y anticipación por todos los eventos que harán. Aunque, llegamos al aula de mecatrónica y autos para echar un vistazo. Tailer no podía ocultar su emoción mientras entrábamos sigilosamente al lugar.
— ¡Este es el lugar donde comenzará nuestra aventura, Black! — con una sonrisa me decía.
—Calmate no esto no es nada fuera de lo común — dije serio.
El aula estaba equipada con herramientas y maquinaria de última generación y una inteligencia artificial de nombre clave. Tailer se sumergió de inmediato en el entorno, examinando cada rincón con ojos brillantes.
— ¡Mira todas estas máquinas no tengo ni idea que hacen, Black! Esto es simplemente asombroso.
— Ya, ya...
Su entusiasmo era palpable, y no pude evitar contagiarme un poco. Aunque mis intereses eran diferentes, me alegraba verlo tan feliz y comprometido con su pasión. Mientras seguíamos viendo, me di cuenta de lo lejos que habíamos llegado desde nuestros días en la escuela secundaria. Aquí estábamos, en la Universidad Helion una llena de prestigio, listos para comenzar una nueva etapa de nuestras vidas.
Eso no fue lo único de lo que me di cuenta sino del reactor que andaba deambulando por ahí nos tuvimos que salir de ahí ya que este lugar no estaba destinado para los de nuevo ingreso.
—Porque yo siempre he sabido...
El futuro parecía prometedor, lleno de posibilidades y oportunidades de crecimiento. Y aunque no sabíamos qué nos deparaba el destino, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío juntos, como siempre lo habíamos hecho.
— Diablos Tailer como siempre perdiéndote o subiendo a vehículos que no son los nuestros.
Mientras caminaba por los pasillos de la universidad separado de Tailer ya que cada uno escapó por su lado, mi mente era un torbellino de pensamientos raros. La universidad era un laberinto de oportunidades, un lugar donde las mentes inquisitivas se encontraban y se desafiaban mutuamente.
Aquí, cada día era una nueva aventura intelectual o una , una oportunidad de expandir los límites de lo que sabía y de lo que era capaz de aprender. La mecatrónica y los autos eran mi pasión al igual que la de mi hermano, la universidad se había convertido en mi santuario ahora. El taller de mecánica era más que un lugar físico; era un espacio donde las ideas tomaban forma y la creatividad fluía como un río constante.
— ¿Dónde estoy? — me pregunto en voz alta al mirar algo vacío el lugar — Según se la cafetería está por aquí.
A medida que avanzaba por el pasillos, me di cuenta de que la universidad era ridículamente enorme, deberé aprender a gestionar mi tiempo, a trabajar en equipo y a abrazar la resiliencia ante los desafíos, cosas que no me agradan del todo, socializar es difícil para alguien que sabe sobre lo duro de la vida.
Cada día era una lección en sí mismo, pocos saben esto, cada tropiezo era una oportunidad de crecimiento.Y, por supuesto, estaba Tailer, mi compañero de travesía en esta odisea académica, este hermano con media neurona únicamente.
No importa si tiene media o medio millón pero es mi hermano y juntos, exploramos este mundo de posibilidades, enfrentando desafíos con determinación y celebrando victorias, grandes o pequeñas. La universidad no solo era mi camino hacia la maestría técnica que ambos queríamos en mecatrónica, sino también hacia la maestría en la vida misma.
— Te encontré — dije al encontrar a mi hermano.
— Perdón Perdón jaja
La universidad estaba llena de sorpresas, y eso que solo llevábamos unos minutos en ella ese día y fue que Tailer, con sus ojos brillando de emoción como siempre, vio un carrito de perritos calientes al final del pasillo. Sin pensarlo dos veces, soltó un entusiasmado gritó y salió corriendo hacia la promesa de esos sabrosos manjares.
— ¡Perritos calientes! ¡Espérame, deliciosas salchichas en panecillos! —gritó mientras se alejaba.— ¡Espero no valgan más de 50 pesos!
He de admitir que en mi prepa estafaban con los precios de los hotdogs así que no pude resistirme a la tentación y me lancé tras él, pero algo peculiar sucedía detrás de nosotros. Sentía una presencia, una sombra veloz que se acercaba.
No sabía quién era, pero algo en el aire me hizo voltear la mirada.Fue entonces cuando la vi: la pelirroja de lentes, persiguiéndonos a toda velocidad, o bueno persiguiendo a Tailer. No entendía por qué nos perseguía, pero su determinación era innegable. Sus ojos reflejaban una mezcla de seriedady concentración mientras se acercaba. Seguí corriendo detrás de Tailer, y a medida que avanzábamos, noté que la pelirroja de lentes estaba más cerca de lo que pensaba. ¿Por qué nos perseguía?.
No lo sabía, pero la competencia añadía un toque emocionante a esta carrera improvisada sobre los hotdog.De repente, Tailer frenó en seco al llegar al carrito de perritos calientes, y yo me detuve justo a tiempo para evitar chocar con él.
Luego me di cuenta de que ella había desaparecido, eso era extraño sabia que venia atras de mi, quizas queria un perrito pero ¿Quién en su sano juicio compra un hotdog por 50 pesos? Ese dia fue chistoso escapamos del prefecto de la universidad, una chica rara persiguio a mi hermano.
Vaya ya tiene pretendiente jaja.
Aun así cada motor, cada herramienta, resonaba con el potencial de construir algo significativo en esta universidad. Pero la universidad era mucho más que mi campo de estudio. Era un crisol de diversidad, donde las personas se cruzaban con diferentes trasfondos y perspectivas. Aquí, la verdadera riqueza estaba en las conexiones humanas, en las amistades que se forjaban entre debates y desafíos académicos.
En el bullicio de la vida universitaria, sentía que estaba descubriendo quién era realmente. Cada día era un lienzo en blanco, una oportunidad de pintar mi propio camino hacia el futuro. La universidad, con todos sus desafíos y recompensas, se había convertido en mi hogar lejos de casa, un lugar donde mis sueños y ambiciones podían florecer. Y mientras avanzaba por este viaje, estaba ansioso por ver qué otros secretos y descubrimientos me depararía la universidad en los días venideros.
— Vaya tela.
— Todo bien
Fin del capítulo 3.
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