Capítulo 1
Día 30 de noviembre
Aceleradas, debíamos tomar el avión, el que nos llevaría de visita a aquella ciudad, Santiago.
Hacía un par de años que mi madre y yo nos habíamos ido a vivir a la región de La Serena, por su agradable clima, el mar y la tranquilidad.
Ahora por una ocasión muy especial, nos urgía regresar a nuestra antigua ciudad.
Desde hacía un par de meses nos habíamos enterado de que él, junto a su querida banda, volvería a nuestro país, para dar un recital, después de dos años, producto de la terrible pandemia, que afectó a todo el mundo. Mi madre y yo no lo dudamos y compramos de inmediato las entradas, las que por cierto nos salieron más costosas que años anteriores.
No era la primera vez que las dos íbamos a sus recitales. Éramos aficionadas a ellos y a su música, en especial yo, ya que Joey Tempest, líder y voz de la banda de rock, Europe, era más que un cantante para mí. Había sido mi único gran amor, imposible, de siempre y cada vez que volvían a mi país, yo partía a recibirlos al aeropuerto y luego a verlos al hotel. Aquella travesía se había convertido en una tradición para mí, y mi madre feliz, siempre me apoyaba y me acompañaba en ella.
Mis amigas, de grupo de fans, teníamos información a que hotel, de Santiago, ellos llegarían para hospedarse, algo que los demás desconocían hasta el momento, pero no sabíamos el vuelo y la hora exacta en que arribarían a Santiago.
Para ser músicos, son muy sencillos en muchos aspectos, por ejemplo, no tienen un avión privado. Viajan en clase turística, como cualquier otra persona y tampoco cuentan con guardaespaldas, como muchos otros artistas si los tienen.
Nuestro vuelo lo anunciaron por el alto parlante y mi madre y yo corrimos a subirnos.
Sentadas en nuestros asientos, dimos un suspiro y por fin nos sentimos un poco tranquilas y relajadas, más solo esperábamos con ansias e ilusiones volver a verlos.
Subían y subían pasajeros y nosotras solo esperábamos a que el avión pronto partiera, cuando de pronto, mis ojos y aliento quedaron paralizados. No lo pude creer, el corazón se me salió del pecho y él fijo en mí, me sonrió de oreja a oreja, lo que me estremeció de alegría y asombro.
Mi madre tan impresionada como yo, lo miró y Joey no dejó de sonreírme; me había reconocido. Era como si se hubiera alegrado mucho de vernos a mi madre, y a mí, y luego se sentó.
Ambas nos miramos y aún asombradas, yo sentí los brazos y piernas temblarme por completo.
_ ¡Joey está aquí! ¡Está en el mismo avión que nosotras, mamá!
_Pero ¡¿Cómo?! ¡Si él viene de allá de Londres! – pensé en voz alta.
_ Entonces el avión, donde venía, hizo la escala justo aquí, en La Serena – mi madre abrió los ojos.
_ Pero viene solo – ambas miramos hacia el asiento donde él se había sentado. Alcanzamos a verle parte de su cabello y el jockey que llevaba.
_ Por lo que nos informaron a las chicas, y a mí, era que llegaría solo. Los demás llegaran en otro vuelo, en la tarde
_ Entiendo – dijo mi mamá y las dos volvimos a mirarlo y mi corazón latió con nervios e ilusión.
Él feliz, volvió a sonreír y luego, con disimulo, volteó a mirarnos. Nosotras sin darnos cuenta, estábamos conversando y él nos miró con ternura.
<< Que bonita y sorpresiva coincidencia el reencontrarnos justo aquí>>
El avión despegó y yo nerviosa e inquieta, solo tuve en mente que Joey estaba en el mismo avión que íbamos mi madre y yo.
Ella me miró y yo más que nerviosa, miré por la ventana para tratar de calmarme.
Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, y con la respiración agitada, traté de calmarme y cerré los ojos.
De pronto, sin evitarlo, sonreí de felicidad.
<< Mi Joey está aquí en el mismo avión que nosotras >>
<< Está aquí con nosotras >>
<< No puedo ser más feliz de lo que estoy... >>
Volví a mirarlo y él en su asiento, sonreí con anhelos y me quedé dormida sintiendo su dulce presencia, la que estaba muy cerca de mí y de mi mamá.
Junto a la ventana, deseó voltear a vernos, y sin contenerse, se giró y nos vio. Su sonrisa irradió otra vez de alegría y nos miró con destellos.
Las nubes casi podían traspasar al vidrio de su ventana y lleno de anhelos, nervios e inquietud, no dejaba de pensar en que nosotras íbamos sentadas a unos cuantos asientos tras de él.
Vibró de alegría y le encantó sentir nuestra presencia muy cerca de él. De cierta manera, quería cuidar de ambas mientras las dos dormíamos.
De pronto, despertamos de golpe y advertimos que ya habíamos llegado.
Vimos a todos los pasajeros que se preparaban para bajar del avión y yo me alarmé. Miré de inmediato hacia adelante, donde estaba Joey. Él seguía en su asiento.
Todos comenzaron a bajar y mi mamá y yo caminamos por el pasillo. Vi a Joey, el que permanecía en su asiento; pasamos por su lado y él nos miró con una discreta sonrisa.
Sin contenerme, me volteé a mirarlo y los dos nos sonreímos.
El corazón se me iba a salir del pecho y solo con el recuerdo de que él me había sonreído, antes de que nosotras bajáramos del avión, mi mamá me sonrió.
Llegamos a la aduana y nos percatamos que aún Joey no bajaba del avión.
_ Mamá, Joey sigue en el avión
_ Qué extraño. Ya todos bajaron
_ Quizás él deba bajar de los últimos por temas de protocolo y esas cosas con la productora que lo trae...
Caminamos por el largo pasillo de la salida internacional y ahí nos encontramos a un pequeño gran grupo de fans, quienes esperaban a Joey.
Ambas queríamos esperarlo, al igual que todos ellos y nos colocamos junto a las barandas, que había en aquel pasillo de la salida internacional.
Las dos calladas, un par de fans se nos acercaron y nos pusimos a platicar de la banda, pero eso sí, sin jamás mencionar que Joey venía en el mismo avión que las dos.
De pronto, recordamos que Micaela, venía también en el avión. Ella era una fan, al igual que nosotras, pero con otro estatus social económico, de modo que siempre cuando Europe salía a giras, ella los seguía y se hospedaba en el mismo hotel que ellos. Los seguía por todo el mundo, algo que a todos nosotros nos encantaría poder hacer.
A pesar de que muchos la conocíamos por ser una de las fans con más poder y fanatismo por seguirlos en cada gira musical, Micaela era una mujer muy sencilla, amigable y de muy bajo perfil, a diferencia de otras fans, que hacían lo imposible por acaparar a la banda y en especial a Joey.
Vimos salir a Micaela caminar, con su equipaje, por aquel largo pasillo y algunos de los fans se le acercaron con euforia.
Nosotras preferimos quedarnos donde estábamos, puesto que advertimos que Joey saldría de aquella misma puerta en cualquier momento, lo que más a mí me puso alarmada y más nerviosa. Mi mamá solo me miró y volvió a sonreír.
Era demasiada la tensión, es decir, no era la primera vez que lo veíamos, pero cada vez que él regresaba, era como si se tratara de la primera vez. Las mismas emociones estaban a flor de piel; los nervios, las ansias, la alegría e ilusiones se revolvían todas en una, para luego vibrar en mi corazón. Aunque ahora había pasado más tiempo desde su última visita a nuestra ciudad.
Me sentía con más nervios, inquietud y ansiedad que las otras veces anteriores, me temblaban las piernas y no dejaba de sentirme intranquila.
Nunca me había dolido la espalda como en ese eterno momento. Era una tensión que jamás había sentido, no de tal manera, y el estómago lo tenía revuelto y a la vez apretado, como un nudo ciego.
Desde hacía tres días que no había comido como correspondía, ya que mis nervios, estaban fueran de control.
Mi colón estaba al borde y yo no quise tomarle atención y seguí solo esperándolo, esperando a mi Joey.
Apoyadas de las barandas, los dos chicos con los que habíamos platicado estaban con nosotras y para hacer más entretenida y relajada su espera, se burlaban de las personas que venían llegando de los vuelos. Los confundían a propósito con alguna celebridad, lo que era muy chistoso. Yo me reía con ellos y de vez en cuando les seguía el juego y también confundía a alguna persona con una celebridad. Mi mamá se reía a meneé con los tres.
Todos al igual que nosotras lo esperábamos impacientes; eso yo lo podía sentir y sin sacarme su dulce imagen del avión, sentía que en cualquier momento lo veríamos caminar con su equipaje y que él nos sonreiría feliz y amoroso como siempre.
De pronto una de las mujeres del "otro fan club" se nos acercó y nosotras tratamos de ignorarla, puesto que aquellas mujeres, eran demasiado odiosas y envidiosas. Ya habíamos tenido un par de problemas con ellas la última vez que ellos nos visitaron, por hablar e inventar cosas feas de mis amigas y de mí.
Aquella mujer se me acercó y me pidió que si yo podía tomarle una foto con Joey, y yo solo pendiente de que él llegaría, otra mujer de ese fans club, también se nos acercó y nos pidió, en realidad nos pidió a todos los presentes, que solo nos tomáramos una foto grupal con Joey, puesto que la mujer de la productora, la que ya estaba ahí, le había indicado a ella, que "supuestamente Joey venía muy cansado del viaje", para que no lo molestáramos, ni lo hostigáramos con tantas fotos y autógrafos, lo que a mi desagradó al instante.
Aquella mujer, pasó frente a todos indicándoles que nos tomáramos solo una foto grupal, lo que a mi mamá y a mí nos desagradaba más, pero todos le hacían oídos sordos. Por otro lado, la otra mujer más se acercó a mí insistiéndome en preguntarme si yo podía tomarle una foto con Joey, lo que terminó por cansarme y solo le respondí con un simple, "veré si puedo" y ella me miró y me dijo solo un "Ok" y siguió mirando a la salida internacional.
Pasó otro momento y todos expectantes, mirábamos con insistencia hacia la pantalla de vuelos arribados, el que por cierto, el nuestro estaba más que arribado, pero señales de él aún eran inciertas.
Aquella detestable mujer insistió ahora en preguntarme por el "supuesto vuelo arribado, de donde Joey venía". Le indique que aparecía en la pantalla de vuelos, pero ella lo negaba y me decía que hay en la pantalla, no salía ningún vuelo arribado con las características que yo le indicaba, lo que me hizo casi perder la paciencia.
_ ¿Cuál vuelo? No, yo no veo nada. No sale ningún vuelo arribado a las 09 de la mañana con destino a Santiago
_ ¡Ahí está! ¡Tienes que ver en la tercera columna! ¡Ahí dice que el vuelo con destino a Santiago está arribado! – mi mamá me miró.
_ Si es así, entonces está retrasado. Ya que son más de las 09 de la mañana y nada que pasa
_ Si, está retrasado...
Efectivamente, el vuelo estaba retrasado, lo que más nos preocupaba, ya que nosotras y Micaela ya habíamos bajado del avión, pero ¿Por qué Joey no?...
Con el corazón al borde del colapso, presentía que, en cualquier instante, él vendría y lo veríamos.
De pronto, mis ojos brillaron y el corazón se me regocijó de alegría. Joey venía caminando con su equipaje por el largo pasillo de recibimiento. Un tipo, que estaba al principio de la baranda, lo grabó con su celular y lo saludó con el meñique; Joey también lo saludó con su meñique. Llevaba puesta una mascarilla, la que se sacó al instante al vernos a todos nosotros, quienes lo esperábamos y nos sonrió de inmediato.
Nos acercamos a él y yo con el corazón pegado a la garganta, lo vi más de cerca y lo encontré aún más guapo que la última vez. Ahora tenía un par de cabellos blancos, los que se camuflaban con sus demás mechones rubios, los que lo hacían verse más atractivo y sexy de lo que ya era.
Sin evitarlo, todos habíamos obstruido la entrada y la demás gente necesitaba pasar...
Uno de los guardias nos ordenó que nos alejáramos y la mujer de la productora molesta, se metió entre todos nosotros.
_ ¡Ya es suficiente! ¡El hombre viene muy cansado, así que déjenlo tranquilo!
Joey contento, vio que teníamos bloqueado, por donde la demás gente tenía que pasar y volvió a sonreírnos.
_ ¿Quieren más fotos? Vengan más a mí...
Dijo en inglés e indicó con las manos que nos acercamos más a él y se hizo más atrás, para que todos nos acercáramos. Yo con mi mamá más que feliz, nos le acercamos.
Aquella detestable mujer lo tomó del brazo y yo en frente, ella me miró y Joey también me miró y me sonrió para que yo le tomara la foto. Posó para mí y yo fascinada, le tomé la foto.
Mi mamá se le acercó. Ella feliz, él la miró y le sonrió de oreja a oreja, puesto que sabía más que de sobra quiénes éramos nosotras. Ella lo miró y apoyó consentida la cabeza en su hombro. Joey no dejó de sonreír de alegría, mientras que algunas fotos y videos capturaron ese tierno momento. Yo también había logrado fotografiarlos a ambos.
Mi mamá agradecida, se corrió para que yo ahora me le acercara. Perdida en él, lo saludé, Joey me miró y yo me recargué en él y feliz lo tomé de su brazo. Él me dejó hacerlo y más que contento y feliz, los dos sonreímos para mi mamá, quien nos tomó la foto.
Me sentí tan feliz tomada de su brazo, y más, que él me dejará así abrazarlo. Pude tocar sus músculos, lo que más me volvió loca y mi corazón vibró de encanto y de amor.
Joey no dejó de sonreírme; mi mamá nos tomó otra foto más y yo a él le agradecí y dejé que otros se tomaran fotos a su lado. Me alejé de su lado y sin darme cuenta, él me miró fascinado, lo que mi mamá advirtió y yo me acerqué a ella más que plena y feliz. Me sentía en otra atmosfera.
_ Te reconoció
_ ¿Qué? ¿De qué hablas mamá?
_ Se dio vuelta a mirarte. Está más que feliz y contento con nosotras – sonreí de extremo a extremo. Me sentí estremecer de nervios y de alegría. Solo quería gritar.
De pronto el tumulto de gente se hizo más grande y él sin dejar de firmar discos y tomarse fotos, la mujer de la productora se metió entre todos junto con un guardia y trató de sacar a Joey. Yo detrás de él, acaricié su cabello y espalda. No podía evitarlo. Seguía tan o aún más enamorada de aquel tipo, que en su última visita.
Joey se fue con la pesada mujer, de la productora, y uno de los guardias, y yo sin pensarlo dos veces, tomé a mi mamá de la mano.
_ ¡Vamos, mamá!
Vi a Joey que se iba y con mi mama tomada de la mano, ambas comenzamos a seguirlo...
Tras de él, comencé a llamarlo y Joey sonriendo, ambas lo seguíamos fascinadas, sin importarnos, que la demás gente, que estaba ahí nos mirara. En realidad, nos miraban a los tres. A Joey, a mi mamá y a mí, lo que me resultó muy genial y chistoso.
_ ¡Joey!
La mujer de la productora nos dijo molesta.
_ Yo les dije, el hombre viene cansado y ustedes lo hostigan – fruncí el ceño.
_ Joey no es así...
Le dije molesta y la tipa no me dijo nada, más no me di cuenta de que eso él lo había escuchado...
No dejaba de mirar su ancha espalda, en esa camisa azul...
Joey entró al ascensor y mi mamá y yo nos detuvimos frente a él.
_ See you, Joey
_ See you tomorrow – me dijo él, lo que más me volvió loca.
_ Yes... Very nice. Eres muy lindo Joey, muy lindo – él más me sonrió.
_ Oh, thanks. Thanks
Levantó su meñique y comenzó a despedirse y yo en un acto de infinita alegría e ilusiones, comencé a lanzarle besos con la mano y él no paró de sonreírme. Mi mama también le lanzó algunos besitos, y Joey fascinado, el ascensor se cerró, fue cuando yo no pude más y grité de euforia y alegría.
Otra mujer del fan club de tóxicas se nos acercó y yo en un estado de eterna felicidad, no dejaba de sonreír y solo tenía la imagen de Joey despidiéndose de ambas en el ascensor.
Un tipo pasó frente a ambas y yo no dejaba de reírme y hablar de que Joey se había despedido de ambas en el ascensor. Estaba más que fascinada, eufórica y más encantada con Joey.
Aquella mujer nos miró...
_ ¿Lo siguieron hasta aquí, al ascensor?
_ Si – le respondí con mi sonrisa de oreja a oreja.
_ Oh. Yo no lo hice ¿Por qué no lo hice?...
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