NaYeon se encontraba acariciando el lomo del pequeño minotauro mientras cantaba una canción de cuna, completamente en paz, cuando de repente una bala rozó su mejilla.

— Maldición. Ahora no — Se quejó para fruncir el entrecejo y colocar al pequeño animal dentro de la cangurera que portaba.

Sacó una pistola de gas lacrimógeno, ahogando al grupo de cazadores que estaba escondido, y aprovecho eso para comenzar a huir.

— ¡Atrapen a esa perra y al monstruo! — Ordenó el líder de ellos y la pelirroja se escondió dentro de un tronco hueco.

-— Shh, no llores, Woo — Susurró suplicante mirando al pequeño minotauro, el cual pareció entender sus palabras porque guardó silencio.

— No debió escapar muy lejos, su motocicleta esta estacionada — Se rió uno de los cazadores.

NaYeon mordisqueo su labio al haber olvidado ese detallito, lo siguiente que oyó es el ruido de los neumáticos siendo pinchados.

— Ahora sí juguemos a las escondidas, zorra — Gritó uno de ellos y las pisadas se oyeron cerca.

Ella suspiró pesadamente mientras sacaba la punta de la pistola por un agujero del tronco, disparando en un lugar alejado creando ruido, haciendo que tres de los cinco cazadores corrieran en esa dirección.

Todo marchaba bien en su plan, más cuando estaba lista para lanzarle un disparo al que estaba cerca, pero su teléfono celular comenzó a sonar con el característico tono que diferenciaba las llamadas de su amiga Bulma. Que oportuna.

— ¡La encontré! — Uno de los cazadores jaló sus piernas y la sacó de su escondite, ella le pegó un cabezazo y este la soltó, por lo que apuntó con su arma en la pierna del otro inmovilizandolo y corrió hacia el jeep de estos.

— ¡Que no escape! — Ordenó el líder,  ella retrocedió con el vehículo atropellando a dos de ellos y comenzó a conducir a una velocidad rápida, esquivando los disparos.

— Bulma, estoy en medio de algo, espero que tu llamada se deba a algo importante — contestó la llamada mientras lanzaba un disparo la oreja de uno de sus persecusores, quien chilló tirándose en el suelo llorando.

— ¡Por supuesto que es algo importante, soy tu mejor amiga, todo lo que venga de mi es importante! — Chilló Bulma ofendida, la pelirroja agachó la cabeza evitando que le dispararán.

— Espérame, luego te devuelvo la llamada — Exigió exasperada y su amiga se molestó.

— ¡Que ni se te ocurra...! — Gritó la peli azul pero fue completamente ignorada cuando se terminó la llamada.

La pelirroja ni se molestó en estacionar bien el automóvil, solo bajó incluso en marcha, corriendo dentro de la zona segura para intentar liberar a Woo, cuando recibió un disparo en la pierna.

— Ja, ¡Le dí! — Festejó uno de los cazadores y mientras ella intentaba alejarse adolorida para salvar al animalito, estos se acercaron a ella, siendo el líder quien la jaló del cabello.

— Saludame a los animales muertos  — Se burló apuntando la frente de ella con su escopeta, pero antes de jalar el gatillo dispararon su brazo haciéndolo soltar el arma.

— Quietos ahí. Quedan todos detenidos por haber atentado contra la vida de un animal en peligro de extinción — Habló una mujer pelinegra, acompañada de los Guardabosques del Parque de la Naturaleza Real — Y esto por dispararle a mi hija

Uno de los cazadores cayó muerto al suelo luego de que la mujer le disparara directo en la cabeza, asustando a los cazadores y a su propia hija.

— Muchachos, lleven a esta escoria a las jaulas de castigo, luego pasaré a visitarlos antes de llevarlos a África dónde los van a recibir como se merecen — Ordenó NaeSoo haciendo que los Guardabosques obedecieran, golpeando la nuca de los cazadores para llevarselos inconscientes.

— No debiste...— Se quejó NaYeon mirando el cuerpo inerte del cazador a unos metros suyo.

— ¿Matarlo como iba a hacerlo contigo? — Ironizó su madre furiosa — Tienes razón, debí torturarlo y que muriera de dolor — Masculló y su hija negó.

— Solo debías retenerlos y dejar el asunto en manos de los miembros de Protección a Animales Exóticos — Reclamó NaYeon molesta.

— Si, claro y también debí ofrecerles una taza de café ¿No? — Se rió la mayor — No seas idiota, NaYeon, esto es el mundo real donde existen personas malvadas que acaban con las vidas inocentes en un parpadeo, nadie va a preguntarte si estás de acuerdo o no, nadie tendrá piedad de ti, tenlo en cuenta para la vida

— ¿Y pretendes que sea como tú? — Preguntó con sarcasmo — ¿Una mujer amargada porque ex esposo tiene otra familia? 

—  Creo que vas por buen camino entonces — Se burló NaeSoo dejando sola a su primogénita allí.

Su madre se refería a su ex novio, quien le había dejado de hablar de la nada, incluso yéndose de Estados Unidos sin haberle dicho.

NaYeon apretó la mandíbula por el esfuerzo de retener las lágrimas en sus ojos. Limpió con brusquedad su rostro y miró al pequeño minotauro, quien se quejó llamando su atención, provocandole una risa.

— Si que eres un mimado — Susurró acariciándolo para que durmiera de nuevo.

Con Woo en brazos se dirigió directo a su "hogar" y saludando de manera rápida a sus hermanos menores, se dirigió a su cuarto, dejando en la cama durmiendo al pequeño minotauro, quien se acurrucó relajado.

Agarró un botiquín y le hizo curaciones a su pierna herida, colocándole protección para dirigirse a su closet, sacando unos shorts, una blusa mangas largas, un chaleco y ropa interior para entrar al cuarto de baño para ducharse mientras pensaba en su relación fallida con Lapis.

Él fue su primer amor y novio, se habían conocido en cuando él intentó robar un animal y ella lo detuvo, él no era mala persona, solo una con mala suerte y lo supo cuando al pasar el tiempo conoció su historia de él y su hermana en el orfanato, dónde los golpeaban y hacían morir de hambre. Él apesar de todo eso era un chico muy bromista y gracias a ella recibió educación con los profesores privados de ella, el amor entre ambos surgió sin poder evitarlo, y aunque sus padres estuvieran en contra de eso se hicieron novios, ideando huir juntos a vivir lejos y formar su familia propia, claro que también acompañados de Lazuli.

Pero Lapis nunca llegó a la estación de trenes, ni siquiera su gemela, y no hubo rastros de ninguno de los dos. Desde ese momento el corazón de NaYeon se rompió en mil pedazos y decidió no volver a enamorarse nunca más.

— ¿Que habrá querido Bulma para no esperar a la llamada nocturna? — Murmuró sacudiendo la cabeza con intención de alejar aquellos pensamientos que la hacían sentir amargura.

Se secó el cuerpo y colocó la ropa que eligió, sumándole sus botas de exploración para acostarse en su cama junto a Woo y sacando su celular para devolverle la llamada a Bulma, quien no la respondió por estar ofendida.

— Uff, pero que mujer más orgullosa — Masculló NaYeon y decidió marcarle a su otra mejor amiga, quien tenía por seguro que estaba al tanto de la situación con Bulma

Esperó unos minutos y la llamada fue respondida de inmediato por la latina.

— Holaa, ¿Que onda? — Contestó Hanna del otro lado del aparato, seguramente sonriendo como siempre lo hacía.

— Hola, Hani, ¿Bulma te ha llamado? — Preguntó curiosa y la otra rió levemente.

— Oh, sabes que si lo hizo, se quejó de vos por dos largas horas — Informó haciendo que la pelirroja hiciera una mueca, ¿Tanto se había tardado duchándose? — Dijo que sos una mala amiga, que tantos años conociendonos no significan nada para vos, que si llamará a su enemigo él le respondería y un par de estupideces más jajaja

NaYeon rodó los ojos divertida por el dramatismo de la Brief.

— ¿Llorabas por pelear con Bulma o otra vez estuviste pensando en él? — Adivinó Hanna y la pelirroja suspiró pesadamente.

— Eso no importa. ¿Sabes que quería Bulma conmigo? — Preguntó NaYeon evitando la charla pendiente que tenían. Un suspiro se oyó al otro lado de la llamada

— Algún día tenés que afrontar el asunto de Lapis, linda — Le recordó la Argentina y NaYeon mordió sus labios — Pero no será hoy, definitivamente no, porque Bulma nos invitó a una fiesta en su casaaa, ¿Sabes que significa eso? Fiesta y alcohol gratis, nena

Ante el canturreo de Hanna rió sin poder evitarlo, rió aún más al oír la risa escándalosa de su amiga.

— No necesitamos cosas gratis porque pertenecemos a las familias más influyentes del mundo, ¿Lo olvidas? — Contestó con diversión y la otra bufó.

— Cualquier cosa gratis sabe mejor que comprada, es ley. Además mis padres tienen dinero, no yo. Yo soy bien pobre y lo seré más cuando papá y mamá me echen de casita — Se quejó Hanna haciéndola reír aún más.

— Algún debes independizarte, lo sabes, además eres una increíble inventora apuesto a que te convertirás en alguien muy adinerada — Le recordó intentando animarla en forma de juego.

— Si, pero que pereza da — Contestó Hanna con sinceridad para reír. — Dejando las bromas de lado, ¿Irás a la fiesta? Es mañana en la Corporación Cápsula, pensalo bien y anda, necesito a alguien que me cuide de no golpear al imbécil del novio de Buls

— Me lo pensaré bien, porque realmente no estoy de ánimos, discutí con mi madre y...— Se excusó NaYeon y fue interrumpida de inmediato.

— Así que eso era. — Masculló Hanna y suspiró. — Con más razón vas. De hecho, me cambio y voy a buscarte en la noche, prepara tus maletas que te rapto por un buen tiempo — Advirtió para cortar la llamada sin darle oportunidad de protestar.

NaYeon suspiró pesadamente, pero luego sonrió levemente, tal vez pasar tiempo con sus mejores amigas le ayudaría a distraerse, sin más comenzó a empacar con la idea de pasarla bien, no tenia idea que la aventura  que marcaría su vida se aproximaba, y que estaba relacionada con sus raíces y el descubrimiento del amor verdadero.