Capítulo 2: Mejorar y confesión.
Izuku se miró en el espejo que tenía en la habitación. Ya tenía puesto su nuevo uniforme de la U.A, aunque los pantalones le quedaban un poco apretado en los muslos y trasero, pero no había encontrado nada mejor, además la encargada de la tienda en donde compró la ropa había dicho que le quedaba bien, y su madre también.
El pecoso sabía que su madre estaba orgulloso de el, al verlo tan cambiado y bonito, incluso ella también había rebajado unos cuantos kilos ese verano, la dieta que Mirko les había dado funcionó bien.
Podía admirar sus mejillas sin los lentes, ahora usada de contacto así que sus pecas no tenían nada que las cubriera. Se miraba lindo, tenía un cuerpo delgado y bonito, su rostro ya no estaba lleno de granos y cabello más cuidado.
Aunque aún así estaba nervioso, no sabía cómo iba a reaccionar el beta rubio. No lo había visto todo el verano, y sabía que no llegó si no hasta el domingo por la tarde.
Y no había ido a verlo, seguía avergonzado por haber echo que se hubiera perdido sus vacaciones y en lugar había tenido que ir a un campamento para el control de ira.
Izuku sacudió su cabeza y tomó su mochila amarilla, su madre seguía en la cocina terminando de lavar las cosas usadas esa mañana para el desayuno.
—Ya me voy, mamá.- informó haciendo que la omega de cabellos verdes le mirara alegre y llena de orgullo.
—¡Mi pequeño!- ella era muy cariñosa con su cachorro, lo quería bastante y saber que estaba mejorando su apariencia y autoestima la ponía muy feliz, sabía que era parte de su culpa en primer lugar que su pequeño fuera tan tímido y antisocial.— ¡Te ves tan hermoso, espero que tengas un buen día!
Izuku solo se dejó querer y ronrroneó ante los cariños de su madre, al final salió de su hogar con una sonrisa y se dirigió a la estación de tren.
Tenia que tomar uno para llegar a la U.A, sintió unas cuantas miradas sobre su persona pero trató de no ponerles atención. Se concentró en como iba a saludar a su amigo cuando lo viera de nuevo.
Sabía que el rubio lo estaría esperando en la entrada de la preparatoria, trató de pararse cuando se bajó del tren.
Y cuando lo miró allí, parado en la entrada y con audífonos en los oídos, su emoción de verlo fue tan grande que se le olvidó su sorpresa, corrió hacia el mientras agitaba su mano y sonreía.
—¡Kacchan, oye Kacchan!- Izuku vió como el beta se quitaba los audífonos y volteaba su mirada para verlo.
Vió como el rubio quedaba de piedra en su dirección, pero no le importaba y llegó hasta el para darle un abrazo. Casi ronrroneó al poderlo sentir.
—¿D-deku?- al escucharlo confundido alzó su mirada para verlo a los ojos, Katsuki le miraba sorprendido y confundido, como si no estuviera seguro de que fuera el de verdad.
Izuku se avergonzó por estar tan cerca y se separó del abrazo. No se había dado cuenta de otras miradas sobre el en ese momento. El pecoso le sonrió al rubio con sus mejillas rojas, sus nervios volvieron a percatarse de lo que había echo.
—Y-yo quise cambiar mi aspecto e hice ejercicios todo el verano, también me arreglé el cabello, ya no tengo acné, uso lentes de contacto y ya no tengo frenillos, ¿Ves?- Izuku sonrió mostrando sus dientes blancos y sin nada de metal.— ¿Aún me veo mal?
Preguntó ya no muy seguro al ver que el rubio no le respondía, la verdad Katsuki parecía una de esas computadoras viejas cuando estaban reiniciando el sistema.
—N-no, o-osea no dije que estuvieras mal ahora...o antes, es solo que estoy sorprendido, te ves...- la campana del comienzo de clases sonó haciendo que Izuku se alarmara, iban a llegar tarde en su primera día después de las vacaciones.
—¡Vamos Kacchan, Aizawa-sensei nos castigará!- Izuku tomó por impulso la mano del beta rubio y lo jaló hacia el interior de la preparatoria.
Katsuki miró su mano tomada por la del Omega, tenia un ligero sonrojo en el rostro y miró el rostro pecoso que estaba pasos al frente suyo.
"Increíblemente hermoso"
Era como iba terminar la frase antes, aunque estaba seguro que no la habría podido terminar de todas formas.
Al estar cerca del salón pudieron ver al alfa de cabellos negros que estaba por entrar, Shota tenía la maña de cerrar la puerta con seguro cuando estaban en clase y no la abría a menos que fuera otro profesor el que lo pidiera para entrar o a la hora de salida, así que mala suerte para el que llegaba después que el profesor.
—¡Aizawa-sensei!- Izuku la llamó, y el alfa volteó su mirada hacia ellos, el mayor miró al pecoso de arriba abajo, reconociéndolo levemente.
—¿Izuku?, Quien lo diría. Entren antes de que me arrepiente.- el alfa les dejó el lado para que pudieran entrar.
Katsuki observó cómo el rostro del peli-verde hacia una mueca de inseguridad, así que para darle un empujón en la espalda para hacerlo abrir la puerta.
—Entra ya, Deku.- Katsuki lo alentó a su manera, para que tuviera la confianza para entrar, e Izuku lo sabía.
El pecoso entró primero al salón, ganándose la mirada de todos allí y más cuando se dirigió a su puesto de siempre, era más que obvio que todos estaba sorprendidos por la nueva apariencia del Omega.
Incluso algunos alfas que estaban en el mismo salón lo encontraron atractivo, pues Izuku ahora lo era, su cintura pequeña, caderas y muslos gruesos. Su carita de ángel, era toda una belleza.
Katsuki también tomó asiento en su lugar de siempre, el podía sentir toda la atención en el pecoso. El entra sabía que el Omega de cabellos verdes iba a tener muchos pretendientes de ahora en adelante, ya había aceptado eso, y no podría hacer nada para evitarlo, solo era cuestión de tiempo para que el pecoso encontrará un alfa del cual se enamorara.
Nadie pudo decir nada pues Aizawa entró en el lugar para dar su clase, así que los demás solo se quedaron en silencio prestándole atención al alfa, algunos miraban de reojo al Omega pecoso.
Ya estaba acostumbrado a ser observado de esa forma, pero le extrañaba que nadie lo hiciera con burla, pues antes siempre le miraban y se reían, pero ahora, solo le miraban sorprendidos.
Izuku trató de no prestarles atención a ellos y se concentró en lo que daba Aizawa en la clase, el alfa estaba haciendo un resumen de lo que habían visto antes de que empezarán las vacaciones.
Al terminar la clase y entrar a la hora del receso, Izuku se sintió nervioso cuando vió como los demás se acercaban a el, quiso salir del lugar pero fue muy tarde para tratar de hacerlo.
—¡Woa, Izuku, cambiaste mucho!- la voz estridente de Uraraka sonó demasiado fuerte para su gusto.
La beta nunca fue mala con el, en realidad, nadie de su salón lo era, pero nunca se le acercaban, y su inseguridad le hacía pensar que le tenían asco y se reían a su espalda, pero nunca llegó a escuchar algún comentario malo de ellos sobre su persona.
—A-ah sí.- Izuku asintió, tan rojo como un tomate, ocultó su rostro con sus brazos, mientras los demás lo halagaban sobre cómo se veía ahora, la verdad le gustaba eso, era la primera vez que tenía ese tipo de atención, que no fuera solo para burlarse.
—¡Tus pecas son muy bonitas, y tus ojos se ven más grandes!- ésta vez Mina era quien lo habia halagado, ella era una alfa, amiga de Katsuki, y pareja de Jirou.
—H-hum...- Izuku no sabía ni que responderles, nunca fue bueno para estar rodeado de personas, y menos para hablar con tantas.
—¡Oigan extras!, ¡¿No ven que lo están presionando, idiotas?!- Katsuki apareció, como su Salvador que era para sacarlo de allí.
Los demás parecieron darse cuenta entonces de lo que estaban haciendo, y de lo incómodo que se sentía el Omega al tener tantas personas rodearlo y preguntándole cosas.
—¡Lo sentimos, olvidamos que eras muy tímido!- Uraraka se disculpó y se veía apenada de verdad, los demás se apartaron un poco para que el peli-verde pudiera respirar.— vamos a la cafetería, si quieres claro, no te sientas presionado.
Izuku los miró esperanzados, era la primera vez que lo invitaban a comer, normalmente ellos solo seguirían con sus vidas y saldrían del salón para ir a la cafetería, pero ahora no era así.
El pecoso iba aceptar, pero vió como el beta rubio le miraba de lejos, más bien cerca de la puerta que daba hacia el pasillo. No lo dudó, se levantó y dió una ligera reverencia.
—Disculpa pero no creo poder aceptar la invitación, podría ser otro día.- el pecoso le sonrió y fue hasta el rubio quien le miraba ligeramente sorprendido.— ¡Vamos Kacchan, quiero comer Katsudon!
Katsuki solo chasqueó la lengua para después salir del lugar, e Izuku fue detrás de él, los demás reconocían al rubio, pero no sabían quién era exactamente el Omega que me seguía, pero al juzgar por el color de cabello se hacian una idea de quién era y eso les dejaba sorprendidos.
Después cuando estuvieron en la cafetería y obtenieron sus porciones de almuerzo, fueron a buscar una mesa, Katsuki miraba a toda partes tratando de encontrar una que estuviera sola, pero al parecer fueron vistos por algunos de sus compañeros de salón.
—¡Oí, Bakubro!- eran los amigos de Katsuki quienes le llamaban, normalmente el rubio los ignoraba e iba por una mesa para los dos, pero ahora, Izuku quería cambiar eso, ya no quería que ellos tuviera que estar solos, no más.
—¡Vamos Kacchan, estemos con ellos!- Izuku exclamó animado mirando al beta, ya estaba un poco seguro de si mismo, sabía que nadie se iba a burlar de su físico y quizás también pudiera ser amigo de los amigos de su Kacchan.
Katsuki un momento al pecoso, no quería ir con los demás, aunque Izuku había rebajado bastante, se miraba nervioso por el mundo que le rodeaba, aunque estuviera haciendo su mejor esfuerzo para no demostrarlo.
Pero Katsuki sabía que Izuku quería superar eso, el quería sentirse bien en un lugar rodeado de personas, y para eso debía empezar de a poco, quizás los idiotas que se autodominaban "sus amigos" era un buen comienzo.
—Vamos pues.- Katsuki mientras empezaba a caminar hacia ellos, Izuku le siguió de cerca y sonriendo nerviosamente.
Estaba emocionado, ¡Era la primera vez que iba a comer con los amigos de Kacchan!
Aterrado y emocionado, así era como se encontraba. Cuando estuvieron cerca de la mesa el pecoso pudo notar la sorpresa en los demás allí, seguro que ellos creían que los iban a ignorar como siempre y la verdad no sé esperaban que fueran con ellos.
Pero sus caras de sorpresa cambiaron rápidamente a una de alegría, y eso animó al pecoso, ello le dejaron espacio para que se pudieran sentar con sus comidas.
—¡Es increíble que acepten venir a comer con nosotros!,- Kaminari Denki, un Omega rubio con un lindo mechón negro en forma de rayo, parecía muy alegre de verlos allí.— ¡¿O es que el mundo se va acabar?!, ¡Se acerca el fin de los tiempos!
El rubio dramatizó tomando del brazo al alfa de cabellos rojos, Kirishima Eijiro, su pareja. Éste solo se rió al igual que los demás en la mesa.
—¡Deja de ser tan idiota Pikachu, no vine por ustedes!- Katsuki gruñó fastidiado utilizando sus palillos para empezar a comer.
Los demás en la mesa, Mina, Jirou, Eijiro y Denki, se miraron entre sí con complicidad para después mirar disimuladamente al pecoso, quien se encontraba concentrado y disfrutando de su Katsudon.
Izuku se sentía aceptado entre ellos, más bien, ahora el mismo se sentía aceptado, pues estaba seguro que si tuviera aún su antiguo cuerpo, no querría estar allí en ese momento, no hubiera tenido el valor para comer a si con ellos.
—Lemento si no te sentías seguro con nosotros antes.- al escuchar eso, Izuku dejó de comer para mirar a quien había hablado, era Denki, el Omega se miraba algo culpable.— pero era que te mirabas tan inseguro de ti mismo y muy alerta siempre, por eso nunca quisimos presionarte más, aunque eso causó que tuvieras un cambio radical con tu apariencia, ¡Pero yo creía que aún siendo gordito antes eras muy lindo, en serio!
Izuku quedó de piedra, ahora entendía que su propia inseguridad alejaba a los demás de el, pero no todo era su culpa, pues sabía que habían muchas personas que si se burlaban de el y le hacían comentarios para nada buenos.
Aunque no eran todos, lo sabía, pero, el mismo había construido barreras a su alrededor y había estado desconfiando de todos, en el único que confiaba era Katsuki, pero era porque el había estado siempre en su vida, desde que era solo un pequeño cachorro, sus madres eran amigas cercanas, así que se conocían desde que tenían memoria.
Y saber eso solo lo hizo sentir mal, pues Katsuki también se alejaba de los demás solo para estar con el, siempre fue así, lo cuidó aquella vez cuando estuvo en depresión por culpa del abandono que tenía su madre, él estuvo allí para ayudarlo y animarlo.
Katsuki estuvo allí siempre, se metía y en problemas por el, peleaba contra los que se querían aprovechar de su baja autoestima e inseguridad.
El pecoso sacudió su cabeza y miró a los demás con una sonrisa alegre, aldeas de sus mejillas rojas, acentuando sus pecas. Y sus ojos un poco aguados, estaba tan feliz que podría llorar.
—¡N-no pasa nada chicos, yo quise cambiar mi aspecto para verme mejor y no causar más disturbios, además ustedes nunca fueron malos conmigo, por eso no hay problemas de nada!- Izuku habló sin dejar de sonreír, el pecoso vió como los demás le sonreían enternecidos, ellos estaban contentos de que pudiera tener un poco más de confianza.
—Bueno si, la otra razón por la cual que no nos acercábamos a ti era él.- Denki señaló al beta rubio quien tenía las mejillas llenas de comida y el ceño fruncido. No sabían cómo era que podía comer molesto de esa forma.— no es por nada, pero Katsubro parece siempre un chihuahua enojado, de esos que te pueden arrancar un dedos con sus dientes y te acercas demasiado.
—¿¡Que dijiste Pikachu bastardo!?- Katsuki exclamó echando humo por las orejas, muy molesto, y las risas no tardaron mucho en estallar en la mesa, incluso Izuku se reía por la reacción del rubio, era como si todo hubiera estado ensayado.
Era un buen almuerzo, tranquilo y lleno de buenas vibras, Izuku escuchaba hablar a los demas alegremente, no recordaba la última vez que comió rodeado de tantas personas.
Se sentía bien, un buen lugar, estaba feliz y nadie podría arruinar el momento, o eso creyó, pues un aroma conocido para su nariz llegó y lo puso de piedra al instante.
¿Por qué la vida nunca estaba de su lado?
—Valla, valla. ¿Qué tenemos aquí?- la voz de Monoma sonó atrás de ellos, e Izuku quiso volverse invisible, no sabía que le había echo al alfa para que lo odiara de esa forma.— ¡Ah, es el cerdito, aunque ah rebajado su grasa y ahora se encuentra con los demás patéticos de la clase A!
Los demás dejaron su conversación miraron hacia el rubio, el alfa rubio al parecer había llegado por su revancha de la última vez.
—¡Ah, eres tú otra vez!, ¿¡Es que no tienes mejor vida, en serio tu vida es tan aburrida que no sabes hacer otra cosas que molestar a los demás!?- Kaminari habló con molestía, si había un alfa que odiaba en esa preparatoria era Monoma, el rubio estaba en la portada de su lista negra, y escrito con rojo brillante.
A Monoma pareció darle un tic en el ojo, estaba harto de la insolencia que tenían los de la baja clase, los que estaba debajo de sus pies, no iba a permitir que otro 'debil' le hablara de esa manera. Y estaba a punto de contraatacar, pero una sombra llegó desde atrás del alfa y le dió un certero golpe en el cuello, eso dejó al rubio medio muerto.
—Lamento mucho todas las molestias que a causado mi primo.- una alfa de cabellos naranjas, era quien había noqueado al alfa rubio para sorpresa de todos quiénes tenían la boca abierta, entre ellos estaba incluido el Omega pecoso.— yo misma me encargaré de vigilarlo de ahora en adelante para que no moleste a nadie más, mi más sincera disculpas para ti, Midoriya, me enteré de todo lo que hacía.
Ella dió una reverencia formal ante el pecoso, quien se sonrojó por la acción y además de tener la atención de otros allí. Izuku sacudió sus manos nerviosamente mientras negaba.
—¡N-no pasa nada, no es tu culpa, no tienes que hacer eso!- el pecoso chilló avergonzado, y la alfa le sonrió cálidamente antes de asentir e irse del sitio, en ese momento el pecoso pudo respirar tranquilo de nuevo.
—Uh, al menos ya no tenemos que preocuparnos del castroso, ¡Ahora tiene niñera!- Denki se burló haciendo que los demás también se burlaran de alfa rubio.
Izuku miró la media sonrisa, algo malévola, que Katsuki tenía en el rostro. Aparentemente el también estaba satisfecho con que Monoma no le estuviera jodiendo, e Izuku sintió que cosas buenas iban a llegar, solo esperaba acertar en eso.
Se podría decir que Izuku poco a poco fue obteniendo confianza, tanto en si mismo como el los demás. Se fue abriendo a los demás de a poco también, aún se llenaba de nervios y se sentía juzgado cuando estaba rodeado de muchas personas, pero hacia su mejor esfuerzo para dejar esa inseguridad.
Los días y meses fueron pasando, el otoño llegó y pasó, con el invierno pasó igual. Izuku y Katsuki seguían siendo mejore amigos, aunque ahora habían más personas agregados en la lista.
Izuku se había echo muy amigo de Iida, el beta de cabellos azulado oscuro, Uraraka, la beta de cabellos castaños y cortos. De Todoroki, era un alfa de cabellos bicolor, era el las callado del salón, y tenía algunos problemas familiares, aunque el quiso ayudar a que los superará, sabía lo que era sentirse solo y triste.
Aunque no entendía porqué Katsuki siempre se ponía molesto cada vez que se acercaba al alfa bicolor, aunque no solo molesto, tambien había otro tipo de sentimientos en los ojos del beta y no los lograba identificar.
Pero quizás era porque ahora también pasaba más tiempo con sus amigos, además era para dejar respirar un poco al beta, el siempre estaba pagado a él todo el tiempo, debía dejarle su espacio para que pudiera hacer sus propias cosas.
Aún así no entendía que ocurría, últimamente sentía extraño a su mejor amigo, un poco distante y no era sólo porque no pasara tiempo con el, si no que ahora era más cerrado. Y no sabía porqué, no entendía si hacía algo malo, pero no sabía en donde exactamente las cosas habían empezado a salir mal.
Izuku por esa parte se sentía triste, aunque no importaba eso, tenía una misión que cumplir y debía hacerlo antes de que alguien se adelantará o Katsuki se alejara más.
Pero para esa misión sabía que necesitaba ayuda, no podía hacerlo solo. Así que debía buscar a alguien de confianza para que le diera el valor necesario.
Ese día era viernes, inicio de la primavera y las flores de cerezo estaban en su espledor, era la época en donde los enamorados confesaban sus sentimientos, bajo las bellas flores rosas que soltaban los árboles.
Ese día quiso hablar con Denki después de clases, era el Omega con quién tenía una relación más cercana, pues al ser Omega los dos podían hablar de cosas sin sentir vergüenza alguna, pero éste tenía una cita con Kirishima así que no podía ayudarle.
Y si era Uraraka, ella ya tenía planes también con Iida, al parecer ellos también habían empezado una relación.
No podía estar más celoso de sus amigos.
Había perdido a Mina de vista en cuanto sonó la campana. Así que no tenía a nadie que le ayudará o casi, pero vió a cierto alfa de cabellos bicolor, él estaba caminando por los pasillos con calma, no era alguien que no tenía mucha prisa, de todas formas no era como si estuviera ansioso por llegar al lugar en donde estaría a la persona que menos le agrada.
—¡Todoroki!- Izuku fue hacia él a pasos rápidos, había estado dando vueltas por todas partes y ahora encontraba cansado.
—¿Sucede algo Midoriya?- preguntó al alfa confundido, pues no entendía la agitación del Omega, además su nerviosismo.
Izuku respiró profundamente, jugueteó con sus dedos de manera tímida, no sabía cómo pedirle el favor de que le ayudará exactamente.
—¿M-me ayudas en algo?- pidió el pecoso en voz baja, pero Todoroki lo llegó a escuchar y asintió no muy convencido, no sabía para que era la ayuda.
—Claro, ¿En que sería?- preguntó y vió como el pecoso se sonrojó más, éste alzó una ceja al ver como el menor murmuraba cosas sin sentido para después mirarlo.
—¿Me acompañas a otro sitio, uno más privado?- Izuku pidió y Todoroki volvió asentir, no sabía que estaba ocurriendo pero tenía curiosidad por saber.
Siguió al pecoso a una parte alejada y solitaria de la preparatoria, las escaleras de emergencia eran el mejor lugar para hablar de cosas tranquilamente.
—¿Para que necesitas ayuda?- Todoroki preguntó mientras se recostaba a una pared, ver al Omega tan nervioso le parecía hasta un poco divertido.
—V-verás, hay alguien a quien quiero...p-pero, no sé cómo decírselo.- murmuró el proceso jugando más con sus manos, y tenía su rostro rojo, Izuki vió como el bicolor alzaba una ceja sin entender.— o-sea, que lo quiero más que un amigo, ya sabes.
—Ah, piensas confesarte a Bakugou.- habló el alfa de manera tranquila, haciendo que el pecoso abriera la boca totalmente sorprendido.
—¿¡C-cómo sabes!?- Izuku chilló avergonzado y colocó sus brazos alrededor de su cara que estaba más roja que antes.
—Es que era obvio, pero dime, ¿Piensas confesarte a él no?- preguntó haciendo que el pecoso asistiera de manera lenta.— ¿Por qué simplemente no lo haces?
—No es tan fácil.- Izuku respondió en un murmullo, su mayor miedo era destruir su hermosa relación con el beta rubio.
—Entonces, yo digo que deberías decirle directamente como te sientes hacia el.- sugirió el alfa colocando su mano en el mentón, pensado en la mejor manera de hacerlo.— más o menos, "me gustas, Kacchan" o algo así.
Habló el bicolor haciendo comillas con los dedos en la frase de la confesión. Izuku solo podía escuchar, mientras sentía su rostro arder, aveces no entendía como Todoroki podía ser de esa forma, parecía como si nada le diera vergüenza.
—Puedes incluso practicar conmigo si quieres, puedo ayudarte decidir la mejor manera para confesarte.- sugirió el alfa e Izuku sintió como su rostro se iluminaba, era buena idea practicar sus líneas, así a la hora de decirlo sería más fácil.
—Bien, bien, aquí voy.- Izuku tomó una respiración profunda, tratando de calmarse y miró de manera decidida al alfa.— ¡T-tú me gustas mucho!, ¿Así, que tal?
Izuku preguntó, y el alfa bicolor arrugó un poco el entre cejo, al final dió una respuesta negativa. Y el Omega suspiró de nuevo.
—Vuelve a intentarlo.- Todoroki sentía que esa confesión se sintió un poco forzada, y no iba a dejar ir al omega hasta que lo hiciera bien.— solo, deja salir lo que sientes.
—O-ok.- Izuku calmó los latidos de su corazón, debía escucharlo y dejar salir todo lo que sentía.— eres la persona más importante para mí, siempre has estado allí conmigo, todo el tiempo, no importaba como era o como me sentía, siempre me ayudaste. Y quiero decirte que me gustas mucho, de verdad cada vez que estoy cerca de ti me siento muy feliz, quisiera pedirte que me dejaras ser tu pareja, que tú me llamaras a mi como tu Omega. Te amo mucho, Kacchan.
Izuku acabó de expresarse, tenía mucho más cosas que decirle al rubio, pero su confesión debía ser corta. Ya tendría mucho tiempo después para decirle lo genial que era.
Todoroki tenía los ojos ligeramente abiertos, estaba sorprendido de haber escuchado una de las confesiones más lindas del mundo, además de sincera. Fingió secarse una lágrima y sonrió levemente.
—Es perfecta, ahora ve con él y díselo.- lo animó e Izuku asintió alegremente, le dió un agradecimiento y salió del sitio en donde estaban.
Pero al ir por el pasillo, a la esquina de donde estuvo charlando con el alfa bicolor, encontró en el suelo un cuaderno, "campus", lo reconocía a la perfección y además era el mismo que le había prestado al rubio el día anterior. Su corazón se encogió al saber que él estuvo allí, y tenía un mal presentimiento sobre las cosas.
(...)
Es normal que me sienta bien al dejarlos así?? xDxD jasjajsjakajsj
Soy mala Buajajajajajajaja xDxD
XD
Zaorycast. ✨✨
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