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14| Déjame cuidar de ti

Ciudad de Berk, un año antes de los sucesos de DRAGONES.

La primera vez que lo vio, ni siquiera llamó su atención. Era solamente el hermano de Gogo, un chico solitario que (según tenía entendido) se hacía cargo de su hermana después de que su madre los abandonó. 

Nunca le había importado mucho su presencia o su ausencia cada que se reunían en casa de Gogo. Pero ahora, agradecía que estuviera ahí en el momento más oportuno.

Había ido a casa de los Tomago a buscar a Hamish, pues no había llegado a dormir la noche anterior y estaba preocupada por su hermano. Dagur la acompañó para asegurarse que estaría bien.

La pelinegra suspiró al ver el auto de Snotlout estacionado en la acera fuera de la casa, lo que significaba que había una gran posibilidad de que su hermano estuviera ahí.

—Heather. —el pelirrojo la detuvo —Seguro está aquí. No necesitamos..

—Quiero verlo. —aclaró la menor, soltándose del agarre de su hermano para avanzar a la puerta de la casa, pasó junto al auto de Eret y este fue quien le abrió la puerta antes de que pudiera tocar, pues iba de salida —Uh.. hola.. —le saludó de manera tímida

—Hola.. —dijo con duda, desconcertado de verla ahí —¿Buscan a Hamish? —preguntó con calma, notando al pelirrojo acercándose a la pelinegra, quien asintió con la cabeza —Están en la habitación del fondo. —señaló hacia el interior de la casa, saliendo de la casa para dejarles el paso

—Oh.. gracias. —murmuró apenada, entrando despacio a la casa, seguida por Dagur

Eret se acercó a su auto con las herramientas que llevaba consigo. Era su día de descanso, el cual utilizaría para darle mantenimiento al auto para evitar cualquier problema futuro.

Unos minutos después se percató de los gritos dentro de la casa, limpió sus manos con una franela cercana y avanzó hacia la puerta, escuchando enseguida a su hermana.

—¡Eret! —se acercó desconcertado a la habitación, viendo el caos —Ayúdame a sacarla. —le pidió su hermana, quien abrazaba a la pequeña omega que estaba aterrorizada mientras Hipo, Dagur y Snotlout parecían pelear

El mayor se acercó enseguida a Heather, cargándola con cuidado para sacarla de la habitación, seguidos por Gogo, quien abrió la puerta del patio para poder sacarla hasta el pequeño patio trasero

—Tranquila, tranquila. —murmuró el pelinegro, sentándola con cuidado en una de las sillas

—Veré que no se maten. —comentó Gogo en bajo, haciendo una mueca y volviendo a la habitación

—Lo.. lo siento.. —se disculpó la menor mientras limpiaba las lágrimas que escurrían de manera abundante por sus mejillas

—Está bien.. —murmuró el chico, sonriendo a medias y tratando de mantener su aroma tranquilo para ayudarle a calmarse —¿Necesitas algo?

—Quiero ir a casa. —admitió en un murmullo, sollozando sin poder evitarlo

—Te llevaré a casa, descuida. —aseguró, acercándose a abrazarla al verla tan aterrada, esperando no empeorar las cosas —Pero primero necesitas calmarte un poco, ¿está bien?

Heather se aferró al chico mientras asentía con la cabeza y trató de calmar su llanto. Comenzó a calmarse poco después, disfrutando el aroma del chico, que se mantenía dulce para poder calmarla.

—¿Estás mejor? —preguntó con voz tranquila, sintiendo que el miedo y la tristeza desaparecían de a poco de su aroma

—Me gusta tu aroma. —murmuró sin querer

—Me alegra que te ayude a calmarte. —sonrió, ella se sonrojó con intensidad

—P-Perdón.. —se disculpó en bajo, limpiando su rostro con algo de torpeza mientras se separaba del chico

—Está bien. —le dijo con calma —¿Te sientes mejor?

—Si.. gracias. —asintió con la cabeza y le sonrió apenada

—¿Quieres que.. te lleve a tu casa? —sugirió con algo de duda

Ella asintió con la cabeza nuevamente. Eret se levantó y le ayudó a ponerse de pie para volver a la casa y al pasar por la habitación donde estaban los chicos la menor se aferró al pelinegro, manteniéndose detrás de él.

—Dagur.—llamó al pelirrojo, sin quejarse del agarre de la omega tras él —Llevaré a Heather a su casa. ¿Vienes? —informó con calma

—Si.. claro.. —murmuró el pelirrojo, saliendo de la habitación para acercarse a su hermana, quien no soltaba a Eret

Salieron de la casa seguidos de Snotlout, quien movió su auto para que el auto de Eret pudiera salir de la cochera.

—Lamento haber causado..

—No pasa nada. —interrumpió el mayor al pelirrojo, sonriendo comprensivo y viéndolo abrazar a la pequeña omega que seguía asustada

—Gracias por tu ayuda. —murmuró ella, sonriéndole a medias

——————————

Eret salía de su entrenamiento habitual, avanzando junto con algunos compañeros. Sintió un aroma conocido cerca y al girar la mirada en busca de la fuente de dicho aroma vio a Heather en una de las tiendas cercanas con su madre.

Sonrió al verla hablar tan alegre con la mujer que las atendía. No solía ver esa alegría cuando estaba junto a sus hermanos, especialmente cerca de Hamish.

—¿A quien ves? —preguntó uno de sus compañeros, siguiendo su mirada hasta la pequeña omega —Oh.. es linda.. —sonrió —¿Crees que sea...?

—Es menor de edad. —aclaró Eret, deteniéndolo antes de que avanzara hacia ella —Así que ni lo pienses. —le advirtió

—¿Estás esperando que cumpla los dieciséis para acercarte? —preguntó en broma otra de sus compañeras

—Basta. —negó con la cabeza y siguió avanzando junto con ellos

Heather giró a verlo al sentir su aroma y sonrió de manera tímida. Habían pasado dos semanas de aquella situación en casa de los Tomago y aún se sentía avergonzada con el mayor por el problema que había ocasionado.

——————————

Había pasado un mes más. Heather se encontraba en la tienda de su abuela, haciendo inventario de la mercancía nueva mientras sus hermanos y primo se encargaban de acomodar las cosas nuevas en los estantes.

Esa tarea solían hacerla cada dos semanas, pues su abuela y Gothi necesitaban ayuda para mover las cosas desde a bodega. Su padre, su tío Gobber y su tío Spitelout les solían ayudar con las finanzas del lugar y a reabastecer los pedidos más grandes. Tanto su madre como su tía trabajaban en la tienda a tiempo parcial y había tres chicas y un joven trabajando todos los días con ellas. Ellos solían descansar el día de reabastecimiento, pues ahí estaba toda familia para ayudar.

La menor se encontraba en el mostrador, siendo ayudada por Gothi mientras su abuela regañaba a Hamish con calma pues esta planeaba irse antes junto con Snotlout.

—Nana, no es bueno que hagas corajes. —dijo Gogo con una sonrisa, entrando a la tienda con una sonrisa

—No deberías llevarte a mis nietos. —reprochó la mayor con enojo, antes de sonreírle a la recién llegada

—Te prometo que no me los quiero quedar. —dijo ella con gracia, acercándose a abrazar a la mujer con cariño —Son muy fastidiosos.

—¡Oye! —se quejaron ambos, haciendo reír a Gogo

—Los dejaré irse. —comentó la mayor con una sonrisa divertida por ver su interacción —Pero deben terminar de acomodar las cosas. —les advirtió a sus nietos, que sonrieron felices

—¿Me dejas ayudar, nana? —preguntó la chica separándose de la mayor despacio

—De acuerdo. —aceptó, asintiendo con la cabeza —Heather, cielo.. —la menor levantó la cabeza hacia su abuela y sonrió saludando a Gogo con la mano —¿Podrías indicarle donde están las cajas que faltan?

—Claro. —asintió con la cabeza, levantándose de su lugar y llevando a la otra pelinegra hacia la bodega por otra de las cajas

Una vez terminaron, se despidieron de su abuela y le agradecieron por darles permiso para salir antes. Dagur se encargó de atender a algunos clientes junto con su abuela y Gothi permanecía en el mostrador con Heather, que sonreía amable a todos los clientes, deseándoles una linda tarde cuando pagaban y se retiraban.

—Mi niña. —giró la mirada a su abuela al escucharla —¿Podrías indicarle a Lars donde están los detergentes que apartó? —la pelinegra asintió con la cabeza, sonriendo de manera tímida al ver al chico castaño junto a su abuela

—Están en la bodega. Ya te llevo. —se acercó a la bodega, siendo seguida por el chico, quien sonrió a medias al sentir su aroma dulce a flores. No podía negar que se había convertido en uno de sus aromas favoritos. —Mira.. Estos son los que encargaste. —señaló una caja con detergentes —Son muchos.. —murmuró —¿Sueles lavar mucha ropa? —preguntó con curiosidad, girando a verlo

—En realidad.. son para la academia. —le explicó con calma, acercándose a la caja —Le sugerí al jefe que podíamos comprar algunos insumos aquí y.. es lo primero que compramos.

—Oh.. —asintió con la cabeza, alejándose un par de pasos para que él pudiera tomar la caja —Bueno, espero que les guste el detergente y.. que compren más cosas aquí. —sonrió

—Espero lo mismo. —sonrió, cargando la caja y sonriéndole —Así tendría un motivo para venir y.. poder verte.. —murmuró, haciéndola sonrojar

—¿V-verme? ¿A mi? —preguntó nerviosa

—Eres linda. —dijo con calma —Y tu aroma me gusta. —guiñó un ojo y salió de la bodega, dejando a una muy avergonzada Heather atrás

Cuando volvió junto a Gothi se dio cuenta que su abuela hablaba de manera animada con Eret, quien le sonrió al verla. El sonrojo volvió a su rostro. Desvió la mirada después de sonreírle a medias, sintiendo su corazón latiendo con fuerza ante la sonrisa del pelinegro.

Si tan sólo hubiera sido él quien le dijera aquellas palabras...

"Eres linda. Y tu aroma me gusta"

Suspiró, sabiendo que solo estaba soñando despierta y eso nunca sucedería.

——————————

Unas semanas después, Heather avanzaba con calma por la calle hacia la casa de los Tomago.

Habían acordado reunirse esa tarde con algunos amigos para ir al cine. La menor salió temprano de clases ese día y Gogo le sugirió esperar en su casa mientras el resto salía de clases, pues era la más cercana y no quería que la menor estuviera en el clima frío.

Era diciembre, no tardaría en empezar a nevar y ella detestaba la nieve. Nunca le había gustado y estaba segura que nunca le gustaría. Cuando llegó a la casa, frotó sus manos para calentarlas y buscó la llave de repuesto debajo de una maceta. Sonrió al encontrarla y la tomó para abrir la puerta con calma.

Al entrar, sintió el aroma dulce del chocolate caliente y se sorprendió de ver a Eret deteniéndose en la puerta de la cocina.

—¿Heather? —preguntó desconcertado y le sonrió a medias

—Uh.. hola.. —saludó nerviosa —Gogo... dijo que estarías fuera hoy.. —murmuró

—Oh, bueno.. cancelaron el entrenamiento debido al clima. —explicó con calma, dando un sorbo a su chocolate después de eso —¿Van a reunirse aquí hoy?

—Iremos.. hay una p-película n-nueva.. —desvió la mirada, guardando silencio y sonrojándose avergonzada

—Tranquila. —el chico soltó una risa suave al verla tan nerviosa —¿Quieres chocolate caliente? —ofreció con una sonrisa, ella asintió con la cabeza y le sonrió un poco —De acuerdo, ya te lo sirvo. —volvió a la cocina para servir el chocolate para la menor, ella dejó su mochila en una de las sillas del comedor y lo siguió

—Huele delicioso. —murmuró, sonriendo alegre ante el aroma del chocolate

—Gracias. —le sonrió —¿Quieres pequeños malvaviscos en tu chocolate?

—Oh, suena bien. —asintió con la cabeza, esperando pacientemente por su taza

—Espero que sepa tan bien como huele. —comentó con calma, dándole la bebida caliente con cuidado

—Seguro así será. —soltó una risa suave y tomó un sorbo de aquella bebida caliente —Uhm.. está delicioso. —dijo enseguida, volviendo a tomar más chocolate

—Me alegro que te guste. —el mayor sonrió con ternura al verla disfrutar del chocolate caliente

—¿A tí no te gusta ponerle malvaviscos? —preguntó con curiosidad al notar que su chocolate no tenía ninguno

—No me encanta su sabor. —negó con la cabeza, acercándose a la chica para limpiar con cuidado la comisura de su labio

Ella se quedó quieta, sonrojándose con intensidad ante aquella acción y volviendo a sentir su corazón acelerado.

Él la observó con atención, disfrutando de su aroma y sintiéndose atraído por sus preciosos ojos verdes. Era una joven hermosa, sin duda, con un carácter alegre y un aroma tan dulce que opacaba el resto de aromas a su alrededor.

—¿Eret? —preguntó en un murmullo al verlo acercarse a ella mientras mantenía una de sus manos en su mejilla y retuvo la respiración un momento al sentir el beso que él dejó en sus labios

Un beso dulce, suave, con sabor del chocolate caliente que habían tomado un momento antes. Heather no quería que terminara. Lo quería cerca. Lo necesitaba cerca...

Cuando se separó del beso, el mayor le sonrió a medias y quería disculparse, sin embargo ella no lo dejó. Se acercó y lo besó nuevamente, teniendo cuidado con sus taza de chocolate.

—¿Qué estamos haciendo? —preguntó él en un murmullo una vez el beso terminó, sonriendo con cariño mientras acariciaba la mejilla de la chica con dulzura

—He querido ese beso desde hace un tiempo. —admitió ella en voz baja, sonriendo apenada y dejando que acariciara su rostro

—¿Enserio? —preguntó desconcertado

—Si.. —asintió con la cabeza —Eres lindo. —él soltó una risa suave ante sus palabras 

—Tú eres preciosa. —murmuró, acercándose para volver a besarla con suavidad

Las tazas de chocolate fueron dejadas sobre uno de los muebles de la cocina mientras ellos continuaban con su sesión de besos y mimos, lo que desencadenó el repentino celo de ambos.

Para cuando el resto de chicos llegaron, ambos se encontraban en el comedor tomando chocolate caliente y tratando de ocultar que tan solo unos minutos antes habían tenido intimidad.

Heather sonreía alegre mientras le pedía a los dioses que los supresores que había tomado un momento antes hicieran efecto pronto o volvería a lanzarse sobre Eret. Él, por su lado, se sentía inquieto. Sabía que los supresores no harían mucho en ese momento y sentía la necesidad de acercarse a Heather para volver a besarla, volver a sentirla, volver a tenerla para él..

—¿Estás bien? —preguntó Gogo viendo a su hermano

—Necesito.. —suspiró, levantándose de la mesa —Diviértanse en el cine. —dijo simplemente, avanzando a su habitación para encerrarse ahí antes de hacer algo estúpido

—¿Qué le pasa? —preguntó Dagur desconcertado

—Creo que Heather lo hizo entrar en celo. —bromeó Gogo

—¿Q-qué? —preguntó la menor nerviosa —P-pero, yo.. yo no...

—Tranquila. —le sonrió —Tienes un aroma muy dulce, seguro se adelantó su celo por eso. —le explicó con calma

La menor asintió con la cabeza, concentrándose en terminar su chocolate.

——————————

Dos meses más habían pasado.

Heather se había mantenido alejada de Eret para evitar causarle problemas, pues conocía el temperamento de su hermano castaño. Esa tarde, precisamente, era el cumpleaños de Hamish. Ella estaba consciente que lo vería y eso la ponía sumamente nerviosa.

Cuando lo vio llegar a la casa, hizo todo lo posible por mantenerse cerca de su madre o hermanos para evitar que se le acercara. Sin embargo, en algún punto de la fiesta, sucedió..

—Heather.. —la mencionada se tensó al escucharlo y giró a verlo con cautela —¿Estás bien? —preguntó con calma

—Si.. —asintió enseguida —¿Por qué?

—Me.. me has evitado.. —explicó en bajo, tratando de mantener la calma

—Oh.. bueno.. —desvió la mirada

—Sé que lo que pasó.. —hizo una pausa, viendo a su alrededor para asegurarse que estuvieran solos —¿Hice algo que te molestó? —preguntó con preocupación —Te... ¿Te lastimé o..?

—No. —negó enseguida, volviendo a verlo —Fue.. fue maravilloso. —admitió en bajo —Es que.. —suspiró, acercándose un poco a él —Me aterra que mis hermanos lo sepan. Sabes que Hamish suele ser... voluble.. y.. No quiero causarte problemas. —el pelinegro se acercó más a ella y acunó el rostro de la menor con cariño

—¿Por qué le temes? —preguntó en un murmullo —¿Ha vuelto a intentar golpearte? —preguntó con enojo

—No, no.. no ha hecho eso.. —aclaró rápidamente mientras ponía sus manos sobre las de él en sus mejillas —No es agresivo, ni malo.

—Esa tarde..

—No lo ha hecho nunca más. —le aseguró —Te lo juro. —insistió al verlo dudar

—Quiero cuidarte. —murmuró, inclinándose para dejar un beso sobre su frente —Déjame cuidar de ti. —ella sonrió ante sus palabras y se acercó para besarlo con suavidad

—Necesito tiempo.. ¿Podemos hacer esto con calma? —preguntó con voz baja

—Te esperaré el tiempo que necesites. —aseguró enseguida, bajando una de sus manos a la cintura de la menor para atraerla hacia él y la besó, un beso dulce que no duró lo que les hubiera gustado, pues tuvieron que separarse al sentir el aroma de Snotlout cerca, ambos giraron la mirada a la entrada de la cocina, viendo al chico ahí, estando visiblemente enojado

—Tienes tres segundos para alejarte de ella. —le advirtió con molestia, lo cual los hizo separarse

—Lout, espera.. —ella se acercó a su primo —Yo empecé.. —admitió en un murmullo, queriendo evitar una pelea —Por favor..

—Vuelve con el resto. —le pidió con calma

—No, no.. es que.. —se colocó frente a él para impedirle avanzar más hacia Eret —Sólo.. escúchame.. por favor.. —le pidió nerviosa —Por favor..

Snotlout la observó un momento, notando sus ojos llenarse de lágrimas y sintiendo la angustia en su aroma. Suspiró y asintió con la cabeza despacio.

—Bien, te escucho. —accedió, sonriéndole a medias para después ver con enojo al mayor detrás de su prima

Ella suspiró de manera entrecortada, agradecida con los dioses de que fuera él quien los encontrara en lugar de Hamish y trató de organizar sus pensamientos para después poder explicarlos en voz alta hacia su primo.


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