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12| Zanahoria

Noruega, cuatro años antes de los sucesos en LEGADO

Anna era una pequeña omega de 15 años que provenía de una familia numerosa. Tenía nueve hermanos mayores y una pequeña hermana de 8 años.

Su padre se había "casado" con cuatro mujeres distintas, de ahí sus numerosos hermanos. Su madre era la cuarta esposa y ella había sido la primera hija de la familia, la adoración de su padre y sus hermanos, quienes la cuidaban mucho.

Los mayores, Asmund y Byron (gemelos de 25 años) tenían ya sus propias familias y vivían lejos de ella y el resto de sus  hermanos, sin embargo los veía de manera recurrente.

Tenía cuatro hermanos en la universidad, Colin (22), Daniel (20), Enzo (18) y Frederick (18), quienes, junto con Hans (16) se encargaban de cuidar de ella y de su hermano George (17) cuando iban a la escuela, debido a que eran los omegas de la familia.

Beatriz era educada en casa debido a algunos problemas de salud, por lo cual era cuidada por su madre.

George, Hans y Anna estudiaban en un colegio cercano a la Universidad donde estaban los mayores. Solían esperarlos dentro del colegio para volver juntos a casa.

Esa tarde, Anna había salido una hora antes debido a la cancelación de una de sus clases. Esperó en el jardín fuera del edificio, tarareando alegre mientras disfrutaba del viento frío de Noviembre.

Sonrió al ver a la lejanía a uno de sus hermanos, se levantó, tomó sus cosas y corrió alegre hacia él sin importarle que estuvieran con otros alfas.

—¡Fred! —soltó una risa alegre y lo abrazó

—¡Anna! —este le devolvió el abrazo, desconcertado de verla —¿Qué haces afuera? —frunció su ceño levemente

—Salí antes y estaba aburrida. —explicó feliz, viendo entonces al grupo de chicos que iban con su hermano —Hola, soy Anna. —se presentó sin perder su sonrisa y notó las esencias de cada uno

—Otra zanahoria, que sorpresa. —dijo uno de ellos con una sonrisa al ver a la menor, quien frunció su ceño ante sus palabras

—No soy una zanahoria. —se quejó

—Kristoff. —le llamó Fred con tono de advertencia

—Ya, ya.. está bien.. —soltó una risa

Anna observó al rubio con el ceño fruncido y se abrazó nuevamente a su hermano en busca de protección al sentirse abrumada por tantos aromas desconocidos.

—Te vemos mañana, descuida. —dijo uno de los alfas que iban con Fred, despidiéndose todos para dejarlo solo con su hermana, quien volvió a sonreír feliz al notar que ya estaban solos

—No deberías salir si no estamos. —le regañó su hermano mientras avanzaban nuevamente hacia el jardín fuera del colegio para esperar al resto de sus hermanos

—Estaba aburrida. —volvió a quejarse

—Es peligroso. Deberías...

—Lo sé, lo sé... —hizo una mueca —No lo haré de nuevo. —negó con la cabeza

—Bien. —Fred sonrió, dejando un beso sobre su frente y conversando con ella de manera tranquila mientras esperaban juntos hasta que el resto de sus hermanos llegaran

——————————

Unos días después, George se encontraba decorando unos pastelitos para el cumpleaños de su padre, siendo ayudado por su madre (Jossie, la tercera esposa) y Nicole (cuarta esposa y madre de Anna).

La más pequeña de la familia se encontraba con Daniel y Angeline (segunda esposa), terminando de envolver uno de los regalos que le darían a su padre.

El resto de hermanos se encontraba decorando o acomodando las cosas en la salita donde se llevaría a cabo la reunión.

—Anna, ten cuidado. —Colin se acercó a ayudarle al verla subir a una escalera para acomodar el letrero de feliz cumpleaños

—Yo puedo, descuida. —sonrió convencida, terminando de acomodar el letrero

—Te quedó realmente bien. —le dijo Hans con una sonrisa, al ver el letrero

—Beatriz y Dani me ayudaron —le aclaró, bajando de la escalera con cuidado

El timbre de la casa se escuchó un momento después.

—¡Yo voy! —informó Enzo para avanzar a la puerta 

—¿Papá invitó a algún amigo? —preguntó Hans al sentir aromas que no conocía

—¿Ese no es Kristoff? —preguntó Colin desconcertado

—¿Quién es Kristoff? —preguntó Hans desconcertado

—Quédate con Anna. —le pidió Fred con calma mientras avanzaba hacia fuera del salón junto con Colin, quien se detuvo en la puerta

—Creo que es uno de sus amigos. —dijo Anna al ver el comportamiento de sus hermanos

—¿Qué hace aquí? —Hans frunció su ceño

—Yo que se. —se encogió de hombros —Ayúdame con el otro extremo del cartel. —tomó su mano para llevarlo con ella hacia la escalera, la cual movieron para terminar de acomodar el cartel

Una vez estaba todo acomodado, escucharon las risas de sus sobrinos.

—Llegaron los gemelos. —sonrió la menor, avanzando de prisa hacia la salida del salón, chocando con alguien al tratar de salir

—Uh.. perdona, ¿estás bien? —se disculpó el chico, deteniéndola por la cintura para que no cayera

La pelirroja lo observó con atención, asintiendo con la cabeza mientras se sonrojaba.

—Perdona. —se disculpó en bajo y se separó del rubio

—Descuida. —le sonrió amable, alejándose de la menor al sentir la molestia y disgusto en los hermanos de la pelirroja

—Ahí estás, mi niña. —Elias se acercó a su hija y dejó un beso sobre su frente —Kayla, ella es mi hija, Anna. —la presentó con su colega, madre de Kristoff

—Eres una joven encantadora. —dijo la mujer con una sonrisa amable

—Un gusto conocerla, señora...

—Bjorman. —se presentó la rubia —Kayla Bjorman.

—Un placer conocerla. —le dio un apretón de manos

—La comida está lista. —informó Angeline con calma

—Vamos a comer. —Elías entró al salón seguido de la mujer rubia

Anna los observó sin entender qué estaba pasando, saludó de manera cordial a Kristoff y la joven beta que iba con ellos.

—Quédate cerca de Colin. —murmuró Fred pasando junto a ella y avanzando hacia la mesa tras su padre

La pelirroja lo vio confundida, para después girar la mirada hacia su cuñada, Alessandra, quien cargaba su pequeño de un año. Se acercó a ella para saludarla y saludar al pequeño Milo, hijo de su hermano Byron.

Asmund se acercó después, cargando a uno de sus hijos, Johan (de dos años). Su esposo se acercó tras él, cargando a otro de sus hijos Caleb (de tres años y medio), quien sonrió ampliamente a ver a su tía Anna.

—Mi niño, cuanto sin verte. —Anna lo cargó con cariño

—No paraba de preguntar por ti. —le informó Lars (esposo de Asmund)

—¿Me extrañabas, pequeño? —preguntó con ternura al niño, que asintió con la cabeza y la abrazó

George llegó enseguida con Byron. El mayor traía en brazos a su sobrina Gina de seis meses (hija de Asmund).

Una vez que la comida fue servida, todos comenzaron a comer con calma.

Anna sentía la mirada insistente de Kristoff sobre ella, lo cual le desconcertaba. No entendía por qué estaba ahí o por qué la veía de manera tan insistente, pero por la actitud de sus hermanos intuía que el rubio podría estar interesado en ella de alguna manera. 

——————————

Principios de diciembre.

Las vacaciones de invierno iniciaron, lo cual significaba que las decoraciones de navidad serían sacadas del ático y acomodados en la casa por una muy entusiasmada Anna. Quien ese año había decidido acompañar a sus hermanos por el árbol que pondrían en la casa.

—¿Compraremos uno grande? —preguntó con emoción, viendo cada uno de los árboles del lugar

—Siempre compramos uno grande. —le dijo Colin con calma, manteniéndose atento de que no se acercaran a su pequeña hermana ni a George, que avanzaba más adelante hablando con Daniel y Hans

—¿Crees que papá nos deje poner escarcha en el árbol este año? —se detuvo viendo uno de los árboles, notando a unos metros al amigo rubio de Fred, tocando una guitarra mientras estaba sentado en un tronco, estando cerca de algunos pequeños

—Seguro que nos dejará ponerle.. —se detuvo con ella, notando igualmente al chico rubio

—Sabe tocar la guitarra. —murmuró la menor, sonriendo al escuchar la música

—¿Quieres acercarte a escuchar? —sugirió su hermano con calma, notando que el aroma de Anna se tornaba más dulce

—¿Puedo? —preguntó en bajo, sonriendo feliz sin poder evitarlo

—No te muevas de ahí y si hace algo que te disguste no dudes en gritar por ayuda. —asintió con la cabeza

—Está bien. Gracias. —dejó un beso en la mejilla de su hermano y avanzó con alegría al rubio

—¿A dónde va? —preguntó Fred al verla irse

—¿Ese es Kristoff? —preguntó Enzo con curiosidad al ver que su hermana saludaba al rubio de manera tímida

—Déjala. —Colin detuvo a Fred antes de que avanzara tras su hermana

—Pero..

—Ella quiso acercarse. —aclaró con calma —Vamos por el árbol, entre más rápido lo tengamos más rápido volveremos a casa

—Hacen bonita pareja. —dijo Enzo con una sonrisa, mientras Fred hacía una mueca

Cuando tenían el árbol seleccionado, volvieron a buscar a su hermana, quien estaba bastante entretenida escuchando la música de Kristoff.

—Se ve demasiado... cómoda. —murmuró George, viendo con curiosidad a la pareja

—Papá estará feliz de ver eso. —bromeó Enzo mientras Daniel les tomaba una fotografía

—Ya basta. —se quejó Fred, frunciendo su ceño y haciendo a sus hermanos a un lado para acercarse a su hermana, seguido por Colin, quien quería evitar una escena

Anna avanzó feliz junto a sus hermanos poco después. Tarareaba suavemente una de las canciones que Kristoff había tocado minutos antes. Daniel, George y Hans se mantuvieron cerca de ella mientras Colin y Enzo se quedaron un poco lejos para calmar el mal humor de Fred quien se sentía molesto e incómodo al ver a su amigo coquetear con su hermanita.

Y al hablar de ello con su padre, solo aumentó su frustración, pues el mayor tenía la clara intención de que el rubio eligiera pareja en uno de sus hijos, ya fuera George o Anna. Y en realidad se alegró de saber que su niña llamaba la atención del heredero de una de las familias más importantes de Noruega.

——————————

—Fred ha estado actuando raro conmigo. —murmuró Anna con tristeza hacia Kristoff, quien le había dado su número en caso de que necesitara un amigo y ella le había llamado en más de una ocasión, como ese día

—Lamento escucharlo, zanahoria. —respondió el rubio del otro lado del teléfono —¿Puedo ayudarte de alguna manera?

—No lo sé.. —suspiró, viendo hacia su escritorio, notando las fotos que tenía en su pared, sonriendo al ver la foto que le habían tomado junto a Kristoff —Me gustaría poder verte. —admitió

—¿Quieres que vaya a verte? —preguntó con calma, sonriendo sin poder evitarlo

—Dudo que mis hermanos te dejen entrar. —hizo una mueca

—Supongo que entonces es bueno tener una entrada secreta. —dijo con gracia —El árbol les quedó precioso, por cierto.

—¿Qué quieres decir? —preguntó desconcertada

—Quiero decir, que estoy en tu casa. —explicó

La pelirroja sonrió, levantándose de la cama y saliendo de la habitación de prisa para bajar las escaleras. Corrió feliz al ver a Kristoff cerca del árbol de navidad que ya habían decorado.

—¡Kristoff! —lo abrazó en cuanto lo tuvo frente a ella, él soltó una risa y le devolvió el abrazo

—Hola, zanahoria. —le saludó con calma, sin perder su sonrisa

—¿Cómo entraste? —preguntó la menor con curiosidad, separándose un poco del abrazo para verlo

—Me dejaron pasar. —señaló con la mirada hacia un lado, la menor giró la cabeza para seguir su mirada y se sonrojó avergonzada al darse cuenta que ahí estaba su padre, su madre, su hermano Hans y también la madre y hermana del rubio..

—Uh.. perdón.. —se disculpó apenada, separándose por completo del chico —Un gusto verlas. —murmuró hacia las Bjorman

—Un gusto verte, linda. —dijo Kayla con una sonrisa

—Anna, ven aquí. —Nicole palmeo el asiento a su lado, la menor asintió con la cabeza y se sentó junto a su madre mientras Kristoff volvía a sentarse junto a su hermana en otro sillón

—Mi niña, sé que tú y Kristoff se han estado comunicando.. —comenzó a hablar su padre

—Lo siento. —se disculpó enseguida, bajando la mirada y sintiendo que la iban a reprender por ello

—No estamos enojados por ello, mi amor. —le aclaró su madre tomando su mano

—En realidad.. —continuó su padre con calma —Kristoff ha venido para pedirte algo.

Anna levantó la mirada, viendo temerosa hacia el rubio. Le agradaba, pero no quería la presión de comprometerse con él pues no lo conocía lo suficiente como para casarse.

—En unos días, será la fiesta navideña en la empresa de mi familia y.. me gustaría invitarte. —comentó el rubio con calma, sonriendo a medias —Me gustaría que fueras mi pareja en ese evento.

—Oh.. uh... bueno... —suspiró aliviada y le sonrió —Me gustaría acompañarte. —asintió con la cabeza —Si.. si mi padre me lo autoriza, claro. —giró a ver a su padre

—Por supuesto que si, mi niña. —asintió con la cabeza

—Gracias. —murmuró, sonriendo feliz para después ver al rubio, quien sonrió con cariño al notar su alegría

El día de la fiesta navideña, para todos era más que evidente que entre ellos existía una gran química y afinidad.

Aquella noche inició su noviazgo, el cual mantuvieron en secreto para no alterar más a los hermanos de la menor, especialmente a Fred. Quien terminó por aceptar su noviazgo al notar la felicidad de su hermana, aunque su amistad con el rubio aún se sentía tensa.

El año siguiente, fue maravilloso para ambos, hasta que la madre de Kristoff enfermó de manera repentina...

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