10
los diálogos de Yoon en cursiva son la traducciones de las señas que Jk entiende y lo que está entre «» es lo que no entiende 👀
Jungkook ríe por algo que le ha contado, su risueña risa suena adorable para YoonGi, quien está sentado junto a él en el sofá de su departamento, con el pelinegro abrazado a su cuerpo escondido en su cuello. La vibración de su voz le hace cosquillas, pero pese a ello no intenta alejarlo, está muy cómodo en esa posición. Una fuerte pierna ajena rodeando las suyas y un brazo abrazando su cintura, con la nariz del chico husmeando en el espacio de su cuello y hombro sintiendo los labios rozar su piel con cada risita alegre al tiempo en que le hace caer en el sofá atrapado por sus brazos. Mientras él se deleita con la suavidad de la piel de la espalda (al tener una mano bajo su camiseta) trazando círculos imaginarios con las yemas de sus dedos. El aura que los rodea es tranquila, tanta que incluso les hace sentirse un poco somnolientos, ¿cómo será dormir juntos?
Escucha y siente el suspiro profundo que suelta Jungkook, encogiéndose un poco por las leves cosquillas que eso le provoca al estar todavía escondido en su cuello. Todavía acariciando su espalda bajo la camiseta cierra los ojos, humedeciéndose los labios antes de intentar dormir un rato. Está un poco cansado, y por un momento piensa que Jungkook ya está incluso dormido (al estar tan quieto abrazado a él), pero sabe que no es así cuando siente un par de labios húmedos dejar un besito en su cuello. Quiere preguntarle qué es lo que está haciendo, pero no lo hace porque sabe que Jungkook le regañará; durante esas dos semanas el castaño ha sido muy atento con él, reprendiéndole cuando le atrapaba soltando alguna maldición en voz alta, cuidándole e incluso evitando que hablara. Era divertido y tierno a la vez.
Jungkook sale finalmente de su escondite, sosteniéndose con un codo para mirar el par de ojos felinos castaños que le observan con curiosidad, brillando dulcemente para y por él. YoonGi le regala una bonita sonrisa de labios cerrados y no puede resistirse en acercarse, ladeando un poco la cabeza para besarle cómodamente; los delgados labios se mueven lentos sobre los suyos, tomándose su tiempo para acariciarlos y disfrutarlos. La mano tatuada sostiene la nívea mejilla, mientras los largos dedos se esconden bajo su camiseta para sujetar su cintura, tocando directamente la cálida piel. La tibia y reconfortante sensación les rodea a ambos en un delicado abrazo, poniéndoles en una pequeña burbuja que ahuyenta cada ruido del exterior, sólo enfocándose en el susurro de sus labios, respiraciones y ropa moverse con sus cuerpos.
Jungkook jadea, es inevitable cuando siente los largos dedos acariciar su cintura bajo la ropa, subiendo un poco hasta llegar a sus costillas. YoonGi sonríe al escucharle, sabiendo casi de inmediato lo que eso significa, por lo que vuelve hacerlo provocando que el pelinegro dejara de besarle para dejar salir una risita baja por las cosquillas. Sí, YoonGi ha descubierto un punto débil y planea usarlo a su favor, torturándole con una de las formas más horribles que puedan existir para el hombre: cosquillas. Y en cuanto sus dedos vuelven a pasearse por esa zona, Jungkook se retuerce, carcajeándose y lanzando manotazos débiles para intentar liberarse. Su risueña y aniñada risa se escucha con fuerza casi haciendo eco por el departamento, junto a su respiración volviéndose agitada y las súplicas de piedad que son vilmente ignoradas por su atacante.
— ¡Ya, Y-Yoon-! — otra fuerte carcajada interrumpe sus palabras y siente al aludido hacerle girar para colocarse sobre él logrando tener más acceso. Sostiene sus brazos en un intento de quitarlas, pero YoonGi es más rápido y logra librarse del agarre para seguir con su tortura — ¡Min YoonGi!
Pero el pelinegro le ignora, riéndose silenciosamente de lo tierno y gracioso que el chico bajo él se ve; con el cabello revuelto y las mejillas enrojecidas del esfuerzo, los ojos cerrados con las pestañas levemente humedecidas por las lágrimas y aquella sonrisa de conejo bebé asomándose tras los labios rosados y apetecibles.
— ¡¿Qué hice para que merecer esta tortura?! — la queja dramática le hace soltar una ruidosa carcajada, pero sin dejar de mover sus dedos alrededor de sus costillas.
Jungkook finge lloriquear mientras tanto súplica clemencia, pataleando un poco como un chiquillo, lanzando manotazos y pellizcos. El tono de sus risas pronto se vuelve más agudo y alto, con el color de sus mejillas tan rojas que podría parecer querer explotar, con sus pequeños ojitos brillosos por las lágrimas y sus labios lubricados por la saliva. YoonGi decide finalmente dejar de torturarlo, ganándose un gemido gustoso de alivio y una risita cansada; se deja caer sobre su cuerpo, sintiendo los dedos esconderse en sus hebras oscuras para acariciarlos y las fuertes piernas separándose un poco para darle un mejor espacio. Ríe mudamente, escondido en su cuello donde puede sentir el delicioso aroma de su perfume llenarle las fosas nasales.
— Hyung, me aplastas — contradictoriamente a sus agitadas quejas (por el esfuerzo de las risas), no hace nada para moverlo —. Me ahogo ~
— Lo siento.
— ¡Hyung! Sabes que no puedes hablar — le reprende, intentando ignorar el escalofrío que siente recorrerle el cuerpo al escuchar el tono jodidamente grave con el que ha hablado. Rasposo, profundo, ronco.
Pero YoonGi se divierte al escuchar los regaños y ver el rostro molesto, por lo que sale de su escondite para mirarle a los ojos y decir en un murmuro grave: — Lo siento, Kookie.
¿Hay algo más caliente que el tono de voz de Min YoonGi? Porque Jungkook está seguro que es lo más jodidamente atractivo y caliente que ha escuchado en sus veintidós años de vida.
— Mierda — por eso no puede evitar maldecir en un murmuro jadeante.
— Vocabulario, Jungkook.
— Lo siento — sacude la cabeza tratando de alejar cualquier otro pensamiento raro, mirando las grandes manos de largos dedos responderle.
— Es gracioso escuchar groserías de ti — Jungkook se encoge cohibido, sonriéndole inocentemente —. Pero me gusta escucharte maldecir... «es caliente»
Frunce el ceño al no poder entender eso último, pero sin tener la oportunidad para quejarse de ello, ya que apenas abre la boca para hacerlo, un par de labios invaden su espacio personal. Gime en sorpresa, para después dejarse llevar por la manera en que YoonGi le besa; moviéndose sobre su boca con caricias parsimoniosas, halando levemente el carnoso labio inferior con ayuda de sus dientes, obligándole a abrir un poco más para darle acceso a su húmeda lengua. La manera jodidamente demandante en que el húmedo músculo se aventura dentro de su boca y le siente chupar su propia lengua le hace jadear; los dedos largos y tatuados apretando la tela de sus hombros y su respiración (ya agitada anteriormente por el ataque de cosquillas) volviéndose erradica. Las grandes manos sostienen su cintura bajo la ropa con leve fuerza, no la suficiente para hacerle daño, pero sí la necesaria para hacer la piel enrojecer y dejar marcas de sus dedos.
Es la primera vez que comparten ese tipo de besos, y lo está amando. Está amando lo repentinamente posesivo y exigente que YoonGi se vuelve con sus rosados labios, maltratándolos con los suyos hasta enrojecerlos e hincharlos levemente, con sus manos sobre su piel, acariciando y explorando. Es caliente, jodidamente excitante. De pronto se halla a sí mismo con sus manos en su nuca, despeinando los cabellos oscuros del hyung sobre él, apretándole con sus fuertes piernas y tratando de ser igual de demandante que él. Y lo logra, sabe que lo logra al escuchar el gruñido grave salir de la garganta ajena y ve su rostro cuando se aleja un poco; las níveas mejillas están rojas, con los labios hinchados y los ojos felinos brillantes de excitación. La mirada condenadamente seria que le envía sólo manda deliciosas cosquillas en su vientre bajo y le hace querer buscar más.
Sin embargo, no lo hace cuando repentinamente se aleja de su cuerpo para sentarse en la esquina del sofá y cubrir su boca. Frunce el ceño en confusión, reincorporándose poco a poco para mirarle atentamente; YoonGi mantiene los ojos fuertemente cerrados, con las cejas juntas en irritación y esa huesuda mano todavía protegiendo su boca.
— ¿Estás bien?
— Sí, sólo fue... «un pequeño dolor» — le responde, mirándole con una pequeña sonrisa buscando tranquilizarle. Sonrisa que no llega a sus ojos —. Estoy bien, estoy acostumbrado. «Puedo soportarlo.»
— ¿Estás seguro? ¿No necesitas de tus medicinas?
— No, está bien. Soy un hombre fuerte, ¿recuerdas?
Jungkook sonríe, asintiendo. — Eres muy fuerte, YoonGi hyung. Un hombre fuerte.
Y Yoongi le observa con una sonrisa sincera, la cual no dura mucho cuando de pronto un ataque de tos interrumpe la tranquilidad que se estaba formando. Jungkook se levanta para buscar agua lo más rápido que puede, y al llegar de nuevo junto a YoonGi no puede evitar asustarse. ¿Y cómo no hacerlo? ¿Cómo no asustarse cuando, al quitar finalmente la mano de su boca se encuentra con parte de sus dedos manchados con esa viscosidad rojiza? YoonGi tiembla, tragando saliva dificultosamente y trata de mantener la calma, pero no lo logra cuando nuevamente esa tos seca y rasposa vuelve a atacar. El olor metálico de la sangre notándose un poquito más.
— H-Hobi... — apenas puede entenderse, su voz escuchándose estrangulada — llama a Hoseok.
Jungkook se apresura a sacar su móvil y con manos temblorosas marca su número, escuchando el pitido constante que le pone aún más ansioso. Maldice cuando no responde la primera llamada y no espera mucho para volver a marcar, esa vez teniendo suerte, pues el pelirosa responde al tercer pitido.
— Jungkook, lo sien-
— E-es YoonGi.
Silencio. — ¿Qué pasa con él? — aleja un poco el móvil para dejarle escuchar un poco de la tos, y lo repentinamente seria que se escucha su voz le hace angustiarse un poco más — Voy en camino.
La primera vez que Jungkook estuvo en una sala de hospital durante un par de horas fue aquel día en que Jimin sufrió un pequeño accidente en bocart; ese día perdió el control del pequeño vehículo y tuvieron que llevarlo a emergencias, estuvo que esperar un buen rato junto a Namjoon, ambos asustados y preocupados (más Namjoon que él) hasta que el doctor finalmente les avisó de su estado. Jimin usó muletas durante un par de meses y Namjoon le rogó que no fuera más. La segunda vez que estuvo en una situación similar fue por Namjoon, quien había sufrido una recaída de anemia al sobreesforzarse estudiando sin comer o dormir como era debido; es una persona terca que le encanta leer y sobre pasar limites, pero hubo un momento en que sólo se enfocaba en ello descuidándose por completo. Para cuando llegó al hospital, Jimin estaba en la habitación con sus manos entrelazadas con la del chico en la camilla observándole dormir, contándole sobre la recaída que tuvo, junto a las ojeras bajos sus ojos que marcaban su piel de forma espantosa y esos dolores de cabeza que nunca había mencionado y sólo empeoraron volviéndose insoportables.
La tercera vez que Jungkook tuvo que esperar un muy largo rato es ahora; justo ahí sentado en una de las sillas de la sala del hospital, con una pierna moviéndose en nerviosismo y sus ojos fijos en algún punto muerto. Puede escuchar con claridad el ruido del movimiento del hospital, los pasos de las personas, las teclas de los empleados al usar las computadoras, e incluso el llanto de algunos. Aunque no les teme a los hospitales, tampoco está contento de permanecer en uno durante tanto tiempo, simplemente no es un lugar que le pone feliz. Como en esos momentos, donde siente que la angustia casi hacer estragos a su sistema nervioso, ha esperado un largo tiempo y todavía no tiene noticias sobre YoonGi. Pero entonces, como si hubiera escuchado su corazón ansioso, Hoseok aparece por fin acercándose hacia él. Se levanta casi de inmediato al verle, sintiéndose aún más temeroso al notar mejor la expresión extremadamente seria que lleva en el rostro.
— ¿Q-qué pasó? ¿Cómo está? — no puede evitar tartamudear, su voz saliendo tan baja que apenas él mismo se logra escuchar.
Pero al parecer Hoseok sí pudo hacerlo, ya que suelta un profundo murmuro diciendo: — YoonGi está bien — Jungkook suspira ya un poco más aliviado —, pero...
— Noooo, ¿por qué siempre hay un pero? — refunfuña como un chiquillo, sólo asustándose un poco más. Se cruza de brazos y suelta un bufido, mirándole frustrado.
Hoseok decide ignorar su repentino pequeño berrinche para sentarse en las sillas donde había estado antes, invitándole a acompañarlo. Jungkook se sienta a su lado con desgana, mirando sus manos.
— ¿Pero...?
— Le harán una operación.
— Y él... ¿estará bien?
— Lo estará — le sonríe, sólo para tratar de tranquilizarle un poco. Jungkook se ve muy inquieto y genuinamente angustiado —. Pero debes saber que hay una muy alta posibilidad de que después de esto pierda definitivamente la voz, ¿entiendes? Aunque es una posibilidad, los doctores dicen que quizá su voz vuelva después... en meses... o años. Jungkook, la idea de la operación no es de ahora, YoonGi tuvo las oportunidades antes pero siempre las rechazó.
— Eso... — «¿quiere decir que no podré escuchar un ''me gustas''?» suelta otro suspiro desganado — ¿puedo verlo?
Hoseok asintió. — Preguntó por ti, quiere que te quedes con él esta noche, ¿puedes?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro