08
Jungkook está comenzando a irritarse, y no es sorpresa, pues ese chico de cabellos grises lleva molestándole desde el inicio del día cuando apenas dio el primer paso dentro del campo universitario. Molestar no es lo que realmente está haciendo Kim TaeHyung, lo cierto es que había estado queriendo entablar una conversación con el muchacho, pero él simplemente es imposible. Incluso lleva acelerando sus pasos cada vez que ve a TaeHyung cerca, prácticamente huyendo. Había pensado que quizá, en sus horas libres, Kim dejaría de insistir, pero se había equivocado por completo, pues el chico le seguía con pasos campantes y su voz llamándole cantarín como un chiquillo jugando con su mejor amigo. Incluso en el camino se ha detenido varias veces para girarse y enviarle una seria mirada, haciendo que TaeHyung retroceda un poco y cuando Jungkook vuelva a girarse seguir sus pasos de nuevo. Jungkook ya está harto.
¡Sólo quería un poco de tranquilidad! Pero, estaba claro que no la tendría si ese molesto chico sigue en su tarea de fastidiarlo.
— ¡Ya deja de seguirme! — el pelinegro gruñe, deteniéndose repentinamente y dándose la vuelta para encararlo con molestia — ¿Por qué diablos me sigues de todos modos? ¡No somos amigos!
TaeHyung sonríe, como si el tono brusco con el que le habla Jungkook no fuese nada. Se ve bastante tranquilo, con las manos escondidas en sus bolsillos y sus ojos azulados por las lentillas observándole juguetones; ese día lleva un pequeño broche en sus cabellos largos ayudándole a quitarlos de su frente para que no molesten, con una enorme camiseta a cuadros grises sobre una sencilla blanca y jeans rasgados con una pequeña cadena a un lado junto a un par de botas con estilo militar. El chico se ve bastante guapo (Jungkook no lo negará), mucho más con esos piercings en sus orejas. Y Jungkook, el pelinegro había tomado lo primero que se le cruzara a la vista al levantarse; una enorme sudadera verde con detalles en amarillo y un bordado de tigre junto a pantalones deportivos holgados y converse negros. ¡Iba tarde! Lo que menos le importaba esa mañana era vestir bien. Inclusive sus cabellos negros están despeinados, cayendo a los costados de su rostro un poco esponjados y ondulados.
— Mira, realmente no tengo idea de qué te hizo pensar que podías acercarte a mí todo confiado, no me agradas ¿entiendes? Si es porque ayer te busqué, fue por YoonGi sólo por él. Deja de seguirme — ordena, su voz sonando firme y fuerte.
Pero TaeHyung no le obedece y le sigue una vez más haciéndole gruñir exasperado. El chico realmente parece ignorar sus palabras o escuchar algo contrario, parece no importarle en absoluto lo irritado que se ve Jeon con su presencia. Pero, ¿por qué Kim está haciendo eso? Principalmente lo hace porque quiere descubrir exactamente qué es lo que hizo atraer a YoonGi de él; a sus ojos es un chico estresante, y jodidamente imposible de acercarse. Al menos con él es bastante hostil. Pero, por otro lado, Jeon Jungkook siempre le ha parecido interesante; el chico es muy listo y siempre parece saber cómo se siente, manteniendo una sola expresión en su rostro. Por lo poco que le ha mirado de más en clase (mucho antes de saber que conoce a YoonGi, o quizá mucho antes de que el mismo YoonGi le conociera) siempre está rodeando de un amigo o amiga, con una sonrisa en sus finos labios si se siente realmente feliz, o una expresión neutra si no está de ánimos. Si está molesto, su rostro lo refleja y más cuando su lengua choca con la cara interna de su mejilla. Si está exhausto, su rostro no lo esconde. La expresión que más ha visto decorando ese bonito rostro, es la curiosa; quizá no conoce a Jeon, pero se atreve a decir que es lo suficientemente curioso como para probar cosas nuevas cada día.
Por eso no le sorprende que esté intentando algo con YoonGi. Y sí, quizá sea extraño intentar acercarse sin segundas intenciones al chico que está enamorando a su ex-pareja, pero él sólo quiere lo mejor para su hyung. Y sí, quizá es muy irónico de su parte, pero si él no pudo impedir herirlo quizá pueda impedir que alguien más lo haga. O quizá sólo está queriendo buscar aprobación de ambos; la confianza completa de YoonGi y un poco de aceptación de Jungkook.
Jungkook le agrada, a pesar de que a él no, el pelinegro tiene esa aura brillante que atrae a todos. Tiene algo que les agrada a todos, TaeHyung no es la excepción. O quizá está siendo un poco infantil porque alguien le rechaza ser su amigo, TaeHyung es muy amistoso, y sabe que no a todos les agradará, pero hay algo en Jeon que le hace sentir caprichoso. Sinceramente, ¿por qué quiere eso? Ni el mismo TaeHyung lo sabe.
— ¡Ya! ¿Qué es lo que quieres además de molestar mi existencia?
Kim ríe fuerte, sosteniéndose unos segundos de sus hombros, sus manos siendo bruscamente apartadas. — En serio me agradas.
— Bueno, el sentimiento no es mutuo.
— ¡Vamos! ¿Por qué me odias? ¿Qué te he hecho? Además de molestarte la existencia, claro.
No se digna a responder, en cambio bufa y se da media vuelta para dejarle solo y seguir con su camino a la cafetería. Ha tenido que tomar el camino largo (alejándose del destino), con la esperanza de perderlo ¡pero Kim TaeHyung es imposible! Es como un patito siguiendo a mamá pato. Ciertamente ni él mismo Jungkook sabe por qué tanta hostilidad hacia él, nunca había sentido desagrado por alguien, ¿por qué con Kim TaeHyung sí? O quizá debe preguntarse, ¿realmente le desagrada? Al principio estaba irritado con él por ser la pareja de YoonGi, pero ahora que han terminado (que, aunque siente no deba, le pone feliz) no hay nada más. En realidad (contradictoriamente a sus anteriores acciones), TaeHyung parece un buen chico ¿debe darle, aunque sea una oportunidad? Ahora se siente molesto con él por confundirle. «Maldito Kim TaeHyung, ¿cómo te atreves a hacerme dudar de mi odio hacia ti?» piensa, refunfuñando.
Esa vez TaeHyung se queda en su lugar observándole alejarse cada vez más, pero Jeon se detiene casi de inmediato al escuchar de su voz decir:
— ¡Te puedo invitar el almuerzo! — girándose un poco para mirarle TaeHyung añade: — Escuché que es día de merengues, ¿eh? ¿Qué dices? ¿Podrías darme una oportunidad de ser tu amigo si te compro un par y quizás algo más?
Jungkook está por negar, pero su estómago gruñe demandando atención y él nunca se niega a la comida; después de todo no ha comido nada en todo el día por estar huyendo de él. TaeHyung no espera que realmente acepte, estaba preparándose para otro rechazo, pero el chico camina hacia él chocando hombros al pasar por su lado y regresar al camino corto hacia la cafetería.
— Pero aún no me agradas.
TaeHyung, bastante feliz, sonríe tanto que su boca se convierte en esa curiosamente tierna figura al tiempo en que trota hasta caminar a la par. — Escuché que también hay panecillos con nueces, ¿a ti te gustan? Yo los amo.
— Cállate.
— ¿Y qué dices de las cajitas de leche? Me encanta la de chocolate, ¡con los panecillos saben estupendo!
Jungkook no responde, al menos no muy pronto. TaeHyung piensa por un instante que su intento de conversar con él será un fracaso como los anteriores (lo piensa porque Jungkook sigue con su ceño fruncido y sus labios aplanados en molestia), pero se sorprende cuando, después un buen rato en silencio, masculla casi en recelo:
— Banana... me gusta el de Banana.
— ¿Y qué hay de los panecillos?
— El de pasas.
— ¡El de nueces es mejor! Las pasas son amargas... aunque tendría sentido, eres amargado y gruñón.
— Y tú muy molesto... ¡y es mentira! El de pasas es mejor.
— Nueces.
— Pasas.
— Nueces.
— Pa-¡No empujes! ¡Yah, Kim TaeHyung! — cuando el aludido corre, él le sigue detrás sonriendo divertido al escuchar su carcajada aniñada.
Kim TaeHyung está feliz, pues ese chico gruñón por fin le sonríe; ya no hay una mirada hostil y fría, ahora hay una enorme sonrisa en sus labios finos enseñando esa sonrisa infantil de conejo y sus ojitos brillando en grande. Incluso juega con él, pues, aunque le ha alcanzado no le hace nada y sigue corriendo gritando que le ganará en llegar primero a la cafetería. Ahora entiende porqué a YoonGi le gusta. Jeon Jungkook sí es como ese hyung ha dicho: un cachorrito. Uno que intenta dar temor actuando agresivo con las amenazas para proteger a los suyos (YoonGi), para después ser todo juegos y risas cuando el peligro ha pasado, realmente derrochando ternura.
Jungkook es muy lindo, TaeHyung lo acepta. Y TaeHyung no es tan malo, Jungkook lo admite.
— Oye Kim, ¿cómo aprendiste el lenguaje de señas? — le pregunta intentando parecer desinteresado, caminando por la fila de la cafetería para conseguir el almuerzo. TaeHyung va tras él, mirándole curioso mientras toma una pequeña charola y avanza a pasos lentos.
— Dime TaeHyung, que me llames por mi apellido me hace sentir regañado. Puedes decirme TaeHyung, o Tae... TaeTae... cómo gustes.
Jungkook lo piensa un momento, sintiéndose repentinamente avergonzado mientras agarra un panecillo de pasas entre sus dedos y lo coloca en la bandeja que tiene TaeHyung en las manos. Repentinamente se siente culpable por el mal trato que le ha dado antes, pues en ese pequeño rato que han estado se ha dado cuenta que el chico no es malo. Sólo tomó malas decisiones sin pensar en los demás, sólo en sí mismo, como todos alguna vez.
— T-Taehyung... — se corrige en un murmuro, ignorando lo emocionado que se pone el aludido de repente — ¿cómo aprendiste el lenguaje de señas?
— Fue por Hobi, la verdad. Éramos niños y como hermano menor quería imitar todo lo que él hacía, así que cuando él comenzó a aprenderlo yo lo hice con él. Después conocí a YoonGi y entendí que Hoseok lo aprendió para poder ser su amigo.
Mientras cuenta, Jungkook se imagina a un mini YoonGi callado, sentado en alguna banca del aula escolar rodeado de ruidosos niños sin hacer interacción con ellos, hasta que de pronto un mini Hoseok se atreve a sonreírle con dos tiernos hoyuelos hablándole animado. No puede evitar sonreír al imaginarse al mini Hoseok insistiendo en acercarse a él, incluso aprendiendo algo como el lenguaje de señas a tan corta edad, sólo para ser su amigo.
— ¿Por qué? ¿Quieres aprenderlo? — Jungkook asiente, todavía un poco tímido — Quieres aprenderlo para entender mejor a YoonGi, ¿cierto? — cuando asiente TaeHyung hace un pequeño ruido enternecido — Ow, que lindo. Te puedo ayudar si gustas.
— ¿De verdad?
— Claro — le sonríe sincero, avanzando en la fila para llegar al final y pagar —. Tú le haces feliz, y sé que saber que estás haciendo esto por él le hará aún más feliz. YoonGi es mi hyung, y quiero que sea feliz. Y tú... estoy en proceso de conquistarte, así que también quiero que seas feliz.
Jungkook le sonríe. — Buena suerte con eso, soy un poco difícil de conquistar ¿sabes?
— Pero te estoy invitando el almuerzo, eso es un gran paso considerando que hasta ayer huías de mí. ¿Seguro que no quieres nada conmigo? Podrías tener el almuerzo gratis un par de veces.
— Lo pensaré... si me dejas subirme a tu motocicleta de nuevo.
— Chantajista — Jungkook ríe, seguido de TaeHyung un poco después.
Cuando las puertas metálicas se abren Jungkook entra tranquilo, estirando el brazo para presionar el botón de su piso y esperar, pero un brazo detiene el elevador dejando entrar a otras dos personas más. La cabellera rosada de Hoseok es la primera en reconocer, quien le sonríe en cuanto le ve; junto a él va YoonGi, quien se limita a presionar el botón y colocarse a su lado enviándole miradas disimuladas. Hoseok da un largo paso disimulado hacia la izquierda dejándoles espacio suficiente para darles privacidad, no quiere sentirse fuera de lugar de nuevo estando con ellos, pero es imposible no sentirse de ese modo cuando nota que el meñique de la mano de Min sujeta el ajeno fingiendo desinterés y Jungkook muerde su labio con las mejillas coloreándose tímidas.
— ¿Cómo te fue hoy?
— Estuvo normal... — encogiendo los hombros Jungkook responde en un murmuro, mirando los ojos felinos que le observan atentos — ¿Qué tal a ti? ¿Ninguna molestia?
— Un poco, pero nada no que pueda soportar. Estoy acostumbrado — YoonGi parece darse cuenta de algo, mirándole con ambas cejas alzadas fingiendo sorpresa —. Acabas de tutearme.
— Ah... ¿le molesta? Lo siento si le molesté, hyung — Jungkook a veces suele tomarse muchas confianzas rápidamente, por lo que no le sorprende que con YoonGi sea igual. A muchas personas realmente les molesta, pero a YoonGi no parece hacerlo; él se ve más cómodo, incluso un poco aliviado.
— No, en realidad me gusta. Que me hables de usted me hace sentir muy ajeno a ti, y quiero ser más cercano. Puedes tutearme si quieres, no me gustan mucho las formalidades.
— Si así lo quiere... quieres — se corrige rápidamente, sonriéndole apenado.
— Mejor — dugun, dugun, hace su corazón por la forma en que le sonríe YoonGi; enseñándole parte de sus rosadas encías y ojos felinos brillantes con pequeñas arrugas al empequeñecerse. El meñique que antes había estado enroscado en el ajeno ahora es reemplazado por toda su mano, la cual se entrelaza con sus dedos —. Me gusta más así.
— De acuerdo, basta — Hoseok interrumpe con una mueca de asco fingida —. No seré traductor para su coqueteo de nuevo, ¿bien? Así que no coqueteo mientras esté yo. Iugh.
Jungkook ríe apenado, cubriendo su boca con una mano y pegándose un poco al cuerpo de YoonGi para esconder su vergüenza. YoonGi en cambio agradece que se ha escondido, porque de lo contrario habría visto sus níveas mejillas coloreándose por el bochorno. Hoseok junto a ellos reprime su lado fanboy orgulloso para no mirarlos de más y respetar ese pequeño momento íntimo, no tan íntimo. Unos momentos, no muy largos, las puertas metálicas se abren dejándoles el paso libre y es entonces que el alto pelirosa se apresura a salir para dejarles un instante completamente solos. Al tener sus manos todavía unidas YoonGi le anima a salir con él, y Jungkook lo hace aún cohibido. Quiere aprender rápido para evitar esos momentos vergonzosos y tener completa privacidad.
YoonGi realmente parece no comprender el concepto y significado de espacio personal (como también se toma muchas libertades), pues no sólo le es suficiente sujetar su mano, también se ha atrevido a soltarle para rodear su cintura con un brazo caminando así con él hasta detenerse cerca de sus departamentos. Ignorando la mirada del alto chico a unos pasos alejados, Min se gira para mirar sus ojos y sonreírle antes de acercarse para dejar un tierno y suave besito en una de sus mejillas, dejando sus labios sobre su piel más tiempo de lo debido. Dugun, dugun, retumba en su pecho con fuerza. Finalmente, YoonGi se aleja para dar media vuelta e irse, entrando a su departamento primero.
— Si no quedó muy claro, esa es su forma de despedirse. Aunque no lo parezca, es bastante cariñoso — Hoseok le dice con una sonrisa sincera, para luego mirarle sugerente.
Jungkook entiende la indirecta casi de inmediato y con el rostro ardiendo se apresura a refugiarse en las paredes de su propio departamento escuchando la risa burlona del alto pelirosa en el pasillo. Desde su confesión hace un par de días su relación con YoonGi ha estado cálida, como el pan recién salido del horno; fresco, suave, calentito, crujiente. Reconfortante, tranquilo y cómodo. Las emociones que le recorren le hacen sentir eufórico y excitado, como algún chiquillo yendo por primera vez al parque de diversiones, lleno de energía y buenos ánimos. YoonGi ha sido más abierto con él, comportándose totalmente confiado y amigable, con una pizca de dulzura y diversión. Claro, las libertades que se toma de repente le dejan con el corazón cohibido y mejillas calentitas, pero puede soportarlo si al final de todo recibirá algún pequeño mimo disimulado. O directo, como ahora en el pasillo.
Ha descubierto que YoonGi es así; puede parecer bastante tranquilo y hasta un poco desinteresado, pero en realidad es alguien mimoso. Le gusta mimar tanto como ser mimado, pero sin llegar a fastidiar o empalagar, quizá lo suficiente para caer por él. Pero es que Jungkook piensa que ya ha caído por él, porque joder, realmente le gusta él. Se siente tan cómodo y natural con él, como si estuvieran juntos desde hace ya bastante tiempo, cuando en realidad ni siquiera hay algo oficial. Aún no, porque Jungkook planea pedírselo después. Cuando estuvieran completamente listos para intentarlo. Por mientras, se enfocaría en aprender lo suficiente del lenguaje de señas para comprenderle mejor; hay cosas que le daría vergüenza si Hoseok tradujera. Y Jungkook quiere poder entender y conversar con él libremente. Por lo que sacando su móvil de su bolsillo decide mandar un mensaje.
Namjoon abre la puerta cuando el timbre suena por todo el departamento, encontrándose con un par de ojos azulados medianos con pestañas largas; el chico que está parado en su puerta le sonríe tímidamente. Es alto y delgado, con cabellos negros que caen lacios cubriendo su frente y parte de sus cejas, con la piel levemente bronceada y un par de lunares decorando el atractivo rostro. Parpadea varias veces, observándole con curiosidad, ¿qué hace un guapo chico como él tocando el timbre de su hogar?
— Uhm... — su profunda voz hablando en murmureos cohibidos —. ¿Está Jungkook?
El peliclaro asiente y girándose para ver el interior grita. — ¡Kook, te buscan! — escuchan la voz del aludido avisar ir pronto —. Entonces, ¿eres amigo de Jungkook?
El pelinegro está por contestar, pero no puede cuando el pelinegro de labios finos y sonrisas de conejo se acerca rápidamente con ellos, haciendo que Namjoon se haga a un lado para dejarle pasar y cerrando una vez está dentro. Se apresura a darle la vuelta y empujarle levemente para llevárselo hacia su habitación queriendo escapar del interrogatorio del peliclaro. A veces actúa más como un hermano sobreprotector que su mejor amigo.
— Espera, espera — pero no logra escapar cuando de repente Namjoon le sujeta del brazo deteniéndoles —. ¿En serio te vas sin presentarme primero a tu amigo? — achicando los ojos unos segundos después se dirige hacia el alto chico de ojos claros — Soy Kim Namjoon, su mejor amigo.
— Kim TaeHyung, su... — el repentino y sospechoso silencio hace que Namjoon entrecierre de nuevo los ojos intercalándolos entre ambos.
Jungkook se da la vuelta tan rápido que no le deja tiempo de ver su reacción, sujetando a TaeHyung del brazo para arrastrarlo de nuevo gritando que si le necesita estarían todo el tiempo en su habitación. Dejando al peliclaro armando mil teorías en su cabeza, ¿qué se traen ese par? Jungkook sabe que de nuevo Namjoon está armando ideas precipitadas, pero no es lo que le importa en esos momentos; sonriéndole a TaeHyung señala la cama, a lo que el alto (ahora) pelinegro se sienta observándole curioso.
— Pintaste tu cabello — señala Jungkook, acostándose junto a él —. Te ves bien.
— Gracias — TaeHyung le sonríe pasando una mano por sus cabellos oscuros, sintiéndose más relajado a su lado. Incluso Jungkook se ve más confiado —. ¿Quieres empezar ya?
— ¿Qué debería aprender primero?
— Primero que nada, como cada idioma del mundo, el lenguaje de señas es diferente. Muchas personas tienden a pensar que será lo mismo, pero no lo es, así que aprenderás las señas que corresponden a nuestro idioma ¿bien?
Jungkook asintió, un poco nervioso, pero emocionado,por su primera clase oficial. Así que sentándose con las piernas cruzadas ytomando una profunda bocanada de aire para tranquilizarse dice un pocojuguetón: — Enséñeme, profesor.
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