Un nuevo comienzo
Ha pasado una semana desde mi intento frustrado de suicidó, acudí a la cita con el psicólogo el cual bueno.... No fue del todo muy buena, estaba demasiado incómoda como para ser yo misma, y el no dejaba de hacerme una pregunta tras otra, las cuales me dejan cada vez más en blanco y balbuceando como una adolescente teniendo su primera cita.
Pero claro, está no era una cita.
No al menos una de mi agradó
Según el psicólogo por lo poco que exprese para no decir nada, era que me había acostumbrado a la presencia de Taylor (osea una dependiente de su persona) el cual me afectaba más a mí que a él. Y eso era debido a los sentimientos que tenía y que me hacían actuar de la forma en que lo hacía e incluso a cometer cualquier tipo de locura con tal de llamar su atención.
Lo cual me parece absurdo, dado el hecho de que no funcionó y aunque se haya aparecido en el hospital no quiere decir que realmente le importa mi salud, por qué si no, hubiera vuelto las veces necesarias hasta que Ander y Fabrizio lo hayan dejado verme y asegurarse de que estaba bien.
El Psicólogo me pidió que dejara de ver sus redes sociales y todo en lo que él estuviera involucrado, pues eso solo me hacía más daño e intensificaba la pequeña obsesión que había desarrollado hacia Taylor -Sorprendente ¿No? - pues si eso fue lo que me dijo luego de un análisis completo y de que le respondiera otras preguntas que según él serían más "fáciles" para mí.
Luego de ese largo y agotar día, decidí desconectarme de todo aquello que estuviera relacionado con la sociedad y el tener que dialogar, los chicos lo comprendieron pero Ander y Fabrizio no mucho por lo cual tuve que exigirles privacidad y asegurarles que todo estaría bien. Y todos sabemos que no era precisamente por mi cita con el psicólogo si no por lo otro.
Y era comprensible que todos estuvieran con los nervios a flor de piel por mi situación, y lo entendía claro que sí, pero a veces me agobiaban con tantas preguntas y con no dejarme a solas nisiquiera para ir al baño, Mamá estuvo por aquí durante unos días, pero no podía quedarse por más tiempo, debía ir con papá y atenderlo.
—Hey, Madd ¿Estás bien? — la pregunta de Fab me regresa a la realidad.
—He si, claro todo bien — sonrió un poco aunque no del todo verdadero.
—Te decía que si quieres podemos ir al cine y comer dulces luego, una torta de chocolate son tus favoritos ¿No? — su mirada me da ternura y es casi que imposible decirle que no.
—Claro me parece buena idea, solo deja que me cambie y vamos — asiento y está vez si sonrió de verdad y le doy un beso en la mejilla.
Me levanto del sofá y me adentro al pasillo de mi departamento hasta dar con la puerta de mi habitación para entrar en ella, al cerrar detrás de mi siento una ansiedad comenzar a circular por todo mi cuerpo para luego sentir un fuerte estremecimiento y ya se que es lo que vendrá después, por lo que tapo mi boca con la palma de mi mano y lo que sigue es un fuerte sollozo que reprimo todo lo que puedo, lágrimas comienzan a decender de mis ojos y manchar mis mejillas.
Doy unas cuantas respiraciones para tratar de calmarme, pero es casi que imposible cuando los sollozos se arremolinan en mi pecho uno tras de otros, no quiero que fabrizio me escuche, no quiero que se preocupe por mi —nadie en lo absoluto— pero está ansiedad que he sentido por días me está consumiendo completamente y de una manera que ni yo misma he podido detener.
Permanezco en el lugar por segundos o minutos ya nisiquiera se, me sobresalto al escuchar unos toques en la puerta. Por lo que limpio mis lágrimas lo más rápido que puedo y trato de recomponerme para que Fabrizio no note que estuve llorando.
—¿Si? — pregunto a través de la puerta.
—Solo quería saber si estabas bien — si voz suena vacilante— has estado ahí por minutos y pensé que.... Ah — calla un momento, para luego volver a hablar— pensé que te habías arrepentido o algo así.
Y ven a eso me refiero, no puedo estar sola por más de dos minutos por qué ya creen que intentaré hacer algo, y tiende a convertirse en algo un poco estresante.
—Estoy bien, solo que no encuentro que colocarme — miento — saldre en un unos minutos más.
Parece conforme con mi respuesta, por lo que voy al baño y abro la Manilla del lavamanos y tomo un poco de agua entre mis manos para luego pasarlo por mi cara, al estar frío me ayuda a bajar un poco la hinchazón de mi rostro, y así no notará que estuve llorando, ahora lo menos que necesito es que me avazalle a preguntas las cuales no puedo, ni quiero contestar, una idea ha estado rondando mi cabeza desde el día que fui al psicólogo, aunque he intentado ignorarla, cada vez se intensifica en mi cabeza haciéndose notar, y puede que ya me este viviendo loca pero sería lo mejor que pudiera hacer, por mi bien y el de mis amigos y familiares.
Regreso a mi habitación dejando ese pensamiento aun lado, ya luego pensaré en eso, abro mi closet y tomando lo primero que encuentro unos Jeans negro rasgados en la rodilla y una blusa de tirantess con un suéter cuello tortuga negro, me coloco mis botines y arreglo un poco mi cabello. me miro al espejo y me siento satisfecha.
Listo algo casual y relajado, cosa que nadie notará la tormenta que tengo en mi interior que parece no querer cesar.
No al menos pronto.
Tomo un pequeño bolso y meto lo necesario en el, para salir de nuevo al salón y encontrarme de nuevo con Fabrizio mirando algo en su celular. Al darse cuenta de mi presencia, lo apaga y coloca en el bolsillo de el pantalón dándome toda su atención.
—Estas preciosa,¿Nos vamos? — Pregunta sonriendo.
—Claro — sonrió, o bueno eso intento.
Salimos de mi departamento, para subir a su auto y comenzar el recorrido hasta el centro comercial.
Fabrizio.
Estás semanas ha Sido agotadoras, desde mi trabajo, hasta el ir al hospital y cuidar de Maddisson, aunque esto último no me molesta para nada, pero tener que verla en esa cama con su piel pálida y sus labios resecos, me ha dado justo en el corazón, jamás me imanes que esa chica que conocí en el campamento se convertíria en ésto.
Una chica deprimida, frustrada consigo misma, insegura hasta tal punto de cometer semejante locura, no se dónde quedó esa chica de dieciocho años que daba sus chistes malos, que hacía lo que fuera con tal de verte feliz costará lo que costará, la que te daba los mejores consejos y te pedía que nunca pusieras a nadie por encima de ti mismo.
¿Dónde quedó la Maddisson de la que enamore?.
Mi pequeña pupa, se que aún está por allí e intentaré todo lo que esté en mis manos, para que vuelva a ser la misma persona de antes, incluso mucho antes de conocerme, daré mi vida si es necesario para verla brilla de nuevo, para ver esos ojos color miel resplandecer con su luz propia.
La amo y eso para nadie es un secreto, su madre lo descubrió los días que cuide de ella en el hospital, y le quedó a un más claro cuando me lo pregunté y no tuve el valor de negarlo, lo único que pude decirle fue que daría mi vida si era necesario con tal de salvar a su hija y eso me hizo sentir orgulloso de mi mismo, porque se que jamás la dejaría sola aunque me lo pidiera.
Se que aunque intenta negarlo, no está bien la he escuchado llorar en las noches, y en más de una ocasión me he tenido que contener de no ir a su habitación, abrazarla y decirle que todo estará bien que el dolor que ahora siente pasará y que volverá a ser esa chica que deslumbraba por donde pasaba.
Por eso fue mi idea de salir, se que se sentirá muy agobiada a al tener todos atentos a lo que haga y puede llegar a sentirse frustrada, lo sé porque por más que intenta ocultarlo no se le da del todo bien, y hasta cierto punto la comprendo yo en su lugar estaría igual y los mandaría todos a la mierda.
Pero se que no lo hace para no hacernos sentir mal y hacernos pensar que es una egoísta, a veces me asusta un poco lo mucho que conozco a Maddisson o no se si será por el echo de que es como un libro abierto, y se Lee fácilmente. Taylor le ha hecho mucho dado, conciente e inconscientemente, es una persona que ha pensando en él nada más sin tomar en cuenta las consecuencias de lo que iba a pasar.
Lo investigue un poco y no es más que un imbécil, con complejos de Empresario que no ha sabido maneja de manera correcta su negocio y eso estoy seguro que es gracias a su derrochadora novia, no me interesa en lo absoluto lo que haga con su vida, pero si me enfada a niveles catastróficos es que allá arrastrado a Maddisson a todo su embrollo de pedirle la herencia a su padre para poder seguir manteniendo su Empresa, como también que no haya tenido la voluntad de decirle hace dos meses que ya había recibido la herencia.
Solo por su egoísmo de tenerla a su lado, y sentirse un machote por saberla enamorada de él y no hacer nada para que no se ilusionara, al contrario le dió esperanzas que él mismo Sabia que no llevarían a nada bueno. Intento dejar todo eso a un lado cuando la veo salir al pasillo, se que ha hecho su más grande esfuerzo para poder ser lo que era antes, y también se que cada vez le cuesta más no hundirse en ese agujero que la absorve con demasiada fuerza.
Guardo mi celular, el cual estuve mirando fijamente pero sin prestarle atención mientras la esperaba, está preciosa y se lo hago saber. Me corresponde con una sonrisa, que no es del todo real, y no me enfada al contrario me hace sentir aún más cariño por ella, porque se que aunque ahora este viendo su vida de un color gris oscuro, volverá a tenerlo de colores aunque tenga eso conlleve tiempo y paciencia.
Salimos juntos de su departamento, y nos montamos en mi auto rumbo al centro comercial, intento buscarle conversación siempre preguntando cualquier minimidad, pero no tengo del todo éxito ya que solo responde con monosílabas o en algunas otras con una pequeña oración. Suspiro frustrado, y aprieto los dedos al volante del coche, no soporto verla de esa manera pero es lo único que obtendre hasta que vuelva a ser ella en todo sentido.
—Estare bien, tarde o temprano. Saldré de estás — coloca su mano sobre la mía, que aprieta el volante.
No respondo, se que lo hará y de eso me encargaré cueste lo que cueste.
Al llegar al Centro comercial, aparco el auto en el estacionamiento y ambos nos bajamos de este para adentrarnos al lugar, yendo directamente al cine donde me encargo de comprar las entrada, y las golosinas. No protesta y eso lo agradezco, aunque se que en otras circunstancias estaría armandome la guerra por ser mitad y mitad.
No me molesta gastar en ella, lo haría con todo el gusto del mundo, es más si me pidiera todo mi dinero se lo daría con todo el gusto del mundo. Por ahí siempre se ha dicho que el amor, te lleva a cometer locuras y aunque antes lo dudaba, ahora no me queda ninguna duda. Y no me refiero a lo de Maddisson aunque entra en la cuenta, me refiero a mi y en todo lo que he estado haciendo últimamente, que aunque fueran pocas cosas, su sonrisa era la mejor recompensa que podía tener.
—¿Entramos ya? — su pregunta me trae de regreso.
—He si claro, lo siento — sonrió avergonzado — me deje llevar por mis pensamientos.
—Espero estés pensando en mí y no en otra — Dice, y aunque se que lo dice en broma, le soy sincero.
—Siempre lo hago, aunque no me creas — Le guiño un ojo, causando que se ruborice un poco.
Tomamos las golosinas y entramos a la sala correspondiente, me encargue de elegir una comedia para nada romántica, creo que lo último que quiere ver Madd ahora mismo una pareja besandose. Saco mi celular de mi pantalón al sentirlo vibrar, lo chequeó rápidamente y noto que es un correo de Matheo mi mejor amigo y Vicepresidente de Dishep Makeup.
Cuando decidí crear mi propia empresa, muchos me dijeron que estaba loco y no precisamente por querer tener mi propia empresa, si no de lo que sería la empresa —una de cosméticos— creyeron que lo estaba haciendo porque era un homosexual en closetado, lo cual no es cierto. Simplemente me ha llamado la atención, los productos de belleza y puedo asegurar que no es por ningún fin oculto.
Mamá siempre los usaba, y siempre les preguntaba que porque, a lo que siempre obtenida la misma respuesta, para verse más bella ante mi padre, el cuál por diversas razones nunca estaba en casa, siempre estaba ocupado con su trabajo, y cuando lo estaba era como si no estuviera igual. Siempre estaba encerrado en su despacho leyendo algún documento.
Realmente no recuerdo tener nunca un recuerdo con él, y es por eso mismo, su trabajo siempre fue primero que su familia. Decido enfocarme en la película, al fin y al cabo yo también necesito desconectarme de todo el mundo aunque se por unos minutos.
(....)
Luego de ver la película, ambos decidimos ir a un restaurante de comida rápida y pedir algo para cenar, no voy a negar que me gustó mucho verla un poco más animada luego de ver la película y el hablar sobre las partes que le fueron más divertidas y reír por ello. Luego de recibir nuestras órdenes comimos en silencio, pero uno muy agradable dónde no se necesitaba pronunciar ni una sola palabra.
Al llegar al departamento, la veo tirar el pequeño bolso en el sofá en conjunto con ella, suelta un suspiro levantando las manos por encima de su cabeza. La observó con burla.
—¿Agotada? Pupa — Pregunto sonriendo.
—pff — bufa — para nada, solo que salir con tanta belleza encima a veces cansa — Bromea.
— Se que soy guapo, cariño — me siento a su lado — pero gracias por el halago.
—Eres un tonto ¿sabes? — golpea mi hombro con su pequeño puño — no me refería a ti, si no a mí — echa su cabello hacia atrás.
—Oh perdón bella dama — hago una reverencia, siguiendo su broma.
Hace una mueca extendiendo los labios para luego suspirar y echarse hacia atrás en el sofá.
—Sabes, ahí una idea rondando desde hace días en mi cabeza — creo que gire tan rápido mi cuello que comenzó a doler — Tranquilo —Rie un poco avergonzada — no es lo que estás pensando, te lo aseguró.
—¿Entonces de que se trata?— Pregunto entre confundido y nervioso.
—Pues bueno, como verás — Retuerce sus dedos y eso solo lo hace cuando está por decir algo que estoy seguro que no me gustará para nada — Estaba pensando en irme del país — lo dice tan rápido que me cuesta procesarlo.
— ¿Qué?.
— Si bueno, todo lo que ha pasado, este lugar no me hace sentir bien — dice pausadamente — quiero volver a ser yo, a sentirme segura de mi misma, a no tener que depender de alguien — me mira fijamente — y se que estando aquí no lo lograre.
—Estoy yo — murmuro— puedo ayudarte, te aseguro que estaré en todo momento, cada vez que me necesites allí estaré — le prometo.
—Lo se, y te lo agradezco Fabrizio. Pero debo hacerlo sola — toma mi mano, entre las de ella — este lugar me hace daño, todo lo que tengo al rededor me recuerdo a Taylor — se le quiebra un poco la voz al decir su nombre.
Una ira se expande por mi pecho, y juro por Dios que quiero ir ahora mismo y molerlo a golpes hasta dejarlo inconsciente. Pero también se que su idea no es del todo descabellada, más que nadie se que necesita irse, reencontrarse con ella misma y volver a ser la de antes.
—Esta bien — digo luego de unos minutos.— tienes razón y estás en todo tu derecho — me mira sorprendida.
—¿No me discutiras? ¿Ni me dirás qué estoy loca, Por querer irme de este lugar?.
—No Madd, no tengo ese derecho— sincero — sabes lo que siento por ti, pero jamás te prohibiría hacer algo que quieras, ni ahora ni mucho menos si estuviéramos juntos — bajo la mirada hasta nuestras manos — pero solo quiero pedirte algo.
—Claro, dime qué quieres.
—Dejame ir contigo — Susurró débilmente — déjame acompañarte y ser tu apoyo en todo sentido.
—Fab, no — toma mi rostro entre sus manos, haciendo que la mire — no puedo condenarte a mi infierno. — antes de que pueda hablar me interrumpe—. No dejaré que me acompañes, no cuando ni yo misma se que puede suceder.
—Por eso mismo, porque aunque tú no sepas que puede suceder, yo tratare de averiguarlo por ti.
—No fabrizio, ya está dicho — se levanta molesta, dándome la espalda— me iré sola, quieran o no Ander o tú.
Suspiro derrotado, nada de lo que le diga la hará cambiar de opinión y estoy más que seguro que Ander aún no lo sabe, si no ya hubiera hecho hasta lo imposible con tal de hacerla desistir de esa alocada idea.
—Esta bien Madd — me levanto también para hacerla que me mira — respetaré tu decisión, solo prométeme que te cuidaras a dónde quiera que vayas, y que no harás ninguna tonteria.
—lo prometo Fab, te lo juro.
— Otra cosa — añado — busca ayuda profesional ¿si?, No lleves todo esto sola.
—Lo Haré cariño — sonrió un poco ante su apelativo.
No volvemos a tocar el tema, en ningún momento solo nos dedicamos a pasar el poco tiempo que nos queda juntos, ya que ha decidido irse lo más pronto posible y que Ander no tenga tiempo para darle un réplica o hacerla cambiar de opinión.
Al fin y al cabo todo somos dueños de nuestros destinos y decisiones en el futuro.
🌺🌺
Volví 👐👐, lamento mucho la tardanza pero las tareas de la universidad me han tenido 😰 al nivel de no querer hacer mas nada.
Pues bueno ya aquí tenemos el último capítulo de Taylor, millones de gracias por los 700 vistos. Guao que rápido a crecido la historia, y estoy más que feliz. Ya solo queda el Epílogo, trataré de subirlo está semana lo que resta de días, o la próxima semana.
Espero ver sus comentarios y votos, que tal les ha parecido la historia hasta este punto.
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