Prólogo
Siento mi pecho doler, siento que en cualquier momento dejaré de intentar ser fuerte y soltaré toda esas lágrimas que por tanto tiempo he tenido retenidas a los largo de estos meses.
¿Porqué cuando nacemos, no nos dan un manual de como llevar nuestras vidas?.
Así sabríamos que debemos hacer y que no, en algunos casos y para algunas personas el amor es la cosa más maravillosa que les pudo haber pasado, pero para otros como yo no lo es tanto.
- ¿Porque no puedes amarme? - Le pregunto sintiendo los ojos aguados - ¿Porqué si estuve para ti todo este tiempo, no sentistes ni un poco de lo que yo ahora siento por tí?.
- Maddisson no se trata de lo que lo que hicistes por mí o no, tampoco sí estuvistes - resopla - se trata de que no puedes forzar a las personas a quererte, eres mi mejor amiga.
Cierro los ojos dolida por esa última palabra, hice tantas cosas para que el me notará, para que se diera cuenta que yo podía darle el amor que se merecía y no uno a medias.
Ya no estamos en la época de recibir amores a mitad o mediocridades.
- No soy ella cierto - intenta hablar pero no lo dejo - todo este tiempo fue y ¡será ella!. - grito sin poder retener el sollozo - ella nunca te ha querido ni lo hará, ¿y sabes porqué?. - sonrió irónica - Por qué la idealizas tanto o más que yo contigo.
Las lágrimas fluyen sin ningún esfuerzo, me duele saber que perdí tantas cosas por él, y se que la culpa es solo mía y de nadie más porque muchos me lo advirtieron pero mi terquedad me llevo a esto.
A sufrir por un amor no correspondido.
- Muy tarde me doy cuenta que di tanto por una persona que no lo merecía - hablo bajito pero se que me escucha - muy tarde me di cuenta que perdí mi amor propio, que deje de amarme a mi misma para amarte a ti.
Sonrió forzada, y limpio mis lágrimas con la palma de mi mano.
- Espero puedas ser feliz con ella Taylor - coloco el anillo que me dió Aquel día sobre la mesa de la sala - esto le pertenece a ella, no a mí.
- No tienes porqué hacer esto Madd - intenta acercarse a mi, pero levanto mi mano deteniendolo - no acabes con esta amistad.
-¿Amistad?, Claro amistad - Río carente de humor - algún día superaré todo eso Ty - lo nombró con el disminutivo que le di - y espero que cuando ese día pase, tu te hayas dado cuenta que ella nunca te mereció y que me perdistes no solo nuestra amistad, si no a la mujer que de verdad te amaba.
Lo dejo allí de pies en el salón de su casa, tomo mi maleta y comienzo a salir de esa casa que tanto daño me ha hecho.
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