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Esto es un error.

Treat You Better — Shaw Mendes

Maddisson Cooper.

Miro la bandeja de sushi y estoy que brinco de felicidad, tenía un mes que no comía eso debido a la dieta que tenemos cada una, pero con esta debilidad en frente no creo que me resista mucho.

— No es justo que vengas aquí con esa tentación,¿sabes? — Señaló la bandeja.

Oír su ronca risa me eriza el cuerpo y es que es imposible no hacerlo cuando toda mujer moriría por tenerlo en frente como lo tengo yo ahora y oírlo de esa manera.

— Me declaro culpable — se da la vuelta levantando sus manos inocente — sabía que no te podrías resistir a eso, son tus favoritos.

Intento no sonrojarme pero creo que ya es muy tarde para eso, doy unos cuando pasos hasta llegar a él y besar su mejilla con lentitud sintiendo su respiración pesar en la mía. Sonrió tímida y paso por su lado pero me toma del brazo y me jala hasta él haciendo que mi pecho toque el suyo y una electricidad me consuma completa dejándome desconcertada, nisiquiera con Taylor he sentido algo así.

Lo miro a través de mis pestañas comenzando a extender una sonrisa ladina dejando entre ver un poco de sus dientes y la manera como pasa su lengua entre ellos, ahogó un jadeo al sentir como me aprieta a su torso con su mano en mi cintura.

— C-creo qu-que deberíamos comer — tartamudeo.

— Claro y lo haremos — sus ojos desbordan lujuria.

Siento una pequeña húmeda mojar mis bragas por la forma en que me mira, me remuevo incómoda tratando de liberarme de su agarre pero me detengo al sentir algo duro y firme en mi abdomen.

— Fabrizio, D-detente — Ruego.

Se acerca mucho más a mí sientiendo ahora su aliento en mis labios, los entre abro sintiendo la necesidad de sentir sus labios junto a los míos.

No, no debería estar pensando esas cosas.

Recuerda que a quien quieres es a Taylor no a Fabrizio, debes terminar con esto.

Su mano baja un poco más adentrandola en mi suéter, está fría cosa que me eriza esa parte y a la vez la calienta, queriendo que toque más allá de ese pedazo de piel.

¡Ya basta, Maddisson Cooper detente ahora, o Taylor se molestará si lo llega a saber !.

De un momento a otro siento sus labios chocar con los míos en un beso feroz, brusco con necesidad, intento seguirle el ritmo pero se me dificulta un poco y parece notarlo porque baja un poco la intensidad y deja que me adapte a sus labios, Suspiro entre besos.

Sus labios son tan suaves y acolchados parecen unos algodones, siento su lengua abrirse paso en mi cavidad bucal y acariciar cada rincón de mis labios, se separa un poco mordiendo mi labio inferior con tanta maldita delicadeza que siento desfallecer.

—Tus labios — lo miro con curiosidad —, Saben a Vino — sonríe, haciendo sonreír a mi también.

Sin más me besa de nuevo, está vez me alza en sus brazos cosa que hace que enrolle mis piernas en su cintura, lo siento caminar unos cuantos pasos hasta que caemos en el sofá. Está sobre mí, deja mis labios para acariciar la parte izquierda con su mano libre.

Lo miro sonrojada y extasiada por lo que está sucediendo, hace mucho no estoy con alguien y eso me hace aún más débil a su tacto.

— Eres tan perfecta — recorre mi mejilla con la yema de sus dedos — que haría cualquier cosa por verte tan feliz y así de brillante cuando estás en tu trabajo.— me mira a los ojos— te conozco y aunque no me digas realmente de que se trata ese matrimonio, se que no eres feliz.

Toca mi nariz con su dedo, para besarme queriendo demostrarme algo que no se, su mano baja por mi hombro y brazo hasta posarse en mi cintura y comenzar a subir por mi abdomen levantando el suéter dejándo esa parte de la piel descubierta.

Respiro entrecortada por las caricias que dejan sus dedos, su vista baja hacia ese lugar y continúa subiendo el suertes hasta dejar ver las copas de mi brasier a la vista y un poco de piel de mis pechos.

Traga en secó y me mira pidiendo permiso, asiento sin más quiero esto, quiero hacerlo ahora y no me importa que sea con él. Ayudo a quitarme el suertes quedando semi desnuda.

Sus ojos observan mis pechos y se relame los labios dejandome ansiosa por sentirlos de nuevo contra los míos, toca mis labios y deciende por mi cuello y el medio de mis senos acelerando mi respiración.

Al llegar al botón de mi pantalón lo desabrocha y comienza a bajar el pantalón lentamente en una jodida tortura que me está matando, los saca de mis tobillos tirandolos en el suelo.

Estoy expuesta ante él, pero no es la primera vez que lo estoy solo que ahora hay una diferencia en aquel entonces seguía siendo una adolescente sin nada de nada y ahora teniendo de más.

Pero él nunca dijo que le molestará eso, al contrario siempre me dejó en claro que era preciosa a mi manera y que eso nadie debía quitarlo de mi cabeza ni mucho menos hacerme sentir insegura.

Gimo al sentir su aliento en mis bragas....¡Joder! En qué momento llego allí, me perdí solo un segundo en mis pensamientos. Su cara está entre mis muslos con una sonrisa burlona que me hace saber que noto mi reacción.

Toma los bordes con ambas manos y comienza a bajarlas dándose su tiempo y volviendome loca en el proceso, cierro los ojos extrasiada por la forma en que mi coño se siente tan necesitado y a la vez facinado por su atención.

Uno de sus dedos recorre mis labios íntimos haciendo un poco de presión en mi clítoris.

Esto me está volviendo loca, y él lo sabe

Realiza el movimiento varias veces haciéndome tensar y gemir cada vez más fuerte y sintiendo mi órgasmo, cuando estoy por correrme se detiene. Abro los ojos molesta y dispuesta a reclamar cuando su acción me deja sin aliento.

Tomo sus dedos y los lleva a la boca saboreando mis fluidos que corren por ellos, intento que eso no me excite a un más pero es casi que imposible al ver lo jodidamente sexy que se ve haciendo esa acción.

— Deliciosa pupa, una Maldita delicia — Habla roncamente — una que quisiera probar todo los días de mi vida.

Comienza a quitarse su ropa hasta quedar en bóxer, lo miro boquiabierta al ver si miembro erecto y endurecido, pero lo que me sorprende a un más es el tamñano.

¿Todo eso entrara en mí?

Me mira con malicia para treparse sobre mí y besarme sin cuidado alguno, siento la piel de su torso rosar con la mía haciendonos gemir a la vez. Me levanto aún poco desabrochando mi brasier y quitandolo.

Nuestras pieles chocan y mis pezones se endurecen aun más si es posible, el movimiento que hace con sus caderas me está matando, siento su boxer humedecerse con mis jugos y sentir un poco más su dureza.

—Quitatelos — agarro los bordes de tu ropa interior e intento bajarlos — Quiero sentirte dentro de mi.

Sus ojos azules oscurecidos me miran con mucha intensidad y se levanta para quitárselos y dejarlos aún lado del monto de ropa en el suelo.

Lo miro con lentitud detallando cada parte de su cuerpo, hasta dejar mis ojos fijos sobre su masculinidad que se alza con orgullo. Trago en secó al ver el grosor y lo largo que es.

—¿Estás seguro de que eso entrara en mí? — pregunto sintiendome nerviosa de repente.

Se coloca de nuevo sobre mí besando mis labios con suavidad, logrando que me relaje solo un poco.

— Tranquila — Sonríe un poco — lo haré despacio, si te sientes incómoda solo dilo ¿Si? — hace saber.

Asiento sin mediar palabra y lo tomo del cuello besandolo de nuevo entrando mi lengua en su boca saboreando cada parte y dejando un suave mordisco en sus labios.

— Estoy lista — beso castamente sus labios.

Lo miro acomodarse un poco entre mis piernas y comenzar a adentrase en mí, jadeo un poco sintiendo una incómodidad.

— Detente — Susurro haciendo una mueca de dolor.

— Lo siento, te lastime — Me mira preocupado

— No — Suspiro pesadamente— E-es s-solamente que siento un poco de incómoda — murmuró al sentirlo moverse un poco — solo espera — tocó con suavidad su mejilla.

Asiente para besarme y susurrarme cosas en el oido calmando y relajando mi cuerpo, para comenzar a moverse. Me embiste haciéndome colocar la cabeza hacia atrás.

— Hey mírame — pide con fuerza — Solo llevo la mitad ¿Si?, No te corras.

¿Qué?

Solo la mitad, pero que carajos.

Miro la unión de nuestros cuerpos y es cierto la mitad de su miembro aún está afuera.

Sin dejar de mirar nuestros cuerpos unidos continúa con su movimientos entrando y saliendo hasta la mitad de su miembro alzó mis caderas intento sentirlo más profundo pero me sostiene al sofá para que no logré moverme ni un poco.

—Por favor — Suplico.

— Solo espera pupa — pide.

Besa mis senos con vehemeencia y succiona mis pezones dejándolos enrojecidos por la fuerza que ejerse y chupa.

Me siento delirante, como si estuviera en las nubes unas llenas de mucho placer. Lo siento salir de mi interior cuando mi vientre se comienza a tensar.

— quiero oirte gemir mi nombre — Susurra en mi oído.

Para sin más, adentrarse completamente en mi interior robándome el aliento y haciéndome soltar un pequeño grito de sorpresa y placer al sentirlo llegar a mi punto más delicioso.

Sus embestidas no se detienen continúan en un movimiento delirante, lento y duro a la vez, está vez si me deja alzar las caderas sintiéndolo más profundo.

— Quiero que digas mi nombre — me aprieta las caderas.

— N-no, N-no p-puedo — digo extasiada — Ah — Gimo — F-fab.

— Dilo Maddisson — ruge, embistiendome más fuerte.—tu sei mio e io sono tuo

Mis piernas tiemblan al rededor de sus caderas, no puedo ni hablar mi mente está nublada. No puedo tener nisiquiera un pensamiento coherente desde que me besó.

— Ahora Maddisson — continúa pidiendo — Dilo, o me detendre.

— Fabrizio — Gritó — O por dios, Ah — grito al sentir mi orgasmo llegar.

Siento como mis paredes aprietan su miembro haciéndolo maldecir y continuar con sus ataques, hasta derrarse en mi interior, Siento mi vientre calentarse y mis fluidos ligarse con los suyos.

— Ti amo piccola — cae sobre mí.

No digo nada ante eso, tampoco tengo que, me ha tomado por sorpresa su confesión y aunque lo haya hecho en italino no hay que ser un genio para saber lo que sus palabras quieren transmití.

— Fab, yo no.... — me interrumpe.

—ricordati che mi avrai, anche se il mondo ti cade addosso — habla en italiano, lo miro intentando decifrar que a dicho.

Pero solo sonríe y besa mis labios saliendo de mi y robándome un último gemido.

(....)

Luego de lo sucedido nos vestimos, él solo con sus pantalón y yo con su camisa. Nos sentamos a comer entre miradas cómplices y sonrojos de mi parte que lo hacen sonreír.

Mi teléfono comienza a sonar, lo tomo observando el nombre en la pantalla y mi corazón comienza a latir fuertemente.

Taylor ❤️.

Me levanto del sofá y camino hasta la cocina sientiendo la mirada de fabrizio quemar mi espalda.

— Ty, hola — Digo sonriendo un poco.

— Maddisson, ¿que tal?— pregunta — tienes un minuto por favor.— suena molesto.

— Claro, ¿que sucede? — murmuró desconcertada

— Es Jade — mi corazón se detiene — me a vuelto a engañar con otro hombre — su voz se corta.

— Taylor, y-yo yo lo siento de verdad — no se que decir — ¿te dijo porque lo hizo?.

— Dice que no le doy lo que quiere — no hace falta que me diga para saber que se refiere a el Dinero — Dice que es mi culpa que no podamos estar juntos.—Llora

— Ty, calmate — me duele de solo escucharlo hablar de esa forma — tú le pedistes que se casarán pero ella no lo acepto — respondo — no es tu culpa nada de esto.

— Ella cree que siento algo por ti — dejo de respirar.

—¿Y que le has dicho? — pregunto en un hilo de voz.

— Por dios Maddisson, sabes la respuesta — Ríe sin gracia — eres mi mejor amiga, por su puesto que solo sentiría Amistad nada más.

Una lágrima se desliza por mi mejilla al escucharlo decir tal confesión, respiro profundo intentando retener las lágrimas que se han echo en mis ojos.

— La amo Madd — vuelve a hablar — demasiado y no la quiero perder por un estúpido matrimonio, que solo hice por ella.

No sé que responder ante eso, la verdad nisiquiera se cómo actuar ante todo lo ha dicho en estos momentos, odió sentirme tan vulnerable a todo lo que tenga que ver con Taylor.

— Le haré una reservación en su restaurante favorito, y luego una sorpresa en el hotel donde nos conocimos — Su voz suena emocionada de pronto — y tú me ayudaras Madd.

— Estoy lejos Taylor — no quiero hacer eso — ¿como puedo ayudarte estando en otro país?

— eres muy reconocida aquí ¿No? — Asiento aunque no me puedo ver — pues llamaras al hotel y pediras la reservación, se que aquella vez que jade y yo nos conocimos fue por las vacaciones de verano que tu hicistes.

— Vale, haré lo que pueda — salgo del paso — no te prometo nada.

— Eres una gran amiga Maddisson — cuelga sin más.

Dejo caer mis brazos en la barra de la cocina y sollozo intento que fabrizio no se de cuenta, doy varias respiraciones profundas hasta lograr calmarme.

Cuando me doy la vuelta, lo veo de mi pies en el umbral de la cocina y con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, limpio las lágrimas como puedo pero ya es tarde, las ha visto.

— ¿Necesitas algo?— Intento que mi voz salga normal.

— ¿Por qué te empeñas en estar con alguien que nisiquiera te mira más allá del interés? — Su pregunta me descoloca.

— no se de qué hablas, Fab— evado su mirada — deberíamos volver a la sala — pido.

— bien — Asiente descruzando sus brazos — no hace falta que me digas nada, escuché toda la conversación y créeme que me duele mucho saber que no te estás dando el lugar que te mereces — su comentario me molesta.

— no es tu problema — Digo enfadada — el que hayamos tenido sexo no te da derecho a meterte en mi vida.

— Tienes razón — tensa su barbilla — Será mejor que me vaya.

Se da la vuelta comenzando a caminar a la sala, lo sigo arrepentida por mis palabras.

— Fab lo siento, no quería decir eso — intento disculparme.

— No pasa nada Maddisson, lo que dijistes es cierto.

Coloca sus zapatos y toma su saco sin importar estar sin camisa.

— Solo espero que cuando estés completamente en tus cinco sentidos es que te des cuenta que él — pausa, y toma una respiración— que él no te merece.

—No tienes porqué irte así — mis lágrimas fluyen — no quiero que dejes de hablarme por esto.

— No lo haré pupa— se acerca acariciando mi mejilla — pero tampoco me quedaré a ver cómo te dejas destruir por alguien que no te quiere, no como yo te quiero a ti.

— Fabrizio por favor — pido triste, sientiendo un hueco en mi pecho que no me deja respirar.

— Esto fue un error Madd — sonríe triste — un hermoso y sexy error.

Se da la vuelta saliendo de el penthouse y dejándome allí sola en medio de esa inmensa sala.

🌺🌺

Rayos, Madd a veces provoca golpearla cierto?

Pobre de Fabrizio pero ya vimos que es un hombre muy persistente.





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