Me encuentro en un restaurante junto a fabrizio,luego de mi trabajo pidió que lo acompañara a comer, cosa que obviamente me iba a negar sin importar la mirada Malcolm y Ander casi que acribillandome para que aceptará, aunque bueno así lo hicieran no lo iba a hacer.

La real culpable soy yo, en el momento en que abrí la boca para negarme, mi estómago lo hizo primero dejándome en evidencia de que no había comido un bocado en toda la mañana.

Así que ahora me encuentro aquí sentada en este lugar de lujo con él en frente de mi.

- Estás muy cambiada - sonríe mirandome fijamente.

- Si bueno todos crecemos ¿No? - me remueva un poco y sonrió - ya no tengo dieciocho años.

- Eso está claro - sonríe con picardía.- no sabía que estabas casada.

-¿Ah? - pregunto confundida.

- Estás casada - Señala mi dedo anular.

-Oh, E-eh bueno si - quito mi mano de la mesa, colocándola sobre mi regazo.

Un mesero se acerca a nosotros para pedir nuestra orden, pido una lasaña con jugo de fresa y fabrizio pide una cosa rara que cuando lo trajeron al plato se veía verdoso y asqueroso.

Ríos bajito por mis pensamientos haciendo que me mire desconcertado.

—Lo siento Fab — sonrió — es que tu plato — lo señaló — se ve un poco raro y asqueroso.

_ Oh — Ríe avergonzado — si bueno es una salsa de espinacas, por eso se ve así un tanto raro.

Luego de esa pequeña conversación comenzamos a comer en silencio un muy agradable a decir verdad, podría decir que siento esa paz que desde semanas no sentía.

Y es que fabrizio es así una persona tan relajada, tan centrada en lo que quiere que no me sorprende para nada que ahora su empresa de maquillaje se ha tan famosa como siempre quiso. Me pregunta sobre mi trabajo y todo lo que he hecho en todo estos años en los que no nos hemos visto.

— Hay un chico que no deja de mirarte — la voz de Fabrizio me hace levantas la mirada de mi plato.

—¿qué?, ¿Quien? — confundía miro detrás de mi.

— Si, esta a unas tres mesas de nosotros en el lado derecho — volteó sin disimuló.

Y siento palidecer al encontrarme con la mirada de Taylor.

¿Qué demonios hace aquí?.

— Ya va espera, me parece que lo he visto en algún lado — dice pensativo, chasquea sus dedos — ese no es Taison, Tayron — lo miro — él chico que era tu mejor amigo en la secundaria que una vez llegastes a contarme.

— Taylor — corrijo — y si es él.

Siento mis mejillas calentarse, no se supone que habiendo tantos restaurante en la capital tenía que venir justo a este. Quisiera que me tragara la tierra en estos momentos.

—Buenas tardes — su voz me hace contener la respiración.

— Ty, H-hola — levanto un poco la mano en modo de saludo — q-que h-haces aquí.

Fabrizio me mira con sus brazos cruzados y divertido, y juro que quisiera clavarle el tenedor en el ojo en estos momentos.

— Si bueno pasaba por aquí — mira alrededor — y quise entrar a comer algo.— Asiento comprendiendo— ¿quien eres tú?

Su atención ahora va dirigida a fabrizio que lo mira sin inmutarse por la mirada que le da.

— Fabrizio Ricci, amigo de Maddisson —me sonríe encantador haciendo que me sonroje.

Una acción que no pasa desapercibida por Taylor quien frunce el ceño y carraspea.

— Claro, el dueño de la marca está de maquillaje — Dice sin importancia

Lo miro intentando comprender porque esa forma de hablar, como si le aburriera está conversación. En todo caso él fue quien la comenzó.

— ¿Vienes solo?— la curiosidad me pica.

— No, vengo con Jade de hecho está en el sanitario y aproveché para saludarlos — observa nuestros platos, para luego levantar la mirada. — te veo en casa Esposa.

Y con eso último se marcha y juro por Dios que en estos momentos quisiera que la tierra me tragara.

Que carajos fue eso.

La mirada de la persona delante de mí se vuelve mucho más intensa, y el observar como se pasa la mano por su barbilla y mejilla soltando una sonrisa irónica, hacen que me sienta muy avergonzada de toda esta situación.

— Vaya, entonces si lograstes tu objetivo — no deja de sonreír, pero esta vez viene acompañado de ¿Decepción?, Y ¿Tristeza?.

— Fab, yo... — comienzo a decir pero soy interrumpida.

— En el campamento nunca dejastes de hablar de él y de la forma en que te trataba— su rostro se vuelve serio de repente — y mira ahora son Esposos — la última palabra sale amarga de sus labios.

Si solo supiera, lo que esto realmente es.

Todo menos un matrimonio.

— Pero hay algo que no entiendo — Frunce el ceño de repente — ¿Porque si están casado, no lo parecen?

— He b-bueno y-yo — Carraspeó — creo que es mejor irnos, es tarde y debo volver al trabajo para otros asuntos — cambio de tema.

Tal parece que capta mi indirecta por lo que llama al mesero que nos atendió y pide la cuenta, intento hacer que me deje pagar mi plato pero no lo hace dice que sería mis poco caballeroso de su parte cuando él fue quien me invitó.

Comenzamos a salir de restaurante cuando pasamos por la mesa de Taylor y esa mujer, ambos nos miran, la cara de sorpresa de Jade y la mirada sería de Taylor me hacen saber que esto está mal.

Y siento un nudo en mi garganta que no me deja tragar, se supone que debemos guardar las apariencias pero yo no lo estoy haciendo.

—C-creo q-que me iré en un taxi — digo ya fuera del restaurante.

— ¿Qué? ¿pero por qué? — me mira desconcertado — no es necesario yo te puedo llevar no tengo ningún problema.

— N-no yo en serio, prefiero irme en taxi — bajo la mirada avergonzada.

— Oye si es por ese tipo Tayron.— sonrió un poco por su error, pero no lo corrijo — no se que clase de matrimonio sean, pero no tienes que avergonzarte por salir con un amigo, cuando el claramente tiene algo más con la chica de la mesa — habla con la mirada puesta en la mesa.

Y es cierto Taylor está tomando la mano de Jade mientras ella le dice algo al oído y ambos rien, la tristeza llega a mi a cántaros.

— Fabrizio no, no quiero molestar es todo — Susurró — solo son amigos de años nada más — justifico a Taylor.

— Te conozco ¿sabes?— toca mi nariz con su dedo — se cuando mientes — gruño haciéndolo reír — y sea lo que sea que estén haciendo los dos con ese supuesto matrimonio es su problema, pero no quiero que salgas lastimada.

— Estoy bien — intento sonreír pero sale una mueca — voy a estar bien.

Eso último lo digo más para mí, que para él.

— desde que terminó el campamento y los meses que duramos hablando por teléfono— comienza Suspirando — te dije que mis sentimientos por ti no se acabarían tan rápido — su mirada es tan intensa que no la puedo sostener — y algo me dice que debo aprovechar este momento, y créeme que lo haré — toma mi barbilla con su mano y la acaricia.

Suelto un suspiro definitivamente este hombre no será por vencido tan fácil.

— Si quieres irte en taxi está bien, pero déjame acompañarte hasta que tomes uno.

Asiento, y una verdadera sonrisa sale de mis labios.

Miro una última vez a la mesa de aquellas dos personas, que una sin darse cuenta me está haciendo el peor de los daños y yo lo estoy dejando.

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Bien, yo de verdad estoy enamorada de fabrizio, es que dios mío ¿quien no quiere un hombre como ese?.

Taylor pues *suspiro* es un idiota.

Instagram y Twitter @Girasolsito11

Por cierto quería darles las gracias por esas 100 vistas que ya tenemos 🥳🥳

Me alegra tanto que la historia crezca tan rápido. Y aún más que la disfruten.