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Capitulo 36

-¿Estuvo bueno?, dime que estuvo bueno. - dijo Yeng en tono burlón mientras alumbraba el interior de la biblioteca con su linterna -Amarguras podrá ser un cretino pero al menos parece que sabe lo que está haciendo.

-Solo fue un beso.- el calor me enciende las mejillas ante la mentira descarada -pero si, sabe exactamente lo que está haciendo.

Frunzo el ceño mientras mi imaginación recorre las mil y un consecuencias que tuvo ese pequeño incidente anoche.

Odio los malditos guantes, pero es mi mejor opción como precaución para cuidar de mi amiga.

No se que diablos fue lo de esa noche y no se que diablos soy ahora, solo se que Axel confía en mi lo suficiente para pedirle a Yeng que me acompañe aun cuando ya le conté que yo también soy diferente.

-¿Te arrepientes?- inclina la cabeza hacia un lado para estudiarme - cuando me contastes tenías cara de que querías matar a alguien.

-No -niego con la cabeza- bueno ¿quizá?, ni siquiera lo sé, se sintió...bien y de alguna forma siempre termino llendo hacia el como si fuera un maldito imán.

-Bueno están atados por la marca - Enarca las cejas -Ax dijo que no habría peligro si mantenían aplacado su instinto.

Suspiro con hartazgo acomodando el pesado abrigo de mi consanguineo sobre mis hombros, mientras avanzamos en medio de la oscuridad de la biblioteca, siempre me sorprende lo enorme que es esta mansión.

-Ojalá pudiera saber cual es ese instinto - digo un poco de malas acomodandome el cuchillo que tengo en mi muslo

Por supuesto que Axel lo tenia facil, su instinto se podia notar saliendo por cada uno de sus poros.

Lujuria, pura y dura.

Con razón Yeng caminaba adolorida las últimas semanas, luego de notar el aroma de Axel en cada pequeño centímetro de su piel, ni siquiera pudo negar los echos, así que como buenas amigas que somos nos pusimos a chismear sobre nuestras "experiencias" bueno fue...raro considerando que Axel es mi familiar, pero muy informativo considerando mi experiencia nula en esas cosas.

-No quiero lastimar a nadie. - confieso - si hay aunque sea una mínima oportunidad de revertirlo la tomare, no soy tan fuerte como Axel para enfrentar este cambio de la noche a la mañana.

Frunce los labios, pensándolo.

-Cualquiera que sea tu decisión voy a apoyarte - me aclara- ¿pero encerio vas a encontrarte con Drac en la casa de Abismor? Hay que tener huevos.

La escucho resoplar de manera burlona tras de mí.

-Se llama Aaron -la corrijo sin poder reprimir la sonrisa que se me forma por el comentario - y es el único que me da respuestas contundentes por aquí, además el lo dijo - giro a la derecha en la última estantería del ala sur - tiene más años de los que podríamos contar así que alguna solución habrá.

-¿Y qué haremos con la marca? - pregunta dubitativa - ya sabes cuando nos marchemos de este lugar.

-Problemas para la Meghan del futuro - hago una mueca - Solo quiero que todos nos marchemos a salvo.

El camino pareció estrecharse, a pesar de que sabia que ahí no había nadie más me ponía de los nervios ver la pequeña puerta en una esquina bajo la escalera de mármol pulido, la abrí con desconfianza mientras se sentaba en la entrada.

-¿Vas a estar bien? - preguntó en un susurro y ya no se si se lo pregunto a ella o a mi misma.

-Soy la unica forma casi segura de que Abismor no venga a fisgonear a estas horas - responde con un asentimiento -Ax a estado un poco salvaje últimamente así que el olor probablemente evite entrar a menos quiera asegurarse de si estamos cogiendo o no.

Me guiña un ojo mientras saca una pequeña libreta y comienza a escribir en ella.

-¿Qué es eso?-preguntó extrañada al ver como empieza a escribir en el

-Un diario -contesta con simpleza -bueno una bitácora, ahora cada día cuenta mas que antes. - por un segundo veo la tristeza reflejada en su rostro, talvez no debi contarles lo de mi fecha limite, pero era necesario ahora que sabia que cambie, si yo no podia lograrlo, al menos ellos debian salvarse.-Ten cuidado ahí abajo ¿si?

Asiento sin poder decirle nada más para aliviar el nudo en el estómago que se me forma al ver la densa oscuridad frente a mi, se que ella recuerda el plan, solo tengo quince minutos para aclarar cualquier duda con Aaron.

Desciendo por la escalinata de piedra hacia el sótano de la mansión Abismor, rezando por no encontrarme con alguna pila de cadáveres o calabozos o al mismo Taylor ahí abajo, esa última opción es la que más me asusta, no por miedo a el, si no por miedo a mi, el maldito instinto me haría querer lanzarme hacia el como una gata en celo.

Y a pesar de que "es por mi bien", un rechazo me había dolido más que suficiente para querer buscarme otro.

Mis pasos crujen mientras me fijo en mi alrededor, según había experimentado mi visión era un poco mejor por la noche, pero aquí no podía ver más allá de mi propia nariz.

Mi celular vibro en mi bolsillo y casi me caigo por la sorpresa repentina, ya era media noche, si se supone que los gourmands se comunican por pensamiento, Aaron debía haber recibido mi mensaje, ya ni recuerdo la cantidad de veces en las que me acosté pensando.

"El príncipe oscuro aparece a media noche en la biblioteca."

Aver, esto no era nada seguro, especialmente porque Taylor está cerca y porque no tengo manera de saber si ese hombre logró descifrar mi invitación.

-¿Aaron?- susurro cuando finalmente el suelo de piedra se extiende a sus anchas -¿Aaron donde estas?- las palmas empezaron a sudarme en medio de esta impenetrable oscuridad, e visto suficientes películas de terror para saber lo que puede pasar en el sótano de una mansion alejada de la ciudad. -Es media noche sal.

Silencio absoluto.

-Por favor -suplicó en un hilo de voz sintiendo que mi corazón se agita tan rápido como las alas de un colibrí.

Es entonces cuando tengo que ahogar un grito al ver como las sombras parecen encogerse y alejarse de las paredes hasta desaparecer, revelando una estancia iluminada por velas llena de archivos, polvo y muebles cubiertos por plasticos protectores, ahi sobre la superficie de lo que pude reconocer como un piano de cola estaba sentado, a pesar de que sabe que me asusto, me sonríe ampliamente, guiñandome un ojo.

-Idiota- digo entre dientes poniendome una mano en el pecho, como si eso pudiera aminorar la marcha desesperada en mi maltrecho corazón.

-¿La asuste, bella dama?-dice enarcando una ceja.

Estoy segura de haber perdido unos cuantos años de vida pero no pienso darle el gusto de verme aun más vulnerable.

-Ni un poco- miento.

El inclina su cabeza en un gesto casi animal que se me antojaba adorable mientras me observa con sus enigmáticos ojos que me recordaban a los días de tormenta

-Ugh, el olor de las mentiras-dice ensanchando más su sonrisa de un lado que del otro dándole un aire malicioso, pero no malicioso malo, si no del tipo pícaro y que te deja atontada - es delicioso

-¿De donde sacas que es mentira?- digo en tono firme, pero esa firmeza empieza a flaquear cuando veo la espectral masa de oscuridad ascendiendo por las paredes amenazando con dejarlo todo a oscuras otra vez.

-Es que realmente puedo olerlo - enarca una ceja divertido con una media sonrisa que remarca ligeramente su hoyuelo izquierdo- Mis olores favoritos enrealidad son el de las mentiras y...- frunce los labios pensativos - el de la lujuria, como sea ese olor, nos enloquece.

-¿Porque?- me atrevo a preguntar.

Su mirada suspicaz se detiene en mi y me analiza de pies a cabeza, lo se porque desde aquí puedo sentir la intensidad con la que lo hace, me ve con ojo profesional, como si buscase algo, un resoplido burlón se le escapa por lo bajo.

-Porque eres una virgen inmaculada- responde finalmente -que clase de demonio resistiria la tentación a hacer un desastre en un lienzo asi de puro.

-¿Entonces eso eres? -cuestionó sintiendo un escalofrio subiendo mi espalda- ¿un demonio como el diablo?

Sus cejas oscura y perfectas se juntan en surcos, se ve totalmente ofendido.

-¿Otra vez? ¿Que tienen los humanos con el diablo? - me mira con confusion en sus ojos antes de suspirar con hastio -siempre que quería dar un paseo relajante en el bosque no faltaba el descerebrado que aparecía con un machete a decir que debía pelear con el diablo por su abuelo y no se que otra estupidez sobre una tradición. - miega con la cabeza en silencio -se que mi apariencia puede despertar la envidia de muchos pero por Dios santo denme un respiro

Se baja del piano de cola con un movimiento elegante, para luego ajustarte la corbata de su smoquin, no espera eso no era un esmoquin, tenía hombreras y un banda carmesi que le recorría el pecho, realmente se veía como un príncipe inglés.

Nota mi mirada para nada disimulada y da una pequeña vuelta con los brazos extendidos para mostrarme por completo su elaborado atuendo.

-¿Príncipe oscuro?-me atrevo a preguntar reprimiendo una sonrisa.

-Tenía que hacerle justicia a mi papel, entonces -se acomoda los guantes blancos con una seriedad que no pega con su expresión divertida - ¿Como me veo?

No sabía que era más cómico, que estuviera vestido como un príncipe inglés o su expresión de odiosa suficiencia.

-Te vez bien - admito.

El arrugó la nariz e hizo un falso gesto de dolor

-¿Solo bien?, tarde más de tres horas en arreglar mi hermosa cabellera, y otras tres poniendome todas estas medallas. - tamborilea un dedo sobre una brillante insignia de estrella adherida a su pecho haciendo un puchero.

Me recordaba demasiado a cierta perona obsesionada con su ropa de marca.

-Perdone ustes su real majestad, se ve magistral esta noche.

Entorna sus ojos grisáceos que brillan ante el resplandor de las velas.

-Ya lo sabía - suelta con un aire de superioridad, esta claro que tiene el ego hasta las nubes- aunque yo que tu seria un poco más específica con los mensajes, este lugar es enorme ¿sabes?

-Pues no sabia como contactarte sin que.... bueno no sabia como más hacer que aparecieras.

Aaron enarca una ceja.

-¿Acaso me estas pidiendo mi número?- enarca las cejas con una sonrisa ladina -bueno eso suele tomar un par de citas y un café, pero por ser tu cariño, podríamos resolverlo enseguida.

Pongo los ojos en blanco, retiro lo dicho este hombre es mucho más egocéntrico que Axel, pero sin llegar a ser odioso, lo cual es curioso porque normalmente no suelo tolerar a ese tipo de persona.

-Revisa tu bolsillo - me pide desde la distancia. -puse una sorpresa ahí.

Con incredulidad reviso el bolsillo de mis jeans y me encuentro con una tarjeta del negro más absoluto en la que resultaban una serie de números en tinta blanca.

-Tengo una duda- fui al punto viendo como quitaba el plástico protector del piano.

-Una sola? -resoplo acomodandose en el asciento frente al instrumento -eso si es nuevo

Da unas leves palmaditas sobre el espacio vacío a su lado, y antes de que pudiera notarlo estoy avanzando hacia el, algunos mechones de su precioso cabello oscuro caen sobre su rostro, sus rasgos son tan duros que parece que se los hubieran hecho a tajo, pero a la vez son increíblemente perfectos, como si un artista se hubiera pasado toda la vida esculpiendolo y al menos un año en su boca.

-¿Donde esta Gaunt?- digo de manera apresurada para evitar el hilo que comienzan a tomar mis ideas.

Carajo es sexy.

-Ni lo pienses - advirtio sin despegar su mirada del teclado del piano

-Solo quiero saber -estaba tan tensa que no podía quedarme quieta, mis dedos tamborileaban sobre mis piernas -No haré nada-asegure seria

-Recuerda que huelo las mentiras

-Recuerda que te salve de esa secta.-rebato con firmeza.

-Eso es relativo y si mal no recuerdo te salve tambien -Aaron posa su mirada sobre mi.

-¡Solo dime!

-La verdad no lo se- confesó frunciendo el ceño y evitando mi mirada-Se que era un anciano paranoico y se que si vas a buscarlo pasaría lo mismo que en el Yule, estarías rodeada de personas que no durarían en matar a nadie, así que solo déjalo pasar, te acostumbras a los beneficios que tiene cambiar creeme.

Me harte, me acerque más a su lado, tome su rostro y lo obligue a verme para mi sorpresa no se quejo, pero sentir el fuego en su mirada me quito todo el impulso de valentia que habia tenido.

-¿Es mi imaginacion? o ¿me estas coqueteando, cariño?- comenta divertido- esto suele tomar una cena y talvez un copa de vino

Retire mi mano de inmediato volviendo a poner distancia, fue extraño tocar su piel desnuda. Estaba caliente, casi como palpar la arena en el desierto ¿fiebre?, sus ojos se cerraron con lentitud como si el cansancio estuviera acabando con el.

-¿Porque tienes tanta pereza?-cuestione- ¿te sientes bien?

-Solo tengo sueño- dijo dedicándome una debil sonrisa ladina - en cuanto a Gaunt, no es un buen tipo, no obtendrás nada de él salvo que te convierta en la cena de sus mascotas.

Siento el latigazo del miedo recorrerse la espina dorsal somo de recordar a las personas del hospital.

-¿Todos son así de crueles?- preguntó en un susurro.

-No quiero incomodarte ahora- carraspea dubitativo- pero es solo la ley de naturaleza, no todos matamos indiscriminadamente o hacemos cosas como en ese hospital, pero los seguidores de Gaunt- en los ojos de Aaron refulgio la ira- bueno ellos a cada santo le deben una vela y a unos les deben hasta misa.

La forma en la que su mirada pasa de molesta a sombría y luego a inescrutable en solo un segundo es curiosa.

Raro.

Pienso para mis adentros.

Una orilla de su boca se eleva rompiendo su máscara inhumana

«Que forma de darle las gracias a alguien que arriesga el pellejo viniendo a un dominio ajeno para verte, ¿sabes a que extremos llegan siquiera el mal caracter del dueño de este lugar?»

Giro tan rápido mi cabeza que me mareo y me quedo con la boca abierta al encontrarme a Aaron de perfil. Fue su voz....pero en mi cabeza.

El se voltea y sus inescrutables ojos grisáceos reflejan la luz de las velas, podría jurar que escucho como se ríe en mi mente aunque tiene los labios cerrados que muestran una sonrisita de superioridad que me eleva el pulso.

«si sigues desnudandome de esa manera con la mirada voy a atrapar un resfriado, ten algo de piedad mujer, estamos en pleno invierno.»

-¿Como?- murmuró confundida, estaba segura de haber guardado la salvia en mis bolsillos antes de atravesar la mitad de la mansión en dirección a esta biblioteca.

«Digamos que esa marca en tu costado no te liga unicamente al amargado que reina en estos dominios, esta es solo una de las ventajas, aunque creo que debi provarlo antes, la expresion en tu rostro no tiene precio»

Me guiña y regresa su mirada hacia las teclas del piano.

-¿Con todos?-preguntó presa del pánico al pensar en la cantidad de personas que tienen libre acceso a mi mente.

«¿Quieres que ese psicotico queme el pais entero, para asegurarse de que solo el tiene trato especial cariño? No tienes que preocuprte, esta es solo cosa nuestra, un pequeño secreto, el no es ni la mitad de fabuloso que yo, asi que nunca podra hacerlo»

-Esa marca, ¿nos une a los tres?- preguntó atonita.

-Depende - señala con su barbilla a mis brazos- ¿Eso lo hizo el gourmand?

Casi puedo sentir un deje de preocupación en su voz...casi, porque se que los que son como el, no pueden sentir realmente algo como empatía ¿verdad?, esa mirada apenada no es de compasión ¿Cierto?

-no -suspiro sintiendo ganas de ocultarlos nuevamente en la seguridad del abrigo de Axel- lo hizo un monstruo diferente

Su mirada perspicaz, sigue con lentitud todas y cada una de las marcas, toma mi brazo sin previo aviso.

-¿Que clase de monstruo, le hace esto a una niña?

-No me llames así - me suelto de su agarre y me cubro rápidamente -soy una mujer adulta

-Y soy el rey de Inglaterra - no aparta su mirada avasalladora de mis muñecas

Se exactamente lo que está viendo, olvide la buena vista que tienen estos seres, aun en la oscuridad el debe ver claramente las dos líneas verticales que atraviesan un gran tramo desde mi muñeca hasta la mitad de mi antebrazo.

-Los nativo americanos creían que la sangre era un método para purgar el mal - comentó de manera casual posando sus ojos en los míos - una vez al mes hacían un ritual en el que se cortaban para, liberar a los espiritus que los atormentaban.

-¿De donde sacaste eso?- pregunto cubriendo con mi mano la enorme cicatriz que resalta sobre las demás.

-Es increíble todo lo que puedes aprender en Internet - canturrea divertido, posando finalmente sus dedos en las teclas y dejándolos fluir con suavidad mientras las notas de una bella y nostálgica melodía se extendía por ese sótano que en un principio se me había antojado aterrador, era como si el tiempo se hubiera detenido en aquel lugar, como si finalmente pudiera desconectar de todo el peso que había estado cargando, la melodía me hacía pensar en cielos tormentosos, nublados y fuertes brisas azotando un prado en la inmensidad de su extensión, sin nadie a tu alrededor, solo, existiendo pero entonces el escenario cambia bruscamente y ya no estoy en ese prado, estoy encerrada en un armario en penumbras, mis musculos se tensan ante el horrible recuerdo de los castigos de mi madre, curiosamente no estoy sola ahí dentro, hay otra persona, un niño pequeño, delgado de ojos grisáceos que me devuelve una lánguida sonrisa desde la oscuridad.

-¿Que es lo que tocas?

-La melodía que nunca dejara de sonar en mi alma- responde con simpleza tocando las últimas notas.-¿Porque te mudaste?- pregunta dubitativo - Pudiste haber escogido cualquier otro lugar, ¿Porque aquí?.

-No lo se -confieso sintiendo un torbellino de emociones confusas- no tenía a donde más ir, y sentía que debía regresar.

-¿Porque?- Cuestiona aun mas intrigado.

-Es complicado.

Se acomoda en el asiento de un modo que me obliga a mirarlo a la cara aunque no lo desee, nuevamente a inclinado la cabeza de ese modo que me resulta un tanto adorable.

-Es raro, ¿alguna vez haz sentido que extrañarte alguien toda tu vida?.

Para mi sorpresa Aaron asciente y se por la forma en la que me mira que no hay falsedad en esa afirmación, la misma sensación de que estoy segura a su lado me ataca con fuerza nuevamente.

-Nos conocemos de antes ¿verdad?-finalmente me atrevo a preguntar.

Una leve sonrisa se dibuja en los labios de Aaron, una sonrisa lánguida desde la oscuridad de este lugar, se la devuelvo sin poder procesarlo todo, su sonrisa no logra iluminarle los ojos, es una sonrisa se tristeza.

-Podrías habérmelo dicho - continúe - en los sueños, podría haberte sacado antes.

-No recordabas -dijo con tono sombrío -no me recordabas a mi, tenia que esperar, y suplicar a algún dios misericordioso que no desconfiaras de mi

La forma en la que sus ojos pierden todo su brillo repentinamente, hacen que note que justo ahora no me está viendo a mi, esta viendo los muros en los que estuvo encerrado y eso enciende otra alarma en mi ser.

-¿Cuanto tiempo estuv...

-El suficiente -interrumpe, tomando con delicadeza mi mano - enrealidad quería verte - deposita un beso en el dorso - Alice.

El contacto hace que mi piel arda y cosquilleo inmediatamente, es una sensación que se extiende por todo mi cuerpo, pero no de manera incomoda.

-No vallas con Gaunt - lo dice casi en una súplica - si no deseas el cambio, buscaré la manera de que no suceda, pero no vallas, no puedo protegerte como quisiera y no puedo confiar en ese imbecil para cuidarte- da un leve apreton a mi mano -no quiero que mueras, no lo soportaría.

Si realmente las notas que encontramos en esa carta y ese cuaderno son correctas el no debería estar mirándome de esa manera, si estamos conectados entonces esta pena y todo ese dolor no me pertenecen, ¿Puede alguien como el realmente sentir tristeza?.

-Promete que no iras- posa una mano en mi mejilla elevando mi rostro para que pueda verlo - no importa la situación no puedes ir, solo le darás lo que quiere.

-Necesito saber que esta pasando - digo sintiendo que se ajusta un nudo en mi garganta.

Me sostiene la mirada por un tenso minuto.

-No puedo -resopla con pesar- no puedo decirlo.

-¿Porque?- mi voz es una súplica dolorosamente notable mientras aprieto si mano temiendo que desaparezca entre las sombras.- Solo necesito saber que tengo el control de mi vida, almenos eso

-No puedo, si te digo serás consiente, y eso provocará más caos.

-¿De que? -insisto -sea lo que sea no puede ser peor que estar convirtiéndose en un monstruo.

Aaron traza lentos círculos en el dorso de mi mano como si con eso fuera a consolarme.

-¿No se supone que los humanos aprenden con el tiempo? - enarca una ceja con duda.

-Tu mismo dijiste que era una niña.

-Yo digo muchas cosas Alice.-niega con la cabeza al tiempo que cierra los ojos.

-Entonces dime que pasa

-No hagas preguntas si sabes la respuesta, eres más inteligente y lo se, así que por favor vive, ya es bastante insoportable tener que verte en brazos de ese idiota, no podré seguir si algo te pasa

Inesperadamente Aaron acercó su rostro hacia mi, y planto un beso en mi frente, con una delicadeza que me estrujo el corazón sobre las costillas, un segundo estaba ahí y al siguiente ya no había nada.

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