Capitulo 30
GODS AND MONSTERS
1:32 a.m
Esta helado, desolado y lúgubre, los arboles que también pertenecían al bosque en cierta parte, se alzaban con ramas retorcidas, deshojadas y esqueléticas, las lapidas y mausoleos estaban rodeados por una bruma blanca y espeluznante, el ambiente ponía los pelos de punta, como si en cualquier momento algo pudiera elevar sus manos desde debajo de la tierra y arrastrarte a ella, como en una verdadera película de terror.
Mi único consuelo es que tenia una pala lo suficientemente pesada para acomodarle las ideas a cualquiera que intentara levantarse de su fenetro.
Después de todo, estábamos excavando una de las muchas tumbas en este cementerio.
Mientras paleábamos la tierra fuera de nuestro camino a toda velocidad no pude evitar recordar lo que nos había llevado a este punto.
Habíamos acordado no llamar la atención de los Abismor para tratar nuestra investigación externa, fuimos al asilo apenas amaneció, con los estómagos vacíos y sopesando las posibilidades de encontrarnos rodeados nuevamente de gourmands hambrientos, era cierto que nos estábamos arriesgando y nuevamente desobedeciendo advertencias pero no sabíamos hasta que punto ellos eran honesto con nosotros, porque nunca nos contaban nada, y de Alex ni las luces.
Recordaba claramente nuestra pequeña escapada a la casa de retiros, era edificio de ladrillo de una sola planta con grandes hileras de ventanas y un estacionamiento bastante extenso precedido por un letrero tallado en madera con el nombre de la institución junto a una bandera de Estados Unidos que ondeaba en lo alto.
Típica instalación cliché del gobierno.
Sentí cierta tristeza, cuando ingresamos a la recepción y vi a varios de los ancianos arrumados como muebles viejos junto a la ventana esperando con impresión a sus familiares mientras sostenían sobres entre sus rugosas manos.
Les queda poco tiempo, ¿Por qué están aquí y no en sus casas junto a sus familias?...
Nos atendió una mujer de gran altura y aspecto feroz con el cabello rapado y teñido de un rosa muy chillón, sus ojos se posaron con desconfianza en nosotros, especialmente en Axel que vestían como un empresario que se podría en dinero e iba a hacer un acto de caridad y a quien le salían subtítulos en la cara cada vez que veía algún rastro amarillento y sospechoso en el suelo...
Y es que esa había sido la parte mas difícil del plan, hacer que nos acompañe.
Axel había aceptado a ir a la incubadora de miseria post morten, únicamente si le pagábamos el desayuno en The Evelyn su restaurante favorito, Dios sabría lo costoso que sería, había decidió no tocar la herencia que dejo Liliam tras su muerte, pero esta era una situación complicada.
Le mentimos a la mujer de la recepción cuando trato de pedirnos nuestra identificación, diciendo que buscábamos a Jasper Gaunt por temas universitarios, avalar una tesis para ser exactos.
- Me temo que no podre ayudarlos, el señor Gaunt fue trasladado hace más de una semana. - es lo que había dicho la mujer.
No pude ocultar la decepción en mi rostro al oír eso, Yeng tampoco, vi como se clavaba las uñas en las palmas de las manos, nuestra única pista para descubrir como librarnos de esta locura y huir a salvo para retomar nuestras vidas tranquilas habían desaparecido.
Por suerte llevamos a nuestra arma secreta, el extraño poder de convencimiento que tenia Axel, lo hacia muy peligroso cuando quería algo, información por ejemplo.
En cierta forma era aterrador verlo coquetear y fingir interés con esa facilidad por una perfecta extraña, pero lo deje pasar porque nos estaba consiguiendo tiempo.
Fue un extraño anciano en silla de ruedas medio oculto en los pasillos el que nos abordo apenas tuvo oportunidad.
Tenía la mitad de su rostro quemado, y una expresión algo perturbada, parecia sumamente aterrado, bien podría pasar por un doble de Freddy Krueger.
Su nombre era Larry.
- Escuche que buscaban a Gaunt - Nos susurro mirando nerviosamente a todas partes.
- ¿Lo conoce? - inquirió Yeng en el mismo tono bajo.
- Si, si, todos lo queríamos era un gran sujeto, pero no fue trasladado a ningún lado, eso le dicen a todo el que viene a preguntar por el - la paranoia del anciano parecía aumentar a medida que hablaba.
- ¿No lo trasladaron? - pregunto acercándome un poco más a el.
- No, Gaunt era brillante, estaba perfectamente cuerdo, pero sabía demasiado, una noche dijo que el vendría a por el.
- ¿El? ¿Quien? - cuestiono Yeng con impaciencia.
- No lo se, no lo se, dijo que se llevaría su verdad con el - el rostro del anciano se tornaba más grotesco a medida que el pánico surcaba - estuvo errático, con insomnio, temía quedarse dormido, y suplicaba que lo llevaran lejos de aquí, nadie le hizo caso.
- ¿Qué paso con el? - pregunte inquieta ante la confesión que el hombre estaba haciendo - ¿De que verdad habla?
- Se suicidó hace una semana, nunca supe de que hablaba, dejo una nota diciendo que si no lo hacia, la muerte sería como un premio comparado con lo que le esperaba.
Nos costo bastante dar con su tumba, porque por alguna razón la habían ubicado en la parte mas profunda del panteón, como si no quisieran que nadie la encontrara ni por error, no tenia nombre, ni fecha, ni siquiera un epifacio.
Pero la reconocimos por el extraño símbolo que había dibujado en la esquina superior de la lapida.
La conversación aun daba vueltas por mi cabeza, Axel dedujo que lo mas probable era que lo que buscábamos estuviera dentro de su ataúd, tenia el cuerpo agarrotado por el frio, la espalda y la cadera me estaban matando.
Llevamos mas de una hora excavando, por fin mi pala toco algo solido, las manos me sudaban bajo los guantes de látex y mi respiración entrecortada era retenida por el cubrebocas que nos pusimos, para no dejar huellas.
Jamás en mi vida espere hacer algo como esto, el corazón me palpitaba denso por la adrenalina, íbamos a abrir un ataúd, íbamos a profanar un cuerpo.
¡Ya lo estábamos profanando!
Axel retiro la tapa, a pesar de que llevábamos cubrebocas el asqueroso olor se libero con tanta fuerza que penetro en ellas, eso junto con la primera impresión del cuerpo en descomposición hizo que se me revolviera el estomago del asco, Yeng salió del agujero y se escucho como vomitaba hasta su primera papilla.
Axel se veía totalmente estoico
- Caramelito, traje un poco de agua y píldoras, son para ti, búscalas en mi bolso y déjanos el resto - dijo desde su posición.
El sonido de las arcadas de Yeng hizo que el asco que ya de por si sentía se intensificara, gran parte de la piel se le había desprendido al cuerpo , los huesos ya estaban a la vista, los gusanos salían de su boca entre abierta y le carcomían las extremidades a su antojo, los dedos ya no tenían carne, y sus ojos ya se habían hundido en la negrura de sus cuencas.
-¡Maldición, es peor de lo que imagine! - Yeng gimió con voz débil asomando la cabeza al hueco nuevamente.
- Ya estamos aquí - dije tratando de regular mis nauseas - ¿Qué es lo peor que podría. . .
- No te atrevas a completar la maldita frase - gruño Axel interrumpiéndome a media frase - ya e tenido suficiente mala suerte para las próximas cincuenta vidas.
- ¿No será el karma por andar ilusionando mujeres de mediana edad? - comenta Yeng con sarcasmo - paga tu deuda con la sociedad Collins.
-¿No puedo pagar con cheque? - suspira el secándose el sudor de la frente con la manga de su camisa.
-No se acepta dinero de mujeriegos.
- Y el de ex's mugrosas ¿si?
- Concéntrense - ordeno con la voz débil al ver como comenzaba a subir la marea entre esos dos.
Baje la vista nuevamente hacia el cadáver con la intención de verlo desde una perspectiva mas valiente pero solo sentí mas asco, Axel dijo que ese no era trabajo de mujeres y que mejor subiera a vigilar con Yeng.
Axel se inclino para empezar a rebuscar, pero...
- Espera - lo detuve.
- ¿Que? - Alzo la vista con las cejas arrugadas por la exasperación.
Dude un segundo, pero había escuchado hace tiempo que para tocar a alguien que ya partió debes pedir permiso y ser respetuoso, desde luego nos habíamos saltado todo eso al comenzar a excavar, aun así exhale y cerré los ojos para concentrarme.
- Señor Gaunt, lamento todo lo que estamos haciendo, pero por favor trate de comprender es necesario para nosotros porque... - empecé a decir en un susurro.
- ¿Qué haces? - Yeng y Axel interrumpieron confundidos al unisonó.
-Me disculpo - respondo con obviedad -estamos profanando su descanso.
- ¡¿Que va a saber este viejo?! - soltó Axel ceñudo comenzando a rebusca en los bolsillos del traje que llevaba el cadáver - esta mas tieso que pan de tres días.
Si había sido difícil verlo, peor era tocarlo, su cuerpo se sentía como una masa de slime, y la peste era mas potente a medida que los minutos pasaban, al principio Yeng le lanzo una bola de nieve a Axel pues creía que habíamos cometido un error, hasta que metí la mano bajo la almohadilla que elevaba su cabeza y descubrí algo, lo extraje con cuidado.
Era un trozo de papel doblado y arrugado.
Nos miramos entre los tres, Larry nos había dado la información ¿había sido intencional?
Desdoble el papel y Yeng lo apunto desde arriba con una linterna.
- Parece un tipo de ensayo - anuncie deslizando mi vista de un lado a otro con rapidez - Pero esta en otro idioma...
Axel me lo quito de las manos, comenzó a estudiarlo.
- Es francés - sentencia mirando el documento con latente curiosidad
-¿Dice algo que pueda ayudarnos?- pregunto Yeng, ansiosa
- Dice que...
Un ruido extraño e indeterminable interrumpió las palabras de Axel. Nos quedamos rígidos por un segundo, talvez preguntándonos si habíamos escuchado mal, pero no, volvió a escucharse, mas y mas cerca.
La lectura paso a segundo plano cuando notamos que el menor de nuestros problemas seria combatir una maldición si terminábamos cuatro años en la cárcel por profanar tumbas.
Salimos a toda velocidad del agujero tomando nuestras cosas y las palas dispuestos a escondernos.
- ¿Detrás de de las lapidas? - chille, asustada.
Pero Axel nos tomo de las manos y nos arrastro detrás de un mausoleo, confié en que la oscuridad nos ayudaría a mantenernos ocultos, así que nos movimos con cautela para echar un ojo.
El cementerio fácilmente podría ser un laberinto en medio de esa oscuridad, pero había algunas calles que lo atravesaban, muchos veteranos de guerra fueron enterrados en este lugar, lo raro seria que no hubiera paso para algún vehículo.
Por una de ellas se aproximaban los cuatro círculos de luz de un auto, y se detuvo justo a lado de del enorme agujero que habíamos excavado.
El frio recorrió mi cuerpo al pensar que nos descubrirían por eso, pero quedo en el olvido al ver quien bajaba del auto, con el cabello color miel, los ojos azules y un precioso vestido corto rojo y entallado, hicieron que se me ajustara un nudo en la garganta.
Era Alex.
En Elora ya nada es lo que parece, ya nadie esta a salvo....
Recordé las palabras de la carta de Skylar y ahora mas que nunca esas palabras cobraron sentido.
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