Capitulo 29
QUEEN OF DISASTER
- Solo digo que no te mataría usarlo de vez en cuando - dice Axel ofuscado meneado la botella de perfume frente al rostro de Yeng.
Afuera ya había oscurecido, habíamos regresado a casa de mi madre y nos encontramos con la sorpresa de que el personal de los Abismor había limpiado religiosamente casa rincón del inmueble, no quedaba ni la menor mota de polvo, fuera la nieve había sido retirada del caminito de piedra caliza que conducía a la puerta y al jardín trasero.
Dicho jardín también había sido limpiado, no había yerbas altas, ni malas, la casa parecía más decente ahora y ya no sacada de una película de terror.
Los tres habíamos estado horas en esa sala de altas paredes blancas, al fin nos habíamos puesto al día sobre las cosas que pasaron en ese hospital, hice caso al consejo de Yeng e incluso les hable sobre el extraño que había encontrado encadenado en esa habitación oscura.
El tiempo parecía correr lento mientras estábamos sentados en las grandes butacas tratando de encontrarle sentido a la nota que Skylar le había confiado a Yeng durante nuestra excursión a terreno enemigo.
Al parecer todo estaba escrito en diferentes idiomas, como una precaución para que nadie mas las leyera.
Yeng estaba de pie junto a la ventana que daba al patio frontal, traduciendo la parte en la que había palabras en alemán.
La música de The Neighbourhood, se mantenía baja, mientras fuera de la casa de mi madre caía de forma lenta y copiosa la nieve nuevamente.
-¿Para que quiero tu cochino perfume? - bufa hastiada frunciendo el ceño sin apartar la vista de las notas.
Tenia el cabello revuelto a causa de las veces que se había llevado las manos a el presa de la desesperación por no encontrar la traducción.
-¿Cochino?- exclama ofendido - esto es un Bleu Chanel eau de parfum, carísimo de Paris por cierto, no los compares con los splash baratos de Victoria Secrets que usa la mugrosa de tu ex.
Yeng pone los ojos en blanco, la cantaleta lleva ya un buen rato y no esta ayudando en nada a nuestros nervios.
Axel roció perfume en la habitación para probar su punto.
La estela de aroma que deja en el aire tiene notas amarradas, masculinas, cálidas y estoy segura de que fácilmente valdría mas que todas mis posesiones juntas,
Un perfume firma como el lo llamaba, difícilmente lo tendría otra persona en esta pequeña ciudad así que lo había bautizado como la esencia de su presencia.
- Sencillamente no entiendo que diablos te pasa - reclama Yeng abriendo la ventana para ventilar la habitación - ¿Cómo es que puedes molestarte por su aroma si ni siquiera esta aquí?.
La mención de la intrusa fue como haberle dado una bofetada, Axel arrugó aún más el entrecejo acercándose a grandes.
- Te sorprendería, yo solo se que su peste queda impregnada en todo el ambiente, especialmente en lo que toca, o mejora dicho en aquello que manosea como si fuera fruta en un mercado de quinta - se acerca a grandes zancadas hacia Yeng y le rocía mucho perfume encima tanto que incluso por accidente le cae en la cara.
- Maldita sea Axel ¿Cuál es tu problema ahora? - reclama Yeng totalmente irritada y frotándose los ojos - estas raro desde anoche.
- No, caramelito no tengo ningún problema, la del problema es la color cartón que se hace llamar Skylar Maison. - asienta el perfume en la mesa que hay en medio de los muebles y gira hacia mi en busca de aprobación.
- Déjalo ya Ax - dije concentrándome en las hojas que el había traído como pista de la morgue - Yeng ni siquiera le habla
- ¡Exacto! - ruge ella acercándose a Axel y presionando su pecho con un dedo acusador - Yo ni siquiera le hablo, que te quede claro.
- ¿Entonces me dirás que no intento nada mientras estaban solas en la habitación de Carrie? - la fulmino con la mirada - el perfume de una persona solo se pega cuando estuvo muy cerca.
- Dios santo pareces una de esas viejas celosas que le reclaman al marido hasta por respirar - Yeng se aleja de Axel para sentarse a mi lado dando por terminada la discusión que llevaban desde hace rato
Axel estaba a punto de buscar otra forma de refutar pero el timbre sonó en el momento exacto.
- Esto no a terminado Riley - prometió dirigiéndose a la puerta.
Probablemente serian las alitas que ordenamos.
- ¿Me dirás que paso? o ¿es secreto de estado? - susurro a lado de Yeng asegurándome de que Axel no este de fisgón.
- Me beso - me responde con amargura en la voz - lo que no entiendo es a que se refiere ese psicótico con que huelo a ella.
Tengo que hacer un esfuerzo enorme por no gritar de la sorpresa, Yeng toma el top holgado que llevaba puesta y comienza a olfatearlo en busca del olor del que hablaba Axel
-Solo huelo suavizante - continua haciendo un mohín de molestia - ¿Qué paso contigo y amarguras? La de cabello color Zanahoria estaba echa una furia cuando vimos que la llevaba a rastras fuera de la casa.
- ¿Amarguras? - cuestiono al escuchar el termino sin entender.
- Si ya sabes, tu novio.
- ¡No es mi novio! - exclamo avergonzada al ver como se le forma una sonrisa bufona en el rostro y se le achinan los ojos por la gracia
- Vas a decirme que es tu hombre - Yeng imita la voz grave de Taylor con la ultima frase sin poder evitar reírse en el proceso.
- No es nada mío - respondo regresando mi vista a las hojas en donde las fotos mostraban a unas versiones de los mellizos y mías a la tierna edad de ocho y nueve años, bajo el titulo de Proyecto Lazarus, sintiendo una extraña acidez subir por mi garganta.
- Cuando regresaste con nosotros tenias los labios hinchados y rojos - Yeng continuo especulando - ¿Te beso?
Me llevo las manos al rostro presa de la vergüenza al ser puesta en evidencia, no falto ni que le respondiera nada ella ahogo un grito de sorpresa que obviamente estaba cargado de felicidad ante mi confesión.
- Lo sabia, lo sabia, Dios que fuerte - me quito las manos de la cara presa de la emoción - ¿y que tal?, ¿te gusto?, no es humano pero ¿besa bien?
Talvez es porque es la primera vez que tengo a alguien para contarle mis cosas, pero este momento se siente realmente mágico, estoy avergonzada, pero es mi primer secreto de chicas, el primero en toda mi vida, algo normal para una persona de mi edad, este es mi momento de las medias de abejita.
- Fue extraño, no sabia que hacer, es la primera vez que alguien me besa - hable demasiado rápido por el nerviosismo que me embargaba.
- ¿El primero? - Yeng abre los ojos como platos sin poder contener la gran sonrisa que adornaba su cara -¿tu primer beso fue con ese tarado?
Asiento tímidamente sintiendo el peso de mis palabras, realmente había pasado, decirlo era afirmarlo.
- Dios, Meg - se lleva las manos a la boca reprimiendo un grito de emoción - tu si que no pierdes el tiempo.
- Pero luego llego ella...- susurro aun mas apenada
No es un recuerdo grato.
De hecho recordarlo me provocaba esa extraña sensación de amargura que no sabia de donde procedía.
Camile había llegado y arrojo por los aires todo en su camino gritando que Taylor la engañaba conmigo...una insignificante mortal que se podría por dentro.
El se había molestado y le grito que la quería fuera de su vista, pero solo empeoro la situación, porque lo abofeteo y rompió en llanto, culpándome de arruinar su relación.
Luego Taylor se la había llevado a rastras del brazo y no regreso mas.
Se lo conté a Yeng, mi amiga que me escuchaba atentamente sin interrumpirme y para mi sorpresa se enojo como si le hubiera pasado a ella.
- Que hija de... - se sostuvo el puente de la nariz hastiada - ¿Cuál relación? ¿no se supone que el solo tiene ojos para ti?
Me encojo de hombros sin saber como responder a eso, recordando el día que los encontré en esa aula vacía.
- Te llamo su mujer, su Perséfone - exclama Yeng indgnada.
- Eso talvez no significa nada - digo desviando la mirada - Camile es bastante linda y yo....solo soy mortal.
Yeng suspira.
- Por eso es que siempre digo, que hombre no es gente, ni familia de uno - Yeng me toma del rostro apretando mis mejillas - si el imbécil te lastima voy a partirle la cara.
- ¿A quien le partirás las cara caramelito? - cuestiona Axel entrando a la sala con las bolsas de comida.
Contarle a Axel fue toda una odisea, porque incluso nos sirvió una copa de vino a cada una y luego procedió sacar miles de almohadas y cojines para que estuviéramos cómoda en medio de la sesión de chisme.
- Por eso es que no soporto a los hombres, recuerden mis palabras niñas, hombre es perro y donde le sirven come - sentencia tomando la copa que reposaba en la mesa de centro - ¿pero quienes somos nosotros para juzgar?
-Tu eres un hombre Collins - refuta Yeng tomando un largo trago de su copa - en fin la hipocresía.
- Que reflexión Aristóteles - responde Axel sarcásticamente poniendo los ojos en blanco - a lo que me refiero es a que yo nunca le haría algo así a mis parejas.
- ¿Mis parejas? - pregunto confundida ante la declaración de mi consanguíneo.
- No no no - dice con clara desesperación en el rostro observando a Yeng - déjame explicarte caramelito, no es lo que parece, ósea si apoyo el amor libre, pero estoy dispuesto a ser solo tuyo si me lo pides.
- Tu reputación te precede Axel Collins - es lo único que se limita a decir Yeng.
Cada vez me encontraba más perturbada por lo que descubría, las dos hojas parecían registros, tenían nuestro tipo sanguíneo, edad, características, me recordaba al informe forense de mi madre, un informe hecho hace diez años atrás, cuando los mellizos y yo éramos niños pequeños.
PROYECTO LAZARUS
Sujeto de prueba N° 147: Axel Collins
Observación del medico a cargo
El procedimiento no a dado resultados
El sujeto no muestra cambios visibles
La medula ósea se debilita
Terrores nocturnos
Aparición de hematomas por falta de vitamina K
Estado: Fallido
Sujeto de prueba N° 489: Alex Collins
Observación del medico a cargo
Destrucción de glóbulos rojos en la sangre
No da los resultados esperados
Sangrado nasal persistente a causa del aumento de cortisol
Estado: En observación
Sujeto de prueba N° 222: Meghan Bennett
Observación del medico a cargo
El sujeto resiste grandes cargas de cortisol
a causa de agentes de acondicionamiento externos
Aparición de hematomas y sangrado nasal
Desarrollo de resistencia al veneno de la sustancia
Estado: En observación
- Entonces somos ratas de laboratorio - dice Axel al tiempo que se pasa las manos por la nuca - no recuerdo haber estado en algún hospital o pasar por pruebas en mi infancia.
- Perdonen si suena fuera de lugar, pero el cerebro suele bloquear eventos traumáticos para asegurar la supervivencia - comenta en voz baja Yeng desde su sitio en el suelo - a juzgar por lo que descubrimos de la rata de Collins no me sorprendería que no recordaran nada de su niñez.
- Pero no es posible, Meghan se mudo cuando tenia unos siete años - Axel me dirige una mirada inquisitiva - Liliam no parecía una mala pers...
- Lo era - interrumpo a Axel a media frase, levantando un poco la manga de mi blusa para mostrarle las viejas cicatrices que se formaban en mi brazo - hay muchas cosas que no sabes de esa mujer.
- ¿Ella te hizo eso? - Axel se levanta alarmado y acude hacia mi sin poder creer lo que ven sus ojos -¿cuando diablos paso?
- Ya no importa - corto su discurso volviendo a cubrirme el brazo - esta muerta, ya no puede hacerme daño.
- ¿Por eso nunca nos visitabas luego de mudarte? - inquiere el aun consternado arrodillándose frente a mi.
El ceño de Axel se hundió al no obtener respuesta de mi parte, no podía contarle todo lo que había pasado.
- Meg, somos hermanos, bueno apenas lo descubrimos pero siempre lo considere así - dice el tomando con delicadeza mis manos - yo siempre voy a cuidarte, ¿lo sabes verdad?
Sentí el ardor en mis ojos al escuchar aquella pregunta, no podía ponerme a llorar, solo asentí, sabia que si hablaba me quebraría ahí mismo, Axel me rodeo con sus brazos en un abrazo.
- Perdóname por no estar ahí - susurro cerca de mi oreja
Yeng también se sumo al abrazo, conmocionada hasta las lagrimas por el reciente descubrimiento, eso fue lo peor, porque me sentía protegida finalmente por ellos dos, pero si Yeng lloraba también lloraba yo.
Porque jamás en mi vida había sentido lo que era ser amada por alguien con quien no compartía lazos, el llanto por el sentimiento de consuelo, se convirtió en llanto por todo el infierno que habíamos vivido, en llanto por el miedo, en llanto por la miserable vida que había llevado.
.・。.・゜✭・.・✫・゜・。.
Finalmente habíamos logrado traducir el mensaje de Skylar, era tarde, y tanto Yeng como yo teníamos los ojos hinchados por haber estado llorando tanto, ahora sabia lo empática que podía ser, me sentia aun mas unida a ella.
Yeng:
Para cuando leas esto espero que estés muy lejos de aquí.
Debes estar molesta conmigo, pero entiende que ninguna de mis acciones hasta ahora eran algo que yo quisiera hacer, me dolía herirte y estar lejos de ti, pero era eso o que te maten, lo hice por nosotras, te amo no a habido un segundo en el que deje de amarte.
No se cuanto han descubierto hasta ahora pero busca a Gaunt antes de que sea demasiado tarde y la maldición te alcance a ti también, debes tener cuidado es un viejo escurridizo, no tengo mucho tiempo aquí pero se que se encuentra en Heritage River Retirement Residence, hace poco seguí a Collins, lo llevo allí afirmando que era un anciano que sufría demencia y no tenia familia, ten cuidado con el es un monstruo, sea lo que sea que hagas suplícale que te ayude a salir de esta ciudad, es el único que puede darles la respuesta para acabar con esto, te lo dejo a ti, a mi ya se me acabo el tiempo.
P.D
Mantén las luces encendidas, el se oculta en las sombras, abre bien los ojos, en Elora ya nada es lo que parece, nadie esta a salvo.
Siempre tuya ,
Skylar
Un escalofrió recorrió mi espalda, intercambie miradas asustadas entre Yeng y Axel.
- Ese asilo no está muy lejos, podemos ir caminando desde el campus - Yeng rompe el silencio.
- Podemos ir mañana - agregó levantándome a encender todas las luces.
- Estoy harto - dice Axel poniéndose una mano en el rostro, con la voz quebrada - mejor mátenme ya.
¿Lloraba? ¿Axel Collins estaba llorando?
- Tranquilo grandulón nos tienes a las dos para cuidarte - comenta Yeng poniéndole una mano en el brazo - se que tienes miedo, nosotras también lo tenem...
- ¿Que? - inquiere el con voz incrédula - ¡No! ¿Cuál miedo?
- ¿No llorabas por el miedo? - cuestiono acercándome a darle un pañuelo.
- Por supuesto que no - aparta la mano de su rostro tomando el pañuelo - estoy preocupado por mi ropa, tendré que ensuciar y ultrajar otra de mis finísimas piezas maestras diseñadas por las mejores manos en Italia, Francia, Londres y España.
- Creí que no llorabas - acusa Yeng con sarcasmo.
- No soy un Monstruo Riley, por supuesto que hay momentos en los que llorare - dice secándose la gruesa lagrima que rodaba por su mejilla - como el día en que se muera Donatella Versace o si tengo que volver a arruinar mi ropa de marca en otro sitio de dudosa procedencia.
- Puedes ir con otra ropa menos costosa - trato de consolarlo.
- ¿Y vestir con harapos como uno de esos proletarios olorosos a deudas? ¿Por qué mejor no me pides que me tome un frasco de veneno Meghan? - gira su rostro hacia Yeng totalmente indignado - soy alérgico a los pobres, por eso no me gusta que la rata de dos patas de tu ex se nos acerque
- ¿Ya vas a empezar otra vez? - Yeng suspira cansada de la situación
Alguna vez vieron esa película Mean girls, Axel era la perfecta representación de Regina George en este momento, llevaba una camisa negra y el pañuelo blanco, todo era idéntico, incluso el hecho de que era un rey del drama.
La situación era totalmente ridícula, ¿Cómo podía importarle mas la ropa de diseñador que todo lo que acabábamos de descubrir?, envidie la resiliencia de Axel, el como podía ser positivo sobre nuestra situación incluso ahora.
Mi celular vibro a mi lado, había una notificación de Whatsapp en la pantalla, no entendía quien podía ser hasta que vi el nombre del contacto.
Mama:
Te veo
Lance horrorizada el celular al otro lado de la habitación y mis ojos viajaron rápidamente hacia el retrato de Liliam en la pared tras nosotros.....alguien le había arrancado el rostro a la pintura.
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