HEATHENS
Quedo pasmada al ver la escena.
Avanza en medio de las filas , arrastrando a Merino del cuello, esta visiblemente golpeado, su rostro hinchado y cuerpo languido, no se mueve....siento un escalofrio al penar que,talvez este muerto.
La luz de la hoguera reluce en un contraste extraño sobre su cabello tan oscuro como el ébano, esta vestido completamente de negro, como si fuese la personificación un mal presagio, se desliza, imponente, con su porte altivo e intimidante, la sombra que proyecta tras su paso se alarga de manera siniestra.
Un hombre vestido de gris aparece tras el, con el cabello igual de negro y una mirada que ahora no reflejaba en absoluto afabilidad, avanzaba a paso firme sin inmutarse por lo que veía, su padre, Victor, lo acompaña.
- Que bonita fiesta, me pregunto porque no me invitaron - alega con parsimonia Taylor
- Porque tienes cosas más importantes que hacer que lidiar con tercos e hipocritas - le responde Victor.
- Ah, es cierto, no obstante, podría haber recibido una invitacion.... espera ¿que es lo que estamos celebrando?
- El Yule
- Valla sorpresa - puedo escuchar el sarcasmo en su voz ronca y aterciopelada - ¿ y donde esta el que organizo todo esto? Creo que es mi deber conocerlo.
- A tu izquierda, amo
La palabra me deja consternada, ¿escuche bien? ¿Llamo amo a su hijo?.
El amargado gira hacia donde se encuentra Matt, justo a lado de Yeng, el hombre carga una cara de angustia y vergüenza en el rostro, al verse atrapado in fraganti.
- Sheriff, al parecer a organizado una noche mágica - comenta con burla al ver las ropas y adornos que llevan todos y luego fija su mirada en Yeng que tirita por el frio - Señorita, como se llame, valla a vestirse por favor, no quiero muertes imprevistas esta noche, o es que ¿acaso los interrumpimos?
Será por la falta de iluminación o talvez ni siquiera esta prestando suficiente atención pero no reconoce a Yeng, no se si debería sentirme aliviada o turbada.
- ¿Interrumpimos una velada romántica?, eso es imperdonable - responde Víctor tras el.
- Lo siento tanto - Taylor se lleva las manos a su pecho con fingida lastima - yo también detesto que me interrumpan en esos momentos ¿ y tu ? - le pregunta a otro hombre que estaba a lado de Matt.
No puedo evitar recordar el día en el que lo encontré junto a Camile en ese aula vacío.
- Es una de las peores cosas que puede suceder - le responde el hombre, completamente asustado.
Taylor asiente tras su comentario, al tiempo que chasquea los dedos y uno de los muchos hombres de negro llega a su encuentro con ropa en sus manos.
- Por ello dejemos que la joven se coloque algo de ropa - dice de forma tranquila.
El guardia que le apuntaba a Yeng la ayudo a ponerse en pie y la custodio hacia el interior del hospital nuevamente.
- No te preocupes, Matt, el no le hará nada, entre mis hombres no están permitidas esas inhumanidades, eso se lo dejamos a los de tu equipo.
Desde mi posición puedo ver como la vista de Victor viaja a través de las filas en busca de algo, no se que podría ser, pero internamente rogaba que no se tratara de nosotros porque estaba claro que nos echaría la bronca si nos encontraban en este lugar tan perturbador.
-Si llegase a ocurrir le volaríamos la cabeza - continua Taylor - es más dejare que la señorita lo haga como muestra de mi buen corazón.
La confusión en la cara de Matt no tiene precio, no entiende como es que llegó a la conclusión de que la chica a su lado, ósea Yeng era su pareja y la verdad yo tampoco, pero en parte agradecía eso ya que no la había catalogado como mi otra acompañante.
- ¿Gracias? - responde con ironía el.
- Cada vez que necesites un favor, porque estás sometido a mi voluntad, y cualquier paso en falso podría hacer que te mate, puedes pedirme ayuda - réplica en el mismo tono - o talvez no, después de todo te tomaste tus libertades estos días ¿verdad?.
Matt perdió el color al escuchar eso, sus ojos parecieron salirse de sus órbitas y su respiración se entrecorto, y no debía, sabía que no, pero que satisfactorio era verlo siendo la presa en esta ocasión.
- El Yule no es algo que los humanos comunes deban celebrar y a pesar de mi advertencia hiciste lo que te vino en gana, incluso sometiste a personas que no tenían nada que ver con esto - Taylor remarca cada parte de la falta que a cometido con cierta saña.
- Señor le juro que yo...
- Mucho cuidado con tus palabras, Matt, estoy especialmente molesto esta noche, y sabes mejor que nadie lo que le pasa a aquellos que me mienten - habla con tono calmado, pero se siente como una amenaza de muerte.
El hombre se calla inmediatamente, su rostro demuestra temor, pero no un temor cualquiera es el tipo de temor que sientes cuando sabes que morirás y sin importar quien o que intervenga no te salvarás, ese el tipo de temor que te hace sentir Taylor.
El mismo que yo sentí en el interrogatorio y estando encerrada en esa oscura habitación.
- ¿Dónde esta tu jefe? - inquiere extrañado - curioso que no lo vea en ningún lado si siempre te le pegas como garrapata, .
La pregunta pulla en mi interior, ¿Merino no era el jefe? .
A mi parecer aquí todos lo seguían ciegamente si te fijabas en todas las monstruosidades que han hecho, los temblores me sacuden con más fuerza, Axel me ve con preocupación a la vez que lleva su mirada hacia el hospital, también está preocupado por Yeng.
- ¿No dirá nada al respetado sheriff Collins? - inquiere Taylor con un espeluznante tono de decepción.
Silencio.
Todos están aterrados, no se escucha ni un suspiro, ni siquiera el susurro del aire entre las ramas secas de los árboles que nos rodean.
- Quémenlos vivos - ordena Taylor con simpleza lanzando el cuerpo de Merino con fuerza al suelo -me estan haciendo perder tiempo y paciencia que no tengo.
Se giro para emprender su retirada, de una manera que daba a entender lo mucho que aborrecía el lugar.
- A sus ordenes - responde Víctor haciéndole una sutil reverencia - jefe de la guardia por favor proceda con la incineración.
- ¡No! - brama aterrado Matt al ver como algunos de los guardias disparan a sangre fría y luego lanzan a dos hombres al fuego.
Taylor vuelve a fijarse en Matt.
- Ya ve como querer es poder Sheriff - el tono burlón en la voz de Taylor me recuerda a lo que paso con Larroux - ¿Dónde esta el idiota de tu jefe?
- No esta aquí, no sabe que hicimos esto
- Cría cuervos y te sacaran los ojos - dice con parsimonia chasqueando los dedos nuevamente, otro de los tantos guardias que habían venido con el pone a su disposición una caja en la que se pueden ver claramente un par de guantes de cuero negros.
- ¿Qué es lo que va a hacer? - pregunta Matt turbado al verlo enfundarse las manos repletas de anillos en los guantes - no e hecho ningún mal para...
Sus palabras se ven interrumpidas por la potente patada que Taylor le dio en la cara, los guardias tras el no le permiten caer, lo sujetan con firmeza de los hombros y lo regresan a la posición de rodillas en la que estaba.
- Vienes a mi territorio, cometes atrocidades bajo el nombre de tu jefe y crees que por ello eres intocable - ruge amedrentándolo - ni tu, ni todos los idiotas que están aquí comprenden con lo que están jugando.
- Pero... mi señor - Matt trata de articular las palabras parece costarle bastante.
- Mi señor esto, mi señor aquello, solo sabes huir y llorar como un marica tras las faldas de otros - le propina otro sonoro golpe esta vez en el estomago que lo hace toser con fuerza - como un verdadero cerdo, te revuelcas en la inmundicia y predicas falsa justicia con las migajas de poder que te da tu dueño.
Es como ver a una bestia enfurecida, el bosque en su mirada se incendio demostrando una rabia desmesurada, no tiene escrúpulos en absoluto.
Algunas personas que están mucho mas cerca ahogan gritos aterrorizadas al ver como Matt tose profusamente una mezcla de saliva y sangre.
- Cuando vas por las calles pavoneándote en tu traje de la policía no pareces ser el cobarde que pareces ahora, te conozco mejor de lo que crees - extendió su mano grande y cubierta por el elegante cuero para ponerla en el hombro de Collins y evitar que se encoja por el dolor, Taylor quiere que Matt lo vea - se que te gusta golpear mujeres ,niños incluso animales, a la gente con diferente color de piel y a todo aquel que no consideres "normal", eso sin mencionar la larga lista de los adolescentes que violaste porque según tu eran "afeminados" y si querían comportarse como mujeres debían ser tratados como tal.
Sentí como el estomago se me revolvía, era mil veces peor de lo que recordaba, pero no me sorprendía, yo ya conocía ese lado violento en la naturaleza de Collins.
- Pero ya no piensas hacer eso porque es de muy mal gusto ¿verdad? - comento Taylor dándole palmadas en el hombro, a lo Matt asintió con insistencia, removiéndose como si fuera un pez fuera del agua - Claro que si, todos en tu posición se arrepienten, se vuelven buenos, valoran la vida y juran que cambiaran.
Taylor toma algo más de la caja, un cigarrillo, lo pone en sus labios y lo enciende, para luego darle una larga calada.
- Conocí a tu hijo hace poco - lanza la frase al aire al tiempo que exhala el humo de sus pulmones - un hombre sincero, eso no se ve seguido.
- Amo no hay tiempo recuerde a lo que vinimos - Víctor habla de manera dubitativa.
Taylor hizo un gesto de tensión, pero en el cuello, incomodo, como si algo le doliera.
- Busco a una persona idiota de ojos irritantes y peculiarmente molestos para mi - dijo lo suficientemente alto para que todos lo oyeran - ¿no habrás visto a alguien así por casualidad sheriff?
- No creo que aquí allá alguien con esas características - Matt responde de forma atropellada y rápida con la respiración agitada.
Taylor le sostiene la mirada un segundo como si le estuviera dando algun tipo de advertencia silenciosa.
- ¿Y tu? - patea el cuerpo de Merino para que quede boca arriba y luego lo aplasta con su bota haciendo que el hombre gima de dolor - No habrás visto a una persona así por casualidad ¿no?
Al enorme e hombre que había visto antes intimidante y aterrador, ya no le quedaba nada de eso, estaba pasmado por el miedo, le faltaban algunas dientes y varias uñas, su nariz estaba torcida en un ángulo extraño y la sangre ya se había secado en un recorrido por su piel, se veía como si lo hubieran torturado antes de traerlo aquí.
Un escalofrío me recorrió al recordar la habitación en la que había estado metía.
- No hay ninguna mujer entre mis fieles así - declaró este mirándolo fijamente con una expresión suplicante.
- Mi amigo Merino, eso fue realmente especifico - Taylor sonríe, cosa poco propia de él, lo hace ver aún más amenazante bajo las luces naranjas y amarillentas procedentes de la hoguera. - ¿Cuándo mencione a una mujer?
Veo la desesperación en el rostro de Merino y Matt al notar la falla en su mentira, sus ojos bien podrían salirse de sus cuencas por la forma en la que se han abierto con horror.
Yeng regresa vestida con ropa de invierno similar a la de los guardias, solo que su abrigo tiene una capucha que ahora mismo oculta su rostro, va en compañía de su custodio quien inmediatamente hace que retome su posición de rodillas en el suelo pero esta vez junto a Axel, me dedica una mirada preocupada al ver como estoy tratando de entrar en calor sola al final de la fila frente a ella.
- Tu, ven aquí - Taylor señala al hombre que trajo Yeng.
Otro de los guardias le pasa un arma y con esta comienza a apuntar al hombre de su propia guardia ¿Enloqueció?.
- ¿Te hizo algo? - le pregunta directamente a ella - puedes decirlo, es el momento.
- No, señor
- No me digas señor, lo detesto. Ese título es tan simple que cualquiera con dos dedos de frente puede ocuparlo - la sermonea - Ahora bien, ¿cerro los ojos mientras te vestías?
- Se dio la espalda - murmura ella como si temiera meter en problemas al guardia.
- Parece que no vamos a volar cabezas...por ahora - sentencia Taylor, girando su rostro hacia el hospital, como si hubiera escuchado algo que los demás no.
El gourmand enorme y rojizo que había visto salió derrumbándose puertas de sopeton y se abalanzó sobre mi con fuerza, no pude retener el grito de pánico al verlo sobre mi rugiendo.
Interrumpiendo el espectral silencio que nos rodeaba, mi corazón se empezó a acelerar a niveles peligrosos, no tenía nada para defenderme.
Antes de que la enorme bestia se atreviera siquiera a desgarrarme con sus fauces, el sonido de algo atravesando el aire lo alcanzo.
El ser quedó atravesado junto a una de las paredes de la fachada del hospita por lo que pareció ser el leño de un árbol muy grueso.
Se retorcio desesperado, adolorido, tratando de alcanzarme nuevamente, solo pude retroceder semi recostada en la nieve arrastrandome.
Taylor avanzo a paso firme hacia mi, y aunque sabía que era el, mi mente jugo contra mi confundiéndome. Por un instante vi la silueta distinta, muy oscura y amenazante. Negué con la cabeza a medida que se aproximaba, sin saber en que direccion huir, el temor casi oprimió mis pulmones y como si de nuevo me hubieran cubierto el rostro con una bolsa plástica, sentí que me ahogaba, que me quedaba sin aire.
- Meghan ¿estas bien? - escuche decir pero no logre reconocer a quien emitió las palabras.
Mis manos se clavaron en el suelo, quería irme de ese lugar, los gritos de la criatura tras de mi empeoraban todo.
- Aléjate... - pude decir. La silueta se aproximo mucho más y un grito salió de mi boca - ¡No! ¡Digo la verdad! ¡Juro que digo la verdad! ¡No te les acerques! ¡No les hagas daño! ¡Digo la verdad!
- Meghan, estamos aquí, tranquila - escuche a alguien más decir
Cerré los ojos con fuerza, cuando los abrí las cosas se habían puesto peor, tantas manchas, tantas imágenes difusas e incomprensibles, tantas voces, tantas amenazas, recordé cada insulto de Collins, cada golpe, los cadaveres, la forma en que habían lanzado a esa pobre mujer a los wendigos.
El mundo era oscuro y abstracto.
- ¡No! ¡No quiero ir! ¡No quiero ir con el! ¡Axel y Yeng! ¡Quiero ir a casa! ¡No me golpeen! ¡Digo la verdad! ¡No me encierres! ¡No miento lo juro! ¡No! ¡ Las luces no por favor! - repetí sin cesar.
En mi mente solo palpitaba una idea:
Ellos venían a atraparme y a llevarme de nuevo a ese lugar. Y estaba desesperada, mi visión era confusa y borrosa, parecía que poco a poco se oscurecía amenazando con desaparecer.
Sentí tanto frio que me entumecí.
- ¡Meghan!
Las siluetas se aceraron con mayor rapidez, sentí un tirón en mi pecho, la cabeza me daba vueltas y la luz proveniente de las velas y la hoguera me cegaron.
Escuche a las figuras cerca rondándome, me agite y moví con desespero quería salir corriendo.
Pero una fuerza mayor me lo impidió, Sacudí la cabeza de un lado a otro asustada.
Abrí los ojos y solo vi negrura, solo un pequeño espacio que me permitía ver a los desconocidos.
-¿Que le sucede? - pregunto con insistencia uno de ellos.
- Esta teniendo un ataque.
- ¿Un ataque?
- Va a convulsionar.
Y entonces todo se oscurecio, no había más voces, no había más gritos, no había figuras amenazantes, ara mi sorpresa tampoco hubo miedo, solo oscuridad.
A diferencia de la oscuridad fría y aterradora a la que estaba acostumbrada, esta era calida, reconfortante y además....olía muy bien.
Notas cítricas y amaderadas, pero con un deje dulce a su paso, me permití aspirar la esencia con descaro, poco a poco la claridad fue regresndo a mi cabeza, reconocía este aroma tan bueno, pero no sabía exactamente de dónde.
Abrí los ojos con lentitud pesaban como vasijas de plomo, mi cuerpo entero se sentía pesado, no podía mover ni un musculo, recordé inmediatamente de donde conocía ese perfume al ver el rostro inexpresivo y con el ceño hundido del amargado, había puesto una rodilla en el suelo y se había reclinado hacia mi apoyando su mano en mi cabeza para ocultar mi rostro en su cuello, casi como si me abrazara....casi.
- Aqui estas - se limita a decir de una forma incredula.
De alguna forma esperaba el momento en el que comenzará a gritarme por no obedecerlo pero en su lugar se quito el abrigo y lo puso sobre mi cuerpo, con sumo cuidado.
Todos se tensan al notarlo y giran abruptamente sus caras hacia Matt y Merino como si ahora su mera existencia fuera una de las peores blasfemias, y por ello estuvieran condenados.
Por su culpa.
Mi respiración aún es irregular, no puedo apartar mi mirada de esos malditos ojos verdes que tiene, se han oscurecido, como el cielo cuando habra una horrible tormenta, como si el brote de ira de hace poco con Matt no hubiese sido nada comparado con lo que querría hacer ahora.
- Sheriff tienes tres segundos para explicarme porque ella se encuentra en este estado - rompe el silencio expectante con un tono inmisericorde arrastrando las palabras, se escucho mil veces mas amenazante que antes
No supe decir si fueron ideas mías, pero las sombras a nuestro alrededor se acentuaron, pero el aura asesina que tiene ahora Abismor, hace que mi corazón vuelva a latir con fuerza, es la primera vez que llego a verlo tan molesto.
Taylor mira a las personas que están a su alrededor, una a una detalla sis rostros, como sopesando posibilidades, entre la multitud y se detiene una vez que su vista se posa nuevamente sobre Matt.
- Cambio de planes, no quiero a ningún superviviente, púrguenlos a todos, sin excepciones - habla en tono duro y amargo.
- Abismor, yo hice tratos contigo ¿recuerdas? - brama Merino en su desesperación - tenemos un trato no puedes matar...
- El trato se rompió cuando tu estúpida mascota lastimo a mi mujer - bramo enfurecido, mientras me tomaba en brazos y me levantaba con una facilidad anormal, como si yo pesara menos que una pluma.
Un silbido se escapo de los labios de Axel con admiración que se había puesto en pie y exhibía una sonrisa bufona.
- ¡Un aplauso para esta pareja que está enamorada! - empezó a aplaudir con efusividad desde su sitio y lo más extraño fue que todos le siguieron la gracia - ¡que viva el amor!
- Basta todo el mundo - grito Matt sobre la multitud - es el Yule no puedes matarnos.
- Tienes razón, por el Yule no puedo - se giro hacia Axel - pero nos tomaremos nuestro tiempo, aun hay cosas que necesitamos saber, alégrate, tu miserable vida se extenderá, unas horas más.
Taylor le hizo un seña a Victor con la cabeza e inmediatamente dejaron de apuntarle a Yeng y Axel, ellos se pusieron en pie y avanzaron tras Taylor que apretó sutilmente su agarre a mi cuerpo un poco más.
La tensión que ya antes podía cortarse con un cuchillo, se volvió aún más densa.
Y finalmente exploto entre gritos y súplicas por piedad, algunos de postraban ante el, otros lloraban desconsoladamente pidiendo otra oportunidad, jurando que jamás harían algo igual, que se habian equivocado, que habian sido manipulados.
Entre la oscuridad y los tintes rojizos que daba la enorme hoguera, las velas y adornos perturbadores que ellos mismos habian puesto en la escena.
El sitio se siniestro y perturbador, y ahora más que nunca estas personas con sus ropas extrañas y coronas de ramas secas, parecían almas en pena, derrepente ya no estábamos en Elora, no, algo como esto no parecía un tranquilo pueblo en Canadá, esto era el mismísimo infierno.
El sonido de los disparos no se hizo esperar, tampoco el hecho de que lanzaban sin el menor remordimiento los cuerpos en el fuego, mientras Taylor avanzaba con tranquilidad por las dos filas, algunas manos se aferraban a el suplicantes antes de que accionaran el gatillo y la sangre manchara la nieve, formando chargos enormes sobre ella.
Taylor con la cabeza en alto e imperturbable, cuyo porte de monarca era aun mas visible que antes.
Su expresion habia vuelto a reflejar la nada aun mientras los cuerpos caían a su paso y la sangre lo teñía todo, no le hicieron falta los cuernos, la cola, o el tridente.
Taylor era la personificación del rey del infierno.
- ¡Alice! - Matt eleva su voz mientras es apresado por varios guardias - ¿permitirás que tu padre muera a manos de este miserable?
Axel que caminaba detrás de nosotros con una expresión igual de imperturbable, sujetando la mano de Yeng, frunció el ceño consternado ante las palabras que acaba de oír.
- Alice, se una buena hija y haz que se detenga, la familia jamás deja que otros lastimen a los suyos - siguió vociferando Matt a la distancia - ¿Dejaras que muera igual que tu madre? ¿eso es lo que una hija hace?
Siento mi corazón latir desenfrenado ante sus palabras, ¿Su hija?, ¿Su familia?.
Quiero irme, quiero irme, quiero irme....
Cierro los ojos con fuerza mientras me pongo las manos en los oídos, todo este lugar me aturde, me desespera, quiero irme, otra vez la cabeza me da vuelta 6 la sensación de que la gravedad no existe y nada me ata al suelo regresa.
Caeré....caeré...
- No lo haras - susurra Taylor sacándome de mis pensamientos - te tengo.
-¡Alice! - vuelve a vociferar Matt cuando pasamos a su lado - ¡Axel! Son mis hijos, sangre de mi sangre no pueden dejar que....
Sus palabras son calladas por el puño de Axel estampadose contra su cara con una fuerza y potencia casi inhumanas.
- Mi padre está muerto y enterrado, no ensucies su memoria con la basura que sale de tu boca.
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