Capítulo 22
YULE
Yeng Riley
Talvez Dios me estaba tratando así de culero porque me reía en los rosarios de las misas a las que mi abuela me arrastraba cada domingo sin falta.
No había sido una buena idea entrar al ducto de ventilación, en mi intento por ocultarme no paso por mi mente que habria una caida, al ser la superficie completamente lisa y mis ropas de invierno recubiertas con material impermeable, me deslize cual pinguino por la nieve.
Cai mas rapido que en sus mentiras....
El espacio era demasiado pequeño para dar media vuelta y salir, no me quedaba de otra más que avanzar en busca de una salida, luego contactaria a Collins por el intercomunicador, buscariamos a Meg y nos largariamos de aquí.
Que mal momento para descubrir que no estábamos solos aquí.
Proyecto Lazarus, ¿ahora también enfrentabamos científicos locos? ¿Que sigue? ¿Robots?.
Esto parecía un cubo rubik, arreglabamos una parte mientras las otras se dañaba.
Avanzar por este lugar era un suplicio, había demasiadas telarañas, y pelusa atorada.
Bueno que se podía esperar de un hospital ilegalisimo oculto a las afueras de una cuidad pequeña y con fachada de lugar abandonado e incendiado.
Escuche cierto estruendo en dirección opuesta de donde estaba, se me crispación los nervios.
¿Habían encontrado a Collins?
No, no imposible, el es listo no se dejaría atrapar, la yerba mala nuca muere...
Pensé apartando varias telarañas de mi camino, no sabia que era peor, si las ganas de estornudar que estaba reteniendo o escuchar constantemente a las bestias que nos habían hecho correr tremenda maratón, justo bajo el ducto.
Lo único que me consolaba era el hecho de que no podrían estar aquí arriba, eran demasiado grandes y esos cuernos no les dejarían pasar, aunque claro, si eran lo suficientemente inteligentes y saltaban, bien podrían arrancarme algo.
La imagen de la mujer en la morgue llegó a mi mente, parecía que le hubieran arrancado el rostro, un escalofrío recorrió mi espalda, solo de pensar que podría pasarme lo mismo.
No quiero morir, bueno almenos no aquí, ¿porque no mejor en los brazos de Norman Reedus?, ahí si ni me opondría.
Derrepente, en el inconmensurable silencio de esos pasillos si obviamos el hecho de que los huesudos no cerraban el ocico, escuche algo extraño, pasos y murmullos.
Voces humanas, aun temiendo que se tratara de otro cambia formas, avanze guiandome por el sonido, girando en algunas bifurcaciones cada vez mas estrechas.
Hasta que a lo lejos vi un indicio de luz, una salida de este maldito lugar.
— Dense prisa el jefé esta molesto por los retrasos — murmura una voz femenina.
A juzgar por el tono bien podría ser una anciana, eso o una adolescente con adicción severa a las botellas de Bacardi.
El estridente rugido de un wendigo enfurecido me alertó de su presencia, me quede inmóvil en mi sitio olvidando hasta como respirar.
Este viaje si que me había regresado mis ganas de vivir.
La vida me esta tratando como si yo le hubiera dado los latigazos a Jesucristo....
Como pude me arrastre hasta quedar bien posicionada y verificar de que se trataba, probablemente me encontraria con una pila de cadaveres o algo igual de morboso, trate de mentalizarme.
Vere cosas peores en Irak y Jerusalén una vez que me enliste al ejército, esto es solo un paseo en el parque Riley...
Pensé mientras me acercaba con cautela hacia las rendijas de la salida del ducto de ventilación, se trataba de varias mujeres que vestían vestidos largos de color rojo sangre, con mangas largas y abultadas, de caída sencilla, sin adornos ni ajustados, el único adorno que tenian eran unas extrañas coronas de hojas y ramas secas en sus cabezas.
Esperaba guardias o alguna reunión de contrabandista pero esto si que no, una a una cargaban en sus manos charolas, con velas, frutas, incienso, frascos de cristal y lo que me parecía un biblia, muy antigua, desfilaban por los estrechos pasillos, acompañadas de los wendigos.
¿Porque no las estaban atacando?
Sentí el estridente deseo de salir corriendo de ahí, al ver a uno de los wendigos, no porque me dieran miedo, si daban miedo, pero este era diferente, talvez era el doble de grande, y a diferencia de los otros era rojo, era como ver uno de esos modelos en biología donde te mostrabran como se ve el cuerpo bajo las capas.
Ya saben, esas fotos donde muestran el esqueleto, luego el musculo, luego la piel, este bicho en particular parecía uno de esos, alguien sin piel.
Algo se estaba torciendo aún más, en todo este enredo, lejos de encontrar respuestas, solo estaba más confundida.
El sonido de campanas me saco de mis cavilaciones, eran niñas, que también marchaban con sus vestidos rojos y coronas, ellas llevaban campanas y crucifijos.
Oh mierda....¿en que nos metimos?...
Pense tratando de acomodarme mejor, para sacar una foto de todo este espectáculo, Axel estaría encantado con las pruebas....si nos volvíamos a encontrar.
¿Eran fanáticos religiosos extremistas?
Esto ya era demasiado peligroso, no era un capítulo de Scooby-Doo, en donde magicamente el villano solo era un pendejo con mal gusto para disfrazarse.
Aquí era, matar o morir.
- ¿Que paso con la muchacha que encontraron? - murmura otra vez femenina.
- No lo se, pero dudo que sobreviviera - susurra otra mujer cerca.
Se me paralizó el mundo al escucharlo, la única persona que se me venía a la mente era Meghan, ¿que le hicieron?
Me arrastre avanzando hacia el lugar de donde habían salido, necesitaba información y rápido.
Otra bifurcación, otra habitación, otra posible salida.
Esta haitacion era bastante extraña, estaba en penumbras e iluminada por miles de velas y lámparas rojas, del techo colgaban guirnaldas hechas de rodajad de frutas secas, muerdago, vallas de acebo rojas como la sangre, pentagonos de ramas secas, en el piso había dibujado el mismo símbolo que habíamos visto arriba, con un polvo extraño, y a su alrededor crucifijos.
Un extraño olor agolpo mis fosas nasales, me hacía lagrimear los ojos, muy parecido a la pimienta negra, o talvez chile, sea lo que sea estaba potente y aun mas porque se mezclaba con el olor dulzon extraño, como a incienso.
Hize un mohin de asco arrugando la nariz involuntariamente, olía como la casa de mi abuela.
Había otra mujer ahí, la reconoci de inmediato, sus grandes rizos morenos cayendo hasta la mitad de su espalda, esa piel bronceada, las pestañas largas, los labios carnosos, y la cicatriz en la ceja cortesía mía, la precedian.
-Yeng, sal de donde sea que estés rápido - susurro con apremio cerrando la puerta tras ella - no podré cubrirte mucho tiempo.
La odiosa voz no pasaría desapercibida nunca para mi, era Skylar ¿que haría ella aqui?
Dude en si debia salir del ducto o no, pero me lleve una gran sorpresa al ver como con el celular en mano, me encontró.
- Yeng - suplico poniendo una silla cerca del ducto - por favor, por favor, tienes que confiar en mi, me mataran si no regreso pronto.
De acuerdo, lo que estaba a punto de hacer no me tiene orgullosa, era una reverenda tonteria, pero no tan grande como haber venido a este lugar, y probablemente Skylar me ayudaria, su enfermiza obsesion de algo iba a servirme.
Me deslize con cuidado fuera del ducto, Skylay ayudó a que no terminará de cara contra el piso.
Note como devoraba con la mirada el lugar, desesperada, sus ojos negros y brillantes como oxidadas resplandecian con la iluminación de las velas
- ¿Que es todo esto Maison? - solté despectiva
- Amor mio, te lo explicaré todo, pero después - me tiende uno de los extraños vestidos con rapidez - tienes que irte enseguida, ponte eso rápido.
Cedí a regañadientes, quitándome la ropa con rapidez, seria mejor no desentonar con ellos, lo último que necesitaba era tener a tanta gente tras de mi.
El olor parecía ser más denso aquí abajo, era sofocante y extraño, preferiría el olor del Formol en la morgue, cualquier cosa menos esto, lastimaba los sentimientos de mi nariz.
- ¿Sabes donde la tienen? - pregunte al verla meter con rapidez el polvo extraño del círculo en el suelo un una pequeña bolsa.
- Cuando la vi aquí supe que también correrías peligro - me entrego la bolsa con brusquedad - Gaunt quiere que todos se presenten en la reunion, eso te dara tiempo suficiente, el polvo camufla tu olor, ningún gourmand te atacara, si alguien pregunta diles que vas a dejar una ofrenda al guardian del Yule por parte de Phoenix.
¿Gaunt? ¿El doctor que buscamos?....
Pienso esperanzada al encontrarme con esta inesperada pista, entonces el viejo doctor ¿estaba aqui?.
- Espera, espera, ¿porque confiaria en ti? - acuso con desconfianza - a ti no te agradan los Collins, mucho menos Meg.
- No me agradan - se lamento con un suspiro - pero se que no te iras sin ellos, no quieto que te lastime.
- ¿Quien?, Dime que es lo sabes Maison, deja de hacerte la interesante.
-Perdóname - susurro haciendo que se me pusieran los pelos de punta - si se tratara de mi te lo diría, pero no puedo aunque quisiera.
Enmarco mi rostro con sus manos, se puso de puntillas y sello nuestros labios, no era mi intención seguir su juego pero aun así el beso que comenzó como un casto roze de labios, fue subiendo y subiendo de nivel sin control, hasta convertirse en uno lleno de necesidad y arrebato.
Me separe de ella con brusquedad ¿que le pasaba? ¿No leía el ambiente?
- Ten - me tendió un pequeño sobre amarillo - Bennett esta en el norte, llega a la sala quirujica y luego sigue las enredaderas, fíjate en los números, ella está en el 12B.
Hablaba tan rápido que apenas había entendido dos o tres palabras, luego se dirigió a la puerta y desapareció.
.・。.・゜✭・.・✫・゜・。.
Los pasillos eran más fríos ahora que no tenia ropa adecuada para ello, habian adornado la entrada con velas y las mismas guirnaldas de rodajas de frutas secas y vallas de acebo.
Guardián del Yule....
¿Quien o que era? Se trataba de algún dios pagano o algo así, porque todo el lugar ahora parecía una fiesta navideña con un aire macabro y retorcido.
Por las ventanas podía ver como afuera ya estaba oscuro, una noche oscura y sin luna como la boca de lobo, las mujeres que había visto antes, estaban al rededor de una gran pila de leña.
Esto era una verdadera locura.
Había avisado a Axel por medio del intercomunicador pero no había tenido respuesta.
Por favor que este bien...
Pensé mientras apretaba la bolsa contra mi pecho, estoy tan harta de este lugar, quiero irme, tomar una ducha, comer algo rico junto a los chicos y dormir tranquilamente sabiendo que nada malo pasará.
Siempre fui una chica normal dentro de lo que cabe, mis mayores preocupaciones hasta hace unas semanas habían sido a que universidad iría, o si seguiría la tradición familiar por parte de los Riley, o que conjunto de ropa compraría para tomarme fotos y subirlas a instagram.
Pero ahora estaba aquí, rodeada de gente extraña que parecía disfrutar del sádico acto de matar y tratar como ganado a aquellos que no pertenecían a su extraña asociación, si así podía llamarse, porque esto tenía toda la pinta de una secta satánica en la que no durarían en usaste de ofrenda
Más autos llegaban y la gente aumentaba, era increíble verlos descalzos y con ropa tan poca abrigada fuera, en medio del crudo invierno.
Los murmullos aumentaban, a medida que traspasaba el mar de gente, estaban ¿recitando?
Estaban recitando un rictus extraño que se mezclaba con el coro de voces femeninas y angelicales, la musica en cuestion me recordaba a la de la pelicula Coraline, pero no había tiempo para especular, tenía que marcharme.
Llegue a la parte mas alejada en el norte y tal como había dicho Skylar las paredes volvían a verse polvorientas, afectadas por la humedad y con rastros de quemaduras.
Sondeo conlleva mirada sin ningún disimulo cada pasillo que atravesaba en busca de la espesa mata de cabello color miel y los ojos azules de Axel.
Pero nada, no aparecía el condenado, yo aquí peligrando y buscandolo como billete de lotería premiado y sabrá Dios donde se habría metido.
Y ahí estaban, las enredaderas de las que hablo Skylar,
El pasillo entero tenia en sus paredes gruesas raíces extendiéndose por ella, mientras mas avanzába, mas abundantes eran, no tenía sentido, era una raíz de la cual brotaban pequeñas hojas verdes....aunque era invierno.
- Yeng - una voz taciturna llama mi nombre tras de mi.
- Al fin apareces maldito idiota - estalló girandome con lentitud para encarar a Axel.
Pero al verlo algo se removió en mi, una alerta de peligro.
Mostruo...no podia encontrar otra forma de describirlo, era un idiota feliz, molesto pero inofensivo o eso crei, lo conocia, pero, ahora ¿como debería sentirme?.
La sangre cubria sus manos y algunas motas de esta se extendían por su pálida piel, todo toque de pureza y amabilidad se había esfumado, le daba un toque espectral.
La habitación se sumió en un silencio total.
Los zafiros que tenía por ojos aun brillaban con picardia y atisbo de gracias, pero peligroso, era como ver hacia el abismo, uno muy gélido.
- ¿Axel? - pregunte con temor, retrocediendo con cuidado - ¿eres tu?
Tenía el polvo extraño conmigo, ningún wendigo había atacado pero y si resultaba que era un cambiaforma, su atenta mirada siguió la lentitud de mis pasos, escudriñando cada parte de mi ser de pies a cabeza.
- ¿Por fin te dignas a llamarme por mi nombre caramelito? - sonrio de manera ladina
- ¿porque no respondiste a mi mensaje? ¿Tienes idea de lo asustada que estaba? - le reclamo sintiéndo el alivio recorrer mi cuerpo.
- Prefiero que no decirlo - sentenció misterioso.
Estaba raro pero seguía siendo el Collins que yo conocía ¿verdad?
- El rojo definitivamente es tu color- ronroneo seductor tomando mi mano - larguemonos de aquí, tengo ciertos asuntos pendiente.
Le comenté todo lo que habia dicho Skylar, en un princio me observo de forma extraña al mencionarla, pero cuando le conté sobre el polvo que nos mantendría a salvo simplemente lo analizo en silencio, ya no había rastro de temor en el.
- Axel - tiro de su mano viendo la escalinata que lleva hacia lo que claramente es un corredor de puertas.
- Talvez me ponga un poco violento - murmura con una expresión extraña en su rostro, parecía disociado de la realidad, como si no fuera el - si eso pasa toma a Meghan y adelantense.
- No - digo con firmeza - nos iremos todos sin más peleas, ay mucha gente afuera no debemos llamar la atención.
De mala gana asiente lentamente con la cabeza y finalmente camina hacia donde le señaló, soltado mi mano.
Tenía ganas de volver a tomar la suya pero me límite a seguirlo de cerca.
- ¿Porque no están arriba? - inquiere un hombre de piel morena y ojos oscuros con severidad.
- Vengo a hacer una ofrenda al guardian - me adelanto a lo que sea que quisiera hacer Axel mostrando la bolsa que me a dado Skylar.
El hombre parece dubitativo alternando su mirada entre Collins y yo
- ¿Y porque traes un gourmand contigo? - el hombre señala a Axel
Se me ponen los pelos de punta, ¿me había equivocado? ¿No era Axel?
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