Capitulo 20
LABYRINTH
Meghan Bennett
El peso muerto y la sangre de la criatura se vertía sobre mi pecho, el asco que sentía al tener mis ropas llenas de sus fluidos mal olientes era indescriptible, lo había bloqueado por pura suerte, en mi desesperación por evitar que me arrancara el brazo con sus fauces, logre atravesar el cuchillo desde el interior de su boca hacia su cráneo.
Axel pensó rápido y cerró el paso a esta zona, de lo contrario entre los otros me habrían despedazado viva, se habían ido siguiéndolos a ellos, ¿estarían bien?
Trate de levantarme pero mi cuerpo no respondía, estaba petrificado.
Mi pecho subía y bajaba con violencia en un intento desesperado por reunir aire, me dolía el brazo, me dolía el costado, mis pulmones ardían ante el ingreso de aire frío en ellos.
Ahí, tirada en el suelo, pensé en todo de un solo golpe: el cadáver en la sala de emergencias que no pudimos identificar, una Alex falsa, las criaturas siguiéndonos, el miedo, la decepción, la tristeza, y la soledad que ahora sentía al haberme separado de mi equipo, me aplastaba con una fuerza monumental.
Comenze a sentir que me ahogaba, era imposible respirar, como si alguien hubiera puesto una enorme almohada sobre mi rostro impidiendo el paso del oxígeno, mi corazón se acelero aún más, tuve miedo de que me rompiera algo desde dentro, ¿era posible?
Las manos me temblaron, sude y sentí el doloroso tirón en mi pecho, como si algo tratara de desgarrarme desde dentro y partirme a la mitad, otro ataque.
Tranquila Meghan, estas bien, esta todo bien, arriba, arriba ya no se trata solo de tu vida....
Pensé en mi desesperación por calmarme, ¿Por qué ahora?, tener una crisis ahora era lo último que necesitaba.
Aprete los parpados y parpadee repetidamente, la vistas se me estaba nublando por el pánico, mientras trataba de recordar lo que me habían enseño Yeng y Axel.
Respiraciones largas y pausadas, respiraciones largas y pausadas, respiraciones largas y pausadas,
respiraciones largas y....no estaba ni cerca de funcionar, era mas agobiante.
Forcé cada musculo de mi cuerpo al máximo para arrastrarme a una esquina, si el impostor con apariencia de Alex no tenía ni un rasguño luego de que le corte la yugular, significaba que estas cosas no morirían por medios convencionales.
El fuego es la única forma de acabar con ellos....
Las palabras de Víctor resonaron en mi cabeza, por supuesto, tenia que recordarlo justo cuando ya había metido la pata hasta el fondo.
Me apoye contra la polvorienta y descuidada pared mas cercana, el dolor se extendía por todo mi torso ni siquiera podía enderezarme, era necesario que me moviera ya.
¿Moverme?, si, pero.... ¿a donde?, me habían separado de mi grupo y sépase la chingada donde estaba ahora.
Había estudiado los planos pero se omitiendo muchos sitios en el, vi hacia los dos lados, más pasillos, ninguna señalética característica que me dijera en que zona estaba.
Puertas, era lo único que había, me abstuve de revisar las que estaban cerradas, mas símbolos que no entendía pintados en algunas paredes de los pasillos que atravesaba.
Pentágonos, cosas que parecían letras distorsionadas, palabras en idiomas desconocidos, debí prestar mas atención en esas clases, ahora si que cobraba sentido el "lo que aprendan en clases les servirá para su futuro".
Insisto este lugar tiene vibras extraña, no, mas bien todo en esta ciudad es extraño, solo que aquí la energía se siente mas pesada y a pesar de que no creía mucho en esas cosas a modo de una cruel broma, el universo estaba diciéndome, te lo dije.
Este lugar me recordaba a esa leyenda urbana de los Back rooms.
Mis pasos crujen sobre algunos cristales rotos en el suelo, cualquier mínimo sonido o movimiento por parte de algún pequeño insecto me crispaba los nervios, moriría de un infarto antes de encontrar a Yeng y Axel.
Que calor....
Pienso secándome la frente con la manga del abrigo, de pronto noto lo obvio.
¡Hace calor!.
En una construcción abandonada, en pleno invierno ¿hace calor?, ¿Calefacción? ya me parecía bastante extraño, el informe decía que debían custodiar este lugar para evitar transacciones ilegales entre bandas que aprovechaban esta zona anárquica para obtener drogas, armas u otras cosas.
El rugido de uno de las bestias haciendo eco en la lejanía me saco de mis cavilaciones, seguido de otros mas, me oculte con rapidez tras de una de las columnas cercanas, aguantando la respiración y suplicando mentalmente que toda la sangre de la otros wendigos ocultara mi aroma.
Para mi suerte así fue, no notaron mi presencia cuando tres de ellos pasaron corriendo a través de la estancia, rumbo a un sonido aun mas peculiar.
Un auto.
Me acerque con cautela a una de las ventanas tapiadas por tablas las pequeñas rendijas que había entre ellas me daban vista a la entrada principal.
Mis oídos no me engañaban, si era un auto, pero no era uno solo, dos camionetas negras, un auto gris y el ultimo que hizo que se me helara la sangre y se me revolviera el estomago.....una patrulla de policía.
Esto tiene que ser una broma....
Pense con la vista fija en las personas que bajaban de los autos, era un grupo considerablemente grande de unas diez personas talvez, entre ellas vi a algunos uniformados de la policia y a otros con ropa de lino....¿lino? ¿en invierno?, cuando creí que yo era la lunático llegan estos a sorprenderme una vez más, estamos a -25°, esto no es precisamente California, para vestir así.
No pude contarlos a todos, pues mi atención solo fue dirigida hacia el hombre alto, rubio, de ojos ambarinos, nariz respingada y piel pálida que portaba el traje negro de la policía con la estrella en su pecho que delataba que era un sheriff.
Matt Collins, el padre de los mellizos.
Sujetaba con fuerza el brazo de una mujer en condiciones precarias, llevaba ropa arrepienta su cabeza esta cubierta por una bolsa negra y de ella sobresale cabello negro y enmarañado.
Desde que vi caer ese trozo de tela enugrecido de sus bolsillos supe que ocultaba algo pero no esperaba esto.
Sin el menor remordimiento la lanzó hacia los wendigos que llegaron a la puerta principal y paso lo que tenia que pasar.....lo que me habría podido pasar....se dieron un festín con sus entrañas, arrancando extremidades y tiñendo con un enorme charco de sangre la blanca nieve inmaculada del suelo.
Los gritos de auxilio de la mujer no hicieron que los demás integrante de ese extraño grupo se condolieran y trataran de ayudarla.
Fue desgarrador para mi, sentí todo tan irreal, como podían estar tan estoicos, frente a ellos acababa de morir una persona, ¿porque actuaban como si fuera la cosa más normal del mundo?.
Recorde el cuerpo que no identificamos en la sala de urgencias, talvez había sufrido la misma suerte.
Podía obsvarlos hablando, me mataba la curiosidad, sea lo que sea que discutieran era muy importante.
Entonces algo aún más raro paso, los wendigos adoptaron el comportamiento de perros que habían estado esperando ansiosos a sus dueños, se sentaron en posición canina como si esperaran algún tipo de elogio por sus acciones.
Sentí repulsión al ver al señor Collins sonriedoles, y acercandose a acariciarle la cabeza.
Silencio
Hubo un momento de silencio antes de que el wendigo al que acariciaba volverá su rostro y señalara en mi dirección.
Antes de que pudiera retroceder siquiera por la sorpresa algo me lanzo con fuerza lejos de la ventana, mi cuerpo impacto contra una de las columnas, el dolor que ya sentía en mi torso antes alcanzó niveles estratosfericos, brame adolorida.
Algo agarro con fuerza mi pierna, al verlo quede petrificada, se trataba de otro wendigo....uno muy diferente a los esqueléticos y cubiertos de esa sustancia negra, este era robusto tenia las misma características humanoides que los otros aunque parecía que le habían arrancado la piel y solo quedaba la carne al rojo vivo expuesta.
Patalee tratando de que me soltara la pierna presa del pánico mientras me arrastraba por el suelo en dirección a la entrada principal del hospital.
- Buenas noches Meghan - dijo con tranquilidad Matt cuando la bestia me lanzó a sus pies
Estaba rodeada, no sabía a quien temerle más, si a los monstruos o a los humanos.
-¿Que significa esto? - pregunte de forma acusadora, tratando de mostrarme firme
- No nos hagamos esto - respondio con tono duro y un tanto burlón no me gusto para nada - será más fácil si obeces.
Chasqueo los dedos y dos de los hombres vestidos de policía que iban a su lado me sostuvieron de los brazos con fuerza, forcejee y me retorci desesperada.
¿También me lanzarían hacia los wendigos?
Me pusieron una bolsa en la cabeza, todo se oscureció, sentí el verdadero terror en cada poro de mi piel, mientras me llevaban contra mi voluntad al interior del hospital nuevamente.
No pare de resistirme en todo el trayecto pero era inútil.
Sentí un brazo rodear mi cuello, luego mis pies dejaron de tocar el suelo mientras la presión aumentaba cortandome las vías de respiración levanto las manos por instinto para aflojar su agarre, pero no se mueve, me roban el aire y mi cabeza se sumerge en el caos mientras mis pulmones arden.
No puedo respirar
No puedo respirar
No puedo respirar
Entonces todo se oscureció....
.・。.・゜✭・.・✫・゜・。.
Desperté desorientada, todo estaba oscuro a mi alrededor, trate de moverme pero algo me lo impedía....mis manos estaban atadas tras a una silla, mis pies también estaban atados.
Recordé de golpe donde estaba, me removi inquieta en mi asiento.
- ¿Ya despertaste? - la voz áspera del señor Collins me alertó de su presencia, estaba bastante cerca, retiro la bolsa de mi cabeza - ¿Que tal la siesta, Alice?
- No me llame así - exigí
- Te trae malos recuerdos ¿eh? - se paseo al otro extremo de la sala - solía encantarte cuando eras una niña.
Sondeo rápidamente el lugar en donde estaba, una habitación totalmente blanca sin ventanas, luces en el techado, ¿Seguía en el hospital?, estaba atada a una silla con gruesas correas, a lado de él señor Collins había una pequeña mesa con muchos objetos extraños en ella, lo que parecía ser un martillo, una sierra eléctrica, pinzas, tenazas y mi cuchillo.
Me habían quitado el abrigo y las botas, tenían el aire a tope enfriando todo.
- Repito, no te pongas terca - expreso el, sonaba tranquilo - mejor empezemos ¿trajiste a otros contigo? ¿Quien? ya se que uno es el inservible de Axel y el ¿otro? Dame nombres.
Cada centímetro de mi cuerpo se paralizó ¿iba a torturarme si no le decía lo que quería?
- ¿Que va a hacerle? - pregunte con voz trémula.
- No me sirve, solo te necesito a ti - contestó con una nota cruel pero divertida - así que acabemos con esto, los muchachos se ponen inquietos si tienen hambre - enfatizo la última palabra.
Había algo en la mirada de aquel hombre que me daba la convicción de que mataria a Yeng y Axel a sangre fría si los encontraba, a mi me necesitaba así que no moriria aún, no podía decirle, no debía decirle.
Tiempo, al menos eso podía conseguirles, tiempo suficiente para que escaparan.
- No se nada, Axel se marcho sin mi - me tiritaron los labios y todo el cuerpo - un wendigo me atrapó y termine aquí.
- ¿Vamos a jugar a eso? Ya que hoy es navidad quería hacer las cosas de buen modo - dijo con un inquietante regodeo en su voz
- Digo la verdad - asevere casi como una suplica al ver que tomaba entre sus manos el martillo.
Dentro de lo que cabía era verdad, Axel si se había marchado sin mi, pero únicamente para protegerme y hacer que las otras bestias no se abalanzaron hacia mi.
Tire de mis manos con fuerza y desespero pero no podía liberarlas
- Te queda muy bien el papel de joven inocente, Liliam estaría tan furiosa si se enterara que ahora mientes tan descaradamente.
- No miento, quiero que me suelte.
La voz se me quebró, pero trague saliva para retomarla.
No seas débil Meghan, soportalo.
No lograba ingeniar una manera de desatarme, no sabía como hacerlo pero debía intentarlo.
- ¿En donde están? - pregunta Collins nuevamente.
Mi cuerpo se estremeció y mi rostro comenzó a sudar.
- Se fue, no se donde esta
- ¿Piensas que voy a tragarme eso? - lo escuche resoplando con impaciencia - ¿Cuántos son y dónde están?
- ¿Porque hace est....
Mi frase se vio interrumpida por el grito que atravesó mi garganta, golpeo con el martillo mi hombro
- Preguntaré una vez más - hizo una pausa para poner su mano sobre mi hombro - ¿donde están?
-No se nada! - chille sacudiendo mi cabeza de un lado a otro al sentir como presionaba el lugar que había golpeado.
Collins se quedó en silencio, mis gimoteos de desesperación eran lo único que se escuchaba en la habitación, agonía pura, entendí que nada nunca me preparo para lo que vendría después.
Dos personas entraron a la habitacion, primero me quitaron las correas y me forzaron a levantarme, sin piedad ni misericordia levantaron mis brazos, juntaron mis manos y las ataron con una cuerda que no había notado hasta ahora, pues colgaba del techo.
El dolor que sentí cuando mi hombro articulo hacia arriba fue indescriptible, el grito salió de mi boca sin que pudiera evitarlo nuevamente, lo sentí punzante, extendiéndose por mi brazo, mi pecho hasta llegar a la nuca.
Para finalizar me dejaron colgando de la soga con tan solo las puntas de los pies tocando el suelo, marchándose y dejándome a solas con este trastornado.
- Te dije que iba a ponerse feo - le escuche decir - espero que esto haya servido para refrescarte la memoria.
- No se que diablos quiere escuchar, ya dije que no sabia nada - grite.
- Eres dura de roer pequeña - el sonido de sus palmas juntándose como aplausos, me intimido - estoy orgulloso.
Los hombre que me habian atado regresaron trayendo con ellos, una vara en la que estaba tallada una frase que conocia muy bien, Solum infirmi moriendum est.
Tirite ante el recuerdo del maldito objeto que tanto usaba Liliam en mi, un sentimiento amargo se instalo en mi ser.
- Siempre se llega a un limite - habla con tranquilidad mientras toma la vara
Senti un potente golpe en el hombro izquierdo que agudizó más el dolor de la posible fractura, solté otro grito que me Escocia la garganta. Todos mis músculos se tensaron, mi cuerpo se retorcio haciendo que se deslizaran las puntas de mis dedos sobre la dureza del piso.
- Le digo la verdad - solloze con fuerza.
- Mientes - rugio.
El golpe está vez fue en el costado donde tenía la herida extraña, tan potente que me dejó sin aire, me trague el quejido y retorci con más fuerza que antes, las muñecas me ardieron por la fricción causada por la cuerda.
- ¡Habla maldita rata! ¡Habla! - grito el, golpeando con fuerza en otro lugar cercano al hombro.
- Yo...- musité con dificultad, incapaz de completar la frase.
- ¿Cuántos son? Y ¿donde están?
- No...yo...no sé - pronuncie lo que apenas pude.
La piel se me erizo cuando sentí una carga de agua helada caer sobre mi cabeza.
Era como regresar en el tiempo, un paseo por las memorias de mi calvario.
El agua en los lugares donde me había azotado ardía, pero no tanto como los nuevos azotes que me propinado con saña, unos....dos...tres...cinco...diez....nunca se detenía, algunas partes habían empezado a sangrar, esto ya no se trataba de encontrar a mis compañeros, parecía alguna especie de rencor personal.
- ¿No vas a hablar? - pregunto Collins con frialdad y desprecio - ¿ Tan leal eres a tus amiguitos? - se acerco a mi rostro, mirandome con una sonrisa ladina.
Le escupi la cara, lo tomó por sorpresa pues retrocedió enseguida
- Cerdo - bufo iracunda, con la poca fuerza que me quedaba.
A punto de golpearme una vez más se vio interrumpido por un nuevo suceso la puerta se abrió.
- Basta, la necesitamos con vida - dice la mujer de edad avanzada que acababa de entrar.
De mala gana Collins se aleja de mi, dejando que la anciana se acerque.
Tomo firmemente mi rostro de la barbilla para que la viera, era una mujer delgada, tenia muchas arrugas surcando su rostro, el cabello totalmente cano, piel curtida por la exposición al sol talvez y ojos completamente negros e inquietantes, su aliento tenía un hedor nauseabundo y sus manos eran gélidas.
Examinaba mis facciones con suma curiosidad.
-Tiene potencial, podria funcionar, ¿Quien es? - inquirió la anciana
- Mi hija prodiga - responde Collins - espero que no me decepcione como las anteriores.
Mi corazón estaba latiendo al límite de su capacidad, mi cuerpo se sentía tan frío, tan pesado esto era demasiado para mi.
La vista se me nubló por completo
¿A que se refería Collins? ¿Me llamo hija?....
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