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Capitulo 14


GAME  OF SURVIVAL


Un aroma agradable, notas amaderadas y citricas te invitaban a dejarte llevar acompañados de una calidez inusual, hacia mucho que no me sentia tan a gusto, a pesar de estar sobre algo bastante sólido y duro

¿Solido? ¿Duro?

Pensé extrañada palpando la superficie en la que estaba apoyada

Hize un pequeño repaso mental de lo que habia pasado antes de que todo se oscureciera,  me costó horrores.

Habíamos sido atacados, mi cuerpo se estremeció al recodar el aspecto de la criatura, luego había  fuego y quede atrapada y entonces, la sombra de un hombre.

- Llevelos a la cuarta planta, todos están graves - alguien ordenó.

- Si, señor

Más voces desconocidas que se escuchaban distantes murmuraban a mi alrededor, ninguna era la voz de Axel y Yeng, ¿donde estaban? ¿Estaban a salvo? trate de abrir los ojos, pero parecian vasijas de plomo, demasiado pesado, era inútil.

- Calma, ellos están bien - le escuche susurrar a la primera voz.

- Tienen mucha suerte, el vidrio no toco ningún órgano vital y el impacto no le rompió nada, pero los tres necesitaran sutura - dijo una voz diferente.

Esta si la reconocía, era Victor Abismor.

Logre abrir los ojos, no supe exactamente luego de cuanto tiempo, pero estaba en lo que parecía ser una enfermeria, el olor a alcohol y limpio era intenso, el techo era increíblemente alto, como el de una capilla, tenia nubes pintadas, la perfecta representación del cielo plagado de pequeñas musas cuya única vestimenta era un largo trozo de gaza de diferentes colores.

- ¿que le hace a mi Christian Dior? - la voz indignada de Axel hizo que me espabilara por completo.

- No empiezas, te está salvando la vida - lo amenazó Yeng

Estaba frente a mi, Axel recostado sobre una camilla, Victor se habia detenido a medio trayecto de cortar su camisa de mangas largas blanca, Yeng  estaba sentada no muy lejos de ahí, con un brazo cubierto de vendas y tomándose lo que parecía un té.

El castaño suspiro cansinamente volviendo a recostarse sobre la camilla en la que lo habian puesto, su alma de diva hacia que le doliera mas su camisa de diseñador siendo cortada, que la herida que lo había dejado inconsiente y casi nos hizo creerlo muerto en la parte baja de su abdomen.

Victor tuvo que marcharse momentáneamente en lo poco que pude oír en mi estado entre inconsciencia y estar despierta, fue en busca de morfina para anestesiar a Axel.

El cuerpo que tanto le envidiaban estaba finalmente siendo expuesto, un torso palido moteado por un sin número de pequeños lunares de color marrón claro  que descendían desde su cuello, acompañaban muy bien su contextura de nadador, hombros anchos y abdominales bien definidos.

El frio hizo de las suyas haciendo que se le erizara la piel.

- Si sigues desnudandome de esa forma con la mirada, voy a pescar un resfriado caramelito - se burlo descaradamente con la mirada fija en el techado.

- E visto mejores, bájese de esa nube Collins - se limito a contestar Yeng poniendo cara de Poker, pero no podía ocultar el hecho de que sus orejas comenzaban enrojecerse.

- Entonces aparta tu mirada cariño haces que mi cuerpo se estremezca - responde y luego el mismo se ríe de sus palabras - aunque es normal, no puedo evitar ser tan sexy.

- ¿Y si te callas, Collins?

- No te mataria llamarme por mi nombre y tampoco venir a callarme tu, de preferencia con un beso apasionado, el lugar está a tu elección, no seas timida - se dibuja una media sonrisa en sus labios

- Ni en tus mejores sueños - advierte, dirigiéndose a la camilla junto a mi.

Victor regreso al cabo de unos minutos con todo lo necesario.

- ¿Es alérgico a algo? - pregunta poniéndose a lado de Axel.

- Al polvo - responde girando su rostro en dirección a Yeng y mostrando una sonrisa perfecta - pero uno tuyo no me vendría mal caramelito.

A Victor se le escapo una risa al ver como el rostro de Yeng enrojecia por completo.

- Perdonelo, se golpeo la cabeza en el trayecto - explica ella dedicandole una mirada asesina a mi primo

La sonrisa de Axel se elevo más de un lado que el otro, y lucio más pícaro que nunca.

El olor del alcohol me estaba mareando.

- Gracias por recibirnos señor Abismor -  dije con voz ronca

- Meghan - Yeng se acercó a mí camilla con preocupación -  ¿Como estas? ¿Te duele algo?

- No lo se, mi cuerpo pesa y quiero dormir ¿como estas tu? ¿ Duele mucho tu brazo? - pregunto sintiendo que nuevamente mis párpados se cierran.

- Inhalo demasiado monoxido de carbono, no se fuerze señorita - dice Victor con una sonrisa cordial.

Pero en el fondo creo que sabía que no le haría caso, hize hasta lo imposible por seguir consiente.

A pesar de que le pusieron anestesia aun no parecía que fuera suficiente, pues al sentir el hilo ser jalado por las pinzas y unir las dos partes de su piel, Axel hacia muecas de dolor.

- No te preocupes, tomaron una excelente decisión al quemarlos, no hay otra forma de acabarlos - Victor le sonríe a Yeng y le guiña un ojo con complicidad - chica lista.

- ¿Que eran esas cosas? - inquiere ella recostandose a mi lado en la camilla.

- Gourmands, criaturas famélicas - responde Victor tensando el hilo que sobresale de la herida de Axel para envolverlo en  pinzas - que disfrutan deborar humanos.

- Wendigos - puntualizo Axel con rostro serio, al decirlo gimio de dolor sobre la mesa

- Supongo que los humanos los conocen así - comenta con un toque divertido Victor - siempre han sido seres con una gran imaginación.

Al escuchar esas últimas palabras la duda burbujeaba en nuestro interior, Taylor no había revelado nada sobre sus extrañas habilidades y este señor muy normal no parecía tampoco.

- Lo dices como si no fueras un humano, ¿para verte interesante? - Axel rompe el silencio - no te juzgo, pero acabamos de sobrevivir a algo realmente jodido allá afuera.

La música de Vivaldi se extendía baja por la estancia, por una de las ventanas pude notar como la tormenta no parecía querer parar esta noche, por el contrario,  parecía más violenta.

Hay un largo silencio hasta que Victor finalmente responde.

- Soy tan humano como tu amigo mío - anuda los hilos, toma un par de tijeras y los corta - simplemente no e vivido como tal.

¿Que significaba eso? Yo quería respuestas, no más acertijos, todo el asunto me llevó a una interrogante diferente.

¿El amargado tampoco había vivido como humano?

Pienso observando como Yeng me abriga con cuidado y me acomoda algunas ondas de mi largo cabello para que no estorben en mi cara.

- No lo necesita - responde a mi duda como si la hubiese dicho en voz alta - el es....diferente.

- ¿De quien hablan? - quizá saber Axel enarcando una ceja.

Victor guarda silencio, solo se limita a tomar una pomada de aspecto transparente muy curioso y  la pone sobre la herida de mi consanguineo, quien se estremece por lo frio al tacto.

- ¿Como hace  eso? - inquiero

Tanto padre como hijo siempre respondían a mis cavilaciones aun cuando no las decía en voz alta y ya habían sucedido tantas cosas raras que no podía simplemente ignorarlo.

- No estoy del todo seguro - toma un rollo de vendas - esto no había pasado desde...- detiene sus palabras y pude notar por un instante como su rostro se ensombrecia - bueno, digamos que se me pegaron las costumbres de un buen amigo señorita.

Luego de dedicarnos una sonrisa educada dio a entender que no respondería a más preguntas por esta noche.

- Señor Collins, señoritas Bennett y Riley podrían presentar fiebre esta noche por el shock que sufrieron sus sistemas al enfrentarse a los gourmand - dijo Victor deteniendo si mirada en mi - me gustaría hacer un seguimiento los próximos días de su estado de cerca, no hay muchos humanos que sobrevivan a una herida de gourmand sin asistencia especial.

Dicho esto, se retira de la enfermería y yo nuevamente me sumo en un profundo sueño,  el mismo sueño en donde estoy recorriendo pasillos extraños y repasando direcciones para llegar a la enorme puerta de metal azul.

Las cadenas se mueven inquietas por el suelo, escucho los pasos del extraño, pasos que van de un lado a otro ¿algo le preocupa?

El lugar se me antoja siniestro, es oscuro, húmedo y sofocante, quería escuchar la voz del extraño, más que querer se estaba volviendo una necesidad.

- Eso a estado demasiado cerca, cada vez hay mas, se nos acababa el tiempo, tienes que encontrarme rápido y sacarme de aquí, ya no es seguro en ninguna parte, no puedo seguir ocultandote.

Le hablé, pregunte ¿a que se refería?, ¿como podía encontrarlo? ¿quienes eran más? ¿cuanto tiempo quedaba?, pero nuevamente mi voz no salía, estaba segura de que lo había dicho, pero no se había oído nada, era frustrante, golpee la puerta con fuerza una y otra vez pero no obtuve respuesta alguna.

El lugar parecía sumirse más en penumbras, mi inquietud aumentaba, el sonido de pasos me alertó.

- Tienes que irte, no vuelvas a buscarme en sueños, la próxima vez que nos veamos será en persona, este medio ya no es seguro.

El sueño comenzaba a disiparse, estaba hartandome de todo el misterio

- Una pequeña advertencia, guarda tus pensamientos para ti misma.

Los pasos se escuchaban más cerca pero no era lo único, había algo más, la voz y gritos de una mujer.

Alex.

Desperté con todo mi cuerpo dolorido, seguía en la enfermería, no había rastro de Axel ni Yeng por ninguna parte, me senté con dificultad en la camilla, no tenía la menor idea de donde estaba o como había llegado ahi.

Lo primero que pude notar es que estaba completamente vestida con ropa que no era mía, un vestido blanco, corto, de hombros caídos y mangas largas algo holgado y que parecía tejido, lo suficientemente grueso para abrigarme, acompañado de un cinturón negro que se ceñía con cuidado a mi cintura y medias negras de compresion hasta el muslo.

Esto tenia que ser obra de Axel, era el único que se atrevería a vestir a un herido de esa forma, "hasta en la muerte debes lucir fabuloso" era lo que solía decir.

Fui consiente del horrible dolor en mi pierna, mientas más movía mas dolores aparecia, en un costado de mi torso y en mi brazo derecho, aprecia que no fuera en mi brazo dominante.

Recordé las heridas que me había hecho tratando de huir de la bestia, mejor conocido como Wendigo, y no me considere lo suficientemente valiente para examinar que tan graves eran.

Explorando el lugar me di cuenta de que estábamos en una enorme mansión, todo lo que podía ver por los ventanales, eran árboles y nieve cubriéndolo todo, ni una sola casa más a kilómetros a la redonda.

- Señorita Bennett, la esperan en el comedor - dijo una mujer de piel canela y ojos oscuros - sigame por favor.

Tal como dijo, me llevo a través del lugar hasta una sala en la que había una mesa muy larga, me recordaba a las mesas de los reyes en cuentos.

Axel y Yeng corrieron a mi lado en cuanto me vieron, parecían aliviados.

-  Que susto nos diste - murmuró Yeng - no despertabas.

- ¿Como? - pregunto horrorizada al escuchar eso - ¿cuanto tiempo dormí?

- Tres dias - responde Axel ayudandome a llegar a un asiento - tienes el sueño pesado ¿no?

Me contaron que tampoco recordaban con exactitud como es que llegamos aquí, solo que los perros de Abismor habían llegado al lugar y los subieron a camionetas negras sin decirles nada, y que a mi me había sacado otra persona, pero no sabía quien, solo sabían que había llegado unos quince minutos después, inconsiente y perdiendo mucha sangre y desde entonces habíamos estado aquí bajo los cuidados de Victor Abismor.

Los analize a ellos Yeng tenía puesto un jumpsuit negro que se ceñia perfectamente a la figura bien tonificada y curveada que posesia, sobre el tenia puesto un crop top holgado y de color gris, se veía increíblemente bien, si ignorabas los puntos en su frete y su mano vendada, Axel iba con un abrigo negro cuellobde tortuga, pantalones negros de corte recto y lentes puestos se veía ileso, pero por la manga de su abrigo se evidenciaba una venda, así que no estaba tan bien como aparentaba.

La misma mujer que me guió trajo un carrito con varias charolas que contenían, pan tostado, frutas, tocino, huevos mermeladas de varios sabores y para mi sorpresa, café.

- Muchas gracias - dijimos al unisono Yeng y yo.

La mujer pareció consternada al principio pero luego sonrio tímidamente y se retiro.

Me sentí renovada luego del primer sorbo, había estado durmiendo por días, mi hambre era voraz.

- Bien ahora que despertó - murmura Axel huntandole mermelada a su pan tostado - dime por favor que sigues teniendo las actas

- No habría dejado atrás algo tan importante - responde Yeng sacando las actas de su bolsillo trasero.

Axel se revuelve el cabello con impaciencia, Yeng tenía cara de estar harta, estos dos parecían haber estado planeando algo en mi ausencia.

-Señoritas tengo una idea - dice Axel suspirando con resignación y dándome la tostada a la que le había puesto mermelada de piña

Un gesto bastante amable de su parte pero lo conocía lo suficiente, esto olía a kilómetros a soborno.

- No quiero -  le responde Yeng al ver la expresión de psicotico que a puesto

- Tengo una idea, hazme caso, si que quieres - sonrió con picarona - ¿tu estas de mi lado verdad Meg?

- Con la cara de trastornado que tienes ahora me preocupa lo que dirás - digo tomando otro sorbo de café

- Ya se los dije, si la montaña no va a Mahoa...

- Mahoma va a la montaña si, ya se - lo interrumpe Yeng - el punto es que no entiendo en que atrocidades querrás involucrarnos esta vez.

- Es sencillo, lo hemos estado posponiendo infinitamente por causas fuera de nuestro control, pero no puede seguir así - dice con inocencia tomando una manzana y cortandola en trozos para ponerla en mi plato.

Otro soborno.

Yeng observa con desconfianza las actas.

- Collins como mínimo nos darán tres años de prisión por invadir propiedad privada - responde ceñuda Yeng

- Para que se hicieron las reglas si no fue para romperse - Axel sonríe triunfal.


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