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Capitulo 10

WIRES


Alguna vez había escuchado que la ira no era mala, si no todo lo contrario.

La ira es la parte de ti que conoce, tu maltrato, tu humillación, tu impotencia

Tu ira sabe que mereces ser tratado con respeto y con amabilidad, la que te ayuda a fijar un límite.

La ira es la parte de ti que más te ama

¿Como podía amarme algo que solo traía problemas, caos y destrucción a mi vida? Y nunca lo entendí, hasta el día de hoy.

Siempre e sido pacifista y tranquila, odio el conflicto, me abruma y nunca puedo decir nada para defenderme, hoy Axel se había convertido en mi ira, pues decía todo lo que pensaba sobre cómo Collins estaba manejando todo de la peor manera.

- Es tu padre no le faltes el respeto - refutó Katherine.

- ¡No es nada mio! Yo no tengo ningún padre - logro zafarse del agarre del policía - y Alex tampoco lo tuvo.

El amable y calmado señor Collins que habíamos visto hasta ahora finalmente había abandonado su máscara, trato de darle una bofetada a Axel, tire de la mano de mi consanguineo para interponerme.

El golpe me derribo.

La vida me esta tratando como si yo le hubiese dado los latigazos a Jesucristo.

Pero esta vez yo me lo busque, no quería que pusiera sus manos sobre Axel otra vez, ya no eramos niños pequeños a los que podía golpear como si nada.

- ¿Esto tampoco lo viste madre? - dijo Axel sarcástico.

Ella no dijo nada, solo se limito a observar fijamente el piso

- Como quieras, no me interesa seguir en medio de toda esta hipocresía, me asfixia.

Axel me tomo de la mano y me saco de la casa hecho una furia dando un portazo tan fuerte que casi hace caer uno de los certificados que colgaban en la pared interna.

Sentí pena, miedo, asco, mi cabeza era un caos al ver como Katherine se ponía de lado de su ex esposo aun después de todo lo que les había hecho y de como parecía estarnos ocultando cosas importantes de la historia.

- Esa bestia no se midió con la fuerza - dijo mientras presionaba una lata de cerveza fría sobre mi mejilla - ¿Porque te metiste en medio? Yo también quería golpearlo.

- Ni me dolió - dije encogiendome de hombros - los golpes de Skylar dolieron más.

- Idiota

- Ya, pero soy tu idiota - dije gimiendo de dolor mientras le quitaba la lata y lo hacia por mi cuenta - ¿Realmente no vas a regresar?

- Ni en sus mejores sueños - se pasa tranquilamente una mano por el cabello.

Meghan Bennet, esta totalmente segura de que la persona que regreso a su casa anoche era realmente quien conocía.

Las palabras de Taylor hacen mella en mi mente nuevamente, arruinandome el momento.

Apreté la lata, Axel siempre había sido impetuoso y directo, aveces tenía sus descarriadas pero era una buena persona, aun cuando parecía despreocupado, me cuidaba, tal como ahora.

Al diablo las dudas, quemaría los barcos, yo lo conocía.

- Axel, creo que hay algo que debo decirte urgentemente.

Se gira hacia mi extrañado, aun temiendo que me tome por loca, le conte todo, sobre los electricistas, sobre la criatura, sobre Henry y tambien sobre Taylor y lo que me habia dicho, omitiendo la parte de los baños y de Larroux , ahora Axel lo sabia todo.

- Por Dios Meghan - se pellizco el puente de la nariz - ¿cuando paso todo esto

- Se que suena a locura pero fue desde la noche que me encontraste en el parque, yo nunca envié ningún mensaje con mi ubicación, tampoco se quien me llevo ahí.

- ¿Y crees que el viejo tiene algo que ver con la desaparición?

- No estoy 100% segura, pero el retazo de tela era parte de algún uniforme de los electricistas que me atacaron y dijo que se había adentrado en el bosque para la búsqueda ¿no? - murmure mientras jugaba nerviosamente con mis dedos - Axel yo....

- No pienso que estés loca - me interrumpe mirándome fijamente a los ojos - cálmate querida.

Lo veo levantarse de la banqueta en la que estábamos sentados, parece que no puede procesar todo lo que a escuchado.

- La verdad es que suena más sólido que toda la basura que dijo el viejo - dice con nerviosismo - necesitamos pistas, no confío en ese inútil para encontrar a mi hermana.

Son mellizos, su vínculo desde luego era más fuerte, algo especial que no deberia romperse, no lo demostraba en su totalidad, pero el hecho de que el quiera arriesgarse a buscar por su cuenta a Alex decía que debía estar destrozado.

- Por ahora será mejor irnos de este lugar - continua - tenemos, psicópatas, un bicho raro y una tormenta de nieve tras nosotros.

Estuvimos discutiendo un buen rato sobre que hacer, insistía con que fuéramos a mi antigua casa, sentí escalofríos solo de pensar en poner un pie dentro de ese sitio, no era un lugar grato al cual quisiera visitar.

A cada excusa que le daba le encontraba una solución, termine perdiendo y siguiéndolo resignada.

El camino fue largo, la antigua casa de mi madre estaba más al sur del lugar en el que estábamos, me dolían los pies.

Entonces apareció, la casa de dos plantas, con fachada blanca, con su pequeño jardín delantero que ahora estaba hecho un desastre, la mala hierva estaba alta, las amadas flores que mi madre había cuidado con tanto esfuerzo ahora estaban marchitas y sus tallos secos se retorcian en espirales que le daban un aire siniestro, como todo en ese lugar.

Un correntazo frío me recorrió toda la espina dorsal, era extraño como no había puesto un pie en ese lugar por años y el tiempo pareciera haberse quedado pausado desde entonces, como si repentinamente, decidiera darle "play" a alguna película que deje en pausa.

Avanzamos en silencio, la puerta de la cerca chirrio como si se tratara del lamento de alguna anciana, Axel estaba igual de asustado que yo.

- No se porque te hice caso, hubiera preferido dormir bajo un puente en lugar de venir aquí

- ¿Y dejar que mi hermoso abrigo Armani se arrugue?, es carisimo de Paris, hay prioridades Meg.

Lo volteo a ver ceñuda, ¿como un abrigo era más importante que nuestra vida?, el latido desenfrenado de mi corazón agolpaba mis oídos, encendimos las linternas de nuestros celulares y comenzamos a buscar la llave, mi madre siempre las guardaba en sus macetas, pero habían pasado años, no recordaba cual.

Mentalmente agradecía que no hubiera nadie caminando cerca de curioso, lo más probable es que llamarían a la policia, lo que haciamos, olía a ilegalidad a kilómetros.

Estuvimos buscando casi una hora hasta que finalmente Axel encontró la llave.

El olor a humedad y moho en las paredes fue lo primero que percibí al abrir la puerta, dentro todo estaba en penumbras, a duras penas iluminado por las luces de la calle, mi cuerpo se resentia con cada paso que lo obligaba a dar dentro del inmueble.

La puerta se cerró, dejando todo aun más oscuro, no sabía si me daba más miedo la oscuridad o lo que podríamos encontrar oculto en ella.

Buscamos el interruptor para encender la luz pero ¡oh sorpresa!, no funcionaban.

- ¿Y ahora que? - me queje

- A buscar la caja de fusibles - opino Axel, quejoso, mientras apuntaba la linterna en todas las direcciones - por favor dime que sabes donde esta.

Por supuesto que sabía, gran parte de mis días los pasaba encerrada ahí, para "reflexionar" sobre mis actos.

- Lo se pero no te va a gustar - murmure - ¿recuerdas la pequeña caseta del limite del patio trasero?

El patio trasero de esa casa se perdía en el límite con el bosque, tenia un cerco electrico, pero ahora mismo no estaba funcionando, asi que no tenia ni una pizca de confianza en que nos mantuviera a salvo, todo era campo abierto, estaríamos demasiado expuestos si la criatura aparecia.

- No joda hermana

- Tu querías venir, te dije que seria mejor un motel - señale ceñuda.

- ¿Esperabas que me acueste en el mismo lugar que esos pobres, muertos de hambre, color cartón y olorosos a deudas? ¿Y si me contagiaba algo? Podria haberme dado una infección mortal, ¿que haría el mundo sin mi maravillosa presencia?

La humildad en persona ¿no?

Puse los ojos en blanco, suspire hastiada de la situación y lo arrastre fuera para ir a buscar esa caja.

-Nos van a matar

- Si no te callas si - me queje

- Nos van a matar como a unos pendejos - continuo en un tono agudo y asustado - Soy demasiado joven Meg, no puedo morir, ¡Nisiquiera e tenido mi primer trío!

- ¡¿Estamos servidos en bandeja de plata aquí fuera y tu te preocupas por coger?! - bufé molesta

- Ya te dije que tengo prioridades - bufo divertido - y a ti no te vendría nada mal soltarte un poco, te vez tensa querida.

- Tus prioridades son una mierda, me sorprende que hayas llegado a los 19 con vida.

- Ya sabes lo que dicen, hierva mala nunca muere.

- ¡Solo cállate Axel!

Por supuesto no se callo, si en verdad nos mataban seria por su culpa.

Nuestros pasos crujian sobre la hierba y la nieve acumulada, a medida que avanzábamos por el enorme patio de esa casa.

Los árboles habían perdido sus hojas y sus ramas me recordaban a mis pesadillas en ese bosque petrificado, finalmente llegamos a la caseta de madera en el límite, intentamos abrir la puerta, pero el pomo se había congelado, no daba vuelta, la sensación cosquilleante del miedo aumentaba progresivamente.

- Ay que aburrimiento - dijo con voz temblorosa intentando oírse calmado - ¿y si mejor nos vamos?

- ¿Y si mejor te callas? - dije tratando de abrir la puerta, también tenia miedo y Axel no ayudaba.

Me repateaba tener que hechar todo el esfuerzo que habíamos hecho para llegar hasta ahí por la borda, ya estábamos ahí, ya había pasado el mal trago de entrar a esa casa, no me iba a regresar cuando estábamos a punto de lograr nuestro objetivo.

Pretendía refutarle algo pero mis deseos de pelear con el fueron frenados en seco por un sonido inesperado.

- Dime que tu también escuchaste eso.

Por supuesto que lo había oído y era tan real como el hecho de que estaba muriéndome de miedo.

- Hay algo ahí.

Reconoci el miedo en su voz, y estuve a punto de llamar al 911.

Cuando algo toco mi tobillo.

Solté un grito con potencia, el escalofrío del pánico me recorrió como un latigazo en el momento en que sentí eso en mi tobillo, Axel también grito y todo fueron gritos y caos.

Se me callo el celular y su luz finalmente reveló que lo que había sentido en mi tobillo era un gato  que se estaba refugiando dentro de la caseta talvez lo habíamos asustado.

- ¡Estupida, me asustas! -reclamo Axel aun agitado por el susto.

Respire hondo, no aliviada por completo pero almenos feliz de que el susto se habia dado por algo relativamente normal, al final pude abrir la puerta, Axel se encargo de activar la caja, yo ni poniendome de puntitas la alcanzaba y lo primero que activo fue el sistema de las cercas eléctricas por si acaso.

Se hizo la luz.

El jardín se iluminó por las luces del sendero.

- ¿Que es esto? -pregunta extrañado viendo una extraña carpeta con papeles en la mesa cercana

La habría dejado sin tomarle importancia, pero habia algo sospechoso, todo en el interior de esa caseta estaba cubierto por una gruesa capa de polvo, pero esa carpeta no parecía llevar tanto tiempo aquí.

Me acerque a tomarla con cautela, si tenía una fina capa de polvo pero aun así era extraño, parecía un objeto reciente ahí.

Era de color azul oscuro, a simple vista normal, hasta que la abri y leí el título que tenía la primer hoja.

Registro forense del paciente Rose Morgan.

Axel abrió los ojos como platos al ver el titulo.

- ¿Quien es Rose Morgan?

- No lo se, pero si es alguna de tus bromas no es divertido - reclame

- Salgo con una que otra mujer mayor pero eso no significa me tomará encerio lo de asaltar tumbas, respetame - refuta con aire ofendido.

Trate de enderezar la carpeta para leer mejor de que se trataba y de entre las hojas calleron un par de fotos.

Imágenes de una mujer con un cuchillo de cocina clavado en su craneo y múltiples cortes por  todo su cuerpo, que lo hacian parecer una masa de carne y piel abstracta y abominable.

Las arcadas me superaron al momento de verlo, haciendo que vaciara el contenido de mi estómago.

Axel también estaba horrorizado y no porque la imagen fuera demasiado brutal, para un amante del cine de horror como el, eso era como un paseo en el parque, lo que nos afectaba era que conociamos a la persona catalogada como "Rose Morgan".

Un nombre falso.


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