#54_(Teneo x Lacaille)
Otros que se que debía shippear al menos 1 vez despues de aquel capitulo.
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— Teneo. — La voz de su maestro lo saco de su ensoñación. Allí sentado a la espera de alguien que no había llegado como tenia previsto.
— Maestro Aldebarán, no lo esperaba. No tenemos entrenamiento hoy. ¿O si? — El mayor sonrió como padre a un hijo. Deteniéndose frente al más joven.
— No. Y tendré que salir del Santuario en unas horas de hecho. ¿Tu esperas a alguien?
— Si. A Lacaille, llevamos un tiempo entrenando juntos por pasar el rato. Aparte me sirve para la práctica con un planeado, el ha comentando que desea verme con una armadura por la fuerza que tengo en detener sus puños y piernas. — Le hizo saber, era algo de lo que su maestro no estaba enterado. Y le agradaba la idea, así se lo hizo saber.
— Parece que de ese entrenamiento que tuve con El Cid no fui el único que salió con nuevo amigo. Eso me alegra. — El más joven acarició su nuca avergonzado, mirando en otra dirección mientras pensaba en que responder, aunque el toro se adelantó antes de que pudiera siquiera preguntar sobre su ausencia.
- ¿Siguió conversando con el señor capricornio? Lacaille comento en su combate que él no suele mostrar sus emociones.
- Descuida, de eso Sísifo también me informo y no ha sido problema de hecho. Más solo hemos conversado algo seguido. Pero debo informarte que Lacaille no vendrá, tuvo que hacer una misión de espionaje junto a El Cid. — Esa noticia parecía que entristeció al más joven, aunque se repuso rápido. Aceptando.
— Ojalá me hubiera dicho entonces. Solo me queda esperar a que regrese sano y salvó ¿No? — El toro asintió. — ¿Es peligroso dónde estará metido?
— Lo desconozco. Pero sabes que para que vaya un dorado lo solicitado a de ser importante. — Teneo apretó los labios, llamando la atención de Hasgard.
>> Te noto preocupado.
— ¿No es normal? A la final es mi amigo.
— Claro. Pero también tienes que confiar en él, más aún porque quien lo entreno no es nada más ni menos que el dorado más estricto y de mano dura.
— Si. Me consta que no es débil. También que seria normal si pasa... — Sonrió ligeramente antes de apretar los puños a sus costados. Hasgard parecía meditar algo, hecho del cual Teneo se percató. Conocía bien al hombre que lo entrenaba.
>> ¿En qué piensa, Señor Aldebarán? Que yo recuerde esa expresión solo la usa cuando está con algo importante en la cabeza.
— No es nada serio, solo me llamo la atención lo rápido que se hicieron cercanos. Te importa, eso es claro. — Por un ligero segundo Teneo se sonrojo, pasando a mostrarse confundido igual de rápido.
— uh... Ah... ¿Cree que él me gusta acaso? Yo de eso no sé nada. No sé ni cómo se siente y no se si tendré espacio para eso algún día. — Haciendo de menos el asunto fue su respuesta. El toro lo entendió, aunque no pudo contener la ligera carcajada que le provoco el nerviosismo del más joven.
— Es normal. En mi experiencia, nadie sabe cuándo tendrá ese espacio en su vida hasta que le llega de imprevisto. Pero, no estaba pensando estrictamente en eso. - Nuevamente Teneo se sonrojo. Pasando su mano por su cabello.
- Lo sé. Pregunto porque... Bueno. - Para sus adentros estaba pidiendo fuerzas a Athena para matar la vergüenza. Cuando se dada cuenta en sus entrenamientos con Lacaille lo estuvo viendo más de lo que debería, los músculos del hombre castaño cantaban más su atención de lo que debería y como Lacaille en su traje de entrenamiento llevaba el vientre y los brazos enteramente al aire era dificil que sus ojos no quedaran en su figura. Eso era dificil de admitir.
- Creo que entiendo. Y lamento sonar desilusionante, pero puedo decirte una definición de lo que creo es amar, te puedo dar concejos. - Y darle una charla de sexualidad que esperaba tarde mucho. No solo por la vergüenza de explicarlo eso a un joven, si no la edad de este. Había que elegir bien las palabras y aun no estaba preparado para que ese día llegue.
>> Pero solo tu puedes definir si te atrae románticamente o no.
- Bueno. Lo espera a decir verdad. Enserio me confunde, ósea, es dificil no verle lo atractivo a veces pero yo ni armadura tengo aun. Gracias igual, mejor no lo molesto más. - Se paro de su asiento despidiendo a su maestro. El toro lo miro irse tranquilamente.
Para la mala suerte de Teneo, la mision del alumno de capricornio se extendió más de lo debido. Si bien, podía tomarlo como un espacio para pensar los pensamientos sobre lo peor le vieron miedo. Logro ignorarlos. si. Pero no fue borrada la preocupación que tenia. No obstante cuando la voz del castaño por fin llego a sus oídos se sobresalto. Volteando lentamente en su dirección. El castaño se encontraba sonriente al verlo.
- Volviste. Me hubieras dicho que ibas de mision, te estuvo esperando.
- Lo imagine, perdona. Quiero comentarte mucho.
- Imagino que debió ser dificil. - Se cruzo de brazos mirándolo a los ojos.
- Bastante.
- Bueno. La verdad me alegra que estés bien, me preocupe. - Los ultimo dicho sorprendió al castaño. No esperaba escuchar eso. Menos lo que le siguió.- ¿Me dejas abrazarte? Creo que me gustas.
- Ah... Bueno. Crees, no estas seguro. Cuando lo estés, soy tu chico entonces. - Le extendió sus brazos entonces, Teneo lo abrazo. Cuando se separaron Lacaille le comento todo lo pasado.
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