#47_(Alde x Shaka)
Suspiraron con cansancio, moviendo el rostro ligeramente el uno al otro casi que por obligación encontrándose frente a frente ya en la salida del trabajo.
Habían pasado años en los que dejaron de ser esos adolescentes sin ningún tipo de experiencia en la vida que fueron, ya no tenían 14 tenían casi 26. Viendo con la sorpresa de encontrarse con sus caras nuevamente en la vida, a pesar de los cambios físicos seguían totalmente reconocibles a simple vista.
No tenia caso seguir con rencores, ¿Verdad?
- ¿Sigues soltero? - Shaka fue quien empezó la palabra. Buena forma de iniciar, pensó Alde. - Nunca espere ver que ahora trabajaríamos en el mismo lugar.
- Yo tampoco. - Sonrió con desgano. - Y sobre tu pregunta, termine mi ultima relación hace como 5 o 8 meses. ¿Tu has tenido más suerte rubio galán? - Shaka se aguanto las ganas de reír, ¿Enserio?
- Veo que enserio no olvidas nada. - "Rubio galán" era un apodo que hacia referencia a algo que el propio Shaka dijo en su momento, del cual no se sentía del todo orgulloso. Aunque bien decían que el amor todo se vale ¿No? - Desgraciadamente, mi físico atractivo no me ayudo de mucho. Aunque he dejado las relaciones de lado por tener un mayor interés en mi vida laboral, creo que ya tengo la estabilidad para buscar una pareja.
- ¿Uhm? ¿Eso significa que Mu te dejo?
- En efecto. Solo duramos unos 3 años. - ¿Y le parecía poco esa cantidad? - Por si te lo preguntas él me termino. Dicen que me estaba siendo infiel, pero entenderás que me parecen rumores sin fundamentos.
- Recuerdo que era muy... - Hizo un pausa buscando en sus memorias una forma de describirlo, riendo inconscientemente en el proceso. - Muy pícaro para lo que se veía, pero no lo veo siendo infiel... Veo que nada sirvió todo ese triangulo amoroso que hicimos de jóvenes.
- Bien lo dijiste, jóvenes. Nada que arrepentirse, hay jóvenes que hacen cosas mucho peores. - A pesar de que Aldebarán nunca pudo decir que le guardaba rencores a Shaka, volver a hablar con él de esta forma se sentía muy relajante. No podía encontrarle una explicación, era similar a cuando te quitadas un peso de encima relacionado con alguna disputa. No era su caso en toda la regla, pero se sentía de esa forma.
- Cierto. Nosotros solo fuimos adolescentes locos sin alguna razón, más haya de un primer amor. ¿Te invito a comer algo ya que vamos de salida?
- Adelante. Me interesa un postre a decir verdad. - Sonrió con gusto.
A menos de una hora de distancia caminando había una cafetería aprovechando el camino para conversar de una forma amena y relajada. Poniéndose al día, comentando uno que otro chisme llegando hasta terminar hablando de sus Ex.
- Nunca te vi interesado en mujeres. - Rio ante esa anécdota, faltaba muy poco para llegar en lo que Shaka comento de su única vez con una chica.
- Desde los 12 estoy seguro que prefiero a los hombres en todos sus aspectos, esa vez solo fue una curiosidad que me dio y me arrepiento. - Se llevo la mano a la cabeza, eran recuerdos pesados. - Esa chica estaba un poco loca.
- Lamento escuchar eso.
- ¿Siempre fuiste Bi no es así?
- Claro. En mis ultimas relaciones hubo 2 chicas, ambas muy lindas y fuertes.
- ¿Fuertes? ¿Qué las conociste en un gimnasio?
- De hecho si. Aunque solo a una de ellas, lastima que todo termino mal. No olvidaba a su ex, pero no fue una mala relación en nada. Solo no éramos muy compatibles. - Rio bajo.
- Bueno, veo que yo seré el galán pero tuviste mejor suerte que yo. - Shaka bromeo, ambos rieron con gusto. Hasta que llegaron.
Con un "Hasta mañana en el trabajo" se despidieron al terminar de comer. Shaka lo dió irse por unos segundos, llevándose la mano al mentón, pensando. Había dicho que tal vez ya estaba en el momento de buscar una relación nueva, y era verdad, ahora que se daba cuenta ese hombre podía ser una muy buena opción. Tendría esos días para estar seguro, pero por ahora era el primero a considerar.
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Primera semana laboral y todo en orden. Cada uno estuvo concentrado en su trabajo, al finalizar o durante los almuerzos se reunían a conversar por unos minutos antes de irse. El horario laboral era estricto pero nada a lo que no se pudiera adaptar.
Hasta el momento donde te obligaban a trabajar en servicio al cliente, ese día Aldebarán termino con dolor de cabeza. Shaka reía mientras palmeada su hombro.
— Parece que tu ser amable encontró un límite. — Sacando su teléfono, reviso la hora a la par de unos mensajes. Sonriendo para si, podría ser su oportunidad. — ¿Te parece si te invito a cenar como recompensa?
— Gracias. Aunque si quieres una escusa para tener compañía solo pídelo, no es necesario ninguna recompensa. — Incorporándose le dijo, dios. Aún le dolían los tímpanos.
— Bueno. Será una cita, te enviaré mi dirección.
— ¿Cita? — Esa palabra casi provocó que se atragantara. Shaka no borrada el semblante tranquilo que tenía, haciéndolo sonrojar. Más por nervios que por vergonzoso.
— Dije hace unas semanas que estaba interesado en volver a probar suerte, ¿No te molesta intentar algo conmigo? De ser así solo dilo, pero la oferta sigue en pie.
— En ese caso. Claro que me gustaría salir contigo. — Su teléfono sonó apenas dijo eso, hora y dirección le fueron enviadas junto con una indicación extra.
<<Si gustas, lleva condones>>
— ¿Desde cuándo tenemos tanta confianza? — Sonrió de medio lado mirando al rubio apenas leyó eso.
— Siempre soy así con quienes tengo interés. Pero recuerda que es opcional.
— Entonces de acuerdo. — Y se despidieron.
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El reloj marcaba las 8:48 cuando Aldebarán tocó a su puerta haciendo presencia ante su invitación. Shaka le dejo pasar, había pedido comida y buscado un par de películas para ver entre ambos.
Cuando marco las 10:13 ambos estaban acostando sobre un mueble, se habían dejado recostar uno junto al otro. El castaño rodeo al rubio con su brazo, este se dejó querer entre sus músculos, sintiendo un tacto cálido aún por encima de la ropa.
La película estaba por terminar, Aldebarán se movió revisando si Shaka seguía despierto, encontrándose solo con su mirada, devolviendo el abrazo.
— Puedes quedarte está noche si quieres y coloco otra película.
— Me gustaría. Solo no traje los condones.
— Creo que tengo unos pero no sé si serán de tu talla. — Bromeó y ambos rieron, acercándose para darse un beso.
— No te recordaba tan directo.
— Es porque de jóven no lo era tanto. Tu eres igual de amable como te recordaba. Solo que veo que más dulce. Y me gusta lo dulce. — Pasando su mano por el cabello rubio, Aldebarán lo acercó para besarlo otra vez. — No entiendo cómo esa chica no pudo olvidar a su ex contigo. Pero bueno, mejor para mí.
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Próximo capítulo para Harbinger, ¿Adivina con quién?
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