46_(Shaka x Aldebarán)
Detuvo su andar a mitad del templo de Tauro, justo frente al guardián de dicho templo. Ambos llevaban sus cascos en la mano.
— No esperaba tu presencia Virgo. — Dijo el toro, manteniendo una sonrisa que seguramente Shaka sería capaz de notar, aunque no abriera los ojos. Su tono de voz hablaba por sí solo.
— Lamento si es inesperado. — Moviendo su mano su voz sonaba tranquilo. Lo normal, aunque si algo había aprendido era que esa voz que portaba podía ser muy buena ocultando sus intenciones.
>> Pero puedo asegurarte que no es nada malo. — Como si le leyera la mente le hizo saber. — Simplemente necesito un compañero. Ya avisé de mi ausencia del Santuario los próximos días, quería saber si deseas ser mi acompañante.
— Me halaga mucho que hayas considerado, ¿Exactamente qué tipo de compañía necesitas?
— Llamemosle un tipo de entrenamiento. Aunque no sé si encaja en algo convencional. Por lo menos a lo que estás acostumbrado. — Sonrió de medio lado.
— Comprendo. Me sigue tomando por sorpresa, pero con gusto aceptaré.
— Aunque no lo creas, te he visto mucho. Por eso me pareces la compañía perfecta. — Extendiendo su mano acarició sutilmente el pecho de la armadura, haciendo sonrojar al toro.
>> Te espero en 3 horas. — Extendiendo su mano se coloco el casco y se fue de regreso a su templo.
Aldebarán pasó su mano por su cabeza, aún un poco avergonzado. La forma en la que podían definir su relación uno con el otro era de respeto. Si bien, no eran los que más se comunicaban entre sí. Ambos reconocían bastante bien las habilidades ajenas.
Había tanto de Shaka que se notaba que nunca había conocido realmente. Esto lo ponía nervioso si era honesto consigo mismo. Ya había aceptando así que no quedaría con mala palabra.
Lastima que Mu no estaba en el Santuario porque enserio necesitaba hablar con alguien para quitarse los nervios que tenía. ¿Aioria sería buena opción? Recordaba que compartió un par de misiones con Shaka pero no sabía qué tanta confianza tenían entre ambos.
Suspirando en un vano intento de relajación fue con Leo.
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A la hora acordada subió al templo de Virgo. Buscando con la mirada al guardián de este. Cuando empezó a adentrarse en el templo, Shaka apareció para recibirlo. Sin armadura, usando una única y accesorios de oro que llamaron mucho su atención.
— Pareces encantado con este atuendo. Soy capaz de notar tu mirada encima de mi. — Aldebarán negó rápidamente. Avergonzado.
— ¡No es lo que crees! Solo se me hizo nuevo, nunca te había visto así. Vaya que no te conocía tan pícaro. — Una pequeña risita lo sacó de sus pensamientos, volteando el rostro mientras se cruzaba de brazos.
— Tengo un traje algo más grande si te interesa. Entre los monjes dónde me creí es normal este tipo de atuendos, ¿Eres de Brasil no? Es normal que se te haga raro.
— No creo que me quede bien debido a todo el músculo que tengo. Pero gracias por la oferta. ¿Tiene algún significado especial?
— Este que cargo puesto no realmente. Pero los monjes los usan para reconocer sus rasgos: ya sea un maestro o un aprendiz. — Moviendo la cabeza le indico que lo siguiera, guiandolo por detrás del templo hasta la sola gemela.
>> Quítate la armadura por favor. — Aldebarán hizo caso. Bajo su armadura llevaba un traje de entrenamiento similar al de Aioria, la mayor diferencia era que el pecho cubría hasta la mitad del antebrazo, portando unas correas en estos y careciendo de una hombrera izquierda.
— Me alegra no haber llegado tardé. — Fue lo primero que logró decir intentando calmar el ambiente. Se sentía tenso, por lo menos para él. — ¿Puedes explicarme que necesitas que haga?
— Meditación primero, un ligero entrenamiento físico después. — Le indico cómo practicar lo primero sabiendo que seguramente el gran toro dorado no estaba acostumbrado al practicar la meditación. Sabía todo el concepto acerca de ella por las veces que convivieron de niños pero nada más.
De niños. Le trajo varios recuerdos ese pensamiento, entre abriendo uno de los ojos para ver al dorado frente suyo. Sonriente con nostalgia.
— ¿Pasa algo Aldebarán? — Maldijo por lo bajo. Que Shaka fuera capaz de darse cuenta de todo a su alrededor aún con los ojos cerrados podía ser peligroso.
— No dejas de tomarme por sorpresa. — Rompiendo su posición volvió a cruzarse de brazos. — Solo me acordé de cuando éramos niños. En la época donde ya portadamos nuestras armaduras.
— Oh. Me acuerdo. Una vez que tuve un enfrentamiento con DeathMask y Shura, varios de ustedes estaban presentes.
— ¿Por qué fue la pelea exactamente? No recuerdo bien, solo que después de eso te note como volcán en erupción. Me acerqué a verte y tras un rato me hablaste de la práctica de la meditación.
— Justo fue por eso. Una diferencia que tuve con ambos. Y sobre lo otro... Yo nunca he ocultado que por más que tenga el título de ser cercanos a un dios, muchos conceptos como la misericordia no los practico tanto.
— Un hombre como pocos. — Ya sea en el buen o mal sentido.
— Gracias. Creó que fue por ese recuerdo que quise que vinieras, eres un hombre bastante tranquilo pero un Saint qué si no sé contuviera sería peligroso. Me gusta ese tipo de compañía.
— No es que me contenga, simplemente me gusta darle el beneficio de la duda a mi oponente. A la final, todos estamos acá por lealtad. — Shaka se llevó la mano al mentón, pensativo.
>> De todas maneras. Tienes permiso de venir a mi templo cada vez que quieras entonces.
— Lo consideraré mucho entonces. ¿Dejamos la meditación por ahora? — El toro asintió. Aceptando la mano de Shaka para pasarse, empezando un combate físico bastante rápido.
Por ese día se despidieron. Por las próximas semanas siguieron viéndose cada tantos días.
En uno de esos, ambos se encontraban nuevamente meditando. A Aldebarán le costó mucho adaptarse a esa práctica, no estaba acostumbrado no obstante más pronto que tarde encontró su propia comodidad.
Había un silencio cómodo entre ambos. Shaka no tenía algún pensamiento en específico al contrario de Alde que se perdía entre sus recuerdos.
Un suspiro salió de los labios del santo de virgo cuando sus pensamientos cambiaron, su mente en blanco fue coloreada por varios recuerdos desde su infancia hasta ahora. Igual que el toro.
Contra todo pronóstico terminó abriendo los ojos medianamente al terminar. Aldebarán casi salta de la impresión, nunca pensó que los vería. Fue un mero accidente, pero no por eso su reacción fue menos nerviosa. Al contrario, era peor.
— ¿Ah...? ¿Aldebarán?
— Abriste los ojos. — Cierto. El rubio pasó sus manos cerca de estos. Dejándolos así un rato.
— Vaya... ¿Te parece guapa mi mirada? — Sonrió otra vez. Aldebarán estaba que se desmayada.
— ¿Y eso a qué viene? — El dorado de virgo se paró. Arrodillándose frente al toro.
— ¿Me besarías y te voy las explicaciones después? — Lentamente el toro asintió. Rojo, pero gustoso. Pasó su mano por el cabello rubio, Shaka tomó su rostro con ambas manos, pegando sus labios por solo unos segundos.
El pulgar de Aldebarán acarició los labios de Shaka una vez se separaron. Cuando Shaka estaba por hablar, lo interrumpió. Abrazando su cuerpo de una forma bastante fuerte.
— Me gustas desde hace un tiempo. No es tan necesario que me expliques algo.
— De acuerdo.
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Ship pedido por degelallard lamento la tardanza y espero haya sido del agradó de todos. Habrá otro de este mismo Ship publicado próximamente, en menos de una semana si todo sale bien.
Espero retomar las actualizaciones como se debe a partir de este mes.
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