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#45_(Hasgard x Violatte)

Semi au, post Canon, relación establecida.

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Ambos eran de semblantes bastante diferentes. Eso se notaba ante los ojos de cualquiera que los veía, teniendo conciencia del cargo que ejercía el pelo blanco nunca faltaban los rumores al verlo tan cerca de esa mujer tan callada, tan extraña para lo que sus ojos civiles estaban acostumbrados. Caminando entre la multitud esa noche, habiendo un pequeño festival en las calles.

¿Una amante que el santo de oro tenía y visitaba al puro estilo de Romeo y Julieta? De ser así, ¿De dónde se habrán conocido? ¿Será también del santuario? ¿Una mujer expulsada? Podría explicar un par de cosas, tanto su cercanía cómo el porque parecía tener marcas la mujer. Pero ya conocían a Celina, ella estuvo en el Santuario, lo que dejaba los rumores más ramificados.

El toro se había despedido de los niños del orfanato en el que trabajaba, prometiendo llegar sin falta en la noche para acompañarlos a divertirse por un rato. Desde hace 2 meses que había renunciado a su armadura, siendo entregada a Teneo como su sucesor.

Encontrándose con Violatte antes de llegada la hora. Para esa ocasión termino aceptando acompañarlo por esa noche, normalmente ella no era mucho de convivir con civiles a diferencia del toro dorado.

Sonriendo al verlo amable con los más jóvenes.

— ¿Cómo es estar todo el día liviano con niños?  Pareciera que se te va casi por talento. — Preguntó por lo bajo, Hasgard les había dado permiso para ir a jugar dentro de una zona específica.

— Digamos que tengo práctica. No sé, solo creo que se me va bien por simple experiencia. Son tan lindos, ¿No creés? Jóvenes inocentes de lo que viven, una generación futura que cuidará de otra. — Casi que por inercia se terminó acordando de Teneo, sonriendo con orgullo de verlo crecer.

— ¿Porque no me sorprende escucharte decir eso? — Dijo con sarcasmo, el toro solo se encogió de hombros.

— Creo que una vez lo dijiste. Soy más "blando" de lo que parezco. — Nunca le respondió si era bueno o malo.

— Cierto. De primera impresión, no me esperaba alguien tan bonachón. — Sonrió dulce,  el toro le ofreció su mano para seguir.

— Y la primera vez que nos vimos no fue la mejor. De hecho, ese combate siempre quedó inconcluso. Ahora que me voy cuenta.

— Creó que no es necesaria la revancha. Conozco bien tu fuerza. — Fue un doble sentido, poniendo al toro un poco rojo.

— Cierto. Eres impresionante en ésos sentidos. — Sus labios se curvaron en una sonrisa coqueta, Mostrando ligeramente los dientes. — ha Sido muy lindo conocerte desde 0. Ah... — Se avergonzó. Pasando su mano por su cabello.

>> Bueno. Es seguro que vamos a estar un largo tiempo el uno con el otro, ¿Que opinarias de tener un hijo entre ambos? Ya prácticamente vivimos como pareja, solo faltaría casarnos. — Hubo un ligero silencio tras esa pregunta. Ya era algo que el toro había estado pensando desde el momento que habían acordado quedarse juntos, más el hecho de renunciar a su puesto.

— Te lo respondo en la noche. — Pasando su dedo desde el pecho hasta el rostro del contrario le indico.

Había cambiado mucho su vida desde el inicio de la guerra. Lo último que llegó a su mente fue la batalla contra el Santo de Leo antes de perder la conciencia. Al abrir lo ojos, todo el cielo estaba despejado. Se creyó muerta pero solo llegó a un estado de inconsciencia muy fuerte.

Sola atrás vez. Fue su primer pensamiento. No queriendo dejarse morir la anterior Estrella de la soledad empezó a moverse, analizando su panorama.

Rectifico que Hades había sido derrotado. No sabía dónde podría estar su señora, así que su primer pensamiento fue seguro su derrota y muerte, a la igual que con Aiacos.

No había un pueblo tan lejos. Sin opciones, así sea en soledad, como la estrella que le fue protegida quiso aferrarse a la vida, como hizo en un pasado, hecho que su señora le solía elogiar.

El tiempo paso, y el tiempo fue lo que coloco al que reconocía como el Santo dorado de Tauro nuevamente frente a ella. Sus heridas ya no estaban frescas, estaban totalmente cicatrizadas a diferencia de su primer encuentro. Ninguno dijo nada, no tenían razones. Ella lo ignoro, Hasgard siguió su camino.

Cómo bien dicen la curiosidad mato al gato, haciendo que el toro termine buscando acercarse a ella. Conversando por primera vez, informándole que estaría trabajando en el orfanato de ese pueblo así que es posible que se vieran otra vez. Empezando a frecuentar más y más, hasta que en una ocasión le termino regalando tulipanes, ella no estaba acostumbrada a ese gesto de algún hombre. Había tanto rojos como amarillos.

— Los Tulipanes rojos suelen ser usados como una declaración de amor, los amarillos significaban alegría y amistad. Puedes tomar el significado que más te guste, ambos son de mi parte. — Fue lo dicho ese día. Empezando así una relación más cercana entre ambos.

Su respuesta terminaría siendo un si.

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Volviendo a la realidad.

Abriendo las piernas al momento de sentarse en la cama, Hasgard guío a Violatte hasta el. Moviendo la mano izquierda hasta los glúteos de ella, notando como rozada una cicatriz qué llegaba hasta esa zona. Acariciando su piel desnuda, separando ambas porciones de carne mientras su boca quedaba disfrutando de sus pechos. Chupando, besando, acariciando su rostro en ellos cuando se movía entre ellos. Un fetiche que estaba descubriendo que tenía.

— Siempre quieres empezar con esto. — Violatte mencionó. Tomando el rostro del Santo de Tauro pues no lo iba a dejar mal servido.

Al esperar su boca de sus pechos, Hasgard la miró a la cara. Encogiéndose de hombros ante su señalización. Extendiendo el rostro hacia el cuello de su compañera, besando allí. Sin morder su mano de su posición la otra subió por la espalda de la mujer.

El primer beso se vieron. Violatte terminaba siendo muy dominante cuando se besaban en momentos como ese tomando casi el control. El toro la termino sujetando de los muslos, volteando el cuerpo de forma que terminaron por caer en la cama. Separándo los muslos de la mujer, acariciando su estómago hasta tener la vista directo en su objetivo.

Violatte gimió, exclamando a gusto cuando Hasgard le empezó a hacer oral.

— Eres bueno complaciendo a una dama. — Rodeando sus piernas en la cabeza del toro se dejó mover hasta quedar de costado. Hasgard parecía hipnotizado besando toda esa área, su piel sensible atrapada en sus labios. Lamiendo hasta encontrar un punto donde hizo presión, lo tomo y seguidamente succionó.

Tardó un poco en separarse, pasando su lengua por sus labios, extendiendo la mano para presionar con su pulgar ese punto. Acariciando unos segundos antes de volver a pegar su boca.

Violatte arqueo la espalda, siendo recorrida por un fuerte orgasmo. Apretando fuerte el rostro del toro entre sus muslos. Riendo involuntariamente cuando Hasgard los beso, pasando sus dientes de forma suave.

— A veces siento que me tratas de frágil. No tienes que tomar tantas preocupaciones conmigo. — invirtiendo las posiciones, Violatte quedó encima del toro, acariciando su pecho. Notaba que su miembro viril estaba duro y caliente.

— No negaré que siempre tengo cuidado con mi fuerza. — Empezó por allí. — Se supone que debo brindar placer no dolor, pero en esta ocasión lo hago únicamente porqué me gusta. — Sonriendo de medio lado declaró, las manos del toro tomaron a la mujer de los muslos, moviendo su posición y parándose, penetrando sin algún tipo de resistencia. Su cuerpo estaba dilatado para éso. Abrazando el miembro del toro como si no lo quisiera soltar.

De pie. Hasgard tenía a la antigua espectro entre sus manos, rodeando su cadera con sus piernas, compartiendo un profundo beso.

El orgasmo llegó. Recto y viril Hasgard sé quedó parado, gimiendo en su propia excitación con el corazón latiendo a mil. Al abrir nuevamente los ojos, Violatte lo tomó del rostro, besándole la cara. Dejando golpear su espalda contra la pared, el toro bajo lentamente hasta quedar sentando, moviendo sus brazos por la espalda contraria. Apretando su cuerpo en sus brazos.

Acariciando el cabello negro, se quedó viendo a su rostro unos segundos en silencio. Acariciando suavemente con su pulgar el rostro contrario. ¿No bastaba el primer intento, no?

Fueron a la cama nuevamente.

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Asi sea muy por encima, cada que intentó  escribir estás cosas me voy cuenta que la chica en serio debió tener una vida complicada y me trae preguntas debido a la época.

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