#40_(Ox x Oc)
Si no les molesta luego de esto quiero publicar un pequeño análisis debido a un tema con los juegos, he disfrutado hacerlos posiblemente lo tenga pará mañana.
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Le tomo problemas levantarse de la cama, primera mala señal que paso por alto, tenia responsabilidades que entender.
No tardo mucho en sentir sus grandes piernas débiles, casi cayendo al suelo, segunda mala señal. Ox no entendió nada, nunca le paso una cosa de esas. Suponía que solo fue un mal despertar, así que busco desayunar y refrescarse con un baño para sentirse mejor ya bien despertado.
Tercera mala señal, empezó a sentirse fastidiado cuando el sol le dio directo a la cara, ignorándolo como mejor pudo. Como era su costumbre se cruzo de brazos moviéndose por el santuario buscando el orden, a su vez, buscando a los aspirantes tanto para vigilar como para tomar el papel de mediador.
Cuarta y ultima mala señal fue dada unas horas despues cuando empezó a toser. Llamando la atención de varios a su alrededor, había logrado aguantar lo que más pudo concentrándose, sentía el cuerpo pesado, las piernas pesadas y a la par se sentía confundido. Cuando se dio cuenta cayo desmayado.
— ¿Qué ha pasado? — Nuevamente la cabeza le dolía, ni tenia fuerza para pararse de la cama. Momento... Ahora tenia dudas. - ¿Cómo me trajeron otra vez a mi cama? - Su tamaño no era un secreto, su peso era el de un titan, imposible era de levantar para una persona ordinaria.
— El señor Géminis nos ayudo. — Olethea estaba a su lado, con una canasta de hierbas en la mesa, Kaiser la ayudaba para terminar todo.
Moviendo la cabeza, Ox encontró con la miraba a Izo, apoyado en la pared acompañado con una expresión muy seria.
— Siento que voy a morir. ¿Qué pasó? — Se tapo los ojos con el brazo. Estaba grave.
— Simplemente te enfermaste. — Káiser le dijo. Dejando a Olethea a un lado parándose junto a la cama de Ox. — Deberás descansar unos días cuando menos.
— No puedo. — Aún sin pararse de la cama puso objeción. — Tengo responsabilidades que no puedo dejar olvidas, sé que estaré bien. — Apenas dijo eso Izo se acercó otra vez, sacando su Excalibur dejo claro un ultimátum. Asustando al gigante.
— Ox, lamento tener que recurrir a esto. Pero te acabas de desmayar, es normal enfermarse así que descansa. Cumples mejor tus obligaciones recuperado que enfermó. Ya la señorita Olethea se comprometió a cuidarte. — Recogiendo su espada, colocó sus brazos en su cintura. El y Kaiser lo vieron quejarse antes de aceptar.
— No estoy complicado pero no tengo opciones. — Susurro.
— Siempre te esfuerzas sin pensar en descansar, puedes verlo como una merecida oportunidad. — El toro guardo silencio mirando despectivo al León, solo guardó silencio porque no tenía energía pará contradecir.
Todos en esa habitación sabían que Ox no era el único, y seguramente tampoco él que más se esforzada.
Unos minutos después Ox estaba dormido otra vez. Todo su cuerpo se sentía extraño aún dormido.
Mientras dormía la mujer morena se quedó sentada a su lado, sentía una amargura en el pecho bastante fuerte. Miedo lo más seguro, manteniendo las manos ocupadas trabajando.
— Después de comer por favor tome esto, espero que le ayude. — Cuando Ox volvió a despertar seguía con la temporada alta. Ya casi anochecía por completo.
>> ¿Le molesta si le pregunto algo?
— Adelante.
— ¿No hay algún médico en el Santuario? Yo no sé mucho de medicina, aunque hago lo que puedo quisiera... Ayudarlo... Me preocupo un poco notar como parecían no saber que hacer. — Jugando con sus dedos le hizo saber, deseando para si misma que la medicina que hizo funcionará.
— Eso es una larga historia, la forma más resumida es que, Obyseus, un hombre con una capacidad para proteger y curar heridas, falleció protegiendonos a mi y al resto de la orden dorada hace años.
— Lamento escuchar eso. Obyseus debió ser un hombre muy especial.
— Era género, casi altruista... Creó que no recuerdo mucho de él más haya del dolor por su fallecimiento. No ha habido otro santo médico desde ese suceso.
— Vaya... Cómo se dará cuenta, sé un poco sobre medicina gracias a mi padre. Tuve que cuidar mucho de mi misma, él cuido de toda su familia. Aún guardo una libreta con muchas anotaciones, así que creó poder ayudarlo.
— Tranquila. Tampoco voy a morir.
— Lamento si me pongo nerviosa, no ha sido bonito ver morir lentamente a muchos por culpa de enfermedades. Me comprometí a cuidarlo así que eso haré. — Ox suspiro, de hecho diría que nunca se puso a pensar sobre ese hecho, claramente no podían proteger a la gente de enfermedades, pero también olvidó que estás afectaban más de lo que debían.
— Yo creo que me debo disculpar por no cuidarme. — Está vez suspiro. Dejando el plato vacío dónde hace un momento comió a un lado y tomándose la medicina hecha por la chica.
>> Que amargó.
— Cardinale me ayudo con unas cosas, había plantas que no tenía, y Kaiser me ayudó con la carne de hígado.
— ¿Exactamente qué me viste? — Esos ingredientes nunca los había escuchado para un remedió.
— Vitaminas. Solo eso. Lo necesario para no tenerlo débil.— Ox volvió a mirar el vaso, no sabiendo si cuestionar o no. — Mientras descubrimos si su enfermedad es más grave, le será de ayuda. — Dicho esto, dejo una vela encendida, dejando solo al toro para que volviera a dormir.
Por lo menos esa noche la paso más aliviado, aunque no se le permitió pararse de la cama por unas semanas más. Ox temia qué pasará lo peor, pero confío que no sería así, tampoco dejaría que sea así.
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Desde hace rato tengo la idea de un toro enfermo pero no sabía cuál usar de víctima. Ya viendo al ganador, ¿Que opinan?
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