#38_(Hasgard x oc)
Desde hace un momento había un silencio calmo entre los 2, cuando la noche cubrió con su manto a la hora indicada. Ambos tenían ya una idea de que era lo que seguía, y si bien, ya habían dormido juntos antes, ahora era un poco diferente.
La pitia pelirroja se sentó en la cama, mirando en dirección a las 4 paredes notando como el cuarto que ocupaba el toro dorado, aunque era algo pequeño estaba bien organizado. Hasgard se cambiaba el traje de entrenamiento por uno más cómodo para la noche. Acostándose junto a Towa una vez se cambió, acariciando levemente su cabello tomando su atención.
— Bueno… — Era hora de romper el silencio pero no sabía con exactitud qué decir. Vaya que se sentía como un niño pequeño en ese momento. — Ahm…
— Es bastante interesante conocer el Santuario de Athena por mi cuenta. Mi señora ya me había hablado de él en su momento. — Como si le leyera la mente Towa le hizo un favor, tomando ella la palabra. Hasgard sonrió, acariciando nuevamente un mechón de cabello de su compañera.
— ¿Qué tanto habían hablado? Solo por curiosidad.
— Desde lo bueno hasta lo malo. A pesar de ser el recinto de una diosa, no evitaba que la oscuridad del corazón humano estuviera bastante presente. — Su voz se apagó por un momento, ese recuerdo amargo qué no podía ser evitado ni borrado.
— La he conocido. Y bueno, los humanos no somos perfectos por naturaleza. Espero poder atenderte como sé debe ahora que estás acá.
— No tienes que preocuparte, igual, recuerda que ya hablé con el patriarca, él tiempo que esté acá, haré lo posible por ser de ayuda. — Extendiendo su mano acarició el rostro del toro. Este se incorporó, besando ligeramente los labios de la pitia.
— ¿A dónde vas? — Riendo por lo bajo la vio pararse de la cama, buscando con la miraba por las mesas de noche.
— ¿Dónde guardas un peine?
— ¿Un peiné? ¿Y ese deseo de dónde llegó?
— Con lo lindo que tienes el cabello dudo mucho que no lo cuides, quisiera peinarlo.
— Lo guardo en el primer cajón. Solo ten cuidado que guardo otras cosas.
— ¿Cómo?
— Nada grave. — Alzando los brazos se hizo el desentendido, aunque sonrojado. Esto ella lo noto, así que al ver un diario junto al peine no quiso pasar por alto la oportunidad de hacer la pregunta.
—¿Este diario de qué es? — Pasando su mano por su nuca el toro, vaya que había quedado rojo. Era ligeramente vergonzoso para él, pero tal vez lo mejor era que ella lo supiera.
— Ven y léelo. No tengo problemas, pero, si es un poco bochornoso para mí. Ya verás porqué.
Towa debía admitir que al inicio no entendió porqué. Tampoco entendía bien lo escrito, pues en su mayoría eran fechas y restas. Tardó un par de páginas en encontrar notas que le vieron la respuesta.
>> Desde empezar a conocernos, quise buscar algo serio entre los 2, cosa que en primer momento pensé que sería bastante difícil. Así que busque organizarme, sacar tiempo para poner ir a verte y ahora para no dejarte sola. No es sencillo pero si Ilias pudo, no veo porque yo no.
— Es muy tierno de tu parte. — Cerrando el diario se lo entregó nuevamente. Dejándolo a un costado de la cama.
— Supongo que gracias. En serio, quiero buscar una relación seria entre tu y yo.
— ¿Mañana vas a tener entrenamientos con aspirantes? Supongo entonces que como yo no soy una chica común y corriente, te puedo ayudar bastante.
— ¿Estás segura?
— No soy débil querido. También me serviría bastante para pulir mis habilidades en combate.
— Te recuerdo que es nada más entrenamiento, no sé si ese sería un escenario ideal para eso.
— No me pongas peros, puedo hacerlo.
— Okey. Entendí. Acepto la propuesta, mañana me ayudarás.
Dicho esto. Towa levantó el peine, reclamando lo que pidió hacer.
A la mañana siguiente, habían hecho lo acordado. Sísifo le había entregado a Towa un traje de entrenamiento similar al de varias Saint femeninas, mientras Kardia, Regulus, Manigoldo, Dohko y el propio Sísifo observaban curiosos de la habilidad de la pelirroja.
Varios aspirantes aunque escépticos aceptaron la propuesta de recibir instrucción de ella.
— Tremenda mamasita. — Apenas digo eso varios ojos quedaron sobre Kardia, juzgandolo así que mejor hizo paso hacia atrás antes que Hasgard se molestará.
Towa se veía bastante diferente pero bien. Cambiando el vestido por ropa más reveladora y algo ajustado, más varias piezas que hacían el papel de protección.
— Señor Aldebarán. No es el momento. — Regulus lo trajo de vuelta al mundo, nunca había visto al toro poniéndose rojo. Manigoldo reía para sí mismo mientras a Sísifo le parecía tierno el escenario.
— ¿Listos? — Olvidando la primera impresión. Hasgard dió la orden. — Empezaremos con un combate simple, es solo para ver las habilidades de ambos contrincantes sin la necesidad de un ganador. Pueden empezar.
Con la vista al frente la pitia se quedó esperando el primer golpe. Los 3 jóvenes estaban a la defensiva, podían sentir un cosmos poderoso en la pelirroja, su sonrisa era confiada así que esperaban varias sorpresas de su parte.
Aún no dominaban el suficiente cosmos para empezar una estrategia a larga distancia, así que fueron precavidos. El primero tomó la iniciativa, su puño fue en dirección a su pecho. Cayendo de rostro contra el sueño, su enemigo era una ilusión.
— Interesante. — Regulus dijo. Afilando la mirada en busca de la real, no tardando en encontrarla.
— Esto es un poco tramposo con chicos inexpertos ¿Sabes? — Hasgard dijo. La pitia se reveló sentada a una corta distancia de los aspirantes.
— Perdona entonces. Quería probar esta habilidad de una forma diferente. — Parándose, dió un salto hasta quedar frente de los más jóvenes. Bando paso a un combate frente a frente.
Los santos de oro reaccionaron bastante impresionados con la habilidad de la pitia, era bastante ágil para moverse y evitar un golpe hacia ella, tanto para asestar varios de forma rápida.
Recibía pocos golpes, pero parecía soportarlos bien. Aunque llegó a notar algo que esperaba sean solo ideas de él.
— Descansen. — La voz del toro se hizo escuchar tras el transcurso de una hora. — Vuelvan con sus respectivos maestros. En unas horas nos encontraremos nuevamente, prometo darles una lección especial sobre el control de su cosmos.
Los más jóvenes asistieron y se retiraron. Hasgard llevó su mirada a la pitia, sonriendo con coquetería.
>> Nada mal.
— Gracias. ¿Si podría serte de ayuda, no?
— Supongo. Aunque te falta madera de maestra.
— Seguimos aquí, toro presumido. — Manigoldo río. Parándose de su asiento. — Es diferente enfrentarse a un aspirante que a un Dorado, así que, ¿Te molesta si te pido un enfrentamiento? — Sonriendo confiada la pitia agradecido.
— Adelante.
_______
Hace tiempo quería retomar las historias de mis niñas, estaré escribiendo un poco sobre ellas estos días. Más aún porque no puedo permitir que cierta señorita use más a Towa que yo XD.
¿Está de más recordar que Towa es perfectamente capaz de torturar, verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro